martes, 31 de enero de 2017

Cine: LION (leon)

Película australiana en coproducción con USA que ha conseguido seis nominaciones para los Oscar, entre ellas la de mejor película. También contó con cuatro nominaciones en los Globos de oro pero no obtuvo ningún premio. La dirige Garth Davis, que proviene de la TV donde ha participado en un par de series, pero que debuta como director de largometrajes.
La película está basada en la autobiografía de Saroo Brierley, la historia del viaje de su viaje para encontrar su casa y a su madre biológica.



Saroo es un muchacho indio que vive en la extrema pobreza con su madre y su hermano.  Con tan solo 5 años, se separa accidentalmente de su hermano en una estación de tren y se pierde en las calles de Calcuta, a miles de kilómetros de su casa.

Después de vivir durante algún tiempo en la calle y enfrentarse a numerosos desafíos, Saroo es adoptado por una pareja australiana, Desde entonces, vive en Australia y crece rodeado de una cultura diferente, lejos de sus orígenes. Veinticinco años después, el joven decide localizar a su verdadera familia, embarcándose así en un difícil viaje hacia su pasado, contando tan sólo con sus recuerdos, una determinación inquebrantable y las posibilidades que le proporciona la herramienta de búsqueda Google Earth. 

La película está dividida en dos partes. En la primera vemos como se desarrolla la vida de Saroo en una situación de extrema pobreza en un pequeño pueblo de la India. Un dia acompaña a su hermano en busca de trabajo. En una estación, buscando a su hermano, sube a un tren y se queda dormido. Así llegará a Calcuta donde vemos su difícil subsistencia. Toda esta parte, que tiene bastantes puntos de contacto con la oscarizada Slumdog millionaire, está bien narrada y realmente consigue transmitirnos la angustia del niño que se ve obligado a huir constantemente de los numerosos peligros que le acechan. Y que puede ser entendida como una denuncia de la explotación a que están sometidos los muchos niños abandonados en la India.

La segunda parte se centra en un Saroo con veinticinco años más, instalado en el seno de una familia australiana con otro hermano también adoptado, estudiando, con una relación estable.  Pero ahí surge, sin que esto quede bien explicado, la necesidad de volver a sus orígenes en busca de su madre y hermano. Esta parte es mucho más convencional y juega además con una utilización dramática del buscador de Google, muy poco atractiva y creíble, aunque nos digan que real. Me gustó en cambio su relación con su madre adoptiva. Y me parecen dos personajes muy poco interesantes la novia y el hermano adoptado.

Excelente el niño que hace de Saroo niño y correcto el resto del reparto, en el que destacan Dev Patel como Saroo mayor, lo que acentúa el recuerdo de Slumdog millionaire, y Nicole Kidman como su madre adoptiva. Ambos nominados como secundarios. También está Rooney Mara, a quien hemos visto en papeles mucho más interesantes en Carol y como Lisbeth Salander en la versión americana de Millennium. 

En resumen película un tanto melodramática que va perdiendo interés y fuerza a medida que avanza su historia y que difícilmente se verá recompensada en los Oscar.

lunes, 30 de enero de 2017

Cine: LOS DEL TUNEL


Cámara café fue un programa de Tele 5 que se mantuvo en antena durante varios años hace ya bastante tiempo. Era una versión española de un programa francés que había pasado sin pena ni gloria por algunas TV autonómicas y que, sin embargo, logró un notable exito en Tele5.
Los coordinadores de la primera temporada fueron Pepón Montero y Juan Maidagán que también fueron responsables de una breve serie, Plaza de España, que no me interesó nada. Y a partir de la imagen de uno de los personajes de Cámara café, Jesús Quesada, interpretado por Arturo Valls, han creado una comedia coral, Los del tunel. Jesús Quesada era el típico jeta simpático, sin grandes preocupaciones, viviendo el presente, por lo que puede resultar cómodo estar con él un rato, aunque sea fácil que se convierta en insoportable. 

Y como digo, un personaje que podría estar inspirado en él, da lugar a esta película, producida por el propio Arturo Valls. Con esta película debuta como realizador Pepón Montero.


Un grupo de personas sobrevive a una catástrofe, pero… ¿y ahora qué? Tras haber estado quince días atrapados en un túnel, por fin son rescatados y la tragedia parece quedar en el pasado. Así, llenos de buenos propósitos, celebrarán el estar vivos reuniéndose periódicamente a cenar, creando un grupo de Whats App y asumiendo cambios en su vida... Pero estos variados personajes tendrán que seguir adelante con sus vidas, tarea que no será tan fácil como pensaban. El héroe, la adolescente rebelde, el matrimonio en crisis, el emigrado colombiano… y Toni, el ¿idiota, el jeta? Su transformación y como ésta actúa sobre la mecánica del grupo centra la película


Bien construida, no abusando ni alargando los gags, se trata de una comedia coral un tanto ácida, digna, para mí, de la tradición de la comedia italiana o la colaboración de Berlanga y Azcona. Incluso el a menudo insoportable en sus presentaciones de TV, Arturo Valls logra componer un personaje patético en la línea de algunos del inolvidable e inigualable Alberto Sordi. Y destacar un amplio reparto de caras conocidas. Natalia de Molina, Raúl Cimas, Neus Asensi, Manolo Solo, Nuria Mencía... Algunos veteranos como  Teresa Gimpera, Jesús Guzmán, Marta Fernández Muro. Y algunos para mí desconocidos. Todos ellos completan un reparto que cumple adecuadamente, en general, con el aspecto coral de la historia.

Quizá por contraste con la alemana Toni Erdmann que acababa de ver, Los del tunel me pareció una comedia agridulce, divertida y triste a la vez. Una visión paródica y esperpéntica de una sociedad como la que vivimos. Una grata sorpresa.



sábado, 28 de enero de 2017

Cine: Tony Erdmann


Tras su presentación en el festival de Cannes, 'Toni Erdmann' se convirtió en una película aclamada loque dio lugar a que su ausencia entre las premiadas fuera criticada. Parece que a través de Twiter. esa herramienta que se ha convertido en el oráculo de mucha gente, se inició una reivindicación de la película que ha resultado ser tan efectiva o más que cualquier galardón: 'Toni Erdmann' lleva meses siendo la película que no puedes perderte. 

Ganadora de cinco premios del Cine europeo (película, dirección, guión e interpretación femenina y masculina), nominada para los Globos de oro y favorita para el Oscar en lengua no inglesa, no cabe duda de que se trata de uno de los títulos importantes del año.

Está dirigida por Maren Ade, una realizadora alemana. Esta es su tercera película tras Los árboles no dejan ver el bosque que creo que no se estrenó en España y Entre nosotros, que sí lo hizo pero que no conozco.




Ines trabaja en una importante empresa alemana con sede en Bucarest. Tiene una vida perfectamente ordenada y dedica todo su tiempo a reuniones y otros compromisos profesionales.  Aparentemente triunfadora profesional y socialmente aunque incapaz de disfrutar de la vida. Un día, recibe la inesperada visita de su padre, un hombre que duda de los excesos del neocapitalismo, que viene a alterar el mundo organizado de su hija, llegando a poner en peligro su carrera. Aficionado a las bromas y a los disfraces asume un personaje imaginario y desproporcionado, Toni Erdmann, en una curiosa estrategia para demostrar a su hija que es necesario aprender a vivir.

Tengo que decir que la película no me gustó. Me recordó a las películas de Paco Martínez Soria en que su presencia en la familia de sus hijos servía para arreglar su vida, en una lectura un tanto cutre y conservadora de la realidad. Por supuesto que esta tiene muy poco que ver en su desarrollo, pero la imagen de Martinez Soria no desapareció de mi cabeza a lo largo de las cerca de tres horas de proyección. Lo cierto es que el personaje del padre no me provocó la menor simpatía ni consiguió apenas alguna sonrisa. Las situaciones que plantea están totalmente alejadas de la concisión narrativa. Eso si, me gustaron los actores protagonistas. Pero no fui capaz de compartir su humor esperpéntico y un tanto triste. A lo mejor, si durara una hora menos...

Es posible que si la volviera a ver, fuera capaz de disfrutar de esas virtudes que se le adjudican y que no fui capaz de apreciar. Pero vista su desmesurada duración no creo que le de esa oportunidad. 


lunes, 23 de enero de 2017

Cine:LOVING



El caso "Loving vs Virginia", dio lugar a la decisión de la Corte Suprema
que abolió algunas leyes segregacionistas- como las leyes contra el matrimonio interracial - en los Estados Unidos, estableciendo el matrimonio como un derecho fundamental. "Loving vs Virginia" todavía se cita con frecuencia en

los casos judiciales de hoy, incluso en los desafíos a las prohibiciones de matrimonio gay. 
Su historia fue seguida por los medios de comunicación y tras el fallecimiento de Mildred, en 2008, la documentalista Nancy Buirski se conmovió por la inquebrantable devoción del uno por el otro y por la relevancia contemporánea de su caso y decidió hacer un documental sobre Richard y Mildred Loving. Su investigación le llevó a la productora de televisión que había pasado horas filmando a los Loving en su casa en 1965 y luego volvió en 1967 para
que ABC-TV los entrevistara en vísperas de la decisión judicial. Las imágenes y otros recursos de archivo, incluyendo instantáneas fotográficas fueron utilizados por Buirski en la escritura, producción y dirección de The Loving Story. El documental participó en los festivales de 2011 antes de ser mostrado por la HBO en el Día de San Valentín de 2012. Ganó premios y cautivó a audiencias y críticos por su representación de una pareja comprometida y valiente que, por encima de todo, estaban profundamente enamorados.
La historia ha dado lugar a la película dirigida por Jeff Nichols, con su propio guion. Nichols es el director de, al menos, dos películas muy interesantes, Take Shelter y Mud.





Situada en una pequeña ciudad de Virginia, a finales de la década de 1950, un estado en el que los matrimonios interraciales estaban prohibidos. Alli  Mildred (Ruth Negga), una mujer de raza negra, se queda embarazada de Richard Loving (Joel Edgerton), un hombre blanco. La boda tiene que celebrarse en Washington, para evitar las leyes de su estado, pero cuando regresan a su hogar son arrestados. Consiguen evitar la cárcel pero se ven obligados a abandonar el estado durante 25 años. Eso supone dejar a su familia y su ansiada vida rural. Apoyados por los defensores de los derechos civiles, la pareja luchará durante diez años por su derecho a regresar. Su caso llegó al Tribunal Supremo y finalmente lograron volver a su ciudad. 

Narrada de forma tranquila y clásica, sin apenas momentos de intensidad dramática. Es un recorrido por una sencilla historia de amor que se convirtió, sin buscarlo apenas, en un revulsivo para el reconocimiento de los derechos civiles de la pareja protagonista. Una pareja donde la aparentemente más débil, Mildred, fue quien tuvo la suficiente fortaleza para asumir su papel reivindicativo.

Nichols consigue evitar el caer en el aspecto melodramático de la historia y contar la incomodidad que supone una vida como la que se ve obligada a llevar la pareja. No hay momentos de gran tensión, ni persecuciones. Todo es tranquilo, sin violencias.  En este sentido, incluso los abogados que llevaron adelante el caso aparecen como dos seres vulgares, lejos de los abogados pretenciosos de algunos telefilmes.

Es curioso que esta película se presentó en el Festival de Cannes el mismo dia que Paterson, recientemente estrenada y comentada. Y es curioso porque las dos, siendo notables, las encuentro faltas de fuerza, de un nudo narrativo que rompa ese discurrir sosegado, demasiado tranquilo, lo que es a la vez su virtud y su punto desfavorable. En este caso creo que la película quedaría mejor si fuera algo más breve.

Destacar la presencia de los dos actores protagonistas. A Ruth Negga no la conocía en absoluto. Da vida a Mildred, una mujer negra que tiene la fuerza suficiente para aceptar la lucha por sus derechos y los de su familia y no duda en aparecer en los medios para darla a conocer. A Joel Edgerton si le hemos podido ver en algunas películas, especialmente el año pasado en El regalo, que dirigía, y también en Exodus, Black Mass, El gran Gatsby y La noche más oscura. da perfectamente la imagen del americano rural, sin muchas luces, pero profundamente enamorado, que solamente participa acepta la presencia de los medios en su conflicto por satisfacer a su mujer. Su único argumento es "amo a mi mujer"

Tiene una breve aparición Michael Shannon, un actor habitual en las peliculas de Nichols, al que veíamos hace poco en Animales nocturnos.

miércoles, 18 de enero de 2017

Cine y teatro. Lo mejor de 2016

Ha terminado 2016 y es momento de resúmenes, antes de que empiecen los premios.

En mi opinión, a lo largo de 2016, hemos podido ver una serie de películas interesantes. 

Entre las extranjeras, para mi, las diez mas destacadas han sido: La gran apuesta, Spotlight, El hijo de Saul, El renacido, Carol, La habitación, Regreso a casa, Animales nocturnos, Comanchería y La llegada. 

En un segundo nivel situaría a Steve Jobs, Animalisa, Dos buenos tipos, Los caballeros blancos, Sing Street y Sully.

Y entre las españolas, 

Que Dios nos perdone, El hombre de las mil caras, La reconquista, y María (y los demás), y en un segundo nivel, Tarde para la ira, Un monstruo viene a verme y Los últimos de Filipinas.

En cuanto al teatro, creo que Incendios (La abadiaha sido el espectáculo más interesante (por cierto está anunciado en el Mira para esta primavera) junto con Hamlet (CNTC La comedia) y La piedra oscura (Galileo). 

Otros destacables han sido: Lluvia constante (reposición), Tierra del fuego (Matadero),  Vida de Galileo y La cocina (Valle Inclán).

martes, 17 de enero de 2017

Cine: BAR BAHAR (entre dos mundos)


Acostumbrados al cine norteamericano y de algunos países europeos, se hace extraño encontrar películas producidas en países de oriente próximo, películas que responden a una realidad muy diferente de la que nos presenta el cine que vemos habitualmente. En muchas ocasiones ese cine es un producto multicultural, fruto de coproducciones con países europeos. Este es el caso de Bar bahar, una coproducción entre Francia e Israel dirigido por una palestina, Maysaloun Hamoud,  nacida en Budapest que creció en un pueblo del norte de Israel.


Salma, Leila y Nour son tres palestinas con pasaporte israelí que viven en Tel Aviv, lejos de sus lugares de origen. Las dos primeras son independientes, trabajan y viven su sexualidad sin limitaciones. Nour es una joven musulmana creyente, prometida con un musulmán, que llega para compartir piso con ellas a la espera de sus exámenes. Las tres tienen que esforzarse diariamente para conseguir la libertad de trabajar, de divertirse y de elegir su vida lo que, dados sus orígenes, no es sencillo y las hace enfrentarse tanto con sus tradiciones como con la sociedad que las rodea. 

Película llena de buenas intenciones que nos quiere mostrar la realidad de una juventud que se mueve entre dos mundos. Fraguada en el movimiento underground palestino, a la sombra de la "Primavera árabe" representa el sentir de una juventud que condena la opresión, el patriarcado, la marginación y la homofobia. Que aspira a superar los códigos culturales aplicados en nombre de la tradición. Algo que no esperas encontrar en un cine al que se supone mayor confrontación política.  

Pero la película que cuenta con unos personajes femeninos estupendos, tropieza con unos personajes antagonistas demasiado tópicos. Un integrista puritano abusador, un moderno que se comporta de manera hipocritamente tradicional en el entorno familiar, unos padres de familia que repudian la homosexualidad de su hija. Unos planteamientos que me recordaban el cine español de los 70/80. Probablemente necesarios en esa sociedad pero que a mi me suenan a antigualla.

Película correcta, con buenas actrices, pero que a la vista de las críticas que había leido, se me quedó corta. 

lunes, 16 de enero de 2017

Cine: LA COMUNA

Hace tres años tuvimos oportunidad de ver una notable película dirigida por el danés Thomas Vinterberg, La caza, a la que luego se añadió el nombre del director al título, supongo que por razones de derechos, una de las más interesantes de ese año que fue comentada en su momento por Angel.

Nos llega ahora otra película de este director, La comuna. Antes había dirigido en Inglaterra una nueva versión de Lejos del mundanal ruido, la novela de Thomas Hardy, que no tuve oportunidad de ver y que ya había sido llevada al cine en 1967 por John Schlesinger con Julie Christie como protagonista.



La historia se sitúa en los años 70. Erik, un profesor de arquitectura, hereda un viejo caserón cerca de Copenhague. Su esposa Anna, popular presentadora de TV, le convence para que no lo venda e invite a sus amigos a vivir con ellos y su hija de 14 años. Trata así de combatir el aburrimiento que empieza a aparecer en sus vidas. Nace una comuna cuyo equilibrio empieza a romperse cuando Erik se enamora de una alumna bastante más joven que él, que también se incorpora al grupo.

La película nos plantea una situación que se dio en los años 70 y que quizá pueda volver a darse en la actual dificultad económica. Vivir en una comuna, un grupo de personas que viven juntas y comparten su vida y sus gastos. Lo que pasa es que este género de vida parece más accesible a gente joven que no a maduros en los cuarenta que son los personajes de la historia. 

Pero la película se centra en la situación de la pareja. Su crisis y su ruptura y la desorientación e incapacidad de la mujer de asumir la situación. La comuna no pasa de ser un marco donde se sitúa esa relación, una especie de coro de tragedia griega que puntúa lo que ocurre. Poco sabemos del resto de los integrantes de la comuna, que solo se muestran como un contrapunto, más de comedia que de drama, del conflicto conyugal. Incluso el personaje de la hija queda un tanto difuminado. El grupo tan solo se manifiesta en relación con el conflicto cuando votan en contra de la incorporación de la amante de Erik al grupo, que prevén como posible causa de ruptura del mismo. 

Me gustó mucho la interpretación de Tryne Dyrholm como Anna, el personaje más creíble de la historia, por el que ganó el premio de interpretación en el pasado Festival de Berlin. Está bien acompañada por el resto del reparto. Pero la película me decepcionó. Esperaba más del autor de La caza.

Cine: LA LA LAND (LA CIUDAD DE LAS ESTRELLAS)


Con el prestigio que le da el haber ganado 7 Globos de oro tras el éxito de su presentación en el Festival de Venecia, nos llega esta película musical dirigida por Damien Chazelle, del que vimos hace un par de años Whiplash. Una película interesante que utilizaba de forma adecuada la interpretación musical y nos mostraba como, para llegar al éxito, puede ser necesario renunciar a muchas otras cosas en la vida, entre ellas el amor.

En esa misma línea se mueve La la land (no me gusta el título español), donde una pareja se separará para alcanzar el éxito en sus aspiraciones artísticas. 


Mia (Emma Stone) es una de las muchas aspirantes a actriz que viven en Los Angeles en busca del sueño hollywoodiense. Se gana la vida como camarera en unos estudios mientras se presenta a montones de pruebas de casting. Sebastian (Ryan Gosling) es un pianista que vive de las actuaciones de segunda que le salen, y su sueño es regentar su propio club donde rendir tributo al jazz más puro. Dos jóvenes que luchan por conseguir sus sueños en una ciudad conocida por destruir esperanzas y romper corazones.

Tras algunos encuentros, la pareja se enamora pero pronto descubrirá que el equilibrio entre el amor y el arte puede ser el mayor obstáculo para el éxito y aunque alcancen el triunfo, acabarán separados. 

La película me gustó mucho, no tanto por lo que cuenta, visto infinidad de veces, sino por su tratamiento visual. Empieza con un alarde técnico, un baile en una autopista atascada, rodado en un plano secuencia de varios minutos con un movimiento de cámara increíble. No sé si, como se,  ha dicho, la secuencia tiene algún corte, pero da la impresión de que no y es realmente espectacular. Una secuencia que nos conduce al primer encuentro, poco grato, entre Mia y Sebastián ambos atrapados en el atasco en su coche respectivo. A partir de ahí la historia es previsible. Habrá nuevos encuentros. Lo que inicialmente es enfado acabará en amor. Un amor al que tendrán que renunciar en busca del éxito. Pero todo ello está bien contado. Con un guion bien construido. Y sobre todo con un desarrollo visual basado en el movimiento de cámara, con numerosos planos secuencia. Contrasta en este sentido con otro excelente musical, Chicago, donde el ritmo musical se basaba en el montaje, sobre todo para paliar la deficiencia danzante de algunos de sus actores. Y tieneuna secuencia onírica final que me recordó a otros grandes musicales de la historia del cine.

Aquí los dos protagonistas, Emma Stone y Ryan Gosling, cantan y bailan en el límite de lo aceptable, pero la cámara les acompaña y los trata con cariño. Me gustó más Emma Stone que en las pruebas demuestra su capacidad de interpretación. 

En resumen una deliciosa película musical lllena de homenajes y nostalgia por el cine clásico.




jueves, 12 de enero de 2017

CINE- DESIERTO- JONÁS CUARÓN


                 Película franco-mexicana dirigida por Jonás Cuarón, hijo del director Alfonso Cuarón ( Y mi mamá también ), ya prácticamente inmerso en el cine norteamericano donde consiguió el Oscar al mejor director por su película Gravity, de la que Jonás era coguionista.
                  La película aborda el tema de la entrada ilegal de emigrantes latinos a través de la frontera mexicana con EEUU, el tema tan de actualidad, podría haberse convertido en una denuncia social de este fenómeno, sin embargo solo se esboza porque lo que interesa al director es hacer un film de género y acción que mantiene al espectador con el corazón en un puño.
            Una furgoneta cargada de emigrantes latinos se estropea , lo que obliga a sus ocupantes a entrar a pie en territorio norteamericano a través de las alambradas en una zona desértica, allí les espera el horror, un civil blanco que considera que las autoridades no hacen nada por detener el flujo de emigrantes a lo que el considera su inviolable país, el se convierte en vigilante de la frontera, para ello cuenta con su odio ,su rifle de mira telescópica y su perro "Tracker" adiestrado para la caza de furtivos y tan homicida como su dueño.
            La película no da respiro al espectador, la violencia de las imágenes, que recuerda a Sam Peckinpah, la dureza del paisaje de rocas, desierto,cactus y serpientes y sobre todo la música efectista pero sin duda eficaz con ese exceso de percusión en los momentos de mayor tensión.
             Buenas interpretaciones de los dos protagonistas principales el mexicano Gael  García Bernal y el norteamericano Jeffrey Dean Morgan, el perro es esencial en el desarrollo de la trama , en el cine hay antecedentes de perros asesinos como el de la película "El perro" del español Antonio Isasi Isasmendi, pionero en colocar el cine español en el mercado internacional y basado en la novela del mismo título de Vázquez Figueroa. Otro antecedente es la magnífica película de Sam Fuller "Perro Blanco" sobre un perro adiestrado por un blanco americano para atacar a los negros.
             También existe un antecedente literario de este tipo de perros, está en un magnífico relato de Alejo Carpentier llamado "Los fugitivos" :
                 Al fin Cimarrón dió un paso, adelantando una mano blanda hacia su cabeza. Perro lanzó un extraño grito, mezcla de un ladrido sordo y de aullido y saltó al cuello del negro.
                  Había recordado, de súbito , una vieja consigna dada por el mayoral del ingenio el día que un esclavo huía al monte". 

lunes, 9 de enero de 2017

Cine: SILENCIO

Parece innecesario presentar a Martin Scorsese, uno de los grandes directores de cine actuales y que a pesar de que ya tiene 74 años, sigue buscando nuevas historias y formas de contarlas en su cine. Un cine en el que se pueden encontar numerosas muestras de su obsesión religiosa. Como él mismo dice, "Me crie en el seno de una familia muy católica en la que se le daba mucha importancia a la religión. Uno de los pilares de mi vida sigue siendo la espiritualidad católica romana que tan importante fue para mí de niño, y esa espiritualidad estaba relacionada con la fe"."Llegado a este punto de mi vida pienso constantemente en la fe y la duda, la debilidad y la condición humana".

Silencio está basada en una novela de Shusaku Endo. La obra fue recibida con muy buenas críticas cuando se publicó en Japón en 1966 y generó grandes debates y análisis exhaustivos y rigurosos. La traducción al inglés llegó unos años más tarde y con ella creció aún más la reputación de la novela como una profunda investigación y reflexión sobre la religión.
Nada más empezar la lectura, Martin Scorsese se sintió cautivado por la novela, hasta el punto de sentir que Silencio le hablaba personalmente. "La temática que Endo plantea en el libro ha formado parte de mi vida desde que era muy, muy joven", comenta.




Segunda mitad del siglo XVII. Sebastián Rodrigues (Andrew Garfield) y Francisco Garupe (Adam Driver) son dos sacerdotes jesuitas portugueses que se ven obligados a emprender un viaje hasta Japón para encontrar a su mentor, Cristóbal Ferreira (Liam Nesson) del quien han llegado noticias de que ha renunciado a su fe de forma pública, tras haber sido perseguido y torturado. 

En el Japón del siglo XVII, el poder estaba en manos de los señores feudales y los samurái, decididos a eliminar cualquier influencia occidental en el país. Las persecuciones y las torturas estaban a la orden del día y los cristianos se enfrentaban a la dura decisión de elegir entre la apostasía o una muerte lenta y dolorosa. En su busca del P. Ferreira, los dos misioneros serán testigos del suplicio y la violencia con que los japoneses tratan a los cristianos y tendrán que ejercer clandestinamente el ministerio entre los aldeanos de la zona.

Scorsese nos narra la historia con su habitual calidad. La narración se centra en el P. Rodrigues y las innumerables pruebas a que se ve sometido para que renuncie públicamente a su fe y a sus convicciones, planteándose hasta que punto tiene sentido, no solo su sacrificio sino el de aquellos que siguen sus enseñanzas en los que se ceban los japoneses para conseguir la apostasía del cura. Porque los japoneses convertidos al catolicismo se ven convertidos en mártires a causa de su fe ante la mirada del P.Rodrigues mientras todos ellos buscan el auxilio de un Dios que permanece en silencio. Y hace que nos planteemos junto con el protagonista si todo eso tiene sentido.

Fundamental en el relato el encuentro entre Rodrigues y Ferreira (excelente Liam Nesson), una breve secuencia donde se enfrentan las dos formas de entender la realidad de lo que ocurre. Una búsqueda y encuentro que nos remite al de Kurtz en Apocalipsis Now.

La película me pareció muy buena, pero excesivamente larga (el gran defecto habitual de Scorsese) lo que da lugar a que sintiera cierto aburrimiento, sobre todo en su primera mitad. Muy profunda en sus planteamientos, resulta difícil para quien no tiene convicciones religiosas entender la postura de los cristianos sometidos a martirio y comprender sin embargo la renuncia, aparente o real, a su fe.

Curiosamente vi esta película al dia siguiente de Hasta el último hombre. Ambas protagonizadas por Andrew Garfield en personajes que, con la distancia que supone la época y circunstancias en que se desarrollan, mantienen la similitud de su posición de defensa de sus convicciones. Y, aunque separados por tres siglos, los japoneses de ambas películas haciendo gala de una crueldad enorme. Adam Driver, el otro jesuita, me pareció irrelevante, mientras algunos de los personajes japoneses consiguen destacar, especialmente el inquisidor Shin’ya Tsukamoto.

Muy notable película que, sin embargo, no consiguió engancharme y se me hace difícil recomendar.

domingo, 8 de enero de 2017

Cine: HASTA EL ULTIMO HOMBRE


Mel Gibson es un discutido actor, director y productor norteamericano,de origen australiano. Con notables interpretaciones a lo largo de su carrera, el éxito le llegó como director en 1995 con Braveheart con la que ganó el Oscar a mejor película y mejor director. Otras dos películas suyas posteriores llamaron la atención por el realismo de sus escenas de violencia, La pasión de Cristo (2004) y Apocalypto (2006). Es de destacar también que ha estado envuelto en una serie de incidentes y acusaciones de homofobia, antisemitismo y problemas con el alcohol.
Hasta el último hombre está basada en un personaje real Desmond Doss, un objetor de conciencia que se alistó voluntario para combatir a los japoneses en la II guerra mundial.



Desmond Doss (Andrew Garfield), un hombre contrario a la violencia, se alista en el ejército de EEUU para servir como médico de guerra en plena II Guerra Mundial. Tras enfrentarse al estamento militar y someterse a un juicio de guerra por su negativa a coger un rifle, consigue su objetivo y es enviado a servir como médico al frente japonés. A pesar de ser recibido con recelo por todo
el batallón, durante la salvaje toma de Okinawa, Desmond demuestra su valor salvando a 75 hombres heridos consiguiendo el respeto de  sus compañeros. Un panegírico del hombre que no renuncia a sus convicciones. 

El tema de la objeción de conciencia me recuerda dos películas antiguas, El sargento York (1941, Howard Hawks) y La gran prueba (1956, William Wyler). En esta ocasión Mel Gibson se basa en un personaje real cuya historia dramatiza. El primer tercio de la película lo dedica a presentarnos a un personaje que tras un incidente violento, de niño, con su hermano, asume la no violencia mientras es acosado por un padre, ex combatiente de la I guerra, que se ha convertido en un personaje violento y alcohólico. Hasta que tras el ataque a Pearl Harbour, se enamora de una enfermera y decide alistarse voluntario como médico de guerra. Una historia con poco interés, convencional, vista en numerosas ocasiones y propia de telefilm. Asistimos después al proceso de entrenamiento y su batalla contra los estamentos para poder incorporarse al ejército. Nada reseñable, salvo la buena imagen de unos mandos relativamente comprensivos que contrastan con los que hemos podido ver en películas como La chaqueta metálica, El sargento de hierro u Oficial y caballero. Eso sí, con el único momento de dignidad del padre en una escena que, por otra parte,  suena totalmente falsa. Y llegamos a la verdadera espina de la película. La batalla en Okinawa. Unas escenas de salvaje acción que recuerdan en su pretendido realismo las de Salvar al soldado Ryan. Impresionantes. Para llegar al proceso heroico del protagonista que sin tocar un arma consigue salvar hasta a 75 compañeros heridos y convertirse en una especie de símbolo o amuleto para ellos. 

Quitando las espectaculares escenas de la batalla, el resto me pareció forzado y convencional. Y dificilmente puede ser considerada antibelicista. Una historia hecha a la mayor gloria de los buenos (USA)en lucha justiciera contra los malos, los crueles y poco avispados japoneses que no evitan que un solo hombre les birle hasta 75 hombres heridos. Aunque eso si, poniendo de manifiesto en toda su crudeza la crueldad y violencia de las acciones bélicas.

Una interpretación ajustada en general, en la que destacan Andrew Garfield que me recuerda a Anthony Perkins y Hugo Weaving como el padre. 


Cine: FRANTZ


François Ozon es un director francés del que pudimos ver en 2012 En la casa una interesante adaptación de la obra de teatro de Juan Mayorga, El chico de la última fila, que ganó la Concha de oro en San Sebastián. En los últimos años ha dirigido películas apreciables, como la mencionada o Una nueva amiga y alguna insufrible como Potiche: mujeres al poder, pero casi siempre tocando temas arriesgados y originales.

Frantz es la adaptación de una novela de Maurice Rostand que él mismo convirtió en obra de teatro y que Ernst Lubitsch había llevado al cine en 1932 con el titulo de Broken lullaby y que en España se llamó Arrepentimiento. No conozco ni la novela ni la película.




La acción se sitúa en la posguerra de la I guerra mundial. En una pequeña ciudad alemana viven el Dr. Hoffmeister, su mujer y Anna la novia de Frantz, su hijo,  que murió en la guerra. En la ciudad se respira odio contra los franceses a los que juzgan responsables de la muerte de muchos de sus hijos. Cuando un dia Anna (Paula Beer) va al cementerio a poner flores en la tumba de Frantz, encuentra ante la tumba a Adrien (Pierre Niney), un joven francés, quien al visitar a los padres de Frantz, se ve obligado a hacerse pasar por un amigo muy cercano. Su presencia en un país que acaba de perder la guerra encenderá pasiones encontradas. 
Con un claro aliento pacifista, Frantz nos transmite el mensaje de que no son los soldados los responsables de la muerte de miles de inocentes en las guerras. Así lo entienden los padres de Frantz, que sin embargo ignoran la verdad de lo ocurrido. Y así lo entenderá también Anna a pesar de la confesión de Adrien.

La película está claramente dividida en dos partes. La primera nos narra la visita de Adrien a Alemania y la relación que establece con los padres, la novia y los compatriotas de Frantz. Y está muy bien narrada. La segunda parte, en la que Anna viaja a París para tratar de reencontrar a Adrien tiene un desarrollo mucho menos afortunado. Es una historia en la que la mentira bienintencionada constituye el motor de todo lo que ocurre. Pero llega un momento en que esa mentira desborda la realidad, pierde su sentido y todo parece muy forzado, tanto en el desarrollo de la acción como de los sentimientos. Aunque, como he dicho, no conozco la historia original, da la sensación de que esta segunda parte es un añadido de la misma. Al menos, por lo que he leído, no estaba en la película de Lutbisch. Y creo que estropea la historia.

Fotografiada en blanco y negro, Ozon nos ofrece insertos en color en los pocos momentos en los que existe una sensación de posible felicidad. Es un recurso tan válido como cualquier otro. La protagonista femenina, Paula Beer, fue premiada en Venecia como actriz promesa. A Pierre Niney se le ha visto en Yves St. Laurent y El hombre perfecto, una floja película comentada el verano pasado.


miércoles, 4 de enero de 2017

CINE- COMANCHERÍA-./ HELL OR HIGH WATER /.


David Mackenzie es un cineasta británico con una filmografía ,ya, bastante extensa de la que yo solo recuerdo haber visto "Convicto" un drama de ambiente carcelario bastante logrado. Con "Comanchería" se mete de lleno en el universo del cine norteamericano, con una película que va del thriller al western con sus dosis de denuncia social y que cuenta con un magnífico guión de Taylor Sheridan, actor pasado a la escritura y que también es el guionista de "Sicario" de Denis Villeneuve.


Comanchería es el nombre con el que se designaba a una región que abarcaba el oeste de Texas ,el oeste de Nuevo México y partes de Colorado y Kansas, eran las tierras de los comanches, un grupo indígena violento que a la vez funcionaba como una organización económica dedicada al comercio de esclavos y armas aprovechando sus fronteras con México y con los territorios españoles ; el hombre blanco y las enfermedades fueron acabando con ellos, los protagonistas de esta película se consideran herederos de este espíritu comanche, señores de las llanuras y enemigos de todos.
Tanner y Toby Howard son dos hermanos que a punto de perder sus tierras y la casa de sus padres por el reclamo del banco de una hipoteca inversa, que fue necesaria pedir para afrontar la larga enfermedad de la madre, deciden realizar una serie de atracos a diferentes sucursales de ese mismo banco para zanjar la deuda.
Tanner ( Ben Forster) y Toby (Chris Pine) victimas de los malos tratos de un padre autoritario son dos outsiders, el primero lo es vocacional ,su vida transcurre entre entradas y salidas de la cárcel, acude a la llamada del hermano sin ni siquiera preguntar para que quiere el dinero, Toby es un outsider solo ocasional, acuciado por su ex mujer y por el banco solo le mueve asegurar el futuro de sus hijos.
Frente a los dos hermanos están el ranger Marcus Hamilton ( Jeff Bridges ) muy próximo a la jubilación y su mestizo ayudante, ambos encargados de dar caza a los hermanos.
Los diez primeros minutos  de la película son vertiginosos, alternado con los títulos de crédito vemos el atraco a dos sucusales bancarias, en sus desplazamientos vemos el paisaje desolador de negocios en venta, otros abandonados y otros en suspensión de pagos, pintadas denunciando el dinero gastado en Irak todo representativo de la última crisis ,de la que los bancos han sacado rendimiento ,ellos nunca pierden  como decía Steinbeck en "Las uvas de la ira : "El banco , el monstruo,necesita obtener beneficios continuamente. No puede esperar, morirá. No ,la renta debe pagarse. El monstruo muere cuando deja de crecer. No puede dejar de crecer."
 Me ha parecido una magnífica película heredera del cine clásico, me ha recordado a Raoul Walsh (El último refugio, Juntos hasta la muerte ) y por supuesto a los hermanos Cohen, de hecho el personaje de Jeff Bridges es muy similar al de Tommy Lee Jones en "No es país para viejos", policias que cumplen con su deber y ladrones justicieros, ciudadanos armados hasta los dientes, casinos donde es facilísimo blanquear dinero, xenofobia... un mosaico muy acertado de la América de Trump.
Buenas interpretaciones ,Jeff Bridges a por su segundo Oscar.

Cine: MARIA (Y LOS DEMÁS)


Dirigida por Nely Reguera, una directora catalana con experiencia como guionista y ayudante de dirección así como con dos cortos como directora. Este es su primer largometraje por el que ha sido nominada como directora novel para los Goya. También está nominada para los Goya como actriz su protagonista Bárbara Lennie que ya lo ganó hace unos años por Magical girl. Y también figura como candidata como mejor comedia en los premios Feroz de la crítica.

Desde que murió su madre cuando ella tenía 15 años, María ha cuidado de su padre y de sus hermanos. Responsable y controladora, siempre ha sido el pilar de la familia, y se siente orgullosa de ello. Por eso, cuando su padre se enamora repentinamente de su enfermera y anuncia su inminente compromiso, María siente que su vida se desmorona, pero en vez de intentar cambiar esta situación decide evadirse y excusarse. Los miedos logran apoderarse de ella,y por ello no avanza en su vida y se queda estancada. 

La película es el retrato de María, un personaje femenino bastante frustrado, entregada al cuidado de su padre, escritora que no termina nunca su novela y trabaja en una editorial presentando novelas estúpidas, con un amante separado que no tiene intención de ir más allá y con dos hermanos con los que apenas puede contar. Sola a pesar de los demás. Pero es un personaje totalmente creíble, a lo que contribuye, sobre todo, la interpretación de una Bárbara Lennie que vuelve a demostrar que es una de las mejores actrices actuales. Sus miradas, sus sonrisas, transmiten todos los sentimientos que lleva dentro. Y está muy bien acompañada por el resto del reparto, sobre todo José Ángel Egido y Pablo Derqui.

Una de las mejores películas españolas del año. Un año que nos ha dejado unas cuantas y variadas muestras de buen cine español.

lunes, 2 de enero de 2017

Teatro: LA COCINA


Terminé mi actividad teatral del año en el Valle Inclán con la obra de Arnold Wesker La cocina. Arnold Wesker está considerado uno de los mejores dramaturgos del siglo XX. Nació en Londres en 1932 y falleció en el mes de abril de este año, 2016.  Es autor de 42 obras de teatro. También escribió ensayos, novelas, poesías y guiones para televisión. Fue director de escena de algunos de sus textos.
Perteneció al movimiento literario llamado Jóvenes airados (Angry Young Men) Este grupo de escritores y dramaturgos británicos desarrolló su actividad en los años 50 y manifestó su descontento social y su rechazo a la hipocresía de las clases medias y altas de su país. Tenían en común provenir de familias obreras de pocos recursos y, salvo alguna excepción, no llegaron a tener estudios universitarios. El nombre nació a partir de la obra Mirando hacia atrás con ira (1956) de John Osborne, de la que existe una versión cinematográfica de 1957, dirigida por Tony Richardson, con Richard Burton como protagonista. Otros miembros del grupo fueron John Wain, Kingsley Amis, Alan Sillitoe, Bill Hopkins y Harold Pinter. El grupo se disolvió en la década de los 60, aunque todos ellos siguieron escribiendo.

La cocina está inspirada en el tiempo que Arnold Wesker trabajó como cocinero en un hotel y se basó en sus experiencias personales. “El mundo pudo haber sido un escenario para Shakespeare; para mí es una cocina: donde los hombres van y vienen y no pueden quedarse el tiempo suficiente para comprenderse, y donde las amistades, amores y enemistades se olvidan tan pronto como se realizan.” (A. Wesker).




Londres en 1953, todavía en  posguerra, es el marco elegido por Wesker para crear una metáfora del mundo, mezclando nacionalidades, razas y culturas diversas, y obligándoles a colaborar y a convivir en torno a la cocina de un restaurante de 1 000 comensales diarios, donde trabajan y se deshumanizan día a día. Pero donde todavía se sienten el latido, los sueños y los anhelos que habitan en los personajes. 

La obra se desarrolla a lo largo de un día de trabajo, mientras el personal atiende los servicios de comida y cena. No hay una trama, no existe una historia que se desarrolle en el sentido convencional. A lo largo del día conocemos las vidas de los personajes. La plantilla del restaurante la componen trabajadores de distintos países:  un alemán, dos chipriotas, dos griegos, un italiano, tres franceses, un polaco y un irlandés, además de los ingleses.

No destacan personajes principales aunque se atiende un poco más a la relación
de Peter y Monique (Xabier Murua y Silvia Abascal). La obra, escrita en 1953, tiene cercano el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial y eso enturbia las relaciones entre algunos de los trabajadores. El autor pretende mostrar el mundo del trabajo alienante, el trabajo por dinero sin esperanza. El mundo del proletariado. Como él mismo afirmó, es una cocina, pero podría ser una fábrica o una oficina.

La primera parte se extiende desde que a las siete de la mañana los trabajadores van llegando a su puesto de trabajo hasta que los clientes empiezan a llegar y las comandas se agolpan en la cocina. Con un ritmo frenético que llega a hacerse incómodo al espectador, se alcanza el final de esa primera parte. 

La segunda parte se inicia cuando ha acabado el servicio de comidas y todos pueden relajarse.  Cuando comienza el turno de tarde, el ritmo vuelve a subir. Se repite la locura del servicio, las prisas, los nervios, las comandas, los ingredientes que faltan… hasta llegar al climax final.

Aunque la obra no me pareció especialmente interesante, la puesta en escena es espectacular. 26 actores que van y vienen de una manera casi coreografiada. Una maquinaria que llega a ser desbordante al final de la primera parte. Un esfuerzo de los actores, que en muchos casos adoptan acentos de otras nacionalidades y que muestran como están cocinando un menú concreto con sus recetas exactas pero sin comida. Están todos los cacharros y las cacerolas, pero no la comida. No vemos comida, pero si una gesticulación muy cuidada, de manera que casi se puede ver cómo limpian el pescado o cómo cortan la carne.


El responsable de la puesta en escena es Sergio Peris-Mencheta, al que hemos visto como actor en cine, televisión y teatro. Dirigió Un trozo invisible de este mundo con Juan Diego Botto, por la que fue nominado para los premios Max.
Parte muy importante es el trabajo del escenógrafo, Curt Allen Wilmer que ha creado un espacio escénico rodeado por el público, lleno de tubos y elementos culinarios. Muy importante también la iluminación de Valentín Álvarez.

Y entre los interpretes, en general muy adecuados y más que correctos, destacar a Xabier Murúa y Javivi Gil. Y la sorpresa de Ricardo Gómez al que conocía de Cuéntame y que ya me había gustado en Los últimos de Filipinas.  

Aunque la recomendación llega tarde, la obra estuvo en cartel hasta el 30 de diciembre, tengo que decir que es muy recomendable.
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