martes, 28 de enero de 2020

EL EVANGELIO SEGÚN JESUCRISTO----JOSÉ SARAMAGO

                                       

                                                                                                          

EL EVANGELIO SEGÚN JESUCRISTO
JOSÉ SARAMAGO
De Bolsillo
Pags 493
 José Saramago ha sido el único escritor portugués ganador del Premio Nobel, lo consiguió en el año 1998, cuando ya tenía 76 años y carrera dilatada que abarcaba desde su labor peridística, a la poesía, la novela, ensayos y memorias, una trayectoria trazada con esfuerzo, a pesar de sus orígenes muy humildes y de los que nunca renegó.
Saramago publicó "El Evangelio según Jesucristo" en el año 1991, Portugal había dejado de ser una dictadura el 25 de Abril de 1974 con aquella revolución tan poco ortodoxa, en la que los fusiles portaban claveles, revolución ilusionante y más tarde decepcionante para un hombre como Saramago que pertrnecía al partido comunista desde el año 1966. Por esta condición de comunista y "ateo hormonal", como el mismo se definía, no pudo comprender que su país, ya laico, recibiera con tanta inquina su irónica y mordaz visión del Evangelio, no se entendió o quizás sí, que a pesar del inequívoco ateísmo, su ataque iba más contra la institución que contra la religión.

En el Evangelio según Jesucristo, Saramago narra la vida de Jesús desde su polémica concepción,su nacimiento casual en la aldea de Belén, su infancia en Nazaret rodeado de sus muchos hermanos haciendo valer su primogenitura, sus preguntas sin respuestas sobre su padre José que vivía obsesionado por la culpa de su comportamiento en la matanza de los inocentes, la complicada relación con su madre María tras la crucifixión de su padre tomado por patriota zelote, el abandono de la familia para comenzar un camino iniciático que comienza con el Diablo y continúa con Dios, el primer encuentro con Dios y su aviso que será elegido para altos designios, el encuentroy la relación carnal con María Magdalena, los primeros milagros, los primeros discípulos y por fin la revelación definitiva de que es hijo de Dios y su destino de sacrificio para engrandecimiento de la futura Iglesia, destino que Jesús acepta escéptico y forzado, para acabar con la crucifixión y la muerte, con el sentimiento de haber sido engañado por un Dios insensible calculador, al que finalmente impreca desde la cruz:

"Entonces comprendió Jesús que vino traido al engaño como se lleva al cordero al sacrificio, que su vida fue trazada desde el principio de los principios para morir así, y, trayéndole la memoria el río de sangre y de sufrimientos que de su lado nacerá e inundará toda la tierra, clamó al cielo abierto donde Dios, sonreía, Hombres, perdonadle , porque él no sabe lo que hizo"

La trama principal de la novela es la historia de Jesucristo desde un punto de vista heterodoxo, atendiendo más al hombre hijo de José, del que solo heredó dos cosas, unas viejas sandalias y un sentimiento de culpa por la muerte de criaturas inocentes, culpa heredada y mal entendida ,que en realidad solo Dios pudo evitar y no evitó. Otros temas son la predestinación, la sutil frontera entre el bien y el mal, la complicidad entre Dios y el Diablo en su destino final, la justificación en nombre de la religión de crímenes y atropellos, el fanatismo religioso, el trato casi vejatorio a las mujeres, la impotencia ante el poder divino.
La voz narrativa omniescente, en realidad el propio Saramago, que a veces, las más, habla en primera persona y en otras adopta la primera persona del plural, siempre narrando desde la perspectiva del presente, desde el conocimiento actual lo que le permite irónicos anacronismos y citar a personajes fuera de contexto, como Freud, Jung,Lacan o Pessoa.
Los personajes son los ya conocidos del Nuevo Testamento, tratados de forma singular y cercanía, destacan Jesús, Dios y el Diablo extraña Trinidad de la que ha desaparecido el Espíritu Santo, el diálogo de los tres personajes sobre la barca es fundamental para entender esta novela, en este pasaje está ,para mí, lo mejor del libro, exceptuando la prolija relación de martirios y atropellos que Dios anticipa como indispensables para la expansión de la fé, los mártires, afirma, son el mejor método para afianzar el poder.
José es la culpa y su expiación, María, madre, y María Magdalena, amante, son también personajes fundamentales que encarnan la sumisión y la libertad respectivamente.
La estructura externa de la novela es la habitual en Saramago, no existen los capítulos numerados, parte eso sí, de un magnífico prefacio con un grabado de Durero, que representa la Crucifixión y que el autor interpreta describiendo ,maravillosamente, los distintos elementos y personajes que aparecen, le sigue el resto de la narración por estricto orden cronólogico, para acabar, en esta edición ,que yo he leído, con un apéndice del año 2oo9 con unas reflexiones de María Magdalena.
Saramago escribe este libro con su estilo habitual, ignora los signos de admiración e interrogación, prescinde de los guiones de diálogo,los puntos y aparte son prácticamente inexistentes, un "estilo"que le hace reconocible sea cual sea el tema que trate, algo común en otros grandes maestros, reconocibles son los cuadros de Van Gogh, Picasso o Pollock, la música de Wagner o Beethoven o las imágenes de Bergman o Welles.Hay un texto de Saramago "Por qué sin signos de puntuación" donde justifica su estilo,defiende que con las pausas lo que busca es que el lector no lea pasivamente sino que construya el texto, que lo complete, que escuche la voz que había dentro de su cabeza,sonidos y pausas como en la música.
Al fin lo que Saramago reivindica es que sus libros deben ser también escuchados,como él escuchaba las historias de su abuelo porquero y analfabeto bajo una higuera portuguesa.
 





Cine: LO MEJOR DE 2019

Llega la temporada de premios y también de considerar lo mejor que hemos podido ver a lo largo del año ya terminado. Como siempre, algunas de las películas más destacadas estrenadas en el año son producciones del anterior, que optaron a los premios de 2018. Ahí destaca especialmente La favorita y, en menor medida. El vicio del poder. Centrándome en la producción de 2019, creo que hay cuatro películas que destacan por encima de las demás: El irlandés, Parasitos, 1917 y Retrato de una mujer en llamas.





 En un segundo nivel, Los hermanos Sister, Joker, Historia de un matrimonio y Mujercitas. Y para completar el panorama del año, Nosotros (Us), Erase una vez en Hollywood, Los informes sobre Sarah y Salem, Sorry we missed you, Midsommer, Yesterday, Ad Astra, Puñales por la espalda, Dias de lluvia en Nueva York, The Farewell, Los miserables... En general me ha parecido una cosecha bastante superior a la del año anterior. 









El cine español nos ha vuelto a dar bastantes títulos destacados: Dolor y Gloria, La trinchera infinita, Los días que vendrán, La virgen de agosto, Intemperie, Lo que arde, Madre, Quien a hierro mata, Ventajas de viajar en tren, Hasta que acabe la guerra, La hija de un ladrón y Buñuel en el laberinto de las tortugas son una docena de películas de interés y calidad, muy variadas en sus temas y capacidad de producción, pero muy merecedoras de aprecio.






Cine: LA INOCENCIA



Alumna de la Escac y apoyada en el proyecto The screen de la Ecam, la joven directora valenciana Lucia Alemany presentó en el pasado Festival de San Sebastían su primera película, un relato, inicialmente, autobiográfico, aunque como ella misma dice, una vez terminada ya no la siente tan suyo.

 The Screen (iniciativa de impulso a la producción de la ECAM: Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid) quiere ser una cantera de cineastas, apoyando a nuevos talentos. Se trata de un programa de desarrollo de proyectos, "La incubadora", que una vez seleccionados reciben a lo largo de unos meses la asesoría de profesionales y un apoyo económico. Creo que este es la primera producción de este proyecto que se estrena en salas.  

 La inocencia consiguió siete nominaciones en los Premios Gaudí, del cine catalán y dos en los recientes Goya. Como he dicho se trata de su primer largo, tras un cortometraje en 2015, Catorce años y un dia.




Lis es una adolescente de quince años que sueña con salir de su pueblo, aunque sabe que para conseguirlo tendrá que pelearlo duramente con sus padres. Es verano y Lis se pasa el día en las calles y playa del pueblo con sus amigas y saliendo con su novio, unos años mayor que ella. La falta de intimidad y el chismorreo constante de los vecinos obligan a Lis a llevar esa relación en secreto para que sus padres no se enteren. Pero ese verano idílico llega a su fin. 

La directora retrata un grupo de amigas con naturalidad y frescura en medio de las costumbres y las apariencias de las zonas rurales que tratan de condicionar su conducta. Alemany nos muestra una serie de temas que nos dan la imagen del tipo de sociedad en el que aún hoy siguen creciendo las mujeres. La convivencia con una familia y sociedad donde el hombre impone su criterio. En este sentido los personajes del padre, el novio e incluso la madre, son un claro exponente del "machismo" dominante. 


Aunque algunos personajes son demasiado tópicos (Sergi López es, una vez mas el macho ibérico un tanto exaltado), y el conflicto central de la película me recuerda las peliculas de los 80, se trata de una razonable aproximación a la vida veraniega de una pequeña población valenciana, donde destacan las interpretaciones de Laia Marull, justamente premiada en los Gaudí, y sobre todo de Carmen Arrufat, candidata al Goya como actriz revelación que ganó la "yaya" Benedicta. Espero que tenga nuevas oportunidades porque su trabajo me encantó, pese a que su apariencia es mas acorde a sus auténticos 18 años que a los 15 de su personaje.


viernes, 24 de enero de 2020

Cine: EL FARO


Rodada en un formato poco habitual, casi cuadrado (1,19;1) en blanco y negro, con solo dos personajes, elogiada por la crítica, esta segunda película de Robert Eggers está llamada a ser claramente para minorías. 

Robert Eggers se dio a conocer en el cine independiente con La Bruja (2015), una película de género fantástico ambientada en la América precolonial, de la que al comentarla en este blog, destacaba fundamentalmente su aspecto formal. Contada con planos estáticos, sin excesos ni sustos gratuitos, al margen de las modas del cine de terror actual, con unas imágenes que recordaban en muchas ocasiones al cine de Dreyer y la pintura holandesa.  


En una remota isla de Nueva Inglaterra un veterano farero y su joven ayudante  deberán convivir durante cuatro semanas. Su objetivo será mantener el faro en buenas condiciones hasta que llegue el relevo que les permita volver a tierra. Pero no es fácil convivir aislados del resto del mundo y los conflictos son inevitables.

La película encierra en un entorno del que no pueden salir a dos personajes en un mano a mano brillante de dos buenos actores, Willem Defoe y Robert Pattinson. Pero lo que mas destaca es el aspecto visual que, como ocurriera en La bruja, recuerda al cine de Dreyer, y también al expresionismo alemán. Una fotografía en blanco y negro digna candidata al Oscar y una utilización del sonido que merecería la misma distinción.

Una historia cargada de literatura y mitología, que pasa por textos de Herman Melville y similares, nos acerca a los mitos de Prometeo e Ícaro y que estira demasiado el enfrentamiento entre los dos personajes en una locura progresiva hasta el duelo final. Una película dura, nada complaciente, difícil de soportar si no se admira su extraordinaria factura técnica.

Robert Eggers se confirma como alguien que posee un estilo propio y que junto con Ari Aster (Midsommar) está llamado a renovar el género fantástico.





jueves, 23 de enero de 2020

Teatro: DIVINAS PALABRAS


La CDN ha presentado en el María Guerrero un nuevo montaje de Divinas Palabras, la obra de Valle Inclán. Lo dirige José Carlos Plaza quien ya ha dirigido varias versiones de la obra, incluso la operística presentada en el Teatro Real en 1997.  

La obra se estrenó en 1933, quince años después de ser escrita. Después de la guerra tuvo que esperar hasta 1961 para su reposición en el Teatro Bellas Artes, con dirección de José Tamayo y Nati Mistral y Manuel Dicenta como protagonistas.  La obra se mantuvo muchos meses en cartel. Este montaje fue un éxito y forma parte de la historia del teatro español. Después numerosas versiones con diferentes directores, entre ellas la que en 2006 dirigió Gerardo Vera con la que se inauguró el teatro Valle Inclán en Madrid.Es una de las obras mas internacionales de su autor. Ha contado con numerosos montajes no solo en España sino tambien en el extranjero. Ingmar Bergman la dirigió en 1950.

En opinión de su director, Divinas palabras, es el exponente más moderno, el engranaje más perfecto en el que el teatro español alcanza su máximo nivel, hoy en día aún no superado.

"Lo trágico, lo dramático, lo cómico y lo grotesco se aúnan en esta tragicomedia donde es evidente la influencia de Goya y sus Pinturas negras, de los Disparates, de los horrores de la guerra. Y también evidente la influencia de Solana, Dalí y de toda una corriente española que llega hasta nuestros días –con Buñuel a la cabeza– en una auténtica sinfonía de colores, sonidos y sentimientos. Esta inigualable obra está habitada con imágenes ancestrales de muerte, fanatismo, ingenuidad, barbarismo, codicia, avaricia y lujuria. Pero, sobre todo, de esa enorme fuente esencial, siempre reprimida, siempre oculta, siempre condenada y tantas veces prohibida: la sexualidad en libertad. Con Divinas palabras estamos ante una de las dos o tres obras más universales de nuestra historia literaria. Una obra que no ha perdido en este siglo XXI ni un ápice de su poder corrosivo".



 Juana la Reina es una pobre mujer, madre de un hijo con hidrocefalia. Se gana la vida pidiendo limosna por los caminos llevando en una carreta al muchacho. Es hermana de Pedro Gailo, el sacristán de la Iglesia de San Clemente y de Marica del Reino. Pedro está casado con Mari Gaila y tienen una hija, Simoniña. Cuando Juana muere, el carretón y el muchacho son motivo de disputa entre los hermanos, ya que todos ven en esta triste herencia una forma de sacar beneficios mendigando por caminos y ferias. El alcalde decide finalmente que lo usen por turnos, y pretende así terminar la disputa. 

Tengo que decir que, personalmente, prefiero Luces de Bohemia a esta obra que, al menos en el montaje que comento, me parece que nos presenta una visión demasiado limitada de el gran cuadro de muerte, fanatismo y avaricia que describió su autor. Puede que contribuya a ello que se ambienta en una aldea gallega y en los caminos, tabernas y lugares cercanos a ella. Un ambiente, quizá, demasiado localista. La acción nunca abandona este círculo cerrado y, salvo Séptimo Miau, ningún personaje tiene contacto con el mundo exterior. Se ha considerado que nos presenta el enfrentamiento entre dos tipos de moral: la tradicional, cristiana, residente en la aldea y la amoralidad representada por los personajes de los caminos. Y que este es el tema central de la obra; el conflicto entre la religión y las fuerzas vitales.  Dos mundos que viven en paralelo hasta que confluyen en la figura de Mari Gaila y su adulterio.

Se ha escrito mucho sobre el significado del final de la obra, cuando tras pronunciar Pedro Gailo las palabras de Dios (Quien esté libre de pecado...) en castellano, las vuelve a pronunciar en latín. Pedro Gailo hace callar el tumulto con palabras que no entienden pero que tienen en sí mismas el poder de enajenación propio de un ritual mágico. Las palabras de Dios, divinas palabras, que no tuvieron ningún efecto dichas en castellano, tienen en latín el poder de las cosas rituales, la fuerza de provocar respeto y hasta miedo. Algo que Valle  utiliza con un cierto tono irónico. Según apuntan algunos estudiosos, atribuirle la fascinación que produce la magia y el engaño embaucador, es una feroz crítica a la manipulación de las voluntades por parte de los altos estamentos. Para Antonio Buero Vallejo las divinas palabras son redentoras, provocan una emoción solemne y salvadora. Para el director describe la constante manipulación de un pueblo adocenado, castrado por falsas creencias ancestrales, que les asustan y paraliza.

Me gustó la utilización del espacio escénico, con una escenografía e iluminación de Paco Leal que resuelve la pluralidad de espacios  que resuelve con aparente sencillez, pasando de un camino a un interior o de un interior a una feria, con elementos tan simples como expresivos. Lo que permite que la obra avance con continuidad y ritmo. También la utilización del sonido, música original de Mariano Díaz que acentúa ambientes y mucho sonido animal y aquel que proviene de la naturaleza: vientos, lluvias, olas, etc.

Lo que menos me atrajo fue la interpretación, en general. Demasiado gritada. Me sorprendió agradablemente, aunque recuerdo haberla visto en Señorita Julia hace ya algunos años, María Adanez como protagonista y me gustó especialmente Ana Marzoa, en un personaje secundario pero fundamental, al que dota de una interpretación pausada y tranquila que contrasta con la del resto del reparto. Parece que en la gira que continúan al finalizar en Madrid, el papel protagonista pasa a María Isasi.





lunes, 20 de enero de 2020

Teatro: REINAR DESPUÉS DE MORIR


Luis Vélez de Guevara es un dramaturgo y autor de novelas que vivió desde  1579 hasta 1644. Coincidió, por lo tanto, con Lope de Vega y Calderón de la Barca, sin que, pese a las más de 400 obras escritas y cerca de 100 conservadas, haya alcanzado su prestigio. Probablemente su obra mas recordada sea El diablo Cojuelo, y en teatro, Reinar después de morir.

El montaje que se presenta en el Teatro de la comedia de Madrid, es una coproducción entre la CNTC y la Companhia teatro de Almada. Se estrenó en Lisboa el pasado mes de octubre con actores portugueses y se representa ahora en Madrid con actores españoles, salvo el dia 27, lunes, en que se representará en portugués. Según Ignacio García que firma el diseño de la puesta en escena, es la mas portuguesa de las obras del Siglo de oro y la más española de las leyendas históricas portuguesas. La escenografía, el vestuario y la iluminación han sido diseñados por artistas portugueses. Se trata de una interesante colaboración con nuestros vecinos.

Inés de Castro era una noble gallega que se trasladó a la corte portuguesa como dama de compañía de su prima Constanza cuando ésta se prometió con Pedro I y que se convirtió en su amante. A la muerte de Constanza, el monarca Alfonso IV quiso que su hijo se casase con Blanca de Navarra para estrechar lazos entre los dos reinos. La desobediencia de Pedro acarreó la ruptura de las relaciones entre Portugal y Navarra. Cuando se casaron en secreto, en contra de los deseos del todavía rey, éste mandó matar a Inés. Dos años después, cuando Pedro llegó al trono tras la muerte de Alfonso IV, mandó exhumar el cadáver de Inés, la sentó en el trono, la hizo coronar y obligó a los cortesanos a que le rindieran honores.





La obra nos sitúa en el momento en que Blanca de Navarra llega a Portugal para casarse con el infante Don Pedro, matrimonio concertado por su padre. Como D. Pedro está ya casado con Inés, la única solución para salvar el acuerdo es la muerte de Inés.

No conocía la obra, aunque sí la leyenda. Me parece que la obra o al menos esta versión, no termina de centrarse. Se mueve entre la visión de la indecisión del Rey entre permitir los amores de su hijo con Inés o mantener la razón de estado. Esto da lugar a momentos muy atractivos como el dialógo entre Inés y Blanca de Navarra, pero en conjunto se mueve por terrenos poco definidos. Todo para llegar al emotivo final de la coronación de Inés.

La versión de López Antuñano de la obra  incide en la parte más política para enlazar la historia con el presente. Más allá de la anécdota romántica, expone cómo la razón de Estado se impone por encima del individuo. Habla de la libertad individual y el poder corrompido moralmente, que busca lo que es conveniente y no lo que es necesario. La injusticia se disfraza de argumento para defender el bien común,

Lo mas llamativo de esta puesta en escena es la escenografía, creada por José
Manuel Castanheira. Como se puede ver en la fotografía, se trata de una especie de pista de skate, por la que se desplazan los actores, que tienen que demostrar una notable agilidad para llegar a las ventanas y que parece ya se ha cobrado una victima en la protagonista, Carmen del Valle, que, lesionada, ha tenido que ser sustituida por Lara Grube. Esto provoca que el espectador esté casi más pendiente de las evoluciones de los personajes que de la trama.

Se trata , en cualquier caso, de un montaje notable, muy bien servido técnica e  interpretativamente bajo la dirección de Pepa Pedroche. Destacan sobre todo las dos actrices principales.

miércoles, 15 de enero de 2020

Cine: RICHARD JEWELL


Desde que en 2003 dirigió Mystic River, Clint Eastwood ha seguido dirigiendo películas a un ritmo de casi una por año. Entre ellas ha habido de todo, mejores y peores, pero no se puede negar su habilidad para contar historias, en muchos casos centradas en personajes un tanto aislados del resto de la sociedad, héroes anónimos que quizá vienen a representar una frase de uno de sus personajes, J.Edgar (2011): El individuo es la base de la democracia.

 En los últimos títulos hemos visto a un octogenario solitario, tres soldados impidiendo un atentado, un piloto que evita un accidente, un francotirador, uno de los hombres más temidos de los EEUU, un lider surafricano que utilizo el rugby para tratar de acabar con el apartheid, un veterano individualista y, en muchos casos, una crítica al sistema que coarta la libertad individual. En este caso vemos como la actuación más que correcta de un guardia de seguridad que evita que un atentado cause cientos de víctimas, le acabe convirtiendo en sospechoso solo porque se trata de una persona un tanto peculiar, un bicho raro.

A partir de un amplio artículo publicado en Vanity Fair por Marie Brenner, el guionista Billy Ray ha construido un guion inteligente y eficaz, aunque cargue demasiado las tintas en los personajes negativos. 


Richard Jewell era un guardia de seguridad en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. En la noche del 27 de julio descubrió una mochila con explosivos en su interior y evitó un número mayor de víctimas al ayudar a evacuar el área poco antes de que se produjera el estallido. En un principio se le presentó como un héroe cuya intervención salvó vidas, pero a los pocos dias, Jewell pasó a ser considerado el sospechoso número uno y fue investigado como presunto culpable. Tuvieron que pasar muchos años para que se limpiara su nombre al descubrir al verdadero culpable.

La historia está bien contada, Pese a que sabemos que Jewell es inocente, seguimos con interés la situación de acoso mediático y la manipulación del FBI. El para mi desconocido Paul Walter Hauser interpreta a Richard Jewell con el que tiene un indudable parecido, y lo hace muy bien. Como también Sam Rockwell un gran secundario al que hemos visto en El vicio del poder, como George Bush y en Tres anuncios en las afueras, título por el que ganó un merecido Oscar como secundario. Y la veterana y siempre eficaz Kathie Bates como la madre de Jewell, papel por el que ha sido nominada para los Globos y los Oscar. Jon Hamm y Olivia Wilde aportan credibilidad a sus personajes, claramente los malos de la película.

En resumen, una buena película, sin alardes.



lunes, 13 de enero de 2020

Cine: 1917


Sam Mendes es un prestigioso director teatral inglés que debutó como director cinematográfico en 1999 con American Beauty. La película obtuvo ocho nominaciones al Oscar y ganó cinco, entre ellas mejor película y mejor director. También ganó varios Globos de oro y premios BAFTA. Un debut brillante que inició una carrera donde destacan Camino a la perdición (2002), Revolutionary road (2008) y los dos últimos títulos del agente 007. En muchas de sus películas ha contado con Richard Deakins como director de fotografía y Thomas Newman en la banda sonora al igual que en 1917, su octavo título.

A falta de conocer las nominaciones a los Oscar, de momento ha sido elegida mejor drama y mejor director en los Globos de oro y será una de las favoritas, sin duda, para los Oscar de este año.



Primera Guerra Mundial. En el frente occidental, un general encomienda a  dos jóvenes soldados británicos la misión de entregar un mensaje urgente y decisivo para evitar que un batallón caiga en una trampa. Para realizar esta misión deberán abandonar la trinchera a plena luz del día y avanzar por el campo francés ocupado por los alemanes.  Si no llegan a tiempo, 1.600 soldados perderán la vida, entre ellos el hermano de uno de los dos soldados.

En un extraordinario alarde de fotografía y montaje para desarrollar la historia aparentemente en un solo plano secuencia, Sam Mendes nos hace acompañar a los dos soldados en un recorrido lleno de muerte y destrucción por las trincheras y alambradas de los dos bandos, una ciudad fantasmal y destruida y un río lleno de cadáveres. La cámara los sigue permanentemente y nos introduce de forma total en su peripecia, haciéndonos sentir el horror de la situación. Todo ello en una exhibición de planificación del rodaje, necesitado de una coreografía y una hábil utilización de todo tipo de recursos. Es impresionante pensar en el esfuerzo que supone un rodaje de estas características.

La pelicula está concebida como un homenaje a las experiencias de su abuelo Alfred H. Mendes quien le contó sobre sus experiencias como cabo en la Primera Guerra Mundial, así como los pintorescos personajes a los que conoció durante su servicio militar. Tenía 19 años cuando en 1917 se alistó en el Ejército británico. Debido a su baja estatura, fue elegido para hacer de mensajero en el frente. La neblina del territorio entre las trincheras aliadas y enemigas facilitaba que pudiera llevar mensajes lateralmente de un puesto a otro. Su altura suponía que no era visible para el enemigo. 

Creo que el gran protagonista de esta película es el director de fotografía, Roger Deakins, conocido sobre todo por su trabajo en las películas de los hermanos Coen, Denis Villeneuve y el propio Mendes. Ha ganado cuatro premios BAFTA  y  suma catorce candidaturas al Oscar, que ganó el año pasado por Blade runner 2049.

La película nos narra una acción en la que nos recuerda el sinsentido y la barbaridad de una guerra. Nada nuevo. Lo destacable es la forma en que lo hace, aunque para ello prescinde de toda consideración en el desarrollo temporal de lo que narra, al condensar en las dos horas de película un viaje que dura más de una noche.

En cualquier caso, una muy notable película, excelente formalmente,  totalmente recomendable, asumiendo que se trata de una película bélica.

martes, 7 de enero de 2020

Cine: EL OFICIAL Y EL ESPÍA


El llamado "Caso Dreyfus" conmocionó a Francia en los últimos años del siglo XIX. En enero de 1895, el capitán Alfred Dreyfus, un joven y prometedor oficial, fue degradado por espiar para Alemania y condenado a cadena perpetua en la Isla del Diablo. Se trataba de una falsa acusación basada en el sentimiento antisemitista y la necesidad del gobierno francés de lavar una imagen muy deteriorada. Tan solo la intervención del jefe del Servicio de inteligencia, Georges Picquart, y algunos intelectuales como Emile Zola consiguieron sacar a la luz la corrupción y las mentiras en nombre de la razón de estado y que  Dreyfus fuera finalmente exonerado. 

Cuenta el director de esta película, Roman Polanski, que junto con el guionista Robert Harris empezaron a trabajar en la idea ocho años atrás. Cuando decidieron contar la historia desde el punto de vista del Coronel Picquart, uno de los personajes principales de la historia, Harris fue quien tras una intensa investigación escribió un libro que se convirtió primero en un Best seller y después en la base de la película. 

Presentada en el Festival de Venecia, la película obtuvo el gran premio del Jurado y el de FIPRESCI. Estuvo nominada a mejor película europea.

 

Entre los testigos que fueron responsables de la condena de Dreyfus se encuentra el coronel Georges Picquart (Jean Dujardin), encargado de dirigir la unidad que descubrió al espía. Cuando Picquart se entera de que se siguen pasando secretos militares a los alemanes, inicia una investigación en un entorno de mentiras y corrupción, poniendo en peligro su honor y su vida.  

Al tratar el tema desde el punto de vista de Picquart, la película se convierte en una historia de intriga, contada de manera eficaz y clásica por Polanski, que se adentra en un mundo muy jerarquizado donde, al menos en este caso, domina la supuesta razón de estado sobre la verdad y la legalidad. Denuncia así un sistema corrompido, no solo por la intolerancia.

Se ha hablado, en este sentido, de que el director ha querido trazar un cierto paralelismo e identificación con el personaje de Dreyfus. El lo ha negado, y sin entrar en la realidad o no de esta acusación, me parece que esta identificación no tendría sentido.

La película es muy correcta y mantiene el interés aunque es conocido el desenlace. En mi opinión el personaje de Pauline Monnier, interpretado por Emmanuelle Seigner, la esposa del director. Un personaje que aporta  poco a la historia y que da la sensación de que ha sido incluido, o al menos extendida su presencia, para facilitar su participación. 

Destaca la interpretación de Jean Dujardin, al que recordamos especialmente en The artist (2011) película por la que gano numerosos premios, incluido el Oscar, como Picquart, pero en general todos los interpretes contribuyen al desarrollo de una intriga de denuncia política muy interesante y recomendable.









  


jueves, 2 de enero de 2020

Teatro: LOS HIJOS


En el Pavón Kamikaze he visto Los hijos de Luci Kirkwood, una autora inglesa de treinta y seis años que con su obra Chimerica que giraba en torno a la influencia de China y América en la política mundial, logró en 2013 el premio Oliver a la mejor revelación y otro premio a la mejor obra escrita por una mujer. Se trata de una autora y guionista británica muy reconocida en su país.

David Serrano dirige el montaje de una historia que, a raíz de la catástrofe medioambiental provocada por una central nuclear, nos habla de nuestra responsabilidad para con las generaciones venideras. Director y guionista de varias películas populares, ha dirigido también en los últimos años varios montajes teatrales, entre los que destaco, por haberlos visto, Lluvia constante, Buena gente y Los universos paralelos. 




Hazel (Susi Sánchez) y Robin (Joaquín Climent) son una pareja madura. Científicos nucleares, trabajaban en una central. Ahora, prejubilados, viven en una cabaña junto a la zona de exclusión. A pesar de que la electricidad está racionada y de que poseen un contador Geiger para medir cualquier signo de radiación, intentan mantener una apariencia de normalidad y se mantienen en contacto con Lauren, su hija mayor. Una tarde les visita Rose (Adriana Ozores), antigua amiga y compañera, a la que hace mucho tiempo que no veían. Su llegada, tras más de tres décadas de ausencia, trastoca los recuerdos, los sentimientos y el porvenir de estos tres amigos. Y, a la vez, el futuro de toda una generación que aún desconoce el destino al que se enfrentarán. 

Como se dice en la presentación de la obra, Los hijos llama nuestra atención sobre el futuro que llega desde un pasado que se acaba. Desde el pasado de la relación afectiva de tres amigos que trabajaron juntos toda su carrera y sobre el futuro de los millones de personas anónimas de una generación que se abre paso. Y entre el pasado de unos y el futuro de los otros, el presente del planeta como vínculo entre todos ellos. Con un tema de actualidad como es la responsabilidad que tiene el ser humano en el deterioro del planeta y lo que debemos hacer para ayudar a las generaciones venideras, la historia nos sitúa ante el compromiso con la sociedad, ante el pasado de unos y el futuro de otros que puede que nos señale como culpables de lo ocurrido.Un claro sentido ecologista muy adecuado a la reciente cumbre celebrada en Madrid.

La obra está bien construida. Quizá un poco demasiado convencional. Se puede situar en el "género" de visita inesperada. La llegada de alguien que rompe un equilibrio que se demuestra inestable. La aparición de Rose nos va desvelando la situación de la pareja sacudiendo su vida aparentemente ordenada. Todo mostrado con pequeños detalles y diálogos aparentemente banales, hasta que Rose nos descubre la razón de su llegada. Y los personajes se nos van definiendo a lo largo de la obra gracias, sobre todo, a las interpretaciones de los tres actores a los que no veía sobre un escenario desde hace dos años.

La escenografía de Mónica Boronello, bastante sencilla y funcional, y la iluminación de Juan Gómez Cornejo contribuyen a la eficacia de la propuesta.

Interesante y un tanto sobrecogedora.