domingo, 31 de diciembre de 2017

Cine: EL SENTIDO DE UN FINAL


Leí este verano la novela de Julian Barnes El sentido de un final, de la que esta película es la versión cinematográfica. La novela me gustó. Una reflexión sobre la memoria y los recuerdos,  la pérdida y la pesadumbre, a través de un narrador no fiable que consigue caernos cada vez peor. Como dice el autor, "nuestra vida no es nuestra vida sino la historia que hemos explicado sobre ella; sí, cada vez más desconfío de mi memoria”. 

La película es una clásica producción británica, con lo que eso lleva implícito, buena ambientación e interpretación y narrativa clásica. La dirige Ritesh Batra, con pocas películas dirigidas con anterioridad. Destacan The lunchbox y una muy reciente con Jane Fonda y Robert Redford (Our souls at night).



Tony Webster (Jim Broadbent), jubilado y divorciado, mantiene una tranquila y solitaria vida. Pero esta rutina cambiará cuando vuelva a aparecer en su vida Verónica (Charlotte Rampling), su gran amor de la universidad. Cuando la madre de Verónica le deja en su testamento un curioso legado, el diario del que fue su mejor amigo, que mantuvo una relación sentimental con Verónica después de él, Tony se ve obligado a bucear en su pasado, recordar los momentos fallidos de sus antiguas amistades y relaciones y recrear sentimientos que creía olvidados. 

Ambientada en dos épocas, la contemporánea y los años 60, y a través de dos edades, la de la jubilación y la de la juventud, la historia presenta un triángulo amoroso con derivaciones trágicas. Aunque el verdadero centro, la protagonista de la historia será Sarah, la madre de Verónica (Emily Mortimer), con apenas tres o cuatro escenas. Como se dice en un momento de la película, «la Historia son las mentiras de los vencedores, pero también las mentiras con que se engañan a sí mismos los vencidos». Y la memoria no es más que una construcción cambiante, versiones que adaptamos a aquello en lo que nos vamos convirtiendo. Y eso resume el sentido de la historia.

Aunque, como casi siempre ocurre, la novela original me parece mejor, creo que se trata de una correcta adaptación. Como es habitual en el cine británico, los interpretes principales  están muy adecuados y correctos, destacando Jim Broadbent, habitual secundario al que hemos podido ver en Juego de tronos, Harry Potter, y protagonizando una notable película de 2013, Le week-end. Y  Charlotte Rampling, Emily Mortimer, la protagonista de La librería, en un muy corto pero fundamental papel,.y Harriet Walter

Me gustó la película. 

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Cine: WONDER WHEEL




Nos llega, fiel a su cita anual, la última película de Woody Allen, Wonder Wheel, la noria de Coney Island, un barrio de Brooklyn donde, además de una de las playas más famosas de la ciudad de Nueva York, se encuentra un paseo marítimo lleno de tiendas y bares y un parque de atracciones que parece salido de otra época. Justamente en esa otra época, años 50 sitúa Allen la acción de su película.

Es curioso como el nombre de Woody Allen solemos siempre relacionarlo con la comedia, a pesar de que en los últimos años e incluso en toda su carrera, muchas de sus se encuentran bastante alejadas de esa consideración. Si repasamos sus últimos títulos, Cafe Society, Irrational man, Magia a la luz de la luna y Blue Jasmine, tan solo Magia... entraría en esa categoría, como tampoco una de las dos que para mi, son sus mejores títulos en este siglo, Match Point (el otro sería Midnight en Paris). Es cierto que, casi siempre, hay ironía y un cierto sentido del humor en sus narraciones que las hace reconocibles por muy serias que sean, pero la realidad es que, en mi opinión, desde hace tiempo, sus películas merecen más la calificación de dramas que de comedias. 



Nueva York, años 50. Las vidas de cuatro personajes se entrelazan en medio del bullicio del parque de atracciones de Coney Island: Ginny (Kate Winslet), una ex actriz emocionalmente volátil que ahora trabaja como camarera; Humpty (Jim Belushi), el operador de la famosa noria y marido de Ginny; Mickey (Justin Timberlake), un apuesto y joven socorrista que sueña con convertirse en escritor; y Carolina (Juno Temple), la hija de Humpty, que se esconde de unos mafiosos en el apartamento de su padre. Con el añadido, poco desarrollado, de un hijo pirómano, quizá la única nota de humor. 

Una vez más, Allen nos presenta, al modo de otros autores, variaciones sobre algunos de sus temas favoritos, la insatisfacción, el triángulo amoroso, el sentimiento de culpa. Con un gran personaje femenino, algo que no es nuevo en su cine. Ginny es una mujer de cuarenta años necesitada de cariño, algo que no encuentra en su marido y cree encontrar en Mickey. Pero la realidad se impone y Ginny tomará una decisión moral que tendrá graves consecuencias. Kate Winslet está esplendida en ese personaje, muy por encima del resto del reparto.

Con una puesta en escena impecable, la fotografía, una vez más de Vittorio Storaro, y una historia melodramática próxima al mundo de Tennessee Williams, la película se resiente de que las situaciones y los personajes de Mickey y Carolina, que rodean al personaje central y su drama humano no tienen la consistencia necesaria.

Película interesante, atractiva, aunque no alcance el nivel de las grandes películas del director, algo que, desgraciadamente, parece ya demasiado lejano.

martes, 19 de diciembre de 2017

Cine: HANDIA





La reciente publicación de las candidaturas de los premios Goya en las que Handia suma hasta trece, han hecho posible que los cines Renoir hayan repuesto, aunque con solo una sesión diaria, esta película, que no tuve ocasión de ver cuando se estrenó.

Hace tres años una película producida en el País vasco y rodada en euskera, Loreak, consiguió varias nominaciones e incluso algún premio entre los Goya, Feroz, San Jordi, etc. Se trataba de una historia atractiva e intimista, de sentimientos, de soledades, de ilusiones, de memorias y de olvidos. Creo que merecía mejor acogida que la que tuvo.  Incluso fue presentada por la Academia española como candidata al Oscar a película en idioma no inglés.

La dirigían Jon Garaño y Jose Mari Goneaga autores también del guion junto con Aitor Arregui. Este mismo equipo es quien ha producido, escrito y dirigido Handia 



Martín y Joaquín comparten con su padre el duro trabajo del caserío hasta que un día llegan las tropas y reclutan a Martín para luchar en la Primera Guerra Carlista. Cuando tullido y derrotado regresa a su casa, descubre que su hermano menor, Joaquín, es ahora un gigante tan incapacitado como él para trabajar en el  caserío familiar.  Con el objetivo de mantener a la familia a flote, los dos hermanos emprenden un viaje por plazas y teatros, convirtiendo al Gigante de Altzo en todo un fenómeno de circo. 

La película nos narra la historia de un personaje real muy popular en su época, la primera mitad del siglo XIX (1818-1861) que se exhibió por media Europa de la mano de  su hermano y de un empresario. Después de su muerte su recuerdo ha perdurado en el País Vasco, donde su pueblo natal aparece siempre asociado a la figura del "Gigante" una figura esencial de su folklore y su cultura.

Handia se desarrolla con una calidad visual extraordinaria, acompañada además por una partitura de Pascal Caigne muy inspirada. Aunque quizá resulte demasiado fría y algo falta de emoción, a lo que contribuye la interpretación. En ella destaca  Eneko Sagardoy, un actor de poco más de 1,80 que encarna al gigante. Como él mismo dice, la magia del cine. Da la impresión de que se ha querido huir del sensacionalismo y la sensiblería buscando más el relato poético. Es una aproximación a los personajes que, como El hombre elefante de David Lynch (1990), son victimas de un desarrollo antinatural y de la explotación. 

La verdad es que, como me ocurrió con Loreak, la película me sorprendió, me intereso y me dejó una sensación positiva. 

lunes, 18 de diciembre de 2017

Cine: EN REALIDAD NUNCA ESTUVISTE AQUI




Con los premios a mejor actor y mejor guión conseguidos en el festival de Cannes, nos ha llegado En realidad nunca estuviste aquí. Una película dirigida por Lynne Ramsay, directora de la que se vio hace unos años, Tenemos que hablar de Kevin, donde parece que ya daba muestras de un estilo propio, aunque un tanto retorcido. No la vi. 
En esta ocasión ha contado con el notable especialista en papeles atormentados Joaquin Phoenix, quien, como ya he dicho, fue premiado en Cannes. 



Joe (Joaquin Phoenix) es un ex soldado y veterano de Guerra, dedica sus días a arreglar cuentas ajenas como matón a sueldo. Un día recibe el encargo de rescatar a la hija adolescente de un senador, que ha sido secuestrada por una red de tráfico sexual. Esta misión de liberar a la adolescente desaparecida resultará más complicada de lo esperado. 

La película es, fundamentalmente, un ejercicio de estilo. La directora funde en su narración pasado y presente, realidad y subjetividad. En ocasiones de forma brillante, en otras confusa. Una historia bastante convencional contada de forma nada convencional, no solo argumentalmente sino, sobre todo, formalmente. Por eso me extraña el premio a mejor guión en Cannes, cuando lo mas destacable es su desarrollo en imágenes, su puesta en escena. Aunque es cierto que ambos proceden de la misma mano y, probablemente, son inseparables.

Como suele ser habitual, Joaquín Phoenix da vida a un personaje inquietante, un vengador implacable en su violencia, que tiene una entrañable relación con su madre. Un personaje solitario, torturado por sus recuerdos que nos llegan en forma de flashbacks, auténticos flashes de mínima duración. 

Una película que exige una mirada atenta y reflexiva para poder apreciar si su estilo narrativo es, como algunos han señalado, original, creativo e innovador o si esto conduce a la confusión. Yo me inclino por lo segundo, aunque no descarto una segunda visión.







sábado, 16 de diciembre de 2017

PENÉLOPE Y LAS DOCE CRIADAS----MARGARET ATWOOD















Penélope y las doce criadas.
Editorial Salamandra,


Margaret Atwood es una prolífica escritora canadiense, nacida en 1939, defensora de los derechos humanos, profesora, activista política y una ecologista convencida y militante, muy galardonada durante su carrera recibió el premio Príncipe de Asturias de las letras en el año 2008 " Por su espéndida obra literaria que ha explorado diferentes géneros con agudeza e ironía y porque ella asume inteligentemente la tradicción clásica, defiende la dignidad de las mujeres y denuncia denuncia  situaciones de injusticia social.                    
Muchas novelas han podido leerse en castellano, en menor porcentaje sus libros de poesía, ensayo o literatura infantil, el premio Príncipe de Asturias y las recientes adaptaciones a series televisivas de la dístópica "El cuento de la criada" (1985) y de la documental "Alias Grace" (1996) están revitalizando su obra.
             " Hijo mío, mi ánimo está atónito en mi pecho, y no soy capaz de pronunciar ninguna palabra ni preguntar ni mirarle de frente a la cara. Pero si de verdad es Odiseo y está de regreso en casa, sin duda nosotros nos reconoceremos mutuamente y del mejor modo.Tenemos, pues unas señas secretas que nosotros dos sabemos y nadie más".       .Canto XXIII.                   
             
             "Y las esclavas recogían los despojos y los echaron fuera. Después que hubieron puesto en orden toda la casa, sacaron a las esclavas de la confortable sala, y entre la rotonda y el recinto bien murado del patio las empujaron hasta un rincón estrecho del que no cabía escapatoria. Y a ellos les dijo el muy juicioso Telémaco :       No quisiera privarles de la vida con una muerte limpia a estas que han vertido  infamia sobre mi cabeza y la de mi madre, y se acostaban con los pretendientes.
               Así dijo, y enlazando la soga de un navío de azulada proa a una elevada columna rodeó con ella la rotonda tensándola a una buena altura, de modo que ninguna llegara con los pies al suelo.      Canto XXII.                                                                               Odisea--Traducción Carlos Garcia Gual.   
              En Penélope y las doce criadas Atwood se acerca al mundo clásico y mítico de la Odisea, centrándose más en la figura de Penélope y más allá de la versión homérica, también cuenta para ella todos los antecedentes "orales " anteriores que dan versiones muy diversas, muchas de ellas recogidas en la "Biblioteca mitólogica de Apolodoro" y otro material más comtemporáneo como " Los mitos griegos" de Robert Graves", con todo ello la autora pone del revés los mitos reinterpretándolos desde la mirada femenina y feminista de una Penélope que abandona su muy ponderada prudencia y sensatez y desde la libertad que le dá estar muerta decide ajustar cuentas con su pasado con agudeza e ironía virtudes que se reconocían en el acta del Premio Príncipe de Asturias.
La obra está compuesta de un prólogo ,de la propia autora, de ventiocho apartados y un epílogo; mejor que apartados deberíamos llamarlos "escenas" pues la arquitectura es completamente teatral más exactamente de teatro clásico griego entre la tragedia y las comedias de Aristófanes, en estas escenas se alternan los monólogos de Penélope con las del coro de sirvientas.
De las ventiocho escenas ,diez y el epílogo corresponden al coro de las doce criadas asesinadas ,que funcionan como réplicas a los monólogos de Penélope, en ellos va repasando desde su infancia a su reencuentro con Odiseo trás la guerra de Troya, pasando por su arreglada boda, el nacimiento de Telémaco, sus sueños ,su soledad en los veinte años de espera, sus no muy claras relaciones con los pretendientes ......todo ello tratado con una fina ironía : de su padre el rey Ícaro avaro que intentó ahogarla, de su madre una náyade hermosa pero insensible, de ellos aprendió que debía cuidarse por si misma, de Odiseo que era astuto,tramposo,mentiroso , rústico que se las daba de listo, falto de escrúpulos y fisicamente de piernas cortas ,Ítaca era un islote poblado de cabras, Helena coqueta, vanidosa, lujuriosa e insoportablemente hermosa, Télemaco hosco y desconsiderado , y las doce criadas sus fieles alcahuetas ¿cul pables o inocentes?...
                            Fragmento de la escena 10 - Coro- El nacimiento de Telémaco-

                A él lo engrendaron ; nosotras simplemente aparecimos,
                como los azafranes en primavera, las rosas, los gorriones engendrados 
                en el barro.
                Nuestras vidas estaban entrelazadas con la suya; nosotras también 
                eramos niñas.
                 Cuando él era un niño
                 eramos sus mascotas y sus juguetes, sus hermanas de mentira sus
                 pequeñas compañeras.
                 crecíamos, igual que él, y corríamos igual que él´,
                 aunque más sucias, más bronceadas.
                 Él nos consideraba suyas, para lo que se le antojara;
                 para servirle y darle que comer, para lavarlo, para distraerlo
                 para mecerlo hasta que quedara dormido en peligrosos barcos que 
                 éramos nosotras
                 mismas.
                 No sabíamos, mientras jugabamos con él en la playa
                 de nuestra rocosa isla, cerca del puerto, que apenas alcanzada la 
                 adolescencia nos
                 iba a matar a sangre fría.

Penélope y las doce criadas quizás no esté a la altura de otras obras, la autora reconoce que fué una obra de encargo sin embargo resulta un "divertimento" eficaz y bien escrito, desmitificador , irónico, mordaz y cargado de cinismo, el mismo que demuestran sus protagonistas en su reencuento después de veinte años .
 
                Entonces Odiseo me asguró que me había echado mucho de menos y que había sentido una gran añoranza, incluso mientras le rodeaban los níveos braos de las diosas ;y yo le conté como había llorado durante veinte años esperando su regreso, y lo perseverante y fiel que había sido, que jamás se me había ocurrido traicionar su gigantesca cama con su fabuloso poste, durmiendo en ella con otro hombre.
Ambos reconocíamos ser unos competentes y descarados mentirosos desde hacía tiempo. Es asombroso que nos creyéramos algo de lo que decía el otro.
Pero nos lo creímos.
O eso nos dijimos.
 


               
          
 

viernes, 15 de diciembre de 2017

Cine: SUBURBICON


Suburbicon está dirigida por George Clooney sobre un guion de los hermanos Cohen, Grant Heslov, su habitual colaborador (participó en los guiones de Buenas noches y buena suerte, Los Idus de marzo, Monument men, dirigidas por Clooney) y él mismo. Y creo que este es un dato importante porque la película combina dos historias que dan la sensación de estar muy diferenciadas por su autoría. 



Verano de 1959. En Suburbicon, un acomodado barrio de las afueras, la vida es aparentemente perfecta y reina un ambiente apacible. Viviendas asequibles y céspedes bien cuidados, el lugar perfecto para criar a los hijos. Pero este barrio no es tan idílico como parece. La armonía del lugar se transforma cuando una familia afroamericana se instala en una parcela y en una de sus viviendas, un allanamiento de morada tiene un mortal desenlace. En sus tranquilas calles se esconde una realidad plagada de violencia, venganza y traición.

Suburbicon podría considerarse una historia de los hermanos Cohen, pero al no estar realizada por ellos genera una sensación de desconcierto. Creo que su principal problema es que las dos historias que nos cuenta, la familiar tras el allanamiento, con homicidio e investigador, una trama típica de los Cohen, y la de segregación racial, con el rechazo a la familia de color, no están bien ensambladas, en ningún momento aparecen conectadas salvo por la violencia que las domina, pero no se enriquecen ni complementan. Parecen dos películas distintas. Y se echa en falta el humor de los Cohen, ese humor negro que marca sus películas. Más teniendo en cuenta que su guion fue escrito después de Sangre fácil más o menos coincidiendo con Arizona Baby.

Destacan como intérpretes Matt Damon, Julianne Moore y sobre todo Oscar Isaac.

Aunque el conjunto no es despreciable, ni mucho menos, lo cierto es que me decepcionó. Esperaba más.


martes, 12 de diciembre de 2017

Cine: LA GRAN ENFERMEDAD DEL AMOR


La comedia romántica suele responder casi siempre al mismo esquema: Chico encuentra chica (o viceversa), pero ninguno o alguno de ellos no se quiere comprometer; rompen, pero despues acaban volviendo a encontrarse y llega el final feliz. La gran enfermedad del amor parece responder a ese esquema, pero lo cierto es que añade algunos ingredientes que la hacen distinta a otras comedias. Y no es el menos importante el que se trate de un relato más o menos basado en la propia experiencia de sus guionistas, uno de los cuales, Kumail Nanjiani, es además el protagonista masculino de la película.

Está dirigida por Michael Showalter, un conocido realizador de TV que en el cine dirigió Hello, my name is Doris, protagonizada por Sally Field, estrenada el año pasado, que no he visto.



Cuenta la historia de Kumail, un cómico paquistaní y Emily, una joven estudiante de psicología que se conocen en un espectáculo del primero. Su relación empieza a avanzar a pesar de las diferencias culturales, complicando las vidas de todos por las expectativas que tenían los padres de Kumail, musulmanes estrictos. El choque entre dos culturas tan diferentes propiciará la ruptura, pero cuando Emily es víctima de una extraña enfermedad, la presencia de sus padres facilitará el reencuentro.

Con un buen guion que supera el lastre del giro que parece un tanto forzado, de la enfermedad de Emily, que por otra parte se produjo en la vida real, buenos diálogos y buenos personajes y apoyado en la interpretación de los dos protagonistas, Kumail Nanjiani y Zoe Kazan (nieta de Elia Kazan) llenos de naturalidad y la pareja Holly Hunter (la inolvidable protagonista de El piano, Para siempre y Arizona Baby) y Ray Romano, como los padres de ella, la película constituye una agradable sorpresa. Recomendable

domingo, 10 de diciembre de 2017

Cine: COCO


Con ocasión del estreno hace dos años de "Inside out" comenté brevemente la historia de la productora de animación Pixar, de la que ahora nos llega su última producción, Coco, una aproximación a la forma en que en México se contempla el día de difuntos y, en general el culto a los muertos. 

Declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, el Día de Muertos es una celebración prehispánica que ha perdurado con el paso de los años. Se trata de una celebración que festeja la muerte, pero también celebra la vida o el renacimiento. El altar, dar alimento a los que ya partieron y cenar con ellos en el pantéon es algo que llama la atención y que los extranjeros ven con asombro y cierta incredulidad. 

De tal importancia es dicha celebración que el cine ha buscado retratarla de diversas maneras. Decía Sergei Eisenstein que “no hay evento más maravilloso ni de mayor dignidad que pueda ser capturado por una cámara como lo es el Día de Muertos en México”. Entre las películas que han contemplado esta celebración se encuentran Spectre, uno de los últimos James Bond y Bajo el volcán.



En un pueblo mexicano vive Miguel, un niño de 12 años que pertenece a una familia de zapateros. Hace muchos años, su bisabuelo abandonó a su mujer para seguir su sueño de ser músico, y por eso la música se declaró muerta para todos ellos porque creen que hay una maldición en ellaA pesar de la maldición familiar, Miguel sueña con tocar la guitarra, inspirado por su cantante favorito de todos los tiempos, Ernesto de la Cruz. En la mañana del Día de Muertos, el joven se verá envuelto en una fantástica aventura junto a su perro Dante. Ambos lograrán entrar al Mundo de los Muertos, donde conocerán a sus antepasados, además de a un espíritu amigo llamado Héctor y el propio Ernesto de la Cruz.

Con la festividad del Día de Muertos como telón de fondo, Coco nos traslada a este mundo colorido y musical que es una celebración de la vida, de la familia, los recuerdos y la conexión a través de diversas generaciones. Una película con animación espectacular, un derroche de luz y color, optimista pese al entorno en que se desarrolla, agradable y simpática. Más adecuada para jóvenes que para niños a los que probablemente les costará entender muchas de las claves de la narración y también para adultos, pese a la simplicidad y sensiblería del mensaje. 

Va a ser difícil que otra película le arrebate a Coco el Oscar de animación este año. 

sábado, 9 de diciembre de 2017

Cine: PERFECTOS DESCONOCIDOS


Nueva película de Alex de la Iglesia, de quien veíamos a principios de año El bar. En esta ocasión se trata de la versión de una reciente película italiana del mismo título dirigida por Paolo Genovese, de la que Paolo Vasile el máximo responsable de Tele5, se apresuró a comprar los derechos para rodar un remake español. 



Cuatro parejas se reúnen a cenar la noche del eclipse de luna, aunque uno de ellos se presenta sin acompañante. Casi todos se conocen de toda la vida, no tienen secretos entre ellos. Se proponen un juego: leer en voz alta los mensajes y las llamadas que reciban durante la cena. Como nadie tiene nada que ocultar, dicen, todos aceptan. Pero pronto descubriremos que no todos pueden dejar al descubierto sus secretos...

Con un buen reparto y una ágil realización, Alex de la Iglesia nos vuelve a demostrar que es un director más que notable. Pese a un planteamiento casi teatral y unos personajes inicialmente un tanto estereotipados, un desarrollo bastante previsible, salvo el giro complaciente final, consigue mantener el interés a lo largo de la hora y media de la película. Y todo esto no solo por su brillante realización sino también por la habilidad con que desarrolla los personajes y las situaciones. 

Todo apoyada en unas notables interpretaciones. Sobre todos, destaca Eduard Fernández, extraordinario en su conversación con la hija, que cuenta además con el personaje más sincero. Junto a él, a muy buena altura, Belen Rueda y Ernesto Alterio, éste en un personaje absolutamente odioso. Y Pepón Nieto, el amigo desparejado. El resto del reparto (Eduardo Noriega, Dafne Fernández y Juana Acosta) cumple adecuadamente.

Probablemente, la película más redonda, aunque menos personal, del director en los últimos años.


viernes, 8 de diciembre de 2017

Cine: EL SACRIFICIO DE UN CIERVO SAGRADO


Yorgos Lanthimos es un director que nos ha ofrecido películas tan interesantes como desconcertantes. Canino y Langosta (no he visto Alps, otro de sus últimos títulos) fueron elogiadas por la crítica, lo que ha hecho que esta nueva producción fuera esperada con interés. Se presentó a concurso en el Festival de Cannes donde fue premiada como mejor guión, lo que no deja de sorprenderme ya que precisamente el guión me parece lo más flojo de la película.




Steven es un prestigioso cirujano que está casado con Anna, una competente y reconocida oftalmóloga. Ambos viven una existencia feliz junto a sus dos hijos Kim y Bob. Cuando Steve parece tomar bajo su tutela a Martin, un chico de dieciséis años que no tiene padre, la existencia familiar dará un giro inesperado y siniestro. Steven tendrá que cometer un sacrificio difícil de asumir o arriesgarse a perder todo lo que ama.

Tomando como base el mito clásico griego de Ifigenia y Agamenón, según el que Agamenón es castigado por los dioses por haber matado al ciervo sagrado, Lanthimos nos narra una turbia y terrible historia de venganza con un lenguaje y estética cinematográficos que nos recuerda a Kubrick y Haneke. Con una tensión tan terrorífica como bien graduada nos va introduciendo en las relaciones internas de esa familia, no tan modélica como aparenta, y la que mantiene Steven con el joven Martin y su madre para llegar, cuando introduce a Martin en el entorno familiar, a una situación absolutamente terrorífica mediante una capacidad, que podríamos llamar sobrenatural, de hacer el mal. Esa  presencia de un extraño en un tranquilo entorno familiar tiene infinidad de antecedentes en el cine. Podemos recordar desde Teorema de Pasolini hasta Fanny games de Haneke, y es de ésta de la que especialmente parece tomar esta película el tratamiento de una situación de terror.

Los intérpretes Nicole Kidman, Colin Farrell (que ya estaba en Langosta) y el joven Barry Keoghan (al que vimos en Dunkerque)  así como el resto del reparto dan perfectamente el tono distanciado y frío de sus personajes.

Película tan interesante como desagradable, aunque no por sus imágenes sino por el asombro y confusión que la historia produce en el espectador. Da para un comentario mucho más extenso. Me gustó más cómo lo cuenta que lo que cuenta.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Cine: ORO


Nueva película de Agustín Díaz Yanes sobre un relato de Arturo Pérez Reverte, de quien ya adaptó Alatriste (2006). No se prodiga el director de esta película. Desde su debut, en 1995, con Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, solo cuatro películas más, Sin noticias de Dios (2001), la mencionada Alatriste, Solo quiero caminar (2008) y, ahora, Oro. Un director que ha dado películas interesantes pero irregulares y que cuentan con dos Goyas y muchas nominaciones.

Para Oro se ha rodeado de un reparto espectacular, Raúl Arévalo, José Coronado, Bárbara Lennie, Óscar Jaenada, Luis Callejo, Juan José Ballesta,  Antonio Dechent,  Andrés Gertrudix,  José Manuel Cervino, Juan Diego y  Anna Castillo. Difícil saber cuantos Goya suman entre todos.


  
Inspirada en la expedición de los conquistadores españoles del siglo XVI, Lope de Aguirre y Núñez de Balboa, esta aventura sigue a un grupo de treinta hombres y dos mujeres a través de la selva amazónica en busca del mítico El Dorado, una ciudad que se creía completamente hecha de oro. Con la intención de conseguir riquezas, gloria y fortuna, este grupo vivirá un duro y trágico viaje cargado de miedos, peligros, crueldad y oscuridad.

Sobre la busqueda de El dorado hay, al menos, dos películas notables, Aguirre, la cólera de Dios de Werner Herzog (1972), una visión del ansia de poder de un hombre movido por el delirio y la locura, muy bien valorada por la crítica de la que apenas tengo recuerdo y El dorado, de Carlos Saura, (1988) un espectacular fracaso económico, que no recuerdo haber visto. En esta ocasión se hace hincapié en la brutalidad y violencia de unos hombre en un territorio hostil natural y humanamente, dejando al margen la visión civilizadora de la conquista de América. 

La película sigue un esquema visto en bastantes ocasiones. Los personajes de esta historia se encuentran encerrados en una selva que desconocen y rodeados de pueblos indígenas dispuestos a defenderse. un relato de supervivencia, de ambiciones y traiciones, de amores, de codicia y de generosidad. La lucha contra la selva, el clima, la fauna, los indígenas, entre los propios expedicionarios y un grupo mandado en su persecución por considerarlos traidores, va diezmando la expedición. 

Pero algo falla en esta narración.  Creo que se confía demasiado en la opresión del escenario y en la excelente ambientación natural mientras que las situaciones y los personajes, con sus reacciones, sus matanzas, sus amistades, odios y enamoramientos, se pierden por falta de desarrollo. Quizá porque no hay evolución en los personajes y los intérpretes, que no tienen mucho donde agarrarse, actúan, en muchos casos, con el piloto automático. De entre ellos, el único que merece destacarse, en mi opinión, es Raúl Arévalo. Los demás, a pesar de su indudable calidad, no transmiten gran cosa.







martes, 21 de noviembre de 2017

Cine: EL AUTOR


Presentada en el Festival de San Sebastián, El autor es la nueva película de Manuel Martín Cuenca, responsable, entre otras, de a flaqueza del bolchevique (2003) que entre otras virtudes tuvo la de descubrir a María Valverde, y Canibal (2013) una notable película con una excelente interpretación de Antonio de la Torre.

Está basada en un relato de Javier Cercas, titulado El móvil. El guión es del propio director y de Alejandro hernández, que ya ha colaborado con el director en varias películas y ganó un Goya por Todas las mujeres.



Álvaro (Javier Gutiérrez) trabaja en una notaria de Sevilla, un empleo anodino del que quiere escapar convirtiéndose en escritor. Y además un gran escritor, de verdadera literatura, no como su mujer, Amanda /María León), escritora de best-sellers. Para ello acude a un taller literario dirigido por un profesor (Antonio de la Torre) bastante poco fiable. Cuando descubre que su mujer le engaña, deja su trabajo y su casa y se dispone a escribir su primera novela. Guiado por su profesor de escritura, Álvaro comienza a manipular a sus vecinos y amistades para crear una historia tan real que supere la ficción.

Una interesante reflexión sobre el proceso creativo apoyada en una interpretación de Javier Gutiérrez que recuerda demasiado a su personaje de Estoy vivo, la serie de TVE actualmente en emisión, aunque está tan bien como de costumbre. Dice el director que su película va sobre el esfuerzo para crear. La precisa descripción de una vida metódica y llena de pasión, pero la opacidad y torpeza de quien la vive. El proceso artístico tiene algo de neurótico. Se puede llegar a ser ridículo o glorioso sin darse cuenta. ¿Merece la pena? 

El protagonista se entrega a la manipulación de los personajes reales que escoge para su ficción y en ese camino pierde su trabajo, su decencia y su dignidad, para finalmente ser él, el manipulado.

La película se sigue con interés, pero se echa de menos una mayor riqueza de personajes en el entorno del protagonista. Dentro de la comunidad de vecinos en que vive, solo se presenta su relación con la portera, una pareja y un viejo solitario. Y la trama que trata de manipular se sostiene difícilmente.  En esa línea de creación literaria, me viene a la memoria, con mejor resultado, El chico de la última fila, obra teatral de Juan Mayorga, llevada al cine  con el título de En la casa, a la que me he referido en otras ocasiones.

Destacar la interpretación de Antonio de la Torre, excelente en su papel del profesor.




lunes, 20 de noviembre de 2017

Teatro: TROYANAS


En el Teatro Español se presenta esta versión de Las Troyanas, de Eurípides en adaptación de Alberto Conejero (de quien vimos en temporadas anteriores La piedra oscura) y con la dirección de Carmen Portaceli. Esta obra se presentó este verano en el Festival de teatro clásico de Mérida.

Esta versión del texto clásico de Eurípides, nos muestra la vigencia de los  clásicos en el mundo actual. Una obra que trata sobre los vencidos, en este caso las mujeres, primeras víctimas durante y después de cualquier guerra y en cualquier parte del mundo.

Después de cada guerra, y también durante la guerra e incluso sin guerra, los sufrimientos de las mujeres siempre quedan relegados, siempre hay problemas más importantes: los niños, el hambre o los refugiados y algo muy importante, cómo se convierten en trofeos de guerra a repartir por los ganadores, como es el caso de las seis protagonistas tras la Guerra de Troya.



La guerra de Troya ha terminado. Los vencedores esperan vientos favorables para partir con sus naves y se reparten a las mujeres vencidas como esclavas. Los mas famosos entre los vencedores se reservan a las más distinguidas. Así, Hécuba es adjudicada a Ulises y Casandra a Agamenón. Políxena, hija de Hécuba y Agamenon es conducida a la tumba de Aquiles.

Me gustó el espectáculo, en general. Aunque tengo mejor recuerdo de la versión que vi, hace cerca de 10 años en el Matadero, dirigida por Mario Gas, más fiel a la tragedia original. Aquí, el adaptador, prescinde de los dioses Neptuno y Minerva y modifica el reparto, prescindiendo de Menelao y dando voz a Políxena y Briseida que no figuran en el original. Y trata de dar una imagen mas intemporal, con un vestuario que los acerca a nuestros días. Ya Eurípides, cuando escribió la obra, trataba de referirse a otra guerra distinta a la de Troya, así que no me parece mal ese acercamiento a la época actual.

El reparto está dominado por Aitana Sanchez.Gijón, quizá algo joven en relación a algunas de sus compañeras (la actriz que representa a Casandra, su hija, es mayor que ella). Está bien, aunque en mi recuerdo permanece Gloria Muñoz en la versión antes mencionada. El resto cumple adecuadamente. Y me gustó especialmente Ernesto Alterio como Taltibio, el mensajero.

La escenografía es de Paco Azorín y el espectáculo es digno del marco en que se presenta.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Cine: LA LIBRERIA


He visto muy pocas de las películas dirigidas por Isabel Coixet. Una directora que nunca me ha atraído aunque algunos de sus títulos han obtenido buenas críticas y bastantes premios y nominaciones. La vida secreta de las palabras ganó tres Goyas y Mi vida sin mi, uno. Además ha ganado dos más por películas documentales. Y goza de un prestigio internacional que le ha permitido contar con actores como Tim Robbins, Ben Kingsley, Sophie Turner, Patricia Clarkson, Juliette Binoche, Gabriel Byrne, Sarah Polley, y los españoles Penélope Cruz, Javier Cámara... Y es una de los directores españoles más internacionales, a lo que debe ayudarle su dominio del inglés (creo que tiene el título de filología inglesa)

En La librería ha contado con Emily Mortimer (a la que vimos en Match Point, de Woody Allen), Patricia Clarkson y Bill Nighy (Love actually, El exótico Hotel Marigold, Su mejor historia)




Inglaterra, 1959. Florence Green (Emily Mortimer) es la viuda de un soldado que murió en la Segunda Guerra Mundial. Cuando decide instalarse en un pueblo costero de la campiña británica, pequeño y conservador y allí cumplir su sueño de abrir la primera librería de la zona, no cuenta con las reacciones de los habitantes de la localidad. Y es que, los vecinos encabezados por la poderosa Violet Gamart (Patricia Clarkson), van a ponérselo muy difícil a Florence que contará solamente con el apoyo de un misántropo lector solitario (Bill Nighy) y una niña. 

Adaptación de una novela de Penelope Fitzgerald, una historia sencilla, narrada con sensibilidad, apoyada en sus buenos intérpretes y su excelente diseño artístico. Dos personajes centrales muy atractivos cuya relación merecía haber profundizado un poco más y otro, Violet, cuyas motivaciones no son muy entendibles, más allá del rechazo a lo diferente.

Un canto de amor a los libros, a las vidas y los sentimientos que estos encierran, frente al desprecio de los poderosos.

Muy recomendable

martes, 14 de noviembre de 2017

Cine: A GHOST STORY




En una cartelera dominada por los productos más convencionales aparecen de vez en cuando películas que difícilmente pueden ser consideradas como comerciales. Lo suelen hacer en los cines especiales, como en el caso de Madrid, los Renoir, Golem o Verdi, especializados en versiones originales. Por eso sorprende que A ghost story se haya estrenado en los Kinepolis de Ciudad de la imagen, exclusivamente en versión original y con varios pases diarios durante una semana.

Porque esta película, dirigida por David Lowery sobre su propio guión, no es nada convencional. Mas bien un tanto extraña. Interpretada por Rooney Mara, recordada por sus papeles en Millenium, La red social y sobre todo por Carol, y Casey Affleck, ganador del Oscar este año por Manchester frente al mar, con los que este director había trabajado en su anterior largometraje, En un lugar sin ley, que no he visto.


Un hombre muere y regresa a su casa como un fantasma con la apariencia de los espíritus de cuentos infantiles, cubierto con una sábana blanca. De vuelta a su hogar, se da cuenta de que en este nuevo estado ya no pertenece a un tiempo concreto y solo le queda observar con total pasividad cómo se le escapan lentamente la vida que conocía y la mujer que ama.

Aunque los espíritus de fallecidos suelen formar parte de las historias de terror, existen otras historias que utilizan a los fantasmas como un elemento romántico e incluso de comedia. Películas como Ghost (1990), Para siempre (Spielberg, 1989), El fantasma y la señora Muir (Mankiewickz, 1947) y El fantasma de Canterville (1944), son diferentes y variados ejemplos de como la presencia sobrenatural no tiene que ser patrimonio de las historias de terror.

En esa linea se encuentra esta película, que juega con el paso del tiempo y los lazos de unión entre las parejas. El protagonista convertido en fantasma, echa de menos a su compañera y observa, espera, no se sabe a que. Llegan nuevos habitantes a la casa, una fiesta, la casa se destruye, se crea un edificio y una ciudad a su alrededor en el futuro... y el fantasma continúa ahí. Hasta que en un momento determinado, cuando consigue acceder a la nota que su mujer escondió en una rendija de la pared, se desvanece.  El sentido de la película se encuentra en una larga disertación sobre lo que permanece y lo que se va, sobre la grandeza de la inspiración y las verdaderas obras de arte que quedarán en la memoria.

Todo esto está contado de una manera nada convencional. Empezando por el formato, 4:3 con las esquinas redondeadas, que recuerda las películas de aficionados. Largos planos, estáticos, algunos difíciles de soportar sin removerse en el asiento. Diálogos entre fantasmas resueltos con subtítulos... Todo ello hace que la película, que por otro lado recuerda las elucubraciones poéticas de Terrence Malick, pueda dar lugar al abandono por parte de los espectadores. Pero hacen mal, por que la película es interesante y reflexiva, aunque, en mi opinión se adaptaría mejor a un metraje más corto (pese a que no llega a la hora y media de duración) y podría simplificar el, a veces, poco entendible juego con el paso del tiempo referido al espacio donde se ubica la casa, convertido finalmente en una ciudad.


El director ha comentado respecto a su película que con ella intenta enfrentarse al paso del tiempo, “pero el tiempo seguirá adelante me guste o no, y llegará el momento en que todo por lo que me esforcé o lo que conseguí no significará nada”.. "Creo que hay vínculos con ciertas personas que nos ayudan a superar crisis vitales que a menudo se convierten en miasmas de desesperación”.

martes, 7 de noviembre de 2017

Teatro: YO, FEUERBACH


Presentada en el Teatre Lliure de Barcelona y en la pasada temporada en La Abadía de Madrid, ha vuelto ahora, por un corto periodo, a este teatro. Es una obra escrita por Tankred Dorst, un autor alemán fallecido este mismo año, poco traducido al castellano. La versión y adaptación es de Jordi Casanovas (autor de Ruz-Bárcenas e Idiota) y está dirigida por Antonio Simón, del que no recuerdo haber visto ningún montaje.



Feuerbach, un veterano actor se presenta a una audición con un afamado director. que al parecer le dirigió tiempo atrás. El actor lleva 7 años sin actuar y es recibido por el ayudante. Mientras espera al director, el actor desarrolla un casi monólogo en el que se nos presenta la vida de un actor, probablemente fracasado pero que ha vivido también momentos de gloria. Una reflexión sobre lo que significa ser actor, sometido a los caprichos de los directores, a la incomprensión del público y, en este caso, a la ignorancia, si no desprecio, de su interlocutor.

Feuerbach es Pedro Casablanc, un muy buen actor al que recuerdo en el Falstaff de Andrés Lima y El arte de la comedia de Eduardo de Filippo, entre otras. La obra es él. Su presencia llena el escenario en una interpretación muy a la italiana que me recordó a Vittorio Gassman. 

Ya he dicho en varias ocasiones que no me gustan los monólogos. Falta acción y sobre todo conflicto. En esta ocasión también. La presencia de un interlocutor (muy correcto Samuel Viyuela) no cambia apenas la situación. Asistimos a una exhibición de Casablanc con algunos momentos impresionantes. Su juego con una silla al principio y sobre todo su recreación, a partir de nada, de la figura de Francisco de Asís. 

Interesante por la interpretación más que por el texto.

Cine: LA BATALLA DE LOS SEXOS

Billie Jean King ha sido una de las tenistas estadounidense mas populares y laureadas de la historia. Campeona en varias ocasiones de alguno de los cuatro torneos que componen el denominado Gran Slam (12 títulos individuales, 16 en dobles femeninos y 11 en dobles mixtos). 
Pero tan importante como su carrera deportiva, fue su esfuerzo por profesionalizar el tenis femenino y equipararlo al masculino. Su enfrentamiento con Jack Kramer, el empresario creador del circuito del tenis profesional, promotor de la era Open y de la ATP, para conseguir reducir la brecha entre los premios económicos entre hombres y mujeres, dio lugar al nacimiento de la WTA. Dentro de este periodo de la historia del tenis se sitúa el partido que jugó contra Bobby Riggs, exjugador de 55 años, en el que se centra la película.

Dirigida por la pareja formada por Valerie Faris y Jonathan Dayton, de quienes pudimos disfrutar Pequeña Miss Sunshine (2006) e interpretada por Emma Stone y Steve Carell en los dos papeles principales.



La batalla de los sexos fue el nombre que se dio al partido de tenis celebrado en septiembre de 1973 entre Billie Jean King (29 años) y Bobby Riggs (55).  Ese partido se convirtió en uno de los acontecimientos deportivos televisados con más audiencia de todos los tiempos y se disputó después de que Bobby Riggs venciera con facilidad a Margaret Court, una de las mas destacadas tenistas de entonces, que no había aceptado incorporase al grupo de Billie Jean King. 

La película nos presenta a los protagonistas del partido mediante sus conflictos personales y profesionales. A ella desde un punto de vista en el que se enfrenta a Jack Kramer como jugadora que pretende mejorar las condiciones en que las mujeres se desenvuelven en el circuito y a la sociedad con su experiencia sexual con otra mujer. Dos visiones muy actuales. Él, en cambio, es un bufón, jugador empedernido, dependiente económicamente de su mujer, que adopta el papel de "cerdo machista" por interés. Lógicamente, en este enfrentamiento, el espectador se tiene que poner de parte de ella, sobre todo si su historia de amor con su peluquera, es lo más convincente de la película.

Lo que pasa es que, en mi opinión, todo es muy superficial, buscando la complicidad del espectador, que pasa un rato agradable, pero sin profundizar apenas en el enfrentamiento con los que movían los hilos del tenis en ese momento, ni en la otra vertiente que entre las jugadoras representa su rival, no solo en la pista, Margaret Court. Probablemente esto interesa menos al espectador medio que la bonita historia de amor y la derrota del bufón machista, pero, a mi, me habría gustado un mayor desarrollo por ese camino.

Emma Stone está bien, como acostumbra. Steve Carell sigue siendo el bufón sobreactuado de casi todas las películas. Y la película permite pasar un rato agradable, sin más.





martes, 31 de octubre de 2017

CINE-- LAS HIJAS DE ABRIL


Película mejicana del director Michel Franco, que recibió por ella el premio del jurado en el festival de Cannes, dentro dela sección "Un certain regard ", festival en el que siempre han sido premiadas otras películas suyas como " Después de Lucía", que afrontaba el acoso escolar, y "Chronic: el último paciente" que iba de enfermos terminales y eutanasia, director pues interesado en temas realistas y controvertidos
.
 


En las hijas de Abril, nos introduce en las vidas de Abril ( Emma Suárez ) y sus dos hijas Valeria (Ana Valeria Becerril) y Clara (Joanna Larequi). Abril vuelve a Puerto Vallarta desde España, alertada por su hija Clara , de que Valeria de 17 años está embarazada; a su llegada se muestra comprensiva y ante la negativa de ayuda por parte del padre del muchacho y del padre de Valeria, se hace cargo de la situación, se muestra cariñosa y solicita e incluso hace planes de futuro.
Con el nacimiento de la niña, como era previsible, la situación se complica pues los dos jóvenes quedan pronto sobrepasados por la responsabilidad, Abril toma una serie de decisiones drásticas y hasta cierto punto discutibles ; a partir de ellas asistimos a una extraña mutación, Abril pasa de ser esa madre comprensiva a ser una madre dominante que se resiste a envejecer y se comporta como una adolescente rival de su propia hija, Valeria en cambio sufre un proceso de maduración, abandona su indolencia, toma las riendas y asume plenamente la maternidad.
La película ,sin ser una maravilla,me ha resultado interesante pese a algunas premeditadas lagunas de guión, y la poca consistencia de algunos personajes secundarios. Michel Franco no quiere tomar partido sobre los
comportamientos de los personajes, no desvela casi nada del pasado y eso lleva a que a veces resulten poco comprensibles.
En el capítulo interpretativo, de los jóvenes destaca Ana Varelia Becerril y brilla con una actuación impecable Emma Suárez, solo por ella se justifica la visión de la película, aunque empieza a correr el riesgo de encasillarse en el papel de madre sufriente, recordemos sus dos interpretaciones anteriores Julieta de Pedro Almodóvar y ,para mí , la mejor de las tres "La próxima piel" de Isaki Lacuesta película muy intresante y poco valorada.

jueves, 26 de octubre de 2017

Cine: MORIR


Hace cuatro años, una película, La herida, nos presentaba a un nuevo director, Fernando Franco y, sobre todo, consagraba a una actriz, poco conocida pero con una carrera en cine y TV, Marian Alvárez, que consiguió por su papel el premio a mejor actriz en San Sebastián y los Goya. Desde entonces la hemos visto en algunos papeles destacados como en Felices 140 o en Teresa (de TVE). Por su parte Franco ganó el Goya al mejor director novel.

Después de La herida, Fernando Franco ha seguido su carrera como montador en la que lleva ya quince años y donde cuenta con una de las mejores películas del año pasado, Que Dios nos perdone. Y ahora nos ofrece su segunda película, donde repite como autor del guión, junto con Coral Cruz, que ha trabajado también en otra de las películas destacadas del año, Incierta gloria.



Marta y Luis están de vacaciones en una casa junto al mar, pero cuando Marta habla de las próximas vacaciones, Luis no puede evitar confesarle que mintió sobre el resultado de las pruebas médicas que se realizó y que le queda poco tiempo de vida. A partir de ese momento, Marta pide la excedencia en su trabajo y los dos vivirán aislados mientras su relación de pareja se irá deteriorando.

Un tema duro, difícil de tratar. Que nos puede remitir tanto a Love Story (Arthur Hiller, 1970) como a Amor (Michael Haneke, 2012) o incluso a Proyecto Lázaro (Mateo Gil, 2016). Franco se centra sobre todo en el personaje de Marta, a la que como en La herida, da vida Marian Alvárez. Asistimos a los diferentes sentimientos que les genera la situación. La idea de luchar contra la enfermedad, la resignación, la desesperación, el echar de menos su trabajo, el intento de huir, el tratar de disfrutar de los últimos momentos... La degradación física y sentimental, la generosidad y el egoísmo a la vez de la pareja que nos va siendo mostrada hasta llegar al desenlace, en un guión bien construido, que no cae en el sentimentalismo ni en el morbo. Y todo ello servido con la ayuda de de dos actores totalmente involucrados en sus personajes. Marián Álvarez y Andrés Gertrudix, actor poco conocido pero veterano, pareja en la vida real (tuvieron que aplazar el rodaje por el nacimiento de su hija) son Marta y Luis. Sobre todo Marián, que esta inmensa. Va a ser difícil que se le escape el Goya.

Película dura sobre un tema difícil. Pero buen cine.