lunes, 27 de junio de 2016

Cine: DOS BUENOS TIPOS


Dos buenos tipo está dirigida por Shane Black, un director, guionista y actor. Uno de sus primeros guiones fue el de Arma letal  (Richard Donner, 1987) y su secuela Arma letal 2. que están consideradas las primeras "Buddy cop", una variante de la llamada "Buddy movie", películas protagonizadas por una pareja antagónica de compañeros de trabajo y/o aventuras, sin presencia femenina,  y cuyo origen se puede remontar a Stan Laurel y Oliver Hardy, el gordo y el flaco. Se trataba de un nuevo estilo de cine comercial, una mezcla de acción y comedia centrada en los prsonajes.  Después ha sido responsable del guion de una serie de películas de acción que sobresalen por su sentido del humor: 'El último boyscout', 'El último héroe''... Su primera película como realizador, fue 'Kiss Kiss Bang Bang' Después dirigió Iron man 3. No he visto ninguna de esas películas.



Los Angeles 1977. El investigador privado  Holland March (Ryan Gosling) y el matón a sueldo Jackson Healy (Russell Crowe) se convierten inesperadamente en socios.  Healy es un tipo melancólico y March un desastre, aunque es su hija Holly (Angourie Rice) quien le ayuda a sobrellevarlo.

Los dos están buscando a una joven desaparecida relacionada con la industria de la pornografía. Un caso que puede estar relacionado  con la muerte en un accidente de tráfico de una estrella del porno. Forzados a colaborar, se encontrarán con una peligrosa trama de corrupción que llega hasta las altas esferas del poder.

La película se encuentra claramente en esa línea de acción y comedia. Conectada con obras tan dispares como Chinatown, Adios pequeña, El gran Lebowski o Puro vicio, a las que pasa por el humor de Blake Edwards, dando como resultado una película entretenida, apoyada en las interpretaciones de Gosling y Crowe, a la que le sobran algunas inverosimilitudes de guion y unos cuantos disparos. Héroes desencantados y perdedores a los que una niña de 13 años ayuda a sobrellevar su torpeza. 
Me gustaron la ambientación, los intérpretes y el recuerdo a algunos momentos del buen cine de Blake Edwards. Apreciable 




viernes, 24 de junio de 2016

Cine: CAPITÁN KÓBLIC


Coproducción hispano-argentina, dirigida por Sebastián Borensztein, director del que solo conozco Un cuento chino, una curiosa comedia de choque y entendimiento intercultural donde, un ferretero argentino  de carácter difícil y costumbres de ermitaño termina conviviendo con un chino que no habla ni una palabra de español al que ha encontrado perdido, sin casa ni dinero, en medio de la ciudad. También la protagonizaba Ricardo Darín. La película ganó el Premio a la Mejor Fotografía (Rodrigo Pulpeiro) y al Mejor Actor de Reparto (Óscar Martínez) en Málaga.


Situada en 1977, uno de los años más sangrientos de la última dictadura argentina. Tomás Kóblic (Ricardo Darín) es un un oficial de la Armada que ha pilotado uno de los vuelos de la muerte. Atormentado por la terrible experiencia de lanzar los cuerpos de los prisioneros al mar, decide desertar y esconderse en un pueblo de la Pampa argentina, huyendo de sus propios compañeros, abrumado por el conflicto moral que se ha visto obligado a vivir. Trabaja como piloto fumigador, con el objetivo de no llamar la atención de los escasos habitantes del pueblo. Pero se cruzan en su camino Nancy (Inma Cuesta), la encargada de la gasolinera de su pareja y el corrupto comisario Velarde (Oscar Martínez). Kóblic tendrá que volver a enfrentarse con la muerte.

La película tiene una estructura clásica de western. El forastero que llega a un pueblo huyendo de su pasado, la desconfianza del comisario, la chica del salón (aquí la gasolinera), los celos de su pareja, el pasado que le persigue y el duelo final. Pero la historia no convence. A pesar de los buenos actores. Nunca había visto a Ricardo Darín tan desangelado. (Bueno, si, en el teatro el año pasado en Escenas de un matrimonio). Y su relación con Inma Cuesta no engancha. Parece totalmente impuesta por el guión. 

Bastante decepcionante aunque con algunos, pocos, momentos interesantes. 

jueves, 23 de junio de 2016

Cine: EL HOMBRE PERFECTO

Hay en el cine francés una cierta tradicion en el cine de intriga. Podemos recordar a directores como Claude Chabrol y René Clèment y títulos como A pleno sol, Los felinos, El canto de la lechuza, La mujer infiel, El carnicero o Al anochecer, adaptaciones muchas de ellas de novelas de autores tan destacados como Patricia Highsmith.
En esa tradición se inscribe El hombre perfecto, dirigida por Yann Gozlan que dirigió anteriormente Cautivos que no parece haber sido estrenada en España. 

Mathieu es un joven que sueña con  convertirse en un escritor de prestigio. Aunque todo en su vida parece indicar que nunca va a conseguirlo, un día encuentra la obra nunca publicada de un anciano que acaba de fallecer. Al ojear la novela abandonada, Mathieu se da cuenta de que tiene en sus manos un gran libro y decide  publicarlo con su nombre. El éxito le sonríe, se convierte en la nueva promesa de la literatura francesa, conquista a la mujer de la que se ha enamorada y su vida toma el rumbo que él siempre había querido. Pero no todo sale como esperaba. Sigue siendo incapaz de escribir algo que continúe su éxito y aparece alguien que conoce su secreto. 

Me gustó el planteamiento de la historia, resuelto con brevedad. Pero después la historia se pierde en una serie de situaciones absurdas, que recuerdan claramente al personaje de Ripley en A pleno sol o El talento de Mr Ripley e incluso a Match point de Woody Allen.  Un mal guion del que es autor, junto a otros, el propio director, que dentro de lo que cabe, se muestra mejor en la faceta de director que como guionista. El desarrollo de la historia me pareció malo y previsible y me pregunté que habría hecho Claude Chabrol con esos materiales, tan acordes con parte de su filmografía.

No conozco a los actores protagonistas (Pierre Niney y Ana Girardot). El interpretó a Yves St. Laurent y ella no tiene ningún parentesco con la gran Annie Girardot.

Película de la que había leído algunas críticas positivas y que me decepcionó totalmente.



miércoles, 15 de junio de 2016

Cine: KIKI. EL AMOR SE HACE





Paco Leon es, con seguridad, uno de los actores españoles más populares desde su aparición en la serie de TV Aida, en el personaje de Luisma, al que Ruiz Mantilla define en El Pais como "un yonqui entre pillo e inocente". Y a partir de esa imagen, su salto al mundo del espectáculo, en el cine y en el music hall a la española, hasta llegar al teatro de la Zarzuela con esa versión de Miguel del Arco que ha levantado tanto entusiasmo como repulsa.
En 2011 se estrenaba en la dirección cinematográfica con Carmina o revienta que completaba en 2014 con Carmina y amén, dos documentos sobre su familia centrados en la figura de su madre. Vi la primera y no me interesó a pesar de su frescura y espontaneidad.
Con Kiki, el amor se hace, entra de lleno en el mundo de la ficción, aunque podría pensarse que se trata de un documento sociológico.

En El país se ha publicado una columna firmada por Jesús Ruiz Mantilla que, en mi opinión, define bastante bien lo que Paco León representa. Así dice: "Se equivocan quienes han tomado a la ligera a Paco León. Su habilidad para trascender lo anecdótico y auparse a fenómeno de masas asombra. Hablamos de un artista capaz de ennoblecer la vía del costumbrismo y elevarla con naturalidad a los altares de la gran provocación intelectual.  Es el cómico que merecemos en estos tiempos de escarnio. Mirada limpia, discurso corrosivo pero fuera de lo alternativo. Una sabia y comprometida manera de sacar partido a esa ventaja inocua y descafeinada para la mayoría de lo que dan en llamar popularidad".    He aquí el enlace para leer la columna completa.






Cinco historias de amor y curiosas filias sexuales coinciden en el verano madrileño. Formas particulares de obtener placer que descubren nuestros protagonistas, pero para disfrutarlas tendrán que decidir cómo integrarlas en sus vidas. Sus sentimientos, sus miedos y sobre todo su sexualidad se transforman rompiendo tabúes, adentrándose en una etapa nueva, emocionante y libre donde no se reniega ni del placer ni del amor. 

 Se trata de una adaptación de una película australiana The little death  (pequeña muerte) que es como los franceses llaman al orgasmo. 

Alex García (al que hemos visto en La novia)  intentará satisfacer la harpaxofilía (placer al ser robado con violencia) de Natalia de Molina (reciente Goya por Techo y comida).
Candela Peña descubrirá la dacrifilia por la que se excita al hacer llorar a su marido (Luis Callejo) lo que le facilitará quedar embarazada.
Luis Bermejo (Magical girl), un cirujano plástico, descubre su somnofilia, excitación por alguien dormido, y recupera la pasión por su mujer, impedida tras un accidente.
Alexandra Jiménez tiene elifilia, se excita con determinados tejidos. Una llamada atendida en el call center donde trabaja, le cambiará la vida.
Y Paco León, Ana Katz y Belén Cuesta forman un trío en el que se desatan los deseos ocultos.

Una serie de historias muy irregulares que dan lugar a una película agradable, muy abierta en su lenguaje sexual, pero muy contenida en su imagen; es mucho más lo que se dice que lo que se ve. Y que utiliza unas extrañas filias sexuales para reivindicar la libertad, la diversidad y el sexo como algo muy positivo y natural.

Una comedia aceptable, fresca, con buenos actores y una notable carga sexual, sin caer en lo chabacano, aunque lo roce en algún momento.

sábado, 11 de junio de 2016

Más sobre LOS AFECTOS

Tras la lectura de Los afectos, teniendo en cuenta que había sido una selección suya, me puse en contacto con Arturo para tratar de aclarar como se debía aplicar el esquema de Greimas y también su interpretación del último capítulo.

Esta es su respuesta, que considero interesante para todos los que hemos seguido sus clases.



"Joaquín, gracias por tu mail y me alegro que os toméis tan en serio la lectura de Los afectos. 

Para mí, el sujeto es Hans Ertl; el objeto es sucesivamente la película Olimpia, de Leni Riefenstahl, la ascensión al Nanga Parbat y la ciudad inca perdida en la selva (su hija continúa las chaladuras del padre con su adhesión al Ejército de Liberación Nacional de Bolivia,  única misión de su vida); el oponente es la realidad: Alemania vencida, y la indiferencia de la aristocracia criolla y los indígenas de Bolivia; el ayudante es el clan alemán: la mujer y las hijas, Rudi, la señorita Burgl; el destinador es el dios de los alemanes (¿Wotan?); el destinatario es la gloria de la raza heroica alemana, única que es capaz de sufrir con entereza las penalidades de su destino.

Considero que el capítulo final es necesario para centrar en el padre el protagonismo y hacernos conscientes de que nos han contado su vida: un destacado fotógrafo nazi obligado a sobrevivir en un mundo de posguerra que le ignora y que a su muerte, ya anciano, ocupará un lugar en el Walhalla."


lunes, 6 de junio de 2016

Teatro: TIERRA DEL FUEGO



En una de las salas de Matadero se representa hasta el próximo domingo 12 de junio, Tierra del fuego del argentino Mario Diament. Es un periodista y dramaturgo que actualmente está radicado en Estados Unidos, donde enseña periodismo en la Universidad Internacional de la Florida. Como autor teatral ha ganado premios nacionales e internacionales. En 2014 fue galardonado con el Premio Konex, como uno de los cinco dramaturgos más relevantes de la década.  

Sobre él he leido que participó en la guerra de los seis dias, pero no he podido confirmarlo. Lo que sí es seguro es que cubrió como corresponsal la guerra del Yom Kippur, unos años desués y que está muy interesado en el tema de la confrontación entre Israel y Palestina.

Inspirada en un hecho real, "Tierra del Fuego" cuenta la historia de una ex azafata israelí, víctima de un atentado en el que resultó herida y su mejor amiga muerta. 22 años después decide visitar y encontrase con el terrorista autor del atentado, quien está detenido en una prisión de Londres, condenado a cadena perpetua. El personaje de Yael Alon (Alicia Borrachero), protagonista de la función nos es presentado como militante por la paz. Su obstinación por escuchar a Hassan El-Fawzi (Abdelatif Hwidar), trasunto del encarcelado, le lleva al enfrentamiento con su esposo, (Tristán Ulloa), con su padre, (Juan Calot), con la madre de su amiga muerta en el atentado, (Malena Gutiérrez), y con su círculo social.  

El relato nos plantea la necesidad de escuchar la historia del otro, del
enemigo, como condición necesaria para iniciar un diálogo. Y comenzar a esbozar la paz y la convivencia pacífica como posibilidad. Una propuesta para reflexionar sobre las causas y consecuencias de la violencia en una de las zonas más calientes del planeta. Y sobre el lugar del diálogo y la palabra como medio para la convivencia pacífica y la justicia. Algo que no debe limitarse al conflicto árabe-israelí.

La obra está muy bien, a pesar de que el personaje del marido me parece falto de definición y las circunstancias de su separación me parece algo forzadas, como también los hechos que unen la historia del padre con la familia del terrorista. Pero en este caso se trata de un recurso dramático de muy alto voltaje al que quizá falta un poco más de tensión en la representación.

La puesta en escena, muy sencilla, corre a cargo de Claudio Tolcachir, también argentino del que recuerdo La omisión de la familia Coleman, Todos eran mis hijos y Emilia. Creo que en esta ocasión la unión del texto y la puesta en escena consiguen un espectáculo emocionante, con ritmo y concisión. 


A la cabeza de los intérpretes está Alicia Borrachero, a la que recuerdo en las series de TV  Isabel y Crematorio y, sobre todo en la obra teatral Agosto. Lleva el peso de la función y está muy bien. Como también lo está Abdelatif Hwidar como el terrorista. El resto complementa adecuadamente. 

Un buen espectáculo teatral. De lo mejor que he visto en los últimos meses.