miércoles, 27 de diciembre de 2017

Cine: WONDER WHEEL




Nos llega, fiel a su cita anual, la última película de Woody Allen, Wonder Wheel, la noria de Coney Island, un barrio de Brooklyn donde, además de una de las playas más famosas de la ciudad de Nueva York, se encuentra un paseo marítimo lleno de tiendas y bares y un parque de atracciones que parece salido de otra época. Justamente en esa otra época, años 50 sitúa Allen la acción de su película.

Es curioso como el nombre de Woody Allen solemos siempre relacionarlo con la comedia, a pesar de que en los últimos años e incluso en toda su carrera, muchas de sus se encuentran bastante alejadas de esa consideración. Si repasamos sus últimos títulos, Cafe Society, Irrational man, Magia a la luz de la luna y Blue Jasmine, tan solo Magia... entraría en esa categoría, como tampoco una de las dos que para mi, son sus mejores títulos en este siglo, Match Point (el otro sería Midnight en Paris). Es cierto que, casi siempre, hay ironía y un cierto sentido del humor en sus narraciones que las hace reconocibles por muy serias que sean, pero la realidad es que, en mi opinión, desde hace tiempo, sus películas merecen más la calificación de dramas que de comedias. 



Nueva York, años 50. Las vidas de cuatro personajes se entrelazan en medio del bullicio del parque de atracciones de Coney Island: Ginny (Kate Winslet), una ex actriz emocionalmente volátil que ahora trabaja como camarera; Humpty (Jim Belushi), el operador de la famosa noria y marido de Ginny; Mickey (Justin Timberlake), un apuesto y joven socorrista que sueña con convertirse en escritor; y Carolina (Juno Temple), la hija de Humpty, que se esconde de unos mafiosos en el apartamento de su padre. Con el añadido, poco desarrollado, de un hijo pirómano, quizá la única nota de humor. 

Una vez más, Allen nos presenta, al modo de otros autores, variaciones sobre algunos de sus temas favoritos, la insatisfacción, el triángulo amoroso, el sentimiento de culpa. Con un gran personaje femenino, algo que no es nuevo en su cine. Ginny es una mujer de cuarenta años necesitada de cariño, algo que no encuentra en su marido y cree encontrar en Mickey. Pero la realidad se impone y Ginny tomará una decisión moral que tendrá graves consecuencias. Kate Winslet está esplendida en ese personaje, muy por encima del resto del reparto.

Con una puesta en escena impecable, la fotografía, una vez más de Vittorio Storaro, y una historia melodramática próxima al mundo de Tennessee Williams, la película se resiente de que las situaciones y los personajes de Mickey y Carolina, que rodean al personaje central y su drama humano no tienen la consistencia necesaria.

Película interesante, atractiva, aunque no alcance el nivel de las grandes películas del director, algo que, desgraciadamente, parece ya demasiado lejano.

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