martes, 19 de febrero de 2019

Teatro: EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE


El curioso incidente del perro a medianoche es una novela escrita por el británico Mark Haddon que desde su publicación en 2003 ha conseguido varios premios y ha tenido bastante éxito entre sus lectores. No la he leído. Hace unos años el dramaturgo Simon Stephens realizó su adaptación a los escenarios. Recuerdo que en 2016, cuando estuve en Londres, estaba triunfando en un teatro del Soho. Aunque tiene una extensa carrera como autor, lo cierto es que no es apenas conocido en España.

La novela está narrada en primera persona por Christopher, un chico de 15 años que tiene un trastorno no muy definido por el que asiste a una escuela especial. Está muy dotado para las matemáticas, tiene excelente memoria, es muy observador e incapaz de mentir, sin embargo tiene dificultades para relacionarse con su entorno, no entiende el comportamiento y las expresiones de las personas, no soporta que le toquen y reacciona violentamente cuando alguien lo hace. Los perros, en cambio, le resultan más comprensibles y le proporcionan algo de paz, porque solo tienen cuatro estados de ánimo: alegre, triste, atento y enfadado.

Parece difícil trasladar este texto narrativo al teatral. Para ello Stephens recurre a una imaginaria función escolar a partir del diario de Christopher promovida por la terapeuta de su colegio, la que mejor comprende su forma de ser. 




Cuando el perro de la vecina aparece atravesado por una horca de jardín, Chris inicia una investigación que le llevará a averiguar cosas muy distintas de lo que buscaba.

En realidad lo que hace la obra es introducirnos en un personaje que es diferente a los que le rodean. Sus reacciones, sus preguntas, sus sentimientos. Y también nos permite ver como se enfrentan los "normales" a este personaje, sus padres, sus vecinos, sus profesores... Para ello cuenta con una puesta en escena espectacular, muy superior al texto. El montaje, parece que muy próximo al presentado en Londres, supone un gran despliegue de tecnología. Gerardo Vera, que firma la escenografía, y Alvaro Luna que firma la videografía, sin olvidar la iluminación de Juanjo LLorens, han creado un espacio que nos sumerge en la mente del protagonista. 

Otro factor importante de la representación es la interpretación. Alex Villazán es Chris. Hace una interpretación bastante contenida, sin excesos, a lo largo de las más de dos horas continuamente en escena. Adorable casi siempre y odioso en ocasiones. Quizá le falta un poco de evolución. El resto del reparto le acompaña correctamente. Marcial Álvarez, y Mabel del Pozo son los padres y me gustó especialmente Lara Grube como su profesora terapeuta, fundamental en la narración dramática. El resto de actores se desdobla en varios personajes.

El director, Jose Luis Arellano, es fundador junto con Davis Peralto de La Joven Compañía, considerado uno de los fenómenos teatrales más interesantes de las últimas temporadas, que participa en este montaje. En sus comienzos, la compañía puso en escena Punk Rock, otro texto de Simon Stephens, quien quedó tan satisfecho que ahora ha cedido a Arellano en exclusiva la obra.

En general creo que es mucho más interesante el montaje que la obra en si, cuyo conflicto me pareció demasiado simple y a la que le vendría bien una menor duración. En mi opinión, el epílogo donde Chris explica la resolución de un sencillo problema aplicando el teorema de Pitágoras, no solo no aporta nada sino que es un paradigma de lo que es la obra. Si el chico tiene esa gran facilidad para las matemáticas, no debe demostrarlo resolviendo algo tan sencillo.

En algún momento me vino a la memoria otra obra con un personaje discapacitado, El cojo de Inishmaan, de cuya trama, guardo mejor recuerdo.

lunes, 11 de febrero de 2019

Cine: MARÍA REINA DE ESCOCIA


La literatura en sus diferentes formas, la biografía, poesía, teatro, la ópera, el cine y la televisión no han dudado en acercarse a María Estuardo, un personaje histórico un tanto controvertido. Como afirmaba Stefan Zweig en su biografía, que leímos hace unos años en clase, "Quizás no haya ninguna mujer cuyos rasgos hayan sido trazados de manera tan divergente, ora como asesina, ora como mártir, ora como necia intrigante, ora como santa celestial. Curiosamente esa variedad de su imagen no es culpa de la falta de material acerca de su figura, sino de la desconcertante abundancia del mismo (…) Contra todo 'sí' atestiguado documentalmente se alza un 'no' también documentado. Contra toda acusación, una disculpa”.

Tengo un ligero recuerdo de la película de 1971 con Vanessa Redgrave y Glenda Jackson dirigida por Charles Jarrott que supuso para mi el descubrimiento de ese momento de la historia de Inglaterra y Escocia. Dos buenas actrices, como lo son también las dos que dan vida a las dos reinas, Saoirse Ronan y Margot Robbie en esta nueva versión que dirige la debutante directora teatral Josie Rourke, con guion de Beau Willimon a partir de María Estuardo, la reina mártir de John Guy.



 María Estuardo, reina de Francia a los dieciséis años y viuda a los dieciocho,  regresa a Escocia para ocupar el trono que le pertenece. Inglaterra está gobernada por su prima Isabel I. Reinas en un mundo gobernado por hombres, las dos sopesan el matrimonio y la independencia. María, decidida a ser más que una simple representación, podría hacer valer su derecho al trono de Inglaterra, poniendo en peligro la soberanía de Isabel.

Con una notable ambientación y fotografía, (nominada al Oscar de vestuario y maquillaje la película me pareció excesivamente superficial en el tratamiento de la historia. Trata de abarcar un periodo histórico bastante amplio reduciéndolo a unos pocos momentos. Son demasiados los ingredientes que maneja, la lucha religiosa, el enfrentamiento con los nobles escoceses encabezados por su hermano, su matrimonio con Lord Darnley, que se acuesta con su secretario y confidente... Al casarse con un sospechoso del asesinato de Lord Darnley, es acusada de participar en el y se ve obligada a abdicar como reina de Escocia y refugiarse en la corte de Inglaterra, donde intentaría hacer prevalecer sus derechos al trono frente a Isabel I. Desde las  tramas urdidas por la nobleza escocesa hasta los esfuerzos de los ministros de Isabel I para deslegitimar sus aspiraciones al trono inglés y su posterior ejecución. Demasiadas cuerdas a tocar. 

Todo parece estar narrado sin emoción, solo para llegar al cara a cara (parece que falso, nunca llevaron a verse) entre las dos reinas, un momento bien resuelto dramáticamente, aunque cargado de esteticismo con ese juego entre velos.  Dos mujeres fuertes y poderosas sometidas a una sociedad gobernada  por los hombres. Políticos, religiosos, padres, hermanos.  Ambas mujeres se comprendían, se atraían y se desafiaban, y las dos de vieron obligadas a pagar el alto precio impuesto por el poder.

En la interpretación destaca más una fría Saoirse Ronan que una afeada Margot Robbie, cuyo personaje es menos relevante





miércoles, 6 de febrero de 2019

Teatro: HERMANAS



He comentado en este blog otras dos obras de Pascal Rambert, La clausura del amor y Ensayo. Me parece un autor interesante pero demasiado inclinado a los textos muy intensos, con una utilización del lenguaje muy cuidada, dando mucho valor a las palabras, pero con la dificultad, en ocasiones, de poder asimilar su contenido. Son textos a los que, leídos, se les podría extraer un mayor significado.

Hermanas, la obra que se ha presentado en el teatro Kamikaze Pavón, vuelve a ser un ejemplo del teatro de este autor. Amparado en el reclamo y el buen hacer de dos de las mejores actrices actuales, ha conseguido llenar la sala que lleva semanas con todo su aforo vendido. Y no es de extrañar.


Dice el autor que el primer pensamiento de la obra surgió porque quería escribir un texto para Bárbara Lennie. En Francia adjudicó su interés a otra actriz, Audrey Bonnet. "Cuando hicimos juntos La clausura del amor tuve claro que quería escribir una obra específicamente para ella. Fue mucho antes de pensar en la versión francesa que ha podido verse en París. Y quería que fuera una historia muy potente entre dos hermanas. Le pregunté a Bárbara con quién le apetecía trabajar y me explicó que le encantaría hacerlo con Irene Escolar, a quien yo había visto en Blackbird en el Teatro Kamikaze. Me pareció perfecto, yo solo sigo los deseos de la gente con la que trabajo porque me encanta trabajar no solo sobre mis ideas sino sobre las ideas de los demás, en especial de los actores. Así que estaba claro que solo podía ser con ellas. Como también planeaba hacerlo en París con Marina Hands y Audrey Bonnet, al escribir la pieza pensaba en las cuatro actrices. Así que, en cierta medida, aunque solo veamos dos personajes en escena, esos personajes están hechos de cuatro mujeres con cuatro energías distintas”.


Dos hermanas se reencuentran después de unos años. La madre ha muerto. La hermana mayor estaba allí, la pequeña, no. Nadie le avisó. ¿Un descuido, un error, algo intencionado? El encuentro dará lugar a una sucesión de reproches. Años de odio y pasión, de celos y resentimiento, rivalidad y frustración. Un ajuste de cuentas de una gran violencia, sobre todo verbal.

Dos personalidades diferentes. Bárbara es fuerte, campeona de natación, ordenada, apegada a la realidad, preferida por su padre. Irene es frágil, caótica, considera que la presencia de su hermana le ha impedido desarrollarse como persona. Protegida por la madre, trata de parecerse a Bárbara no solo por admiración sino para ganarse el afecto de su padre. 

Irene reprocha a su hermana su superioridad física, su falta de independencia económica, un cierto sadismo, su demagogia respecto la emigración, su novia. Barbara le reprocha su matrimonio con un tonto al que desprecia y esconderse tras su trabajo de crítica para evitar cualquier tipo de compromiso. Quizá poca cosa para justificar la enorme tensión entre las dos.



La puesta en escena, del propio autor, es similar a la de La clausura del amor. Sencilla. Un espacio casi vacío. Un atril y sillas de plástico que irá colocando Bárbara para una conferencia sobre migración. Iluminado con fluorescentes. Como si de un ring de boxeo se tratara. Nada más. Y las actrices moviéndose por todo el espacio, incluso por el patio de butacas. Porque son sus cuerpos y sus palabras lo que importa. Como dice Rambert, "el máximo impacto con las mínimas herramientas". 

Un aspecto muy importante de esta obra, como también ocurría con La clausura del amor, es el uso del lenguaje, cómo el lenguaje nos da la posibilidad de expresarnos y condenarnos al mismo tiempo. A través del lenguaje vemos el odio entre las dos hermanas pero también su amor, su necesidad mutua. A la vez pelean y se necesitan.

La obra empieza con un nivel de tensión tan elevado que resulta difícil mantenerlo. Por ello hay momentos de remanso, casi de paz. Como el baile que se marcan las dos compartiendo auriculares, (bastante molesto el uso de los fluorescentes), algunos (pocos) momentos de humor y el recuerdo de sus amores árabes. Y un final que no sabría decir si nos deja a la espera de más o con la respiración tan contenida que nos impide reaccionar.



Lástima esa costumbre de poner canciones en inglés de las que desconocemos la letra. Parece que se trata de Wonderful life, de un tal Black (confieso mi desconocimiento). Para tratar de remediarlo, la copio a continuación:

Look at me standing
Here on my own again
Up straight in the sunshine
No need to run and hide
It's a wonderful wonderful life
No need to laugh and cry
It's a wonderful wonderful life
The sun's in your eyes
The heat is in your hair
They seem to hate you because you're there
And I need a friend
Oh I need a friend to make me happy
Not stand here on my own


En resumen, una obra interesante, en clara línea con las de su autor que conozco, pero con los mismos defectos o carencias que las anteriores, con una interpretación extraordinaria. Bárbara Lennie e Irene Escolar nos ofrecen dos trabajos impresionantes.




martes, 5 de febrero de 2019

Cine: Los Premios GOYA


Con la entrega de los Premios Goya se pone fin a las ceremonias de Premios del cine español. Son muchos los premios convocados, Forqué, Feroz, Gaudí, Fotogramas, Dias de cine... y eso permite que sean muchos y diferentes los galardonados.


Centrándome en los GOYA, la mejor película ha sido elegida Campeones que también había ganado el premio en los Forqué y la mejor comedia en los Feroz. Está claro que ha sido la película más popular del año. Es una buena película, con un inteligente y valioso tratamiento de la discapacidad, pero creo que hay otras películas que lo merecían más. Entre las finalistas El reino (mi favorita) y Todos lo saben y fuera de los finalistas, Quien te cantará.

El mejor director ha sido elegido Rodrigo Sorogoyen por El Reino. Totalmente de acuerdo. 


Susi Sánchez ha sido elegida mejor actriz por La enfermedad del domingo. Ha habido muy buenas interpretaciones femeninas este año. Penélope Cruz por Todos lo saben era mi favorita. Y entre las finalistas eché de menos a Barbara Lennie por Petra.




Antonio de la Torre era el gran favorito como actor y se cumplió el pronóstico. Ya había ganado el Forqué y el Feroz. Justo premio a una gran interpretación en El Reino. También estaba nominado como actor de reparto por La noche de 12 años.








Como actriz de reparto me sorprendió la victoria de Carolina Yuste por Carmen y Lola por delante de Anna Castillo que está muy bien en Viaje al cuarto de una madre. Es verdad que Carolina está muy bien, pero ni siquiera había sido finalista en los Feroz donde había ganado Anna, que además tiene un personaje más importante en la película.




Luis Zahera ha sido el mejor actor de reparto en los Goya como ya lo había sido en los Feroz. Un premio a una larga carrera en cine y TV, donde destacó en Fariña.








Como actriz revelación ha ganado Eva LLorach, excelente en Quien te cantará. Una actriz con muchos años de carrera, para la que lo de revelación no parece adecuado. Podría haber sido elegida mejor protagonista como lo fue en los Feroz y en los Forqué. Y ha sido una pena porque cualquiera de las otras finalistas las dos protagonistas de Carmen y Lola y Gloria Ramos por Campeones, habría tenido entonces su oportunidad.



Como actor revelación ha ganado el premio y las simpatías del público, Jesús Vidal, por Campeones. Al igual que Gloria Ramos y el resto del reparto se merece un premio por su entrega en la película, pero ¿como actor? Eché de menos la nominación de Joan Botey por Petra, nominado en los Feroz como actor de reparto.

El mejor guion original ha sido elegido el de El reino. Aunque no es lo mejor de sus autores, el premio es lógico y ratifica el obtenido en los Feroz. El guión adaptado ha sido para La noche de 12 años. No la he visto.










La mejor dirección novel ha sido para Arantxa Echevarria por Carmen y Lola en detrimento de Celia Rico, mi favorita por Viaje al cuarto de una madre.










Del resto, destacar los premios para La sombra de la ley (Dirección artística, Fotografía y vestuario). Premios a una buena ambientación en una decepcionante película.







 Y los totalmente previsibles a Roma (película iberoamericana) y Cold war ( película europea).

La gala, como siempre, demasiado larga, en la que se podía haber prescindido de algunas presencias ( tunos) y algún gag (Broncano y Berto Romero colgados)

lunes, 4 de febrero de 2019

Cine: GREEN BOOK


El nombre de Peter Farrelly (y el de su hermano Robert) me parecen, en principio, suficientes para descartar una película suya. Títulos como Dos tontos muy tontos, Algo pasa con Mary, Vaya par de idiotas, Amor ciego, Pegado a ti... representan, a juzgar por las críticas, un humor totalmente alejado de lo que me gusta. Sin embargo, las numerosas nominaciones a Oscar y Bafta así como los Globos de oro que Green Book ha conseguido, me han llevado a ver esta primera película dirigida por Peter en solitario.

La película nos acerca al viaje real que los dos personajes centrales de la película realizaron durante dos meses en 1962. Eran los EEUU donde la cuestión racial era un tema candente, John F. Kennedy llegaba a la presidencia y gente como Luther King o  Malcom X luchaban por conseguir lo que sería finalmente la Ley de derechos civiles aprobada en 1964.

Cuenta Nick Vallelonga, coautor del guion, que la historia del viaje de su padre con Don Shirley ha estado presente toda su vida, desde que era pequeño. Formaba parte del acervo familiar, y sabía que era una historia importante sobre dos personas muy distintas que se juntan y se cambian mutuamente la vida y cambian cómo ven a los demás. 



Años 60. Tony Lip (Viggo Mortensen), un rudo y racista italoamericano del Bronx, es contratado como chófer del pianista negro Don Shirley (Mahershala Ali), durante una gira de conciertos por el Sur de Estados Unidos. Deberá tener presente "El libro verde", una guía que indicaba los pocos establecimientos donde se aceptaba a los afroamericanos. Lip acompañará y protegerá al pianista durante este viaje donde tendrán que hacer frente al racismo y los prejuicios, no solo sociales sino también los suyos propios.

Creo que hay dos conceptos que le cuadran a esta película, corrección y eficacia. Corrección porque se trata de una película bien realizada, con unas buenas interpretaciones y un guion bien construido, pero perfectamente previsible, sin el menor riesgo ni rasgo de innovación u originalidad, más bien al contrario, ya que peca de obviedad y redundancia en varios momentos. Y eficacia porque nos transmite , y lo hace bien y de forma creíble, la historia de dos personas a las que su relación durante dos meses les cambia su manera de ver el mundo. En el caso de Tony le abre los ojos a la situación de los afroamericanos del sur, sus humillaciones y peligros, algo que en su estable racismo de Nueva York no era capaz de percibir. Y para Shirley darse cuenta de su desarraigo, el desprecio de sus admiradores y la falta de conexión con los suyos.

A destacar especialmente la interpretación de los dos protagonistas, sobre todo, Viggo Mortensen, con un apreciable cambio físico y de registro. 

Una apreciable película que me hizo recordar a Figuras ocultas, el homenaje a las  matemáticas negras de la NASA (donde, por cierto, también participaba Mahershala Ali) estrenada hace dos años y que estuvo entre las nominadas a mejor película. Pero si hablamos de comedias sobre este tema, no podemos olvidar Señoras y criadas (Tate Taylor, 2011) y, sobre todo, Paseando a Miss Daisy (Bruce Beresford, 1989), ganadora de 4 Oscar y varios premios más.