lunes, 28 de enero de 2019

Cine: EL BLUES DE BEALE STREET


Barry Jenkins dirigió Moonlight, la  ganadora del Oscar a mejor película hace dos años. Se trataba de una película que nos contaba la historia con sensibilidad, sin abusar de dramatismos ni de la violencia de las situaciones, centrándose mas en sus consecuencias. Ahora nos presenta una nueva historia, basada en una novela de James Baldwin, activista negro y homosexual al que se relaciona con Gil de Biedma, sobre el que trataba el documental I'm not your negro de Raoul Peck.

El blues de Beale street ha sido nominada al Oscar en las categorias de actriz de reparto (Regina King), guion adaptado y banda sonora. Regina King ya obtuvo el Globo de oro a mejor actriz de reparto. Y se echa de menos la nominación de la fotografía de James Laxton. 


Harlem años 70. La película presenta a Fonny (Stephan James) y Tish (Kiki Layne). Muy jóvenes, muy enamorados y decididos a comerse el mundo con su amor. Sin embargo, en sus planes todo se tuerce cuando Fonny es encarcelado acusado de una violación. Tish, apoyada por las dos familias se ve obligada a tratar de probar la inocencia de su novio de quien, además, está embarazada.

"Una celebración del amor incondicional a través de la historia de esta joven pareja, sus familias y sus vidas, tratando de llevar a cabo justicia sin más armas que el amor y la promesa del sueño americano”, explica el director. Un retrato de una sociedad llena de prejuicios raciales, donde el sistema puede señalar a los negros sin pruebas y sin escrúpulos, narrado a través de una historia de amor.

Película atractiva en su forma y su contenido, pero que al centrarse más en la historia de amor con embarazo incluido que en el drama judicial y la acusación injusta, dando prioridad al aspecto melodramático de la historia, desconcierta un poco al casi despreciar la intriga de la falsa acusación. Está claro que no es esto lo que interesa al director y guionista, que hace muy pocas concesiones a ese elemento de la historia. Quizá sea precisamente esa poca profundización en la intriga dentro de la combinación de intriga y romanticismo lo que puede hacer que se diluya el interés del espectador. Al menos eso me ocurrió a mi.

Cabe señalar la habilidad con que se alterna pasado y presente, la historia de amor y el intento de librar a Fonny de la cárcel en paralelo. Formalmente es intachable. Me evoca el cine de Todd Haynes (Carol, 2015) y antes en el tiempo, el clásico Douglas Sirk.


Se trata, no obstante, como ocurría con Moonlight, de una película llena de sentimientos y sensibilidad, muy contenida, con una fotografía impecable y una notable calidad e interés aparte de su carácter de denuncia. Muy recomendable.

domingo, 27 de enero de 2019

CINE CLÁSICO--- EL GRAN CARNAVAL


El gran carnaval ( Ace in the hole ), es una película de Billy Wilder del año 1951, de la que fue coguionista, productor y director y que como muchas otras fue más reconocida en Europa que en EEUU, cuando la rodó Wilder ya era un director consagrado con varios éxitos en su filmografía como Sunset Boulevard, Días sin huella o Perdición.
El gran carnaval está considerada como una de las mejores películas sobre el periodismo, no en vano Wilder fue periodista en Austria antes de entrar como guionista en los estudios alemanes UFA, y de recalar como muchos otros directores en EEUU escapando del nazismo, años mas tarde volvería sobre el tema del periodismo sensacionalista con "Primera Plana" aunque en esta el tratamiento es humoristico.


La revisión de este film resulta muy oportuna y apropiada, por la similitud y el cariz con que últimamente se tratan en este país las informaciones periodísticas y sobre todo televisivas, de los sucesos luctuosos que todos tenemos en mente.

                   Las malas noticias se venden mejor, las buenas noticias nunca son buenas noticias.

                   Yo no provoco los los sucesos lo único que hago es contarlos.

Estas frases forman parte del ideario como periodista del protagonista de esta historia, Chuck Tatum ( Kirk Douglas ) profesional del periodismo con la calle como única universidad, bebedor, mujeriego, cínico, tramposo, encantador de serpientes y sobre todo ambicioso en su profesión que sueña con el Pulitzer, ha sido expulsado de varios periódicos y recala en Alburquerque ( Nuevo México ) "una Siberia abrasadora" ,sin dinero ,sin empleo sin más equipaje que su vanidad y seguridad en si mismo que le vale para emplearse en el modesto periódico local "Alburquerque Sun-Bulleth" cuyo lema es "Diga la verdad", lema del que se burla.
Lo que en principio debía ser un trabajo temporal que propiciara su regreso a Nueva York ,se convierte en dos años de tedio ,abulia y desinterés por una  sociedad que no genera noticias interesantes ; todo cambia el día que casualmente se topa con un accidente fortuito, Leo Minosa ( Richard Benedict ) el propietario de una tienda y gasolinera ,en cuyo terreno existen unas ruinas indias en estado de semiabandono ,se encuentra atrapado por un derrumbe cuando buscaba cerámicas indígenas. Leo es el primero en establecer contacto con él , se granjea su confianza y ve las posibilidades de magnificar la noticia , pero necesita que el rescate se prolongue para conseguir titulares y que los grandes périodicos se interesen, para todo ello consigue implicar y manipular a la esposa que le detesta, a un sheriff corrupto al que le interesa su campaña, y a un contratista al que fuerzan a elegir el método mas largo e incluso inapropiado para el rescate.
La noticia corre como la pólvora y el lugar se convierte en peregrinaje de curiosos, medios de comunicación, y mercaderes y aprovechados de todo tipo.

La película es un alegato contra el amarillismo de cierto periodismo ,el sensacionalismo que provoca el morbo ,la falta de rigor y responsabilidad en la información, la burda manipulación sin medir las consecuencias que como es de preveer son fatales.
                           
                            Marchaos a casa ¡ Todos! El circo ha terminado.
Aunque Wilder en su crítica llega al esperpento traspasando a veces la credibilidad, es indudable la vigencia de la propuesta y la denuncia de un periodismo que vivimos día a día : la amoralidad de todos los personajes contrasta con la bondad de los padres de Leo y con la integridad del director del periódico de Alburquerque.
Kirk Douglas hace un gran personaje que se mueve entre el cinismo , la ambición y el arrepentimiento tardío.
Uno de mis actores favoritos, un inmortal que vive aún a sus 102 años y que nunca recibió un Oscar excepto el honorario en 1996.

Cine: GENTE QUE VIENE Y BAH


Laura Norton es, a pesar del apellido, una escritora española que ha firmado algunos "best sellers", novelas románticas dirigidas a mujeres jóvenes, cuyo modelo podría ser, quizá, Bridget Jones; mujer joven llena de complejos cuya vida sentimental está en perpetua crisis. Su primera novela No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, fue llevada al cine con dirección de Maria Ripoll en 2016 con Verónica Echegui como protagonista.

Gente que viene y bah es el primer largometraje que dirige Patricia Font, graduada en la ESCAC, escuela de cine y audiovisual de Cataluña, directora de un corto, Café para llevar, que ganó el Goya en 2014. 



La vida de Bea, una joven arquitecta, da un vuelco cuando descubre que su prometido, con el que comparte trabajo, se ha liado con una famosa presentadora de TV. Al perder novio y trabajo en el mismo día, Bea vuelve a la casa familiar en su pueblo natal, donde, además de un paisaje idílico, le espera un futuro incierto, su madre y sus hermanos, un tanto peculiares, y un atractivo vecino. 

Una historia de lo más convencional, que intenta modernizar a sus personajes para, en cualquier caso, enviar un mensaje un tanto conservador, pero eso si, puesto al dia: hay que disfrutar la vida, preocuparse por lo realmente importante y no dejarse vencer por las adversidades. Me recordó, en este sentido, a una comedia de hace un par de años, Señor dame paciencia.

La película cuenta con varios actores y, sobre todo, actrices populares. Clara Lago, Alexandra Jiménez, Carmen Maura y Alex García son los más conocidos, al menos para mi.

Película muy femenina tanto en su concepción como en el público al que se dirige, personajes excéntricos pero previsibles y de poco recorrido en su desarrollo. Un tipo de cine fundamentalmente comercial que, aunque está razonablemente bien realizado, me interesa muy poco y que dudo que, siquiera, sea un éxito de taquilla, a jusgar por la sesión a la que asistí.

 

jueves, 24 de enero de 2019

Cine: ATARDECER


László Nemes saltó al panorama cinematográfico hace unos años con su primera película, El hijo de Saul, que nos ofrecía una visión diferente del Holocausto y consiguió varios premios internacionales. Atardecer es su segunda película y en ella parece querer mantener los planteamientos visuales de la primera, pero lo cierto es que con mucho menos acierto a la hora de llegar al espectador.
La película obtuvo el Premio Fipresci en el Faestival de Venecia y Premio Eurimages en el de Sevilla.



1913, Budapest. Después de pasar su infancia en un orfanato, Irisz Leiter llega a la capital húngara con la esperanza de trabajar de sombrerera en la antigua tienda de sus padres biológicos. Pero Oszkar, el nuevo propietario, la rechaza. A su vez, se tendrá que enfrentar a su pasado cuando descubre un hermano que nunca supo que tenía. Su misión de encontrarlo la lleva a descubrir oscuros
secretos mientras el país se prepara para el caos de la guerra.

Lo que en la sinopsis puede parecer atractivo y, de hecho, lo es durante los primeros minutos de la película, va degenerando en un laberinto donde el espectador, o al menos así me ocurrió, se encuentra totalmente desorientado. Dice el director que "pretende sumergir al espectador en un laberinto acompañando a su personaje principal en la búsqueda de su hermano y a la vez encontrar el significado del mundo que descubre. Todo ello con informaciones contradictorias por lo que la protagonista puede no ser consciente del proceso que se lleva a cabo en su interior". Lo cierto es que esa desorientación es también la que encontré yo a lo largo de las casi dos horas y media de duración de la película.

 La confrontación entre dos mundos, el poder aristocrático y económico contra la revolución que se está gestando. Intrigas y pequeñas batallas callejeras que probablemente son una alegoría de la guerra que empezará poco después, como vemos en un epílogo dificil de explicar. Pero que crean confusión, una confusión a la que contribuye la dificultad de identificar a los personajes y la cámara situada a la espalda del personaje con una limitadísima profundidad de campo. Un recurso formal entendible y básico en su primera película pero que aquí parece, casi siempre, mero artificio. También debe jugar en su contra que el juego de diferentes lenguas que, al parecer, se utilizan en la película pase inadvertido aun viéndola en versión original, por simple desconocimiento de los idiomas. 

Destacable la fotografía y la ambientación.

miércoles, 23 de enero de 2019

Cine: LA FAVORITA


He hablado ya en dos ocasiones de Yorgos Lanthimos en este blog con ocasión del estreno de peliculas dirigidas por él, Langosta y El sacrificio del ciervo sagrado, dos películas que escribió con su colaborador Efhymis Filippou. Ahora nos llega La favorita, una historia basada en personajes reales  del siglo XVIII y que procede de otros guionistas.

Ana Estuardo fue la última reina de Inglaterra de la dinastía Estuardo. Cuenta la historia que reinó apoyada en lo que aquí habríamos llamado una "valida", Lady Sarah y que esta fue sustituida por una prima suya, Abigail . Se trató de una reina tímida, enfermiza, que vio morir a 17 hijos y que sin embargo dominaba un imperio.  A partir de estos hechos históricos, Lanthimos desarrolla una historia de amor, celos y traiciones, en la que late como telón de fondo la guerra entre Inglaterra y Francia que enlaza con la de sucesión española.

La película gano el premio especial del jurado y el de mejor actriz en Venecia, obtuvo varias candidaturas en los Globos de oro, donde ganó el de mejor actriz, y tiene 10 nominaciones a los Oscar y alguna más a los BAFTA.


Principios del siglo XVIII. Inglaterra está en guerra contra Francia. La reina Ana (Olivia Colman), ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna en la práctica el país en su lugar, debido al precario estado de salud y al carácter inestable de la monarca. Cuando una nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone), aparece en palacio, se gana la simpatía de Sarah que la protege y acerca a la reina.  Como la política ocupa gran parte del tiempo de Sarah, Abigail empieza a acompañar cada vez con más frecuencia a la reina, lo que la llevará a ser cada vez más ambiciosa y tratar de ocupar su lugar.

Me pareció muy interesante la relación que se establece entre las tres mujeres, una relación a tres bandas basada en la ambición, el sexo y el amor. y también la manera en que lo cuenta Lanthimos. Aunque el guion inicial no es suyo, no cabe duda de que ha intervenido en su desarrollo, dando un enfoque personal y extraño a su desarrollo de la manipulación e intriga dentro de la corte. Todo ello con un toque de comedia en algo que podría ser considerado sumamente dramático.  Apoyado, eso sí, en tres estupendas actrices. Personalmente me quedo con la interpretación de Emma Stone, pero las otras dos,   Rachel Weisz y la para mi poco conocida Olivia Colman están a un gran nivel. Colman ya lleva dos premios como protagonista por esta película y puede sumar otros dos, mientras Stone y Weisz estan siendo nominadas  como secundarias en todos los premios. La verdad es que para mi las tres son protagonistas y hubieran podido aspirar a un premio conjunto.

Me llamó la atención el tratamiento visual y musical de la película. La utilización e incluso abuso de grandes angulares y ojo de pez, los planos enfáticos, la música en ocasiones obsesiva. La iluminación y ambientación pueden recordar a Barry Lindon, la película de Kubrick.

En conjunto una gran película que figura entre lo mejor que he visto últimamente.

lunes, 21 de enero de 2019

Cine: SILVIO (y los otros)


La figura de Silvio Berlusconi ha sobrevolado la política italiana a lo largo de los últimos años del pasado siglo y los primeros del presente. Presidente del Consejo de ministros en tres periodos, condenado en dos ocasiones a penas de cárcel, propietario de los más importantes medios de comunicación italianos, mantiene todavía, a los 82 años, una presencia importante en la política italiana.

Paolo Sorrentino, que ya se acercó a este mundo de la política en 2008 con Il Divo, centrado en la figura de Giulio Andreotti, lo hace ahora con Berlusconi, centrándose en el periodo que va de 2006 a 2011. Como dice el texto de presentación de la película, "la historia de las intrigas que pesan sobre el destino de todo un país se entrelaza con la vida privada de un hombre que al mismo tiempo se ha convertido en un símbolo y una parodia. Es una historia de debilidades humanas, de ambiciones, de miedos, de contradicciones, de desesperación. Los hechos narrados en la película nos hablan de una época que forma parte del tejido de nuestra historia reciente".

Sorrentino dividió esta historia para su explotación en Italia en dos partes de unos 100 minutos cada una. Para la explotación internacional se ha realizado un montaje en una sola de 2 horas y media de duración.


Mientras Berlusconi se encuentra en un momento complicado, recién salido del gobierno y con las acusaciones de corrupción y de sus conexiones con la mafia a punto de llegar a los juzgados, Sergio Morra, un atractivo hombre que sueña con dar el salto de sus negocios de provincia a escala internacional, considera que el camino más rápido para conseguirlo es acercarse a él. Para Sergio solo hay una manera de llamar la atención de Il Cavaliere: las fiestas, las ‘velinas’, las extravagancias y el exceso.

La película es Sorrentino en estado puro, con sus virtudes y sus defectos y, sobre todo, con sus excesos. La aproximación al político italiano es muy interesante y atractiva, pero peca, en mi opinión, de una excesiva longitud. Al igual que ocurría en La gran belleza, el planteamiento se extiende de manera interminable con una sucesión de fiestas, imágenes, músicas y ruidos excesiva. Hasta el minuto 40 no aparece Berlusconi. Después escenas brillantes alternando con momentos redundantes. Un retrato del político y, tal como indica el titulo original, de los otros, de esos otros que rodean, alaban, critican, tratan de utilizar y son utilizados y manipulados, siempre rodeados de chicas jóvenes, sexo y corrupción. Y un Berlusconi patético, como le dice la "velina" que le rechaza. Un viejo de 70 años, que le recuerda a su abuelo, que huele a viejo. Probablemente esta escena y la posterior donde su mujer le plantea su deseo de divorciarse podrían resumir lo que es la película y lo que es su personaje.

Sorrentino vuelve a echar mano de Toni Servillo y su capacidad de caracterización. Como me ocurría con Dick Cheney en la película que comentaba hace unos dias, no conozco lo suficiente la imagen de Berlusconi para saber el nivel de semejanza, pero resulta muy creíble. 

El conjunto es un producto interesante, apreciable, pero falto de contención. me quedo con esa imagen casi ridícula de un personaje que, a mi también, me parece patético.

 Sorrentino hace un producto interesante pero tan falto de contencion

domingo, 20 de enero de 2019

Cine: THE RIDER


Terminaba mi reciente repaso a lo mejor del año lamentando no haber visto dos películas, Burning The rider. Ahora que ya no existen las salas de reestreno ni de sesión continua de mi juventud, la posibilidad de recuperar las películas suele ser casi únicamente la televisión. Existe, no obstante, en Madrid alguna sala que lo hace posible. Una de ellas es el Pequeño Cinestudio, una sala pequeña, bastante incomoda e incluso difícil de encontrar, en la calle Magallanes. Allí he podido ver esta semana The rider, película que ya comento Ángel muy favorablemente a finales de septiembre y sobre la cual poco puedo añadir sobre lo que dijo.


 Tan solo que me pareció un excelente falso documental o docudrama sobre la figura de un vaquero norteamericano en la época actual. El impacto que una lesión tan grave como la sufrida por el protagonista tiene en hombres jóvenes como él: cómo debe ser vivir en la América profunda sin poder identificarse con la imagen idealizada de un vaquero, una imagen que estos jóvenes intentan imitar hasta el final de sus vidas. Una película sobre la lucha tanto física como
emocional, a medida que va asumiendo su lesión.

Muy recomendable, debe ser incluida entre las mejores del año

martes, 15 de enero de 2019

LO MEJOR DE 2018


Ha terminado 2018 y es el momento de repasar lo mejor del año.

Como es habitual, ha habido una serie de películas destacadas De ellas selecciono unas cuantas.

Extranjeras. 



De entre las que optaron a los premios de 2017, estrenadas en España en el primer trimestre de 2018, destaco Sin amor, Tres anuncios en las afueras, Call me by your name, La forma del agua, El hilo invisible y The Florida project. De los restantes estrenos, la francesa Custodia compartida, Isla de perros, El reverendo, Ha nacido una estrella, Un asunto de familia, Pura sangre y, sobre todo, Cold war y Roma

Ha habido algunos títulos más, a menor nivel pero con interés como 200 pulsaciones por minuto, Los archivos del Pentágono, Yo Tonya, Lady Bird, En la sombra, Happy end, El rehén, Lazzaro feliz, Viudas, The guilty y El regreso de Ben. 

Y lamento no haber visto The rider y Burning.


Españolas. 




 Hay un puñado de películas que me han interesado. Carmen y Lola, Viaje al cuarto de una madre, Entre dos aguas, Campeones, Yuli, Las distancias y El hombre que mató a D.Quijote, aunque esta última sea española casi solo a efectos administrativos.  

Pero por encima de ellas yo destaco estas cuatro: El reino, Petra, Todos lo saben y Quien te cantará.  



Todas las mencionadas, unidas al buen nivel de algunos otros estrenos nacionales, me hacen pensar que ha sido un buen año de cine español.

Con ocasión de que se celebren las galas de los premios de cine español, Forqué, Feroz y Goya, sera ocasión de volver sobre el tema y comentar algún otro aspecto.





lunes, 14 de enero de 2019

Cine: EL VICIO DEL PODER


Dick Cheney ha sido uno de los hombres con más poder en la política de los Estados Unidos hasta la llegada de Obama a la presidencia. Ocupó la vicepresidencia con George Bush hijo y antes había sido secretario de Defensa, congresista y jefe de gabinete de la Casa Blanca. Hoy en dia sigue siendo una figura respetada en el partido republicano. 

Adam McKay, que se había aproximado a la crisis económica de 2008 en La gran apuesta, nos presenta ahora la carrera de este político remontándose incluso a su época anterior a su incorporación, en 1969, al gobierno de Nixon. 

La película ha sido nominada a seis Globos de oro, de los que ganó el de mejor actor de comedia, y a seis Bafta, y se espera cuente con varias nominaciones para los Oscar. 



La película explora la historia real sobre cómo Dick Cheney, un callado burócrata de Washington, acabó convirtiéndose en el hombre más poderoso del mundo como vicepresidente de los Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush, con consecuencias en su país y el resto del mundo que aún se dejan sentir hoy en día.

Con un guion muy trabajado, la película se desarrolla por caminos muy poco habituales en el genero. Es un biopic narrado en tercera persona por un narrador del que sabremos su identidad solo al final y en todo momento muy crítico con la persona retratada pero aun más con un entorno al que el calificativo de corrupto se le queda corto. Para Mc Kay, Cheney ha sido un claro representante, si no el ideólogo del neoconservadurismo y la doctrina Bush, la idea de que Estados Unidos puede imponer la democracia, si es necesario unilateralmente, ignorando a las Naciones Unidas y modificando la interpretación de las Leyes. 

La historia de Dick Cheney nos es narrada como si de un documental se tratara, pero utilizando elementos de comedia, roturas narrativas, imágenes de archivo, muy en la línea de su anterior película, con la que mantiene además una clara continuidad en dos de los principales intérpretes, Christian Bale y Steve Carrell y la producción de Brad Pitt. Se puede ver como un reportaje de investigación y de denuncia, en la línea de Michael Moore, que repasa la parte oculta del poder público y sus  conexiones con el sector privado, pero también como una comedia sobre un personaje político capaz de superar sus limitaciones, su juventud poco productiva, su incorporación sin brillantez al equipo republicano en Washington hasta saber aprovechar sus oportunidades y ascender hasta la vicepresidencia. Siempre con el apoyo de su mujer, Lynne, quien nos aparece como la auténtica cabeza pensante de la pareja. 


No conozco tanto a los personajes como para opinar sobre si las diferentes interpretaciones se asemejan en su forma de hablar a los auténticos como ha señalado la mayor parte de la crítica. Pero la transformación física de Bale, un especialista en este aspecto como nos demostró en El maquinista (2004) así como la caracterización de Sam Rockwell en Bush hijo son mas que notables. Me gustó mucho Amy Adams como Lynne Cheney.

Una película atractiva, con algunos altibajos, que nos analiza con cierto humor y mucha crítica lo que ha sido la política de los Estados Unidos antes de la llegada de Obama a la Presidencia y como ha desembocado en la situación actual. Todo con una cierta ambigüedad no en su enfoque pero si en el tono, que se pone ya de manifiesto en al título original, "Vice", con el doble significado de vicio y vicepresidente.

 

sábado, 12 de enero de 2019

Cine: LA QUIETUD


Pablo Trapero es un director argentino que acaba de ser elegido junto con Felix Viscarret para llevar a cabo la realización de la adaptación para TV  de la novela Patria, de Fernando Aramburu, para HBO España. Es conocido por, entre otras películas, Elefante blanco (2012) y El clan (2015), ganadora esta ultima del Goya a mejor película hispanoamericana y comentada en su momento en este blog. Ahora se ha estrenado La quietud, un drama familiar conectado con los efectos de la dictadura argentina, algo que ya ocurría en su película anterior.



Cuando está declarando como testigo, Augusto Montemayor sufre un ataque que le deja en coma.  Mientras una de sus hijas vive en Francia con su pareja, la otra lo hace en la residencia paterna. Cuando la mayor vuelve ante el delicado estado de su padre se produce el reencuentro. Junto a la madre, las tres se verán obligadas a reconstruir el pasado y a enfrentar los desafíos que aparecen en el presente.

La quietud es el nombre de una gran hacienda propiedad de la familia Montemayor. Una familia rota, afectada por un pasado que se nos irá descubriendo a lo largo de su desarrollo. Las relaciones entre una madre (Graciela Borges) dominante y autoritaria y las dos hijas, Mia (Martina Gusmán) y Eugenia (Bérénice Bejo), con el añadido de la pareja de Eugenia y el hijo del abogado de la familia, dan lugar a un melodrama que en algunos momentos roza el folletín estando a punto de caer en lo ridículo. Amores incestuosos, embarazo, adulterio, accidente de automóvil... son, entre otros, una serie de elementos que por acumulación pierden credibilidad.

Formalmente brillante, pero con algunos interludios musicales a los que no encontré sentido (especialmente, People por Aretha Franklin), la película mantiene el interés, especialmente por los personajes femeninos y sus intérpretes. La veterana Graciela Borges, la gran dama del cine argentino de los 60 y 70, la pareja del director, Martina Gusmán y la argentino-francesa Bérénice Bejo, a la que recordamos por The Artist, ayudan a que nos creamos lo que se nos cuenta en mucho mayor medida que unos personajes masculinos sin apenas desarrollo. Destacar que a Edgar Ramírez le hemos visto en La chica del tren y como Versace en la notable serie de TV El asesinato de Versace y a Joaquin Furriel en algunas películas españolas como la reciente El árbol de la sangre y Cien años de perdón.

En conjunto me pareció una película atractiva e interesante, "ma non troppo".

viernes, 11 de enero de 2019

Cine: TIEMPO DESPUES


Hace treinta años, José Luis Cuerda dirigió Amanece que no es poco, una comedia coral, con un humor absurdo, que pese a no ser un éxito cuando se estrenó se ha ido convirtiendo en una "película de culto", con un numeroso grupo de aficionados que la admiran y, casi, veneran.

Cuerda había realizado unos años antes Total, para TV, e hizo unos años después  Así en el cielo como en la Tierra, menos afortunado. Podría decirse que estas tres película forman una trilogía de historias corales y un tanto absurdas que muestran un universo un tanto personal. Tiempo después parece que viniera a cerrar ese ciclo. Escrita a finales de los 90, tras haber pasado bastante tiempo como proyecto difícil de llevar a la pantalla  fue publicada como novela hace pocos años. Ahora ha encontrado financiación y se ha convertido en película, aquello para lo había sido concebida.

A mi me interesa más el Cuerda de El bosque animado (1987)  y La lengua de las mariposas (1999) e incluso el de Los girasoles ciegos (2008), aunque no me convenció su adaptación de la obra de Alberto Mendez.



El mundo de 9177  se ha visto reducido a un solo Edificio Representativo y a unas afueras cochambrosas habitadas por todos los parados y hambrientos del cosmos. Entre todos estos hay uno que cree que salvando ciertas dificultades, y mediante la venta en el Edificio Representativo de su riquísima limonada, otro mundo es posible.

Una película muy irregular, mucho mas interesante por las situaciones y algunos personajes que por la sucesión de chistes y bromas que la componen. Nos presenta un mundo absurdo, sin sentido, lleno de personajes nada realistas en el que, sin embargo, encontramos un espejo deformado de nuestra realidad. Una "sátira alegórica" llena de tópicos sobre los ricos y los pobres en donde encontramos corrupción y desencanto, dando la vuelta a todo ello y jugando con el lenguaje de los diferentes grupos, siempre en el polo opuesto de lo que se supone debería ser, como por ejemplo, un grupo de jóvenes hablando Schopenhauer y Nietsche o un peluquero que llena su establecimiento recitando a Lorca a su clientela.  

En un reparto, lleno de figuras populares y cameos, yo destacaría a Miguel Rellán, punto de conexión con el reparto de Amanece que no es poco. Algunos  dan la sensación de estar fuera de contexto, pero sí parece que todos ellos se lo pasaron bien. 

En resumen, una película disparatada, que puede disfrutarse en la medida en que se conecte con su contenido. Yo conecté solo a medias.

martes, 8 de enero de 2019

Cine: JULIET, DESNUDA


Adaptación de una novela de Nick Hornby, dirigida por el para mí desconocido, Jesse Peretz, quien parece que ha dirigido varios episodios de series de TV. Nick Hornby es un novelista británico que ha visto varias de sus obras llevadas al cine. Quizá la mas destacada sea Alta fidelidad, dirigida por Stephen Frears en 2000. También es el autor de los guiones de dos películas destacadas, An education (2009) y Brooklyn (2015), ambos nominados al Oscar.


Annie (Rose Byrne) y Duncan (Chris O'Dowd) están cerca de la cuarentena y son pareja desde hace quince años. Llevan una vida tranquila, pero a Annie le inquieta el rutinario paso del tiempo, mientras Duncan concentra toda su atención en Tucker Crowe (Ethan Hawke), un músico americano que desapareció tras publicar el exitoso álbum 'Juliet'. Cuando los caminos de Annie, Tucker y Duncan se cruzan, todo puede cambiar.

La soledad, el desencanto, la rutina, el deseo de cambiar... la mentira que rodea a los presuntos ídolos del espectáculo, la familia, la desconexión, la relación y la ausencia de hijos... Una sucesión de temas que desfilan en una trama bastante bien urdida. 

Una comedia no muy distinguida ni original pero simpática y agradable, gracias sobre todo a sus tres intérpretes y entre ellos, especialmente, Rose Byrne, actriz australiana a la que no recuerdo haber visto anteriormente, aunque ha intervenido en numerosas películas y series.

Para olvidarla, con una sonrisa.


martes, 1 de enero de 2019

Teatro: LA DAMA BOBA


Con dirección de Alfredo Sanzol, la Joven Compañía de teatro clásico presenta en la sala Tirso de Molina del Teatro de la Comedia esta obra de Lope de Vega. Ya estuvo en cartel a finales de 2017, posteriormente en el Festival de Almagro, al que corresponde el vídeo y, ante el éxito obtenido, ha vuelto nuevamente hasta el 3 de febrero, con algún cambio en el reparto





Octavio ha decidido casar a su hija Finea con Liseo, pero éste se enamora de Nise, su hermana. Finea es muy “boba” pero al enamorarse de Laurencio encuentra la motivación para aprender. A partir de ahí todos tratarán de cambiar la decisión de Octavio.

Un resumen que no hace honor a una de las mejores comedias de enredo del autor. El amor saca lo mejor de nosotros, podría decirse que es la propuesta de Lope en esta obra.


La puesta en escena se ve un tanto condicionada por las características de la sala. Un espacio pequeño, rodeado por dos o tres filas de asientos para un total de cien espectadores. Esto da lugar a una proximidad con los intérpretes que se agradece, pero también a que estos vean limitada su actividad que, por otra parte está llena de movimiento, saltos, carreras y bailes. Y les obliga además a un constante ir y venir para mantenerse de cara al público. Y lo hacen muy bien. 


El montaje prescinde de decorados y vestuario de época, algo que no es raro en el teatro actual pero que no es lo que se espera de una compañía nacional y una sala como la del Teatro de la Comedia. 


La juventud de los actores da lugar a que no exista la variedad de edades que deberían darse. Esto en un escenario alejado del público se notaría menos pero en este caso resulta chocante que el padre tenga la misma edad que sus hijas y pretendientes.


En un reparto con doce actores se da, lógicamente, cierta desigualdad en su calidad. Algunos de ellos estaban en el montaje de Luces de Bohemia dirigido por el mismo Sanzol, en el María Guerrero. Destacan especialmente, en mi opinión, Paula Iwasaki, Guillermo Serrano, Cristina Arias y Alejandro Sigüenza, pero en general se muestran en un alto nivel, con notable dicción del verso, si bien en bastantes momentos resultan demasiado gritones, lo que puede deberse más a la dirección de Sanzol. Además cantan, bailan  e incluso tocan dos de ellos la guitarra y el clarinete. Todo ello remite en parte al grupo Ron Lalá.


En conjunto, un espectáculo muy agradable.