domingo, 12 de enero de 2014

Alice Munro - Demasiada felicidad

ALICE MUNRO –
Demasiada felicidad – Cuento: "Ficción"

Este relato, creo yo, es la historia de Joyce, presentada a través de secuencias desordenadas en el tiempo y de fogonazos o flahses del resto de personajes que forman o han formado parte de su vida.

En principio conocemos a una Joyce, estudiante de gran capacidad y al que va a ser su marido, igualmente brillante. Es Jon.

Terminados sus estudios universitarios se casan y comienzan una vida alejada totalmente de las perspectivas que su trayectoria académica podían hacer pensar. Después de un periodo de vida muy identificado con el movimiento hippy, deciden establecerse en la localidad de Rough River.
Allí, ella trabaja de profesora de música en un colegio y él, tras una preparación, se hace ebanista por cuenta propia. Todo va bien hasta que aparece el siguiente personaje. Es Edie, una aprendiza que deciden contratar para que ayude a Jon. Esta chica, perteneciente a Alcohólicos Anónimos, con una hija de nueve años, de aspecto grotesco, sistema de vida y capacidad intelectual, bordeando o traspasando, incluso, el límite de lo considerado aceptable, va a ser la causante de la ruptura de esta pareja. Jon se enamora de ella.

Es el primer cambio para Joyce. Rechazada, humillada y desconcertada, también, empieza su periodo de decadencia. Abandona la casa pero sigue dando sus clases en el mismo colegio. Se ocupa, con todas sus fuerzas, en la preparación del concierto de Final de Curso, en el que también participa la hija de Edie, Christine. Quiere que sea el mejor de los presentados hasta ahora. Quiere sobresalir, quiere que la aplaudan… ¿todos? no, en realidad solo Jon. Gestiona su angustia como puede. Nuevas amistades, nuevas costumbres, nuevas formas de percibirse. Se puede intuir que se instala en ella un desequilibrio emocional que no sabemos cuanto dura.

Pasa el tiempo y la autora nos presenta una Joyce inmersa en una familia con un entorno, podríamos decir, algo particular. Es una Joyce celebrando el aniversario de su segundo marido, Matt que cumple 65 años. Es neuropsicólogo y un buen violinista aficionado. Así es como la conoció, cuando ella ejercía de violonchelista profesional. Hoy, ella es su tercera esposa. Viven en la casa familiar que él posee en Vancouver. Es otro de los cambios que experimenta la vida de Joyce y donde parece que ha encontrado su estabilidad. En esta fiesta se dan cita todas las ex mujeres de Matt, con sus respectivas parejas y el enjambre de hijos, compañeros de hijos, nietos, amigos y un largo etcétera, todos ellos enmarcados dentro de un abanico amplísimo de personalidades. En todo este maremagno, parece que Joyce se mueve cómodamente. Aquí también, entre el grupo de jóvenes, conoce o simplemente ve a una chica que le llama la atención. Se llama Christie O’Dell y le dicen que es escritora y que acaba de publicar su primer libro.

Noches después, encontramos a Joyce en su casa hojeando ese libro sin demasiado interés, pero un capítulo despierta especialmente su curiosidad. Se titula “Canción a la muerte de los niños” de Mahler. Es su terreno. Lee la nota biográfica de la portada. No parece que le sugiera nada y se dispone a leerlo. Su marido le pregunta sobre el tema del libro y le dice únicamente: de ficción. Empieza las primeras líneas…….sigue adentrándose en él.

Días después encontramos a una mujer mayor, nerviosa, aturdida que hace cola en la librería donde compró el libro para que una joven escritora le firme una novela donde ha creído reconocer escenas de su propia vida, contadas desde una perspectiva distinta.
...............

La forma en la que transcurre el tiempo convierte todos los sucesos de una existencia en marcas profundas, y la manera que tenemos de adaptarnos a esas marcas y seguir nuestro camino tiende a volverse parte de nuestro paisaje.

Ma. José López Carraso




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