Con los premios a mejor actor y mejor guión conseguidos en el festival de Cannes, nos ha llegado En realidad nunca estuviste aquí. Una película dirigida por Lynne Ramsay, directora de la que se vio hace unos años, Tenemos que hablar de Kevin, donde parece que ya daba muestras de un estilo propio, aunque un tanto retorcido. No la vi.
En esta ocasión ha contado con el notable especialista en papeles atormentados Joaquin Phoenix, quien, como ya he dicho, fue premiado en Cannes.
En esta ocasión ha contado con el notable especialista en papeles atormentados Joaquin Phoenix, quien, como ya he dicho, fue premiado en Cannes.
La película es, fundamentalmente, un ejercicio de estilo. La directora funde en su narración pasado y presente, realidad y subjetividad. En ocasiones de forma brillante, en otras confusa. Una historia bastante convencional contada de forma nada convencional, no solo argumentalmente sino, sobre todo, formalmente. Por eso me extraña el premio a mejor guión en Cannes, cuando lo mas destacable es su desarrollo en imágenes, su puesta en escena. Aunque es cierto que ambos proceden de la misma mano y, probablemente, son inseparables.
Una película que exige una mirada atenta y reflexiva para poder apreciar si su estilo narrativo es, como algunos han señalado, original, creativo e innovador o si esto conduce a la confusión. Yo me inclino por lo segundo, aunque no descarto una segunda visión.
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