sábado, 14 de diciembre de 2013

Cine: Week-end



Han coincidido en los cines tres películas que tratan del amor en lo que se denomina la tercera edad, Gloria, de la que hablaba hace unos dias, Week-end, que vi ayer y de la que estoy escribiendo y Mis dias felices, que no he visto. Será que estamos de moda los sesentones...

Week-end se presentó en el Festival de San Sebastián de este año donde consiguió el premio al mejor actor Jim Broadvent, uno de esos actores inglese s que siempre están bien y que ha ganado un Oscar (Iris) y dos Globos de oro, siempre como secundario. Le hemos podido ver en las últimas de Harry Potter e Indiana Jones, en Gangs de New York, Bridget Jones y La dama de hierro entre otras. Su compañera de reparto, Lindsay Duncan, también britanica, se dedica más al teatro que al cine y podía haber ganado el premio femenino, sino fuera porque estaba Marian Alvarez en La herida y la patria siempre tira.



 La pelicula cuenta como una pareja de profesores británicos vuelve a París muchos años después de su luna de miel. Intentan revitalizar su matrimonio. Pero ni el hotel donde vivieron  ni los lugares que permanecen en su memoria les resultan tan atractivos como entonces. No saben si lo que les une es el amor o la mutua necesidad. Ella siente que merece una vida mejor y duda si continuar su vida en pareja; él tiene una dependencia total de ella y no puede soportar la idea de perderla. 
Durante dos dias seguimos a la pareja, coquetean, discuten y encuentran en la transgresión un punto de entendimiento. La cámara no les abandona captando sus gestos con gran delicadeza. Pero a la historia le falta algo, que al menos a mi, me impidió sentirme cercano a los protagonistas, manteniéndome demasiado distanciado de sus experiencias, que por otro lado están demasiado alejadas de la lógica en bastantes momentos


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El director es Roger Michell del que recordamos  Notting Hill (1999), una apreciable comedia con Julia Roberts y Hugh Grant y el autor del guión es el novelista y guionista inglés de origen paquistaní Hanif Kureishi, de quien recuerdo Mi hermosa lavanderia,(1985), dirigida por Stephen Frears.
En conclusión una película atractiva pero en la que se echa en falta un poco mas de ingredientes que la conviertan en un plato de calidad.

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