martes, 29 de marzo de 2016

Teatro: MUÑECA DE PORCELANA


Estrenada en Nueva York a finales del año pasado, Muñeca de porcelana es la última obra de David Mamet, uno de los mas prestigiosos autores teatrales así como guionista cinematográfico y director de los últimos años en USA. Entre sus mas de treinta obras teatrales destacan Glengarry Glen Rose y Oleanna. Hace tres años pudimos ver en la sala pequeña del Español, La anarquista, con Magüi Mira y Ana Wagener. Entre sus guiones destacan El cartero siempre llama dos veces y Los intocables de Elliot Ness.



Mediante el vídeo de presentación nos podemos hacer una idea de la trama. Un millonario acaba de comprar un avión a su joven prometida como regalo de bodas. Pero el avión sufre un mínimo percance y se ve obligado a alterar el plan de vuelo con una escala en USA lo que, por una parte, pone en apuros a la joven, una inmigrante, y por otra facilita la intervención de los enemigos políticos del magnate por una cuestión de aranceles.

La obra fue escrita por Mamet expresamente para Al Pacino. Pero acumuló problemas y malas críticas en su estreno. Parece que Al Pacino tuvo dificultades para memorizar un texto que es casi un monólogo y además la obra no gustó.

En la versión que comento es José Sacristán el encargado de dar vida al personaje central. Y hay que decir que hace una gran interpretación, poniendo de relieve cómo su personaje pasa de la prepotencia a la derrota.
Es notable la evolución de este actor desde aquellos primeros papeles en el cine de los años 70 y 80 con Alfredo Landa y José Luis López Vázquez (otros dos excelentes actores, desaprovechados en tantas ocasiones) hasta ahora, con más de 80 películas y una veintena de obras teatrales, con una extraordinaria voz que le ha permitido participar incluso en musicales.


   
A sus 78 años, dos más que Al Pacino, demuestra encontrarse en buena forma y no tener problemas de memorización.

La obra, en cambio, no me convenció. A lo largo de una serie de conversaciones telefónicas con un antiguo colaborador político, con su amante, con la empresa que le ha vendido el avión, el aeropuerto donde ha aterrizado y el hotel donde su amante se aloja, Mamet nos va desvelando el conflicto de un hombre que, de repente, ve como su poder se tambalea, dejando al desnudo como la política es manejada por unos pocos poderosos y como estos, a su vez, pueden perder su lugar y caer al vacío. Todo ello en presencia de un joven ayudante al que instruye en sus manejos.

Evidentemente la trama del avión y la amante son excusa para poner de manifiesto la corrupción y los manejos que mueven la política, pero no me parece que el autor haya estado afortunado en el manejo de esa trama. Aparte de que el recurrir a las conversaciones telefónicas para avanzar en la acción, como ocurría en otra reciente producción que comenté hace unos meses, Al galope, pone en evidencia, a mi parecer, una falta de recursos, no solo económicos sino también dramáticos.

La versión es ágil, con buen ritmo y la puesta en escena correcta, con excepción de la resolución a la que le falta un cierto aliento dramático. Destacable la presencia, como ayudante del magnate, de Javier Godino quien da buena réplica a Sacristán y al que pudimos ver en El secreto de sus ojos (JJ Campanella, Oscar a la película en lengua no inglesa, 2010).

Vale la pena por ver a Sacristán, aunque tengo que decir que, para mi, no llega a la excelencia en su interpretación.







lunes, 28 de marzo de 2016

Cine: EL REGALO


Película de intriga, dirigida por el actor australiano Joel Edgerton al que hemos podido ver como Ramsés en Exodus, así como en Black mass y El gran Gatsby entre otras. Aquí debuta como director de largometrajes. Es además autor del guión y uno de los protagonistas.



Simon (Jason Bateman) y Robyn (Rebecca Hall) son un joven matrimonio que se instala en la ciudad en la que Simon ha conseguido un puesto importante en la compañía en que trabaja. Robyn acaba de recuperarse de un aborto y la depresión posterior. El encuentro con un antiguo compañero de instituto de Simon, Gordon (Joel Edgerton) dará lugar a que éste empiece a introducirse en la vida de la pareja. A pesar de su extrema amabilidad, y de los numerosos regalos con que los obsequia , Simon no puede evitar sentirse incómodo con él, no sabemos si por su comportamiento algo extraño o por alguna cuenta pendiente de su relación en el instituto. Cuando algunos hechos de su vida salgan a la luz, dando un giro inesperado a su, hasta entonces, apacible rutina, hasta convertirla en una pesadilla, Robyn tendrá que replantearse la relación con su marido.

La aparición de un extraño venido del pasado de uno de los miembros de una pareja no se puede decir que constituya un punto de partida original. Tampoco el guión de El regalo tiene la consistencia que sería de desear, pero la película consigue generar inquietud e interesar al espectador. La figura del marido, realmente repulsivo cuando descubrimos su verdadera catadura de abusador del débil que no duda en mentir, engañar o perjudicar a quien sea para medrar, la mirada de Robyn, víctima insospechada de su marido y la venganza psicológica de Gordon, son los tres puntales en los que se apoya la estabilidad del relato que consigue así superar las debilidades del guión que, de otra forma, podría ser un telefilm de domingo por la tarde. 

La historia está bien llevada, con un par de sustos innecesarios, para crear un clima de intriga que, si bien tiene numerosos elementos de historias ya vistas, están convenientemente entrelazados. Las interpretaciones de los tres personajes principales me parecieron adecuadas, destacando Rebecca Hall, la Vicky de Vicky, Cristina, Barcelona (Woody Allen, 2008), aunque su doblaje no me gustó nada. Cada vez prefiero más la versión original. 

En resumen, una película entretenida, una intriga psicológica que, aunque falta de originalidad, está bien desarrollada.





miércoles, 23 de marzo de 2016

REMEMBER-Atom Egoyan-

Atom Egoyan es un director de nacionalidad canadiense, nacido en Egipto y descendiente de armenios, director con pretensiones autorales no siempre conseguidas y realizador de una ya larga filmografía de la que solo he visto la no muy interesante "Adoración" y la mas conseguida "El viaje de Felicia" un original tratamiento de un psicópata muy alejado del tópico y magnificamente interpretado por Bos Hoskins, no he visto "Ararat" en la que trataba el genocidio armenio que es una de la más reconocidas.

En "Remember" nos cuenta otra historia más con el holocausto como fondo lejano, esta vez con dos ancianos como protagonistas, resulta curioso lo que proliferan últimamente las películas con mayores, "La juventud", "45Años", "Amor", "Corazón silencioso", "Nebraska",....alguien ha descubierto que somos mejores consumidores y se ha creado un nuevo género el cine geriátrico.
Zev Gutman( Cristopher Plummer) y Max Rosembaum (Martin Landau ) son dos ancianos alojados en un establecimiento geriátrico, cuando muere Ruth, esposa de Zev, Max ve la hora de ejecutar un plan ya trazado para encontrar y matar al verdugo nazi que acabó con la vida de sus familias en Auschwitz y que vive en EEUU o Canadá bajo la identidad de Rudy Kurlander, Max que trabajó con Simon Wiesenthal, el cazador de nazis, poseé la lista con cuatro personas que llevan ese nombre, solo uno de ellos es el verdadero Otto Wallisch el SS-Blockführer de Auschwitz.
Zev comienza su periplo, arrastrando su senilidad y frágil memoria, consultando las instrucciones que Max le ha escrito y que desde la residencia va ocupandose de la logística, Zev va encontrando a los distintos Kurt hasta llegar llegar a su objetivo, el final, imposible contarlo, es impactante e inesperado.
La película va siguiendo el itinerario de Zev arrastrando su Alzheimer, consultando las instrucciones escritas por Max autentico cerebro de la operación y creador de la logística necesaria, Zev va encontrando a los distintos Kurt hasta llegar al verdadero, el final impactante y totalmente inesperado no se puede contar. La película se mueve entre el thriller, la road movie y cierto suspense.
Para disfrutar la película hay que ponerse una venda y creerse la hipótesis de partida, creer que un anciano de 88 años con Alzheimer sea capaz  de viajar solo por gran parte de los Estados Unidos, que entre en Canadá con sus documentos caducados, que alguien le venda una pistola y le escriba las instrucciones para usarla etc....
A pesar de esto y de bastantes fallos de guión la película me ha gustado y es que a pesar de lo convencional de la trama hace reflexionar sobre algunos importantes temas, sobre la memoria histórica y la utilización a  torticera de la misma que a veces se hace,¿ que prima la justicia o la venganza?, ¿que prevalece el remordimiento o la culpa?, ¿las crueldades justifican otras crueldades?, los cuatro Kurt son de alguna manera víctimas del totalitarismo nazi, el primero resulta ser un militar profesional que combatió en África y que consideraba vergonzoso el holocausto, el segundo resulta ser un homosexual vejado en campos de concentración al igual que los judíos,el tercero ya fallecido un simple cocinero en la guerra ha transmitido el germen del nazismo a su hijo y el cuarto  verdugo en Austchwitz arrastrando y vivendo con su culpa.
Magnífica la interpretación de Cristopher Plummer que consigue dar convición a un personaje imposible, inquietante y mefístotélico Martin Landau, correctos Jürgen Prechnow y Heinz Lieven y muy bien Dean Norris( Breaking Bead ) que protagoniza uno de los mejores momentos del film.

Teatro: VIDA DE GALILEO


El Centro dramático nacional ha presentado en el Teatro Valle Inclán a lo largo del último mes y medio, la obra de Bertolt Brecht Vida de Galileo, en versión de Ernesto Caballero.


Bertolt Bretch escribió hasta tres versiones de esta obra, que está considerada una de las más importantes del autor. La primera en 1938, la segunda en 1946 en colaboración con Charles Laughton, actor que la protagonizó en Estados Unidos y la tercera en 1955. Esta última versión se ve muy influida por la II Guerra mundial y, en espacial, por el uso de las bombas atómicas contra Japón. Brecht murió en 1956 cuando estaba ensayando esta última revisión.





La obra responde claramente a la idea que tengo del teatro de Brecht. Un texto casi didactico, explicativo, distanciado. Con más reflexión que emoción, realiza un recorrido por la vida del matemático, físico y astrónomo desde 1609, cuando desarrolló el telescopio a partir del modelo creado por un holandés hasta que tras su retractación en 1633, pasó a vivir retirado, en arresto domiciliario, aunque sin abandonar sus estudios, lo que le permitió que, casi ciego, pudiera transmitir sus últimos escritos. La obra nos plantea el temor de los poderes establecidos a que las novedades científicas puedan desestabilizar todo un sistema social y político, pero también la vertiente ética de la ciencia, el avance científico y el desarrollo de la Humanidad. 

Tal como manifiesta Ernesto Caballero en el Cuaderno pedagógico del CDN, cuando Galileo desarrolla sus investigaciones,  la Iglesia era el orden establecido en el plano político pero también en el social e intelectual. Lo que plantea Brecht es el tema de la resistencia de toda una estructura establecida al cambio y cómo hay una reacción natural  de ponerse a la defensiva, para evitar la incertidumbre de  reinventar la explicación del mundo. Eso cuestiona principios y relaciones de poder. Brecht habla de la ciencia y de muchas otras cosas, de la necesidad de no dar por inamovibles los principios por más inmutables que parezcan, incluso los de la ciencia. Ese es el tema de la obra: la responsabilidad social del científico, y también de la resistencia a la verificación empírica de los fenómenos, de cómo las creencias pueden ser refractarias a la razón. Galileo piensa que a él no le va a pasar como a Giordano Bruno que fue condenado a la hoguera por sostener idénticas ideas a las suyas, porque ahora sus afirmaciones se pueden comprobar. Su error, es pensar que las pruebas irrefutables pueden vencer un sistema de creencias.  Como dice el director, las opiniones se pueden cambiar, pero es mucho más difícil cambiar las creencias. 

A lo largo de la obra se suceden escenas, introducidas con canciones, con una extensa galería de personajes. Su hija, Virginia, la Sra. Sarti, su ama de llaves, madre de su discípulo Andrea por una parte, por otra los "signori" de Venecia, la corte, los militares y los universitarios y , por último, el  grupo de los eclesiásticos con el Cardenal Inquisidor y Cardenal Barberini, que se convierte posteriormente en el Papa Urbano VIII, a la cabeza. 

La puesta en escena utiliza un escenario circular, giratorio en algunos momentos, en lugar del tradicional escenario a la italiana, con la idea de cambiar la perspectiva del escenario. El espectador está en todos lados. La Tierra ya no está en un punto fijo. Se trata según el escenógrafo, Paco Azorín, de un intento claro de acercamiento, no solo físicamente sino intelectual y emocionalmente por parte del espectador. La utilización de proyecciones sobre el suelo contribuye eficazmente a la puesta en escena y a introducirnos en la acción. Lo que me pareció superfluo fue el inicio con Ramón Fontseré como el propio Brecht que se dispone a interpretar a Galileo. Podía ser una buena idea si se hubiera llevado más allá a lo largo de la representación, pero así queda como algo innecesario.

Galileo es Ramón Fontseré, actor vinculado al grupo Els Joglars, que dirige actualmente y al que hemos podido ver en numerosas obras de ese grupo y en películas como Vivir es facil con los ojos cerrados y Soldados de Salamina. Me gustó su interpretación. El resto del reparto, muy extenso, con muchos actores que interpretan varios personajes, me pareció muy ajustado. Destacar, quizá, a Ione Irazabal y Tamar Novas, cuyos personajes se mantienen a lo largo de toda la obra y Alberto Frías, Paco Déniz y Pepa Zaragoza por sus canciones.

En conjunto un montaje estimable, quizá un poco excesivo en su duración, pero en cualquier caso muy interesante y recomendable. Aunque la obra ya ha terminado sus representaciones en el Valle Inclán.

lunes, 21 de marzo de 2016

Cine: CALLE CLOVERFIELD 10


Película de intriga dirigida por el desconocido Dan Trachtenberg, autor de dos breves cortos como toda experiencia anterior. Pero quien realmente parece ser el responsable de la película es J.J.Abrams, su productor. J.J.Abrams ha dirigido dos películas de la nueva saga de Star Trek (2009 y 2013), la última entrega de Star Wars, Super 8 (2011), tras debutar en la dirección con la tercera entrega de Misión imposible (2006). Fue el creador de la serie Perdidos que entre 2004 y 2010 ocupó con notable éxito las pantallas de los televisores en todo el mundo.


Michelle sufre un aparatoso accidente de automóvil cuando parece huir de su pareja tras una discusión. En la radio del coche se oyen noticias sobre unas misteriosos anomalías eléctricas que están provocando cortes de energía en todo el país. Cuando despierta, se encuentra encerrada en un sótano. Alguien ha curado sus lesiones, le ha puesto suero y la ha esposado. Su secuestrador, Howard (John Goodman), le informa de que un ataque ha dejado el planeta inhabitable y que tan solo en la seguridad del refugio se encuentran a salvo. 
En el refugio también está un joven vecino de Howard, Emmett, que le ayudó a construirlo y que cuenta que, después del ataque, consiguió ser admitido en el, lo que parece confirmar la versión de Howard sobre un ataque químico que ha matado a todos los habitantes y ha hecho el aire irrespirable. Pero Howard es un personaje un tanto extraño, y en su historia existen una serie de puntos oscuros que hacen desconfiar a Michelle de sus verdaderas intenciones y se plantea salir del encierro como sea.

La película está bien narrada y transmite el desasosiego que genera el personaje de Howard, del que no sabemos si es un paranoico bienintencionado, benefactor de los dos jóvenes o un pervertido secuestrador con aviesas intenciones. Un personaje que podía ser una continuación del de Michael Shannon en Take shelter (Jeff Nichols 2011), un alucinado soñador que no sabe si sus pesadillas son fruto de una enfermedad mental o verdaderas premoniciones, y se esconde en su seguro refugio antitornados para afrontar una eventual tormenta apocalíptica.

Pero lo que podía haber sido una película de intriga claustrofóbica, evoluciona hacia una historia de extraterrestres agresivos, lo que parece muy del gusto de Abrams,  con un final muy poco consistente, heredero, al parecer, de otra sus producciónes,  Cloverfield (2008) estrenada en España como Monstruoso, de la que no tenía noticia de su existencia.

En resumen, una película que no termina de definirse entre la intriga inicial, muy eficazmente desarrollada, una situación posterior de desconfianza normalizada entre el secuestrador y los secuestrados, que va perdiendo interés, y una parte final que desemboca en una historia de extraterrestes muy poco atractiva y bastante mal resuelta. Y John Goodman está muy bien, como siempre.

lunes, 14 de marzo de 2016

Cine: CIEN AÑOS DE PERDON


Coproducción hispano-franco-argentina, Cien años de perdón es una película de acción dirigida por el español Daniel Carpalsoro. Este director debutó hace veinte años con Salto al vacío, a la que siguieron otras varias, casi siempre del género de acción, y también varias miniseries de Tv. En el reparto destacan el argentino Rodrigo de la Serna, conocido por Diarios de motocicleta, y Luis Tosar. En papeles más episódicos estan  Raúl Arévalo, Marian Alvarez, José Coronado, y Patricia Vico entre otros muchos. El guión es de Jorge Garricaechevarría, habitual colaborador de Alex de la Iglesia y Daniel Monzón, y uno de los más prestigiosos guionistas españoles.



Valencia en plena gota fría. Seis hombres disfrazados y armados asaltan la sede de un banco. Los dos líderes de la banda son El Uruguayo (Rodrigo de la Serna) y El Gallego (Luis Tosar). Su objetivo es robar las cajas de seguridad. Pero El uruguayo tiene, además, el encargo de recuperar un disco duro con datos que demuestran la corrupción del gobierno autonómico, que se encuentra en una de las cajas. La previsión es escapar a través de un túnel que se comunica con una estación de metro abandonada. Pero la  lluvia ha inundado por completo el túnel de salida. Lo que parecía un robo limpio y fácil pronto se complica, y nada saldrá como estaba planeado. Atracadores, negociadores, fuerzas de seguridad y altos miembros del partido en el gobierno actúan al límite para alcanzar sus objetivos.

Comentaba a raiz del estreno de El desconocido que en los últimos años el cine español nos ha dado una serie de películas de acción muy apreciables, sobre todo en el aspecto técnico, aunque quizá no tanto en el argumental. Directores como Alberto Rodriguez (Grupo 7 y La isla mínima), Daniel Monzón (Celda 211 y El niño), Enrique Urbizu ( Caja 507, No habrá paz para los malvados), Agustín Diaz Yanes (Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, Solo quiero caminar) y películas como la mencionada El desconocido, nos han mostrado como el cine español es capaz de hacer películas muy dignas cuando dispone de medios. 

Cien años de perdón, cuyo título, obviamente, remite al dicho popular de Quien roba a un ladrón... (siguiendo ese tópico popular de que todos los bancos y los políticos lo son) viene a incorporarse a esta lista, nada exhaustiva, de películas comerciales de acción, razonablemente bien contadas y rodadas, capaces de mantener la atención y el interés del espectador. Aunque su argumento remite a otras películas como La caja 501 o Plan oculto (2006, Spike Lee) y la trama política no me parezca bien ensamblada con la del atraco, lo cierto es que consigue su objetivo de entretener, aderezándolo con apuntes que podrían entenderse como de denuncia del clima político y económico en que estamos envueltos.

Apoyada en las interpretaciones de los dos personajes principales, con un Rodrigo de la Serna que me recuerda al Malcolm McDowell de La naranja mecánica y Luis Tosar un poco encasillado últimamente en este tipo de papeles, y unos secundarios merecedores de mejores personajes, una película muy correcta que ha conseguido ser la más vista en su primer fin de semana de proyección. Aunque a mi no me haya terminado de convencer.



martes, 8 de marzo de 2016

Cine: LA ACADEMIA DE LAS MUSAS


Película difícil de clasificar. Rodada al margen de la industria, prácticamente con dos cámaras domésticas, sin   director de fotografía, ni eléctricos ni sonidista. “Nada de nada. Utilicé lo mínimo”, precisa el realizador, José Luis Guerín, que la define como  una película en torno a la creación y al deseo, al amor, y sobre la belleza de la palabra y el diálogo", ficción rodada con técnica de documental. 


  
 La historia se desarrolla en torno a un curso en la Universidad de Barcelona elaborado a partir de la figura de Dante. En el, el profesor Raffaele Pinto genera una relación con y entre algunas de sus alumnas, que da lugar a diferentes encuentros y desencuentros entre ellos así como a viajes a Cerdeña y Nápoles   que propician infidelidades del profesor que, en algunos momentos da la sensación de utilizar sus cursos para seducir o ser seducido por sus alumnas. Paralelamente asistimos a una serie de conversaciones del profesor con su pareja, la filóloga y escritora Rosa Delor que es una voz sensata entre una serie de consideraciones demasiado intelectuales en ocasiones. 

Raffaele Pinto es profesor de filología italiana en la Universidad de Barcelona, con la que colabora desde 1974. Nació en Nápoles en 1951. Es especialista en Dante, preside la Sociedad catalana de estudios sobre este autor y coordina el seminario de psicoanálisis, cine y literatura de la Universidad. Uno de sus temas principales de investigación es la teoría literaria con atención especial a las teorías psicoanalíticas de la literatura y el cine. Su mujer no es ajena a esta actividad. Hace poco leí un estudio suyo donde relacionaba el personaje de la protagonista de Los pájaros (Hitchcock, 1963), con la Beatriz de la Divina comedia (?) a través de personajes femeninos de películas de Fellini.


Resulta difícil aproximarse a una película como esta, a caballo entre ficción y documental, donde prima la palabra y la reflexión intelectual. Creo que lo más destacado es su proceso de gestación. Se partió de la idea de una hipotética escuela de musas que inspirarían a los artistas para que recobrasen la pureza del arte, una idea que atrapó a Emanuela Forgetta, profesora de lengua y literatura catalana en Cerdeña y a su grupo de amigos, Guerín, el profesor Pinto y su mujer y otra filóloga, antigua alumna de Pinto. El director asistió a una de las clases de Pinto y la filmó. Así con la idea de Emanuela  y las filmaciones de Guerín, se desarrolló la película que fue tomando cuerpo sin un guion predeterminado. El grupo se dio cuenta del potencial de lo que tenía entre manos y ya no se detuvo. La realidad se mezcló con la ficción y se convirtió en película. 

La musicalidad tiene un papel importante, no solo en el canto de los pastores sardos, sino por que de la sonoridad de la poesía parte la primera de las clases de Pinto que vemos. Pero es necesario un contrapunto a esas palabras, otras palabras que pongan en duda las del profesor. De ahí surgen las conversaciones domésticas entre Pinto y su mujer, entre Pinto y sus alumnas y entre las propias alumnas reales del profesor. Guerín deja que los actores se interpreten a si mismos. Sus palabras no están escritas previamente. Pero la historia es ficción.

Todo esto da lugar a una película que más parece un ensayo (en su concepto literario) que una película al uso. Muy interesante formalmente, no lo es tanto en su contenido, demasiado teórico e intelectual para el espectador medio. 

Y surge la duda de si tiene sentido este tipo de cine, más allá de la experimentación del lenguaje y la propia satisfacción del cineasta. No cabe duda de que la industria y el mercado no están por la labor. Ni tampoco tiene sentido, en mi opinión, que este cine se exhiba en la misma sala y al mismo precio que El renacido, Spotlight  o cualquiera de los productos de Hollywood o del cine español, probablemente menos interesantes y con menor contenido intelectual, pero mucho más atractivos para el público. A pesar de las excelentes críticas y premios obtenidos, en la sesión a la que yo asistí estábamos seis personas. 

Sean bienvenidos, de todas formas intentos de un cine distinto, artesanal, como el de La academia de las musas y, en general, el de José Luis Guerín.


sábado, 5 de marzo de 2016

Cine: BROOKLYN


Premiada como mejor película británica por la Academia de Gran Bretaña y nominada en los Oscar para mejor película, mejor actriz protagonista y mejor guión adaptado, Brooklyn es la adaptación de una novela del irlandés Colm Toibin, autor de la obra de teatro El testamento de María, de actualidad en España desde que se presentó en la sala pequeña del Valle Inclán el año pasado, donde vuelve en los próximos dias. Un monólogo de Blanca Portillo que comenté en su momento. El guionista también es bastante conocido, Nick Honby. Estuvo nominado al Oscar por An education y es autor de Alta fidelidad, llevada al cine por Stephen Frears.




Situada en Irlanda, sobre 1950. Eilis Lacey (Saoirse Ronan) vive en el pueblo de Enniscorthy (ciudad natal del autor de la novela), con su hermana mayor y su madre viuda.  Gracias al Padre Flood, un sacerdote irlandés de Nueva York, Eilis logra escapar de el asfixiante  y pueblerino mundo en que vive y viaja a Estados Unidos. 

Una vez en Nueva York, se instala en Brooklyn, y se hospeda en una casa de huéspedes junto a otras emigrantes irlandesas, mientras trabaja como dependienta en unos grandes almacenes y asiste a clases de contabilidad. 


Una noche, en un baile, conoce a Tony Fiorello (Emory Cohen) un chico italiano de familia humilde del que se enamora. Pero entonces, cuando parece que su situación en N.York se ha estabilizado y proyecta su matrimonio con Tony, se ve obligada a viajar a Irlanda por la muerte de su hermana. Una vez allí tendrá que decidir si se queda en Irlanda, partiendo de cero, pero en unas circunstancias muy diferentes a cuando decidió marcharse o volver a su vida en Nueva York.

Un tema típico de melodrama, la joven que se debate entre dos amores y dos formas de vida, está aquí tratado con demasiada amabilidad y poco conflicto. El proceso de adaptación a su nueva vida en América, que se intuye duro, se nos muestra de una forma exenta de conflicto. Tony, su enamorado, es encantador y su aceptación por la familia se produce sin la menor dificultad. Prospera en su trabajo y en sus estudios de forma que, al cabo de un año su situación es ideal. Todo se nos muestra como lo más natural y sencillo. Como si de un cuento de hadas se tratara.

El elemento más destacado de la película es la interpretación de la protagonista, Saoirse Roman, y la ambientación tanto en Irlanda como en América.

El director es el irlandés John Crowley del que parece que lo más destacado que ha hecho han sido algunos episodios de la segunda temporada de la serie de TV, True detective. No sé si la falta de fuerza de la película hay que achacársela a él o al guionista ( o a la novela original) pero el caso es que aunque se trata de un producto correcto, no resiste la comparación con otras de las nominadas al Oscar o la injustamente excluida Carol. 

miércoles, 2 de marzo de 2016

Cine: SOBRE LOS OSCAR 2015

Ya se entregaron los Oscar de 2015.

La Academia había seleccionado 8 películas para la elección de la mejor.  La gran apuesta, El puente de los espías, Brooklyn, Mad Max: Furia en la carretera, Marte, El renacido, La habitación y Spotlight. ¿Son las mejores del año? Yo echo de menos Carol, Sicario y Steve Jobs. Y también El año más violento y Nightcrawler, pero aunque estrenadas en España en 2015, creo que hubieran optado a los Oscar del año pasado por ser producciones de 2014. Ciñéndonos a las nominadas, creo que de las que he visto (me faltan Mad Max y Brooklyn), Spotlight, La habitación y El puente de los espías destacaban y en mi opinión cualquiera de ellas podía llevarse el premio. Lo ha hecho Spotlight. Tanto Marte como El renacido, especialmente esta última, destacan por su espectacularidad, pero en conjunto, me resultan menos interesantes.

El mejor director ha sido elegido Alejandro G. Iñárritu que entra así, con dos Oscar en años consecutivos, en la leyenda de Hollywood. Tan sólo John Ford y Joseph L. Mankiewickz lo habían conseguido antes. Como El renacido es una exhibición del ego de Iñárritu, sólo Tarantino (Los odiosos ocho) se le podía haber opuesto en esta faceta, pero no estaba nominado. No he visto Mad Max, aunque intuyo que George Miller su director, no les va a la zaga. Adam Mc Kay ha arriesgado en La gran apuesta más que los otros dos directores en Spotlight y La habitación, más clásicos en su realización. Echo de menos a Spielberg (El puente de los espías) y a Todd Haynes (Carol)

Leonardo di Caprio ha sido considerado el mejor actor por su papel en El renacido. Una vez más la Academia premia el sufrimiento. Yo hubiera preferido a Michael Fassbender por Steve Job y Macbeth pero Di Caprio podía haberlo ganado antes,  con mayor merecimiento, por El lobo de Wall Street. 

Brie Larson ha ganado los premios más importantes del año para interpretación femenina. De las otras aspirantes, a falta de ver Brooklyn, tan sólo Cate Blanchett (Carol) podía discutírselo, pero ya tiene un Oscar. Bien premiada.

Mejor secundario ha sido, con toda justicia, Mark Rylance por su papel en El puente de los espías. Y mejor secundaria, Alicia Vikander, que es lo mejor de La chica danesa. En esta categoría cualquiera podía haber ganado. Todas ellas están muy bien en sus papeles.

La mejor película de animación ha sido elegida Del revés. Me pareció muy buena y el premio estaba cantado, pero creo que Animalisa utiliza muy bien la técnica de la animación con un sentido dramático y adulto, y su premio hubiera, quizá, estado más justificado. 

También estaba cantado el premio para El hijo de Saul. Tan sólo indicar que, entre las nominadas, se echa en falta  la chilena El club.

Se ha premiado como mejores guiones los de Spotlight, original y La gran apuesta, adaptado. A mi me gustó mucho el de Alan Sorkin para Steve Job, pero ni siquiera estaba nominado. Los dos premiados son buenos guiones, pero entre los adaptados prefiero Carol.

El tercer premio consecutivo de fotografía a Emmanuel Lubezki por El renacido, le consagra  como un director de fotografía extraordinario. Es un premio merecido y previsto. Me gustaban también las candidaturas de Carol y Los odiosos ocho.

Del resto de los premios, destacar los seis de Mad Max, todos de carácter técnico, el de mejor documental a Amy, que comenté en el blog, y la banda sonora de Los odiosos ocho para Ennio Morricone que por fin consigue el Oscar por una de sus partituras.



martes, 1 de marzo de 2016

Cine: LA HABITACION


Basada en la novela del mismo título de Emma Donoghue, inspirada a su vez en la historia de monstruo de Amstetten que mantuvo a su hija, Elizabeth Fritzl, encerrada en un sótano  durante 24 años, que salió a la luz en 2008,  y la de Natascha Kampusch, secuestrada y enjaulada también durante años. La habitación es una producción de Canadá e Irlanda que ha estado nominada a los Oscar como mejor película, dirección, actriz protagonista y guión adaptado, premios de los que tan solo se ha llevado el de mejor actriz, categoría en la que Brie Larson ha triunfado también en los Globos de oro y los Bafta. 



Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende con su madre. Por la noche, mamá lo pone a dormir en el armario, por si viene el viejo Nick. Pero para su madre es el cubículo donde lleva siete años encerrada, secuestrada desde los diecinueve años. Con gran tesón e ingenio, la joven ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo insoportable.  La curiosidad de Jack crece de día en día y su madre 
planea la forma de escapar. Cuando lo consiguen, los dos tendrán que adaptarse a un mundo muy distinto. La vida en libertad  también tiene muchas dificultades para ellos.

La película dedica sus primeros 45 minutos a exponernos la situación en la habitación, hasta que consiguen escapar. Pero a partir de ese momento veremos como el adaptarse a la libertad también tiene dificultades. Se enfrentan a una situación nueva para el niño y distinta a la que ella dejó cuando fue secuestrada. Sus padres se han separado, la madre tiene una nueva pareja. El padre no puede aceptar a Jack.  Y les vemos expuestos a la curiosidad de los medios, de los vecinos.

Evidentemente se trata de un tema terrible que podría haber dado lugar a una historia policíaca o un tratamiento morboso. Al quedar fuera de la narración los siete años de confinamiento, se convierte en una historia muy humana, de amor y supervivencia, gracias a que se nos presenta la visión del niño como hilo conductor, que lo convierte en una especie de cuento de brujas y princesas, tan cruel como suelen ser estos cuentos, pero no centrado en la morbosa historia previa. 

Me gustó como el director, el irlandés Lenny Abrahamson, muestra el agobiante mundo del encierro en la habitación, la tensión que se genera con la presencia del secuestrador, la mirada del niño desde el interior del armario. Creo que los primeros 45 minutos son muy buenos. Y la secuencia de la huida. El resto, mas convencional.

Una de las mayores virtudes de la película reside en los dos interpretes principales. La madre es Brie Larson, una joven actriz  a la que no recuerdo haber visto antes aunque lleva muchos años actuando. Y el niño es Jacob Tremblay. Los dos muestran una compenetración extraordinaria en una interpretación que consigue transmitir veracidad. Y, en el caso del niño, cómo el director, Lenny Abrahamson, ha conseguido que no parezca estar actuando, tal es su naturalidad. Destacar también la presencia de Joan Allen y Willian H. Macy como los abuelos del niño. 

Una muy notable película