miércoles, 12 de febrero de 2014

Tiempo de premios en el cine español



Con la entrega de los Premios Goya el domingo pasado se puede dar por terminado el año cinematográfico. Un año que no ha sido especialmente notable aunque sí que nos ha dado algunos títulos interesantes.

La primera reflexión que se me ocurre es la gran cantidad de películas que, a pesar de la crisis, las dificultades y la heroicidad que supone, según el director de la Academia, se producen. En un vistazo de las posibles candidatas a los Goya he contado más de 130 películas y en lo referente a los Premios Feroz, fallados la semana anterior, más de cien. Lo que pasa es que muchas de ellas o no se estrenan o, si lo hacen, es en condiciones poco favorables para su visión.

El caso es que repasando los títulos creo que he visto solo seis de esas películas en el cine y tres en televisión y me he quedado con ganas de ver, como mucho otras seis o siete, entre ellas la ganadora de los Goya, Vivir es fácil con los ojos cerrados, que llevo intentando ver desde que la estrenaron pero, por diferentes motivos, todavía no lo he hecho. A ver si ahora con el premio la reponen en más cines y por fin lo hago. En total, como mucho, una veintena de películas posiblemente interesantes. 


De las que he visto destaco, sobre todo, La gran familia española y La herida sobre las que publiqué comentarios en su momento. Me decepcionaron aunque tenían cosas buenas 15 años y un dia y Las brujas de Zugarramurdi. Y me sorprendió favorablemente 3 bodas de más. Sobre El médico alemán, que también ví en el cine, publicó una entrada Angel. En Televisión he visto Alacrán enamorado, aceptable, sin más (me pareció más interesante la primera película de su director, El truco del manco), Gente en sitios, la que está considerada por muchos la gran revelación del año, que me parece una sucesión de historias muy cortas absolutamente irregular, y Los amantes pasajeros, de la que no soporté más allá de los primeros veinte minutos.

Y espero recuperar en televisión, si tengo oportunidad,  Caníbal, Los últimos días, Stockholm , Todas las mujeres y Todos queremos lo mejor para ella, todas ellas con candidaturas en los Goya y los Feroz.

Sobre los Premios, me he alegrado por David Trueba que no solo me cae bien sino que me parece uno de los directores y guionistas mas interesantes actualmente, aunque no haya conseguido éxitos destacados. Para mí su versión de Soldados de Salamina, superaba claramente la novela original de Javier Cercas. Los premios técnicos de Las brujas de Zugarramurdi son lógicos. Se trata de una producción complicada y muy bien resuelta. Lo que no parece lógico es la ausencia de su director, Alex de la Iglesia entre los nominados. Y es lástima los pocos premios para La gran familia española, pero la competencia en el aspecto técnico con Las brujas lo ponía muy difícil.

No sé como será la actuación de Javier Cámara en Vivir es fácil..., pero me parece un buen actor y no me sorprende su premio. El femenino para Marian Alvarez por La herida es totalmente merecido y estaba cantado. Ella es la película. Terele Pávez y Roberto Álamo como secundarios están muy bien en sus películas, aunque él parece un tanto encasillado en papeles de retrasado. A Terele la veremos pronto en El cojo de Innishman.

Para terminar, en el apartado de mejor película europea, me alegré de que el premio se lo llevara Amor, estrenada el año pasado aunque producida en 2012, que me pareció muy buena. La caza hubiera sido también justa ganadora. Pero sobre todo que no se lo llevara La gran belleza, que ya sabéis que no goza de mis simpatías.

Recojo a continuación lo que escribí sobre Las brujas de Zugarramurdi


Alex de la Iglesia es el cineasta de la desmesura. En muchas de sus películas ha sido capaz de crear unas historias originales, en algunos casos muy bien desarrolladas, pero casi siempre se lanza al gran espectáculo, al exceso de violencia o a lo que se ha denominado “gran guiñol” al que tan dados eran algunos grandes directores norteamericanos en los años 60 y 70 (Me viene a la cabeza Robert Aldrich y su¿Que fue de Baby Jane?) O lo que podrían ser los esperpentos valleinclanescos.

Ha tenido aciertos, como La comunidad y El día de la bestia y otras experiencias menos afortunadas como Balada triste de trompeta o la que ahora me ocupa, Las brujas… En este caso, además, parece influido por una película americana, Abierto hasta el amanecer (From  dusk till dawn, 1995, dirigida por Robert Rodríguez) incluso por un cierto toque Tarantino.

Lo cierto es que la película se deja ver hasta que los protagonistas llegan a Zugarramurdi. Pero de todo lo que hace referencia al aquelarre, la fiesta final, e incluso el epílogo, solo se salva la presencia de Carlos Areces y Santiago Segura en dos personajes travestidos.
Tampoco la interpretación me parece destacable, con una Carmen Maura que pocas veces me ha gustado menos. Tan solo Terele Pávez deja su calidad en un papel bastante secundario. 

No obstante hay que decir que existe una clara división de opiniones respecto a esta película. En la revista especializada Fotogramas, entre las opiniones de los lectores, curiosamente, se encuentran tantos que le dan la máxima calificación como la mínima.

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