lunes, 28 de noviembre de 2016

Cine: LA LLEGADA


Dirigida por Denis Villeneuve, La llegada es, en mi opinión, una de las mejores y más interesantes películas que he visto este año. Está basada en un relato del escritor estadounidense de ciencia ficción Ted Chiang,  Historia de tu vida, que forma parte de una colección de relatos publicados con ese título. A partir de ese relato, el guionista Eric Heisserer y el director, han desarrollado una historia que reúne a una mujer desolada por la muerte de su hija con  la llegada de una serie de naves extraterrestres que estaban en el relato original para construir una hermosa, poética y esperanzadora película.

Sobre Denis Villeneuve he hablado en varias ocasiones en este blog en mis comentarios sobre Prisioneros, Enemy y Sicario, películas todas ellas, junto con Incendies, tan interesantes como algo faltas de redondear el resultado. Creo que en esta ocasión lo ha conseguido.



Cuando doce naves extraterrestres llegan a diferentes lugares de la Tierra, los gobiernos implicados tratan de averiguar cual es su objetivo para lo que en los diferentes paises se forman grupos de trabajo que, inicialmente, colaboran entre sí. En los USA, el ejército  contrata a una experta lingüista (Amy Adams) y a un físico (Jeremy Renner) para formar parte del equipo. Conforme la mujer aprende a comunicarse con los extraterrestres, se nos irán descubriendo algunas claves y generando otras nuevas, en un interesante juego de tiempo y lenguaje. 

La historia especula con la llegada a la Tierra de unas misteriosas naves espaciales y el contacto que se establece con dos de sus tripulantes por parte del equipo de la protagonista. En ese diálogo se juega con el lenguaje y la percepción del tiempo de forma que es posible conocer el futuro. Aunque sería más exacto decir que no se contempla el tiempo como algo lineal sino que pasado, presente y futuro se confunden en el mundo alienígena. Esto que así dicho es confuso, queda mucho más claro en la película y, sobre todo en el relato y da lugar a la aceptación por parte de la protagonista de un futuro poco complaciente.  Todo esto está aderezado con una intriga, no existente en el relato original, en la que se crea una situación de tensión y drama dentro de ese proceso de comunicación, por la distinta actitud de los gobiernos implicados que lleva a una ruptura de la comunicación entre ellos y al peligro de una guerra. 

Ese juego de lenguaje, percepción del tiempo y aceptación del futuro está muy bien narrado, con una inteligente utilización de los medios, y aunque la historia deja muchas incógnitas sin resolver, creo que encierra una serie de planteamientos que quedan flotando en la mente mucho tiempo después. Es cierto que se puede achacar a la película un cierto simplismo en sus soluciones, pero la verdad es que me gustó mucho.

A raíz de ver la película, he leído el breve relato en que se basa y me ha servido para constatar, una vez más, la gran diferencia entre los lenguajes literario y cinematográfico y lo bien que se complementan en esta ocasión, en una especie de cóctel entre 2001 (Kubrick), Contact (Robert Zemeckis),  Encuentros en la tercera fase (Spielberg) y El árbol de la vida (Terrence Malick). Espléndido cóctel.

Una gran película, con una Amy Adams sobresaliente, que, estoy seguro, un segundo visionado tiene que enriquecer notablemente. Algo que, por cierto, es frecuente en las películas de Denis Villeneuve.



martes, 22 de noviembre de 2016

Teatro: INVENCIBLE

Invencible es una comedia que se mueve entre el enredo y la sátira social. El autor es el británico Torben Betts, con una larga carrera como dramaturgo. Casi 20 obras estrenadas desde 1999 de las que no me consta que se haya estrenado ninguna en Madrid. La versión española de la obra es de Jordi Galcerán.
El autor vendió en 2003 su apartamento londinense y se trasladó con su familia a una casa en una localidad en el límite entre Inglaterra y Escocia, aprovechando unos precios más asequibles que los de Londres. El urbanita de clase media se topó con otro estilo de vida; en su calle, ha relatado, vivía mucha gente trabajadora y esa confrontación entre estratos social y culturamente distintos fue el caldo de cultivo de esta obra.




En este trailer está Natalia Verbeke que ha sido sustituida por Pilar Castro.


Una pareja con un estatus social y cultural de clase media alta (él un funcionario y ella una izquierdista de manual) se ve obligada, por la crisis económica, a trasladarse a un barrio más humilde de la periferia. Deciden entonces relacionarse con unos vecinos (un cartero y una recepcionista de clínica) para adaptarse a su nuevo entorno. Lo que en un principio parece una declaración de buenas intenciones acaba convirtiéndose en una pesadilla para las dos partes, 
mostrando la crudeza de las relaciones entre personas de diferente estatus social y cultural, así como el daño que se pueden hacer entre ellas.

Con un principio que me recordó a Los vecinos de arriba y un desarrollo que, en algunos momentos se acerca a Un dios salvaje, Invencible nos muestra el enfrentamiento entre dos parejas con una concepción totalmente distinta de la vida. Emilia (Maribel Verdú) es una izquierdista de manual, tópica, llena de lugares comunes, mientras Julio, su marido (Jorge Bosch) le sigue la corriente sin el menor convencimiento. Estoy seguro de que existen parejas así, pero no consigo creerme su relación. Laura (Pilar Castro) y Pablo (Jorge Calvo) componen la otra pareja. Son personas bastante vulgares no solo desde el punto de vista de los anfitriones. Ella, ceñida y provocativa  y él, un hincha futbolístico de barriga cervecera e imitador de Chiquito de la Calzada. ¿Por qué invitan a esta pareja, con la que no tienen nada en común? Porque en caso contrario, no habría obra. 

El autor opone la condescendencia pedante de los primeros a la simplicidad hortera de sus invitados, dueños de un gato, el invencible del título, que juega un papel clave en el desarrollo de la obra. Esa oposición acabará mostrando las verdaderas personalidades de todos.

Todo esto está en la obra, pero tengo que decir que no me llegó. Los personajes son o tópicos (Emilia y Pablo) o falsos (Julio). Y el desarrollo de la acción con demasiados guiños en busca de la risa fácil. Está muy bien construida la escena del equívoco en la confesión de Julio, pero sin embargo el desenlace me pareció mal construido y desarrollado.

La dirección es de Daniel Veronese del cual he hablado en otras ocasiones. Tanto él como los intérpretes tienen que lidiar con un texto inferior a sus posibilidades.  Y se han decantado en exceso por una línea de comedia  que no me convence.



Literatura: ANTONIO MACHADO




Para el próximo martes Miguel Ángel nos pide que leamos Juan de Mairena, para dar paso a la biografía de Machado y la posterior lectura de Campos de Castilla

miércoles, 16 de noviembre de 2016

CINE- EL CIUDADANO ILUSTRE-

Coprodución hispano-argentina dirigida por los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat de los que he visto ,con anterioridad, la película "El hombre de al lado", con la que guarda ciertas similitudes, en ambas se hacen evidente los choques culturales y las barreras sociales entre individuos o entre individuos y estamentos, que pueden llegar a generar situaciones de auténtica violencia, y como se puede pasar de héroe a villano de la noche a la mañana. Esta película , con mayor brevedad, podría haber sido uno más de los "Relatos salvajes" del film argentino de Damián Szifron.
Argentina no ha tenido ningún Premio Nobel de literatura, siempre se habló del merecimiento de Borges, pero no lo consiguió, los últimos años se promociona la candidatura de César Aira, pero no acaba de llegar.
En la ficción de esta película tenemos un Nobel argentino, Daniel Mantovani ( Oscar Martínez), escritor algo engreído,  vanidoso y contradictorio residente en Barcelona, que atraviesa un momento de sequía creativa desde que recibió el galardón.
En estos momentos de abulia personal recibe una invitación de su pueblo natal, al que no ha vuelto en cuarenta años, para nombrarle ciudadano ilustre y conmemorarlo con una serie de actos culturales ; en principio acoge la proposición con cierto desdén pero acaba aceptando, no se sabe muy bien porqué, si por vanidad o si para intentar recuperar la inspiración, ya que toda su obra tiene por escenario ese pequeño pueblo llamado Salas. << Mis personajes no pudieron salir y yo no puedo volver >>
Lo que en principio iba a ser unas jornadas festivas y de convivencia se convierte en una situación cada vez mas incómoda, el cosmopolitismo del autor no encaja con el provincianismo del pueblo, sus habitantes son seres mezquinos, las autoridades inoperantes plegadas a los caciques, los acercamientos son interesados, su concepto de la cultura es dirigista en definitiva y según las propias palabras de Daniel " una sociedad hipócrita, estúpida, orgullosa de su ignorancia y brutalidad".
La película está estructurada como si de un libro se tratara, en realidad no deja de ser la historia que genera un libro, cuenta con un prólogo que recoge el discurso en la entrega del Nobel ,donde afirma con ciertas dosis de cinismo,que el recibirlo le convierte en un escritor cómodo cuando lo que debe conseguir es remover conciencias. Siguen cinco capítulos  La invitación, Salas, Irene, El volcán y La cacería acabando con un epílogo, un final abierto ¿ que es ficción ,que es realidad?
Me parece una película muy recomendable sobre todo para los que disfrutamos del cine y de la literatura, tiene momentos excelentes como el discurso inicial, la secuencia donde narra un cuento suyo al chofer, cuento con un tema muy borgiano (el otro) que recuerda al propio cuento de Borges llamado "La intrusa" que recomiendo que leáis, el momento con el recepcionista del hotel, escritor aficionado y única persona decente del pueblo y el final tan abierto a interpretaciones diversas .
La película está presentada a la preselección de los Oscar, ha pasado por Venecia  y por la Seminci de Valladolid y Oscar Martínez ,actor que también intervenía en Relatos Salvajes, realiza una magnífica interpretación que mereció la copa Volpi en el festival de Venecia.
Comedia ácida y crítica con pocas concesiones , la fotografía es gris y opaca con muchos planos casi documentales de un pueblo sin atractivos que justifica la huida del escritor.
Por último hay un momento en la película en que un libro del escritor sirve para encender un fuego y otro en el que el chófer se limpia el trasero con una hoja del mismo libro, dos poderosas razones más para preferir el libro de papel al e-book.

Cine: LAS FURIAS


Se esperaba con cierta expectación el debut cinematográfico de Miguel del Arco, director y autor-adaptador teatral al que me he referido en varias ocasiones. Las furias es un guión propio, producido entre otros por Kamikaze producciones, la compañía responsable de las producciones teatrales que ha dirigido y que se ha hecho cargo del Teatro Pavón.

Segun la mitología griega las erinias (furias es su apelativo romano) son la personificación de la venganza y del antiguo concepto del castigo. Su misión era castigar los crímenes humanos. Nacieron del esperma y la sangre que cayeron sobre Gea cuando Crono castró a Urano. 
Eran tres: Alecto, Tisífone y Megara. Moraban en las tinieblas infernales y se las representaba como demonios femeninos alados, el pelo lleno de serpientes y con un puñal en una mano y una antorcha o un látigo en la otra. Comparadas a menudo con perras, persiguen sin descanso a sus víctimas hasta volverlas locas. Cuidan de que se prolongue el orden religioso y cívico, castigando con especial atención el asesinato y los crímenes contra la familia. El culpable, exiliado, errará perseguido por ellas hasta que purifique su crimen.

 Se las llamaba a veces Euménides, para halagarlas y no provocar su cólera. Los romanos las identificarían más tarde con las Furias. Están presentes en numerosas tragedias griegas; incluso es el título de la última de las obras que componen La Orestiada, de Esquilo. 





La película nos muestra la relación entre los miembros de la familia Ponte Alegre (un nombre bastante irónico), que resulta bastante conflictiva. El padre, actor enfermo, tan sólo es capaz de recordar los monólogos de las tragedias de Shakespeare. Marga, la madre, separada, tiene una amante mucho mas joven. La hija, Casandra, con el marido en paro, convive con el padre y una hija con problemas psicológicos. De los dos hijos, Héctor tiene pareja y el otro, Aquiles, aparentemente, está escribiendo la historia de la familia, retirado en un caserón familiar en la costa. Tras un breve prólogo, en el que un veterano actor le cuenta a su nieta el significado de la figura mitológica de las Furias: “Cuando alguien hace algo contra la familia, se introducen en su mente como un veneno. Por eso hay que tener mucho cuidado con lo que uno hace con los suyos. Nunca sale gratis”, el conflicto se abre cuando la madre anuncia a sus hijos que está decidida a vender el caserón  donde veraneaban y que ha servido de paraíso familiar durante generaciones. Antes de vender, les anima a que se reúnan en la casa un fin de semana y elijan cuanto antes  los muebles y objetos que quieran conservar. El hermano mayor,  decide aprovechar la reunión para celebrar en familia la boda con su novia, con quien lleva conviviendo bastantes años. 

A partir del mito de las Furias, Del Arco construye el conflicto familiar. La historia me dio la sensación de un coctel en el que estaba el mito griego, Agosto, la obra de Tracy Letts, Felices 140 y El desencanto. Un conjunto que, aunque consigue interesar, no termina de llegar a buen puerto por exceso. Un exceso que en su parte final queda, en mi opinión, tan descontrolado que puede hacer olvidar muchos momentos interesantes anteriores. 

La gran baza de la película son sus intérpretes. Empezando por dos veteranos como José Sacristán y Mercedes Sampietro, que están tan bien como acostumbran. Destacan también, especialmente, Carmen Machi y Gonzalo de Castro (esta vez sí me gustó). Alberto San Juan dota a su personaje de humor e ironía. Completan el reparto Pere Arquillué, Emma Suárez, Bárbara Lennie, Macarena Sanz y, en un papel casi episódico, Elizabet Gelabert. Muchos de ellos participantes habituales en los montajes teatrales del director. 

Debut no del todo satisfactorio de un director que se ha mostrado mucho más atractivo en sus adaptaciones y puestas en escena de textos ya existentes (Veraneantes, La función por hacer, Misántropo, Hamlet, Antígona...) que cuando ha creado textos propios. Recuerdo negativo de una obra suya, Deseo, presentada en 2013. 

viernes, 11 de noviembre de 2016

Cine: YO, DANIEL BLAKE

Ganadora de la Palma de oro en el último Festival de Cannes, Yo, Daniel Blake está dirigida por Ken Loach, popular director inglés de cine comprometido política y socialmente. También obtuvo el Premio del público en San Sebastián. Dentro de su cine destacaría especialmente Agenda oculta (1990)) y El viento que agita la cebada (2006). En el blog está comentada su película anterior, Jimmy's Hall.


Daniel Blake  es un carpintero de casi 60 años que tras sufrir un infarto se ve obligado a acudir a los servicios sociales para solicitar el subsidio por incapacidad transitoria. Comenzará entonces toda una odisea, ya que  se verá atrapado en un laberinto burocrático. Y es que, a pesar de que el médico le ha prohibido trabajar, se le deniega el subsidio y se ve obligado a solicitar el paro lo que le obliga a buscar un empleo o de lo contrario recibirá una sanción.


En su camino se cruzará con una madre soltera de dos niños, con unas complicadas circunstancias personales, que ha tenido que aceptar desplazarse a 450 km de su ciudad para conseguir un alojamiento facilitado por el Estado. Ambos intentarán ayudarse mutuamente para intentar superar la situación, enfrentándose a las exigencias burocráticas de una Administración sin humanidad.  

Una historia que denuncia un sistema que no respeta la dignidad de las personas mediante dos casos un poco extremos. Realmente consigue indignarte el caso de Daniel Blake, mientras que el de Katie parece más forzado y peor desarrollado y suena a algo ya contado. Recuerda a Techo y comida, la película española que el año pasado le proporcionó el Goya a mejor actriz a Natalia de Molina.

Es cierto que la denuncia es efectiva y que consigue llegarte, pero todo es demasiado evidente, previsible, didáctico. Un cine comprometido al que, en mi opinión, le sobra didactismo y sentimentalismo y le falta originalidad. Con algunos giros forzados y un tanto innecesarios. Pero que debería ser de obligada visión para todos aquellos que tienen en su mano el destino de los desfavorecidos.

Destaca el trabajo protagonista de Dave Johns, un personaje y un actor lleno de humanidad. También me gustó Hayley Squires como Katie. Y la película, a pesar de sus defectos, es absolutamente eficaz. Consigue arrastrarnos emocionalmente contra esos burócratas a los que deseas lo peor. 



jueves, 10 de noviembre de 2016

Cine:HISTORIA DE UNA PASION





Hace unos meses comentaba Ángel con entusiasmo una película dirigida por Terence Davis, Sunset song. Era en mi opinión, una muy notable película que nos contaba la historia de una mujer fuerte,  asaltada por todo tipo de desgracias, desde los excesos etílicos y violentos del padre hasta la pérdida del marido en la primera guerra mundial. Una historia de ausencia y desamparo. Un ejemplo de clasicismo que la llevaba a ser demasiado contenida y fría.

En Historia de una pasión (una pasión callada o tranquila en su titulo original) nos presenta a otra mujer un tanto especial, la poetisa norteamericana Emily Dickinson (1830-1886). Una mujer excéntrica que pasó gran parte de su vida recluida voluntariamente en su casa, e incluso en los últimos años, en su habitación. Su desprecio por las reglas gramaticales y estructura de la oración se adelantó notablemente a su tiempo. Lineas cortas, rimas consonantes imperfectas, puntuación poco convencional. Muchos verbos o palabras conectoras se omitían.  Nunca he leído nada suyo y dudo que puedan apreciarse sus poemas traducidos.

 Aunque escribió cerca de 1800 poemas, en vida solo se publicaron una decena, que además fueron alterados por los editores para adaptarlos a las reglas y convenciones poéticas. La publicación de su obra se debe a su hermana Vinnie. En sus versos se puede percibir el resentimiento contra una cultura que no dejaba ningún espacio a mujeres independientes como ella y el sufrimiento desde el que se enfrentaba a una obra que fue construyendo poco a poco y sin ningún reconocimiento.





La película nos introduce en el universo de la poetisa desde su  encierro en la casa familiar de Amherst (Massachusetts), donde Dickinson vivió voluntariamente recluida. Su única comunicación con el mundo exterior se dio a través de su familia, con la que siempre convivió y a la que amaba con devoción, incluido su padre, con quien Emily vivía en permanente desafío. La historia desde su infancia hasta convertirse en la famosa escritora que conocemos.

Al igual que ocurría en la anteriormente mencionada Sunset song, Terence Davis nos ofrece una narración clásica, sosegada, pero a la vez carente de emoción, demasiado contenida y fría. Al menos a mi no consigue transmitirme  la personalidad de la Dickinson. Y el caso es que la película me gustó, pero curiosamente, también me aburrió. Formalmente no se le puede poner ningún reparo. Y consigue transmitirnos un retrato de la sociedad que la rodeó. Pero, a pesar del buen trabajo de Cynthia Nixon como protagonista, la película me deja frío. La historia avanza mediante la lectura en off de algunos de sus poemas, de una musicalidad enorme (por supuesto hay que oírla en inglés para poder apreciar esto), aunque difíciles de asimilar con la lectura de los subtítulos. Tengo la sensación de que una segunda visión me permitiría apreciar las virtudes narrativas por las que ha sido casi unánimemente elogiada.  Pero no creo que me anime. Al menos hasta que la pueda ver en TV.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Cine: LA BAILARINA


Loïe Fuller (1862 – 1928) fue bailarina, coreógrafa, iluminadora, inventora de efectos visuales, comisaria de arte, cineasta y empresaria y desde muy joven se convirtió en una leyenda viviente. Trabajó entre Estados Unidos y Europa. Ejerció una gran influencia sobre los artistas e intelectuales de su tiempo. 
Su capacidad de trascendencia se forjó desde los primeros momentos de su carrera. Aportó novedades técnicas y aplicó saberes científicos a la escena, registró patentes y produjo y administró espectáculos que viajaron por todo el mundo. Reconoció la energía dinámica que alberga el espacio escénico. Rompió cualquier discurso lineal que se produjera en el escenario. Mezcló el cuerpo en movimiento, la envoltura que producía la luz sobre él, el espacio en el que se desarrollaba, el color y el poder de la emoción con la expresión en estado puro, creando una nueva fórmula que trascendió las ideas de su tiempo y que llega a nosotros con gran fuerza. Así se presentaba la exposición que La casa encendida le dedicó hace dos años.


Esta filmación se puede encontrar en You tube y parece que podría ser de 1896, aunque me extraña la presencia de color.

En 1900 coincidió con otra bailarina, Isadora Duncan en la Exposición universal de París. Isadora era 15 años más joven y está considerada por muchos como la creadora de la danza moderna. Se puede decir que Isadora eclipsó a Loie Fuller en el panorama de la danza, aunque fue Fuller quien había abierto el camino. Sin embargo es apenas recordada.

Stephanie di Giusto, la realizadora, debuta con esta película si bien ha sido diseñadora artística, fotógrafa, guionista...  Fascinada por la historia de Fuller, su lado revolucionario del espectáculo, de las artes escénicas, considera que su descubrimiento le ha dado valor para lanzarse a la dirección. 




La película nos acerca a la vida de Loïe Fuller. Nacida en el gran oeste americano, nada hacía sospechar que esta chica de campo llegaría a convertirse en estrella de los cabarets de la Belle Époque y mucho menos que llegaría a bailar en la Opera de París. Oculta bajo metros de seda, alargando sus brazos con bastones, Loïe reinventa su cuerpo en el escenario deleitando al público cada noche. Pese a que el esfuerzo físico le castiga la espalda, incluso cuando los focos luminosos le queman los ojos, no cesará en su empeño de seguir mejorando. Loïe fue una mujer adelantada a su tiempo con una gran carrera por delante, pero vio todo su esfuerzo amenazado cuando apareció en su vida Isadora Duncan, una joven ambiciosa que precipitaría su declive

Me gustó esa aproximación al mundo modernista de finales del XIX y principios del XX, un tiempo en que las diferentes artes se renuevan y, claro, la danza también lo hace. Y también el desarrollo de la vocación artística del personaje. Y la confrontación entre el trabajo duro y el estudio de Loie y la facilidad de Isadora. No obstante la visión de sus relaciones personales no me gustó. Hay una ambigüedad una indefinición en ella, en Louis, el aristócrata que la apoya, en Gabrielle, su mujer de confianza y en Isadora que no parecen suficientemente explicadas ni acordes con su sensibilidad artística. Con algunos momentos visualmente extraordinarios, en cambio hay otros que me parecieron fuera de lugar como el montaje paralelo de la muerte de Louis y el inicio de su decadencia. Creo que el tema daba para más con otro tratamiento más acertado.

La protagonista, Soko (Stéphanie Sokolinski) hace un tremendo esfuerzo físico para el que se entrenó durante dos meses a razón de ocho horas diarias y se puso en condiciones de sufrimiento extremo que se asemejan mucho a lo que debía sentir Fuller. En ningún momento la doblan.  Las otras dos actrices principales son Lily Rose Depp, hija de Johnny Depp, como Isadora, que sí está doblada en las escenas de danza y Melanie Thierry a quien pudimos ver en Un dia perfecto, de Fernando León.

Interesante aproximación a a una renovadora de la danza desconocida por la mayoría.

Cine: SULLY



Nueva película dirigida por Clint Eastwood quien, con 86 años se mantiene en activo. En los últimos 20 años ha dirigido 17 películas, casi a razón de una por año. Y con un Oscar como mejor director y mejor película en 2004 por Million dollar Baby, además de los ganados en 1992 por Sin perdón. En el blog podeis encontrar mis comentarios acerca de las dos últimas, Jersey boys y El frncotirador, ninguna de las cuales puedo decir que me entusiasmara. Películas correctas, sin más.

El 15 de enero de 2009 Nueva York, y más concretamente, las aguas del rio Hudson fueron testigos de un accidente de aviación que podía haber acabado en tragedia. Con 155 personas a bordo, un avión tuvo que efectuar un "aterrizaje" de emergencia en las aguas del río, después de que una bandada de gansos, al chocar contra los motores, los dejara inutilizados. Tan solo la habilidad, experiencia y profesionalidad de su piloto, Chesley Burnett "Sully" Sullenberger evitó la tragedia. Fue considerado un héroe nacional, pero al mismo tiempo, su actuación fue puesta en entredicho por la NTSB (National transportation safety board) encargada de garantizar la seguridad en el transporte.

La película, que por supuesto, recrea de forma espectacular el accidente, se centra en la investigacion de la NTSB y en la angustia en que se sumergió el piloto que llegó a preguntarse si había hecho lo más adecuado o si debía haberse dirigido a alguno de los aeropuertos cercanos tal como le indicaban los controladores. La NTSB realizó una serie de simulaciones e inicialmente llegó a la conclusión de que el avión podía haber llegado a cualquiera de los dos aeropuertos mas cercanos. La habilidad de Sully como piloto se muestra también en su manejo de la vista. Creo que no descubro nada si digo que finalmente consiguió que su acción fuera reconocida como lo que había sido, una demostración de profesionalidad y buen hacer.

La tesis es clara. Una reflexión sobre como funciona el sistema y quien juzga las decisiones. Hay un factor humano que una maquina, por perfecta que sea, no podrá calibrar jamás. Y es duro que, basándose en esos datos, unas personas decidan qué se debería haber hecho en una situación para la que no se ha sido entrenado.

Todo está correctamente contado. Quizá falto de emoción o de conflicto, lastrado por un guión un tanto plano. Y con la duda de si el relato de la investigación se corresponde con la realidad. La experiencia me dice que es muy probable que se hayan modificado los plazos para incrementar el "dramatismo" de la situación. Y está Tom Hanks, quien tantas veces ha representado al hombre normal, profesional, que enfrentado a situaciones complicadas es capaz de salir airoso. Es el James Stewart del siglo XXI y finales del XX. Siempre te crees sus personajes. Destaca también Aaron Eckhart como el copiloto. También aparece Anna Gunn, la esposa de Walter White en Breaking Bad.

Al parecer la película fue rodada con cámaras especiales que aumentan la definición de la imagen lo que debe dar lugar a una mayor espectacularidad. Por lo que yo sé, esta mayor espectacularidad se reduce, si no se pierde, en una proyección normal como la que se efectúa en nuestras salas. 


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Teatro: REIKIAVIK


El pasado mes de agosto se estrenó y comenté El caso Fischer, una película sobre el enfrentamiento por el Campeonato del mundo de ajedrez entre el estadounidense Robert (Bobby) Fischer y el ruso Boris Spassky. Casi un año antes, en septiembre de 2015, el CDN estrenaba la obra Reikiavik, de Juan Mayorga, que nos ofrecía otra visión de esa final. Ahora el CDN ha recuperado la obra, que obtuvo un gran éxito en su estreno, durante unas semanas, y he aprovechado para verla.

En otra ocasión he comentado obras de este autor (marzo de 2014). Creo que, aparte de El chico de la última fila, (que vi en su versión cinematográfica) nunca ha llegado a convencerme su teatro. Y Reikiavik es la que más me ha gustado de lo que he visto suyo. 


Apoyado en tres buenos intérpretes, Daniel Albadalejo, César Sarachu y Elena Rayos, Mayorga nos habla de esa final de ajedrez como un juego entre dos personajes principales, dos perdedores (se hacen llamar Waterloo y Bailén) que adoptan los papeles de los dos jugadores. Porque no juegan al ajedrez, juegan a interpretar a los dos jugadores para el disfrute de un tercero, al que cuentan la historia, y de nosotros. Nos atrapan en un texto más complejo de lo que parece servido con un ritmo extraordinario. Un juego muy bien servido por los actores.

A Daniel Albadalejo y César Sarachu los conocí en un programa de TV, Cámara café. Posteriormente encontré a Daniel sobre el escenario en el CNTC y un Otelo en verano de 2014. Me parece un buen actor. A César solo le recuerdo como Bernardo en Cámara café. Era de lo mejor de la serie. Los dos hacen una exhibición de dominio de la escena y de expresión corporal. Un simple cambio de sombrero o una bufanda, un gesto, un cambio de tono en la voz, los transforma en uno u otro personaje en un juego que  en algunos momentos me recordaba Esperando a Godot. Junto a ellos como espectador de excepción que poco a poco se va integrando en el juego, Elena Rayos una joven veterana que complementa perfectamente a la pareja protagonista.

Aunque el tema de la obra no me parece especialmente atractivo, creo que vale la pena por su texto y sobre todo por la puesta en escena, obra del propio autor y en la que destaco la iluminación de Juan Gómez-Cornejo.