viernes, 30 de junio de 2017

Cine: DÉJAME SALIR




Jordan Peele es un cómico bastante conocido en Estados Unidos, actor en algunas series y guionista en otras. Efectúa su debut como director con esta película de la que también es guionista y que podríamos definir como de intriga con toques de comedia.





Chris es un fotógrafo negro residente en Nueva York, que desde hace unos meses sale con una chica blanca. La pareja hace una escapada de fin de semana y viaja hasta la casa de campo de los padres de ella para que le conozcan. Al principio todo es amabilidad y corrección. Pero Chris no tardará en descubrir hechos extraños, sobre todo en relación con los dos empleados negros que viven en la casa. A medida que avanza el fin de semana, la situación se complica para Chris hasta alcanzar niveles de pesadilla. 

Con un planteamiento inicial que recuerda ¿Adivina quien viene esta noche?, (Stanley Kramer, 1967), la película evoluciona rápidamente hacia una situación que recuerda a otra película, ésta más reciente, La invitación (Karin Kusama, 2015). La historia está bien construida, con algunos momentos muy reveladores de cual es la situación a la que se enfrenta el protagonista, pero de los que no nos damos cuenta hasta el final. El planteamiento y el nudo están muy bien, lástima que la parte final y sobre todo el desenlace resultan, en mi opinión, un poco forzadas. Como también me resulta forzada la presencia del amigo del protagonista, por otra parte imprescindible para resolver la situación. La realización incurre en algunos, pocos, momentos en el exceso, en busca del sobresalto, sobre todo mediante la utilización de la música. 

En general la película me sorprendió agradablemente. Huye de lo que podría ser el terror para buscar la intriga con bastante sentido del humor, un tanto negro, eso si.

Los intérpretes están bien. Destaca Daniel Kaluuya como Chris. Le hemos visto en Sicario. A Allison Williams, la novia, la hemos podido ver en la serie de TV Girls. Y a la madre, Katherine Keener, la recuerdo en Truman Capote, Begin again, Sobran las palabras... Siempre me ha parecido una actriz convincente.

Una película interesante en el poco atractivo panorama cinematográfico actual. 

domingo, 25 de junio de 2017

Cine: SELFIE


De Victor García León recuerdo una película, Vete de mí, que le proporcionó a Juan Diego el premio de interpretación en San Sebastián y un Goya en 2006. Tengo buen recuerdo de ella. Desde entonces no ha conseguido dirigir mas que una serie de Tele 5.

Selfie se presentó en el pasado Festival de Málaga donde tuvo una buena acogida y obtuvo el premio de la Crítica



Mientras un equipo de rodaje sigue todos sus pasos, para grabar un documental, la vida de Bosco cambia radicalmente cuando su padre, un alto cargo del Gobierno, es detenido y encarcelado acusado de varios delitos económicos. Expulsado de su casa y de su familia –cada uno se va por su lado sin pensar demasiado en los demás-, del master de dirección de empresas, olvidado completamente por su novia en cuanto ésta se entera de lo ocurrido, Bosco deambula obligado a enfrentarse al desconocido mundo real, en busca de un refugio. 

El propio director ha definido la película como "una alegoría subnormal de España, en la que un idiota de izquierdas y otro de derechas se pelean por una chica ciega que no sabe lo que quiere ni a dónde va". Lo malo es que en muchos momentos da la sensación de que ni el propio García León tiene claro por donde va. Los primeros minutos son incluso brillantes, amparados en la figura de Santiago Alverú, un debutante que da vida al personaje de Borja. Pero una vez puesto en marcha el relato, se hace reiterativo en su desarrollo quedándose  corto en su retrato de esa España a la que pretende criticar con un humor descabellado, esperpéntico, alrededor de unos personajes no tan absurdos como podría parecer. 

Lo que podría haber sido un excelente corto, se alarga hasta cerca de hora y media sin encontrar, en mi opinión, un camino claro que recorrer. Y se me hicieron pesadas las andanzas de Bosco. Probablemente porque se resiente de la falta de presupuesto que le impide desarrollar ideas que se adivinan en la película. Me recordó alguna de las películas que en los 80 nos ofrecieron gente como Trueba (Opera prima) y Colomo (Tigres de papel). Un cine distinto pero falto de desarrollo

Destaca el protagonista, Santiago Alverú, de una naturalidad pasmosa. Habrá que ver si realmente actúa o es que es así. Le acompañan Macarena Sanz, a la que acabo de ver en el teatro (Refugio) y en la película de Miguel del Arco Las furias y un grupo de actores poco conocidos.


A pesar de la decepción, hay que confiar en que García León pueda seguir ofreciéndonos pruebas de su capacidad narrativa que creo está muy por encima de lo que aquí demuestra.

Cine: CARTAS DE LA GUERRA


Antonio Lobo Antunes es uno de los escritores portugueses más reconocidos. Licenciado en medicina, fue enviado como médico a la última fase de la guerra de Angola, un tema que, al parecer, se encuentra en muchos de sus libros. En 2005, treinta años despues de la experiencia reunió en un libro las cartas que durante su estancia en Angola escribió a su mujer con la que se había casado unos meses antes y que estaba esperando su primer hijo.

Este libro inspiró al documentalista Ivo Ferreira la realización de esta película, a caballo entre la reconstrucción documental y la literatura.


1971. La vida de António Lobo Antunes se ve brutalmente interrumpida cuando el ejército portugués le recluta para ejercer cómo médico en una de las peores zonas de la guerra colonial, el Este de Angola. Alejado de todo lo que ama, escribe numerosas cartas a su joven esposa, envuelto en un ambiente cada vez más violento.

A medida que le cambian de destino, se enamora de África y madura políticamente. A su lado, toda una generación lucha contra la desesperación y se pregunta si regresará a casa algún día. En un decorado bélico tan incierto, las cartas se convierten en su único vínculo con la supervivencia.

Con una fotografía en blanco y negro extraordinaria, la película pone imágenes a los textos de Lobo Antunes, llenos de amor y poesía. Aunque no es el tipo de cine que más me atrae, creo que, pese a que en algunos momentos me resultó algo tediosa, la película merece la pena.

sábado, 24 de junio de 2017

Cine: NORMAN. El hombre que lo conseguía todo


Norman está dirigida por el que es probablemente el más internacional de los directores israelíes, Joseph Cedar, Aunque nacido en Nueva York se trasladó con su familia a Israel cuando tenía cinco años. Sus dos primeros largometrajes, Time of Favor (Hahesder, 2001) y Campfire (Medurat Hashevet, 2004) fueron seleccionados para representar a Israel en los Oscar. Ambos títulos fueron grandes éxitos en su país de origen y se distribuyeron en Norteamérica y Europa.  Cedar recibió el Oso de Plata al Mejor Director por su tercer largometraje, Beaufort que se convirtió en la película más taquillera de Israel de aquel año y fue candidata al Oscar como Mejor Película de Habla No Inglesa en 2008. Pie de página (Footnote) fue su cuarto largometraje.
Esta es su primera película rodada fuera de Israel. Se trata de una coproducción entre USA e Israel, rodada en Nueva York con reparto que incluye a Richard Gere, Michael Sheen, Charlotte Gainsbourg, Steve Buscemi y un popular actor israelí, Lior Ashkenazi. 




Norman es un "conseguidor", una persona que facilita que las cosas ocurran, que se mueve en el mundo de los negocios, relacionando a unos con otros, ayudando a buscar financiación para proyectos de poca monta. Un dia entabla amistad, de manera un tanto forzada,  con un joven político israelí. Tres años después, este hombre es un influyente líder mundial. 

Es una película extraña, con un personaje central, Norman, del que se echa de menos más información. Lo que ocurre es que la película se centra en su actividad no en la persona. Siempre le vemos en la calle o en su relación con otras personas, nunca en su casa o en momentos privados. Se mueve entre políticos, banqueros, diplomáticos y líderes religiosos, poniendo en contacto a unos con otros, de forma que podemos considerar no siempre éticamente correcta. 

Cuenta el director que hace unos años asistió a un desayuno de trabajo sobre temas religiosos que resultó una excusa para reunir en un mismo lugar apolíticos, diplomáticos y hombres de negocios que de otra forma no habrían coincidido. Y es en esas situaciones donde personas como Norman se mueven como pez en el agua. Y relaciona al personaje con el concepto de "judío de corte", un personaje al que el antisemitismo ha caricaturizado pero que el director trata de reivindicar. 

El caso es que la película consigue interesar, pero creo que le falta desarrollo al conflicto y al personaje del político israelí. Como si no hubiera terminado de definir por donde quiere ir la narración.

Apreciable interpretación de Richard Gere con una curiosa caracterización.

martes, 20 de junio de 2017

CINE-WAYNE WANG---MIENTRAS ELLAS DUERMEN

          "El mal sería aún mas evidente si la mataba. Sería fácil estrangularla, u obstruirle la nariz y la boca y ahogarla .Dormía con la boca abierta, enseñando su lengua infantil. Era una lengua que parecía capaz de enroscarse en su dedo si la tocaba, como la de un recién nacido en el pecho de su madre. Llevó la mano a su mandíbula y labio superior y le cerró la boca. Cuando retiró la mano, la boca volvió a abrirse. En los labios separados por el sueño , el anciano vió la juventud."
                     Yasunari Kawabata  -La casa de las bellas durmientes-

Wayne Wang es un director de cine hongkonés, afincado en EEUU, de ejecutoria irregular que alterna películas de autor con otras tremendamente comerciales como "Sucedió en Manhattan", en el año 2007 ganó la Concha de oro del festival de San Sebastián con una buena película intimista "1000 años de oración" donde trataba el distanciamiento que se produce entre un padre chino y su hija cuando éste la visita en EEUU,donde ella se sienta totalmente integrada, seguramente no sería la mejor película del festival de ese año, pero el presidente del jurado era su buen amigo Paul Auster al que Wang ya había adaptado en la película "Smoke" la que yo más aprecio de toda su filmografía, en ella Harvey Keitel escenifica un fantástico monólogo "El cuento de navidad de Auggie Wren" si no lo conoceís os lo recomiendo podéis disfrutarlo en Youtube.
En esta ocasión Wang ha adaptado  y estirado en demasía ,un pequeño relato de Javier Marías "Mientras ellas duermen", los cuarenta y cinco minutos respetan bastante el original, a partir de aquí la necesidad de convertirlo en un largometraje desarrollando distintas personalidades a los cuatro personajes, convirtiendo la película en una de intriga que no acaba de cuajar.
Wang convierte a los personajes españoles en japoneses, algo que puede parecer chocante pero no tanto ,la influencia de Yasunari Kawabata y de su novela " La casa de las bellas durmientes" es algo que a mí me parece evidente, el erotismo sutil, la vejez, la violencia soterrada y sobre todo el voyeurismo son temas constantes en la obra de Marías ,sobre todo el voyeurismo que alcanza su punto álgido en la última "Así empieza lo malo"
La acción se desarrolla durante 5 días más un confuso epílogo.Kenji y Aya son un joven matrimonio, novelista él  y editora ella que no atraviesan su mejor momento, la musa y la libido están de vacaciones después de haber escrito dos libros prometedores, empiezan a interesarse por una singular pareja, el señor Sahara de más de sesenta años y su acopañante Miki jovencita de apenas veinte años, el matrimonio especula con el tipo de relación que mantienen.
La curiosidad lleva a Kenji a entablar conversación con Sahara, que le hace partícipe de su obsesión por Miki a la que conoce desde niña y a la que filma continuamente mientras duerme  con intención de grabarla en su último día, a partir de ese momento el observador Sahara pasa ha ser observado en un doble juego de voyeurismo y los cuatro personajes se van relacionando en una espiral morbosa y agobiante con ribetes sadomasoquistas, todo ello ya muy alejado del relato original y con resultados no muy convincentes.
En el epílogo Wang retoma de alguna manera el espíritu de Marías cuando se muestra la última grabación de la joven recuperando la ambigüedad del cuento ¿ muerta o dormida ?  

Película que yo he visto con interés pero muy confusa en la parte de la trama de intriga y fallida en su conjunto ,quizás una segunda visión aporte más luz.


martes, 13 de junio de 2017

Teatro: REFUGIO


En el María Guerrero se ha estado representando Refugio, una obra original de Miguel del Arco que también es responsable de la puesta en escena. Creo que el de Miguel del Arco es uno de los nombres que más se repiten en este blog, tanto como autor como, sobre todo, director de escena. Hamlet, Antígona, Lucrecia, Juicio a una zorra, Misántropo, su película Las furias, el proyecto Kamikaze en el Teatro Pavón, han sido objeto de comentario desde que empecé a publicar, si bien otros montajes suyos como La función por hacer, Veraneantes, Deseo y alguno más fueron objeto de mi atención con anterioridad.

No creo necesario, por lo tanto, volver a destacar su figura. 


La historia se centra en la familia de Suso Santiesteban, un político corrupto que acoge en su casa a Farid, un refugiado que ha perdido a su mujer y su hijo en la travesía que les traía al sueño europeo, 

Farid y Suso y su familia son los dos platos de la balanza un tanto faltos de equilibrio. Los Santiesteban sufren el acoso mediático que persigue al padre por estar en el centro de un escándalo de corrupción del que, naturalmente, no sabía nada. El político se esfuerza por salvarse de las acusaciones y salvar su puesto. Junto a él su mujer, una cantante de ópera que ha perdido la voz y se entrega al alcohol. Su suegra desorientada y sus hijos,una joven rebelde que dice desear un mundo mejor pero se aprovecha de las influencias y la posición de su padre, y un adolescente rebelde digno de un videojuego. 

Frente a ellos Farid, un refugiado sirio que se niega a hablar y entender la lengua de los que le acogen, al que solo oímos hablar con su conciencia, que toma la forma de su mujer, porque lo que realmente quiere es morir. 



Pero como dice el autor lo que está ahí, por encima de la anécdota, "es la corrupción del lenguaje a través de estos políticos, porque quien tiene la palabra tiene el poder, pero también del silencio de este refugiado que se niega a unir palabras porque lo que quiere es morirse. Esa especie de normalidad civilizada, con los discursos inventados por los políticos para los telediarios, en la que vivimos. Hemos normalizado una manera de hablar que no tiene nada que ver con la compasión. Estamos construyendo un mundo devastador”


Cuenta el autor que el punto de partida fue una película de Pasolini, Teorema (1968). En ella, a una familia de clase alta italiana, compuesta por un matrimonio, un hijo y una hija, llega un misterioso joven que irá alterando el comportamiento de todos ellos. Como aquí, la presencia de un extraño en el día a día de la familia  contribuye a desestabilizar la vida de sus miembros. 

Una obra intensa, profunda en sus interpretaciones. Está muy bien construida. Con una introducción en la que el político y la asesora del partido preparan una entrevista en un diálogo vivo, lleno de todos los lugares (palabras) comunes de la política actual.

Quizá es en este sentido donde se le puede poner algún reparo a la obra, en la utilización de todos los recursos comunes del lenguaje político, en lo que podría llegar a tomarse como una caricatura. Pero por otra parte logra momentos verdaderamente conmovedores en las escenas entre Farid y su mujer y hermosos como la escena de danza y ópera de la cantante sin voz, acompañada por la mujer de Farid.

Y todo ello esta arropado por una puesta en escena espectacular en la que destacan la escenografía de Paco Azorín y la iluminación de Juan Gómez-Cornejo. Con la utilización muy acertada y sugerente de proyecciones 

El elemento central es un cubo de cristal que se abre y transforma, con varios niveles de uso y significación. No sólo dentro/fuera, sino también arriba/abajo, como un espacio de vida/muerte. Y las paredes se convierten en superficies de proyección donde añadir el lenguaje audiovisual. La caja es por un lado un refugio donde sentirse protegidos, pero también es algo que encierra y encierra de manera agónica. Es además un lugar donde se está expuesto. 

Y unos muy buenos intérpretes, con Israel Elejalde y Raul Prieto a la cabeza. También están Carmen Arévalo, María Morales, Macarena Sanz, Beatriz Argüello y Hugo de la Vega. A muchos de ellos les he visto en papeles notables en las pasadas temporadas. Y todos están muy bien. A destacar que Macarena Sanz parece que, cuando yo asistí a la representación, actuaba con muletas por una lesión real ya que en las fotos de promoción no las utilizaba.

Aunque ya han terminado las representaciones, no me extrañaría que se repusiera la próxima temporada, quizá en el Kamikaze-Pavón. Muy recomendable

jueves, 8 de junio de 2017

Teatro: LA CANTANTE CALVA




En el Teatro Español se ha presentado la obraque se considera iniciadora del denominado teatro del absurdo, La cantante calva de Eugène Ionesco.

Sobre este tipo de teatro y el autor ya escribí en mi comentario sobre El rinoceronte, en enero de 2015. El término, Teatro del Absurdo fue una expresión empleada por el crítico Martin Esslin cuando escribió su libro El teatro del absurdo. Clasificó a ciertos dramaturgos que escribían durante la década de 1950, principalmente franceses, cuyo trabajo se consideró como una reacción contra los conceptos tradicionales del teatro occidental.Este teatro propone mostrar una realidad oculta y amarga que subyace en la idea de felicidad y confort del modo de vida burgués. Una constante del Teatro del Absurdo es la pugna de sus personajes por expresarse y la imposibilidad de lograrlo.

La cantante calva ha sido permanentemente representada en el Théâtre de la Huchette, en Paris.  desde 1957.

Esta obra está cargada de ironía, de juegos verbales sin sentido y situaciones carentes de lógica. Parece que la idea surgió cuando el autor estaba intentando aprender inglés con el método Assimil. A la vista del contenido de los diálogos del método decidió escribir una obra absurda llamada L’anglais sans peine (El inglés sin esfuerzo), en referencia al título del manual.




Un matrimonio inglés tradicional espera la llegada de otro matrimonio para cenar. Cuando lleguen, no cenarán. Mantendrán diálogos intrascendentes y absurdos hasta la irrupción de un bombero en busca de un fuego que apagar.

Si la sinopsis ya parece absurda, lo que la obra relata lo es más aún. Porque lo que nos relata en precisamente eso, lo absurdo de una existencia basada en la incomunicación. Y así, el Sr. y la Sra. Smith mantienen una conversación donde ella habla y el lee el periódico. El tiempo es relativo: las campanadas del reloj y las horas no coinciden.  El matrimonio anuncia un cambio de ropa que nunca ocurre, regaña a la criada por tomarse su día libre cuando ellos mismos dieron la autorización. 

El matrimonio invitado, los Martin,  vive tal desconexión que son incapaces de reconocerse uno al otro. Vienen del mismo sitio, viven en el mismo departamento, comparten la misma cama y tienen hijos en común, pero no se reconocen.

Cuando los dos matrimonios por fin se juntan a cenar, no cenan, conversan sin decirse nada. No tienen nada que compartir. Se interrumpen y olvidan de qué hablan constantemente. 

La aparición de un capitán de bomberos pidiendo un fuego para poder apagarlo 
supone la culminación de la incongruencia y el sin sentido. Al final, la obra vuelve a empezar, pero ahora los Martin son los Smith. La historia se repite y comienza otra vez, incluyendo todo lo absurdo que hemos presenciado

La obra se caracteriza por el vacío en la comunicación. El matrimonio de los Smith muestra lo mucho que las personas pueden hablar todo el día sin decirse absolutamente nada. Empleando la reiteración de ideas, las palabras sin sentido de acción o el razonamiento sistemático. La obra es una parodia de lo cotidiano en la vida de dos parejas.

Desde este punto de vista la obra me recordó a una película de Luis Buñuel, El discreto encanto de la burguesía por la presentación de un mundo ilógico, en el que las reuniones de un grupo de burgueses se verán siempre interrumpidas por las circunstancias más extrañas, algunas reales y otras fruto de su imaginación.
También, en muchos momentos, al teatro de Jardiel y de Mihura. E incluso a los Hermanos Marx.

Me resulta difícil valorar la puesta en escena. Este tipo de obras se basan en una serie de recursos que creo que están eficazmente utilizados, especialmente los actores entre los que destaca Adriana Ozores. El resto  (Fernando Tejero, Joaquin Climent, Carmen Ruiz, Helena Lanza y Javier Pereira) cumplen con sus absurdos papeles. Quizá Javier Pereira, al que hemos visto en buenos papeles en cine (Stockholm, Que Dios nos perdone), muestra cierta falta de experiencia sobre un escenario y esté un poco por debajo del nivel del grupo. El director de la obra es Luis Luque y la versión es de Natalia Menendez.