martes, 26 de noviembre de 2019

Cine: INTEMPERIE


Intemperie, la novela de Jesús Carrasco publicada en 2013, fue elegida como la mejor novela por los lectores de El Pais y Libro del año por los libreros españoles. Un gran éxito que formó parte de nuestras lecturas en el curso 2013-14. Ahora nos llega la versión cinematográfica dirigida por Benito Zambrano, director de pocas pero destacadas películas como Solas (1999), ganadora de cinco Goyas y La voz dormida (2011), sobre la novela de Dulce Chacón. Inauguró la Seminci en Valladolid.

Recuerdo con agrado la novela de Jesús Carrasco y he encontrado en la película las situaciones que más quedaron en mi memoria. Esta adaptación, hecha por el propio Zambrano y Pablo y Daniel Remón, dos prestigiosos guionistas y dramaturgos, ha renunciado al planteamiento de la novela que no situaba la acción ni temporal ni localmente, aunque muchos lectores pensamos que ocurría en la España rural alrededor de la Guerra civil, y la han situado en Andalucia, 1946.  Cuenta Zambrano que el guion le llegó con lo difícil ya hecho: los hermanos Remón ya habían sabido extraer la película que había dentro de la novela. Lo que él hizo fue llevarla a su terreno, concentrar el drama sin perder la acción, desarrollando personajes, aportando otros nuevos, cambiando la edad del personaje de Luis Tosar, y el papel del villano: de alguacil administrativo a capataz de latifundio, subrayando así la denuncia social y la política y haciendo desaparecer el componente religioso de la novela. 





Un niño escapa de su pueblo dispuesto a alejarse lo más posible de la vida que lleva allí de pobreza y de sumisión, casi esclavitud, junto a sus padres y a su hermana. Lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente del infierno del que huye. Ante el acecho de sus perseguidores al servicio del capataz del pueblo, sus pasos se cruzarán con los de un solitario cabrero pastor que le ofrece protección. 

Una notable película, dura y cruel como el escenario en que se desarrolla. Zambrano y los hermanos Remón han convertido la historia en un western emparentado con historias tan españolas como Los santos inocentes. Una historia donde la huida y la persecución se dan la mano con la amistad y la compasión. Todo ello narrado con tensión e intriga, con un ritmo bastante pausado y con una estética que nos lleva a las películas del oeste. Porque estamos hablando de un western situado en tierras de Andalucía. Como dice el director, este es el gran género rural del cine y aquí estamos en el campo árido, con polvo y caballos. El paisaje, muy bien utilizado por Zambrano,  es un elemento fundamental, el secarral en el que se desarrolla la narración es un personaje más de la historia, impregnando a esta la sensación de soledad y abandono de los protagonistas.

Se apoya, además, en las interpretaciones, especialmente las de Luis Tosar (otro actor que siempre está bien) y el niño Jaime López, al que vimos en Techo y comida (2015) junto a Natalia de Molina. Y una niña, Elisa López Pinilla, la hermana del personaje, en sus breves intervenciones, llenas de emoción. Luis Callejo, Vicente Romero y Manolo Caro destacan también.

Es una lástima que se hayan cargado tanto las tintas en la maldad de los personajes perseguidores. Son demasiado "malos", sin el menor rastro de humanidad, un tanto esquemáticos, lo que les convierte casi en caricaturas. Y la resolución de la historia, demasiado cercana al clásico duelo final de las películas del oeste. Muy bien rodada, con tensión, pero más propia de un western de Sergio Leone que de un drama rural.

Pese a estas pegas, me pareció una película muy recomendable, uno más de los buenos títulos del cine español este año, y que me sorprendería que no estuviera en varios apartados como finalista de los Goya. 

jueves, 21 de noviembre de 2019

Literatura: Comentario sobre El mar, de Blai Bonet


Una religiosidad conflictiva, la tuberculosis y la homosexualidad marcaron la trayectoria humana y literaria de Blai Bonet. Nacido en Santanyi (Mallorca)  en 1926, ingresó a los 10 años en el seminario de Palma donde aprendió griego y latín y se entusiasmó por Hesíodo, Píndaro y Homero en su proceso de formación literaria. Allí pasó 12 años, pero tuvo que abandonarlo por padecer tuberculosis, alternando posteriormente estancias en su lugar natal y el sanatorio de Caubet.

Se dio a conocer como poeta en 1950 con Cuatro poemas de Semana Santa, estampas de la naturaleza interpretada a partir de los ritos cristianos que el poeta utiliza para expresar el dolor de no poder unirse a Dios.  En sus obras posteriores se muestra influido por autores como Ausias Marc, San Juan de la Cruz, Joan Maragall y la generación del 27.

La búsqueda de un lenguaje propio, evolucionando hacia formas cada vez más libres, se concreta en el poemario L'Evangeli segons un de tants, que tardó cinco años en publicarse por problemas de censura. Este poemario y la novela El mar con la que se estrenó como novelista en 1958, son sus obras más destacadas.

Xavier Pla, filólogo estudioso de su obra, destaca su profunda y apasionada admiración por Pier Paolo Pasolini, sólo comparable con la pasión que sentía por la figura de Albert Camus. En su homosexualidad, en su cristianismo y su defensa de lo sagrado, en su reivindicación de la lengua y de la tierra, en su pasión filológica, en su preocupación por la noción de culpa, Bonet siempre se relacionó con Pasolini como con un hermano. No se llegaron a conocer nunca.

Hasta su muerte, a los 71 años vivíó una especie de exilio interior, solitario y ajeno a las turbulencias literarias de Palma de Mallorca o Barcelona. Está considerado una de las voces más innovadoras, desde los años cincuenta y sesenta, en el despertar de la nueva literatura catalana, con un toque estético rupturista y también una intención profundamente existencial. Fue un creador de tránsito entre los grandes maestros clásicos catalanes del siglo, a los que trató (como Salvador Espriú, y Josep Maria de Sagarra), y las nuevas generaciones que siguieron a la suya, sobre las que influyó de manera especial. Autor más celebrado por los propios escritores que entre el público masivo, nunca dejó de ser un creador de minorías.

La novela objeto de este comentario, El mar, nos sitúa en el interior de un sanatorio en el que viven una serie de jóvenes enfermos de tuberculosis sumidos en la enfermedad y la soledad, separados de sus familiares, conscientes de la gravedad de su situación poco tiempo después de finalizar la guerra civil española. Su estilo es, en general, más alusivo que explicito. Son pocas las referencias a la guerra: uniformes italianos en Palma, los fusilamientos en la tapia del cementerio… No pretende ser una crónica de la Mallorca de la posguerra sino una reflexión sobre la condición humana a partir de las vivencias de un grupo de adolescentes que sufren el miedo a la muerte y al mismo tiempo el vigor de sus cuerpos evolucionando hacia la edad adulta.  En la novela destaca por encima de todo la voluntad del autor para conseguir llegar a una depuración lingüística y estilística destinadas a obtener una máxima expresividad con el mínimo de palabras. Una obra lírica que avanza con cierta brusquedad, discontinuidad narrativa y con predilección por la repetición, con mucha adjetivación, incluyendo algunas imágenes poéticas, símbolos metafóricos que favorecen el carácter lírico del libro. La religión, las figuras de Dios y Satanás, tienen un papel muy destacado sobre todo en el personaje de Manuel Tur, un personaje que hace suyas las llagas de Cristo y se siente cómodo en los sentimientos de culpa y sufrimiento. Como dice Manel Haro, periodista y filólogo catalán, “Manuel Tur tenía la expresión de los que padecen la tentación de Dios, porque el testimonio de estos hombres está hecho de su amor, del amor de Dios en su interior, del amor del mal, del amor irónico de Satanás”.
  
Aunque el autor negó que se tratara de un texto autobiográfico se puede apreciar que está muy influido por su propia experiencia. La enfermedad y la religión son dos ejes de esta novela que también se puede considerar inspirada por la novela de Camilo José Cela Pabellón de reposo, publicada en 1943. El escenario y la estructura de las dos es similar. El propio Bonet escribió a Cela explicándole como le había impactado ese libro y mostrando interés por escribir una novela con el mismo tema que también había interesado a Thomas Mann a la hora de escribir La montaña mágica.

Algunas escenas de la novela, especialmente aquellas que hacen referencia a las muertes violentas, son unos de los pocos ejemplos de "tremendismo" de la novela catalana. Y todo ello tiene coherencia con lo que son los principales temas del libro de Bonet: el sexo, la sangre y el dolor, la enfermedad física y moral, los espejos reales y simbólicos, o la guerra con referencia a las salvajadas que se cometen ante los ojos de sus personajes. Sin embargo, su estilo literario le lleva a no explicar directamente ni de manera escabrosa el drama de sus personajes, sino que opta, en muchos momentos, por dejarlo entender, de manera más sutil, con un lenguaje sensible y lírico. Nos acerca de forma seca y desgarrada a varias de sus grandes preocupaciones. Sus personajes nos hablan de culpa, de deseo, de anhelo vital, y todo ello en una atmósfera luminosa y malsana a la vez. Agustí Villaronga cuando la adaptó al cine, lo expresaba así: «"El mar de Blai es sórdido y luminoso, bello, inquietante, poético.»
La novela, tal como la conocemos, está dividida en 32 capítulos, titulados con el nombre de su narrador. Las voces más importantes son las de dos enfermos, amigos en la infancia, Manuel Tur y Andreu Ramallo, que se alternan con los de Sor Francisca Luna, monja y celadora que de niña compartió experiencias con ellos y de Gabriel Caldentey, sacerdote encargado de la salvación de las almas en el sanatorio. He dicho lo de que tal como la conocemos porque tras el hallazgo de nueve capítulos no incluidos en las ediciones disponibles hasta 2017 se hizo una nueva edición donde se incluyen como epílogo. Estos capítulos inéditos proceden del texto escrito a máquina enviado a la censura. Una versión más larga, con más personajes que la finalmente publicada.
  
Dos películas dirigidas por Agustí Villaronga en los últimos años, Pa negre sobre la novela de Emili Teixidor editada ya en este siglo e Incierta gloria sobre la novela de Joan Salas (editor de El mar) me han hecho interesar por la novela catalana ambientada en la posguerra. No conocía, sin embargo, la adaptación que este mismo director hizo en el 2000 de El mar. Y me ha gustado conocer tanto el original como su versión cinematográfica.

 Las características de la novela, analizadas en los párrafos anteriores, me han resultado atractivas. La historia de la venganza de Andreu Ramallo y la crisis religiosa de Manuel Tur me han interesado, no solo por lo narrado sino también por la forma de hacerlo. Creo que el autor nos transmite adecuadamente a través de sus personajes principales y de los secundarios el ambiente de opresión y angustia de una época que no solo abarca la guerra civil.  Después de la guerra, no viene la paz. Viene otro tipo de guerra, la posguerra que, según Blai Bonet, era una guerra que penetraba en la tierra, que creaba cuevas oscuras y excitaba la lujuria. Como el mar.
Y me parece muy adecuada, la estructura narrativa, con capítulos contados en su mayoría por los dos personajes principales, a los que se puede considera un desdoblamiento del autor hasta el punto de que en algunos momentos parecen ser uno solo. Ese narrar a diferentes voces y con numerosas analepsis nos da una visión bastante completa de los personajes y del ambiente en que se desarrolla la historia. Quiero destacar, por otra parte, las descripciones un tanto líricas de paisajes y espacios y la utilización de frases cortas que facilitan la lectura.

Como aspectos negativos, se puede señalar que el lenguaje utilizado por los personajes podría considerarse excesivamente culto para las circunstancias y lo desgarrado y cruel de algunas situaciones, aunque en este sentido hay que decir que el lenguaje que utiliza para las descripciones es bastante elusivo.

En resumen, el descubrimiento de un autor y una obra desconocidos para mi que han respondido a mis expectativas de estos cursos.     


Cine: THE FAREWELL

Lulu Wang es una guionista, directora y productora de origen chino que vive y trabaja en los EEUU. Esta es su segunda película. Tal como advierte al comienzo, la película se basa en una mentira real de la que directora fue partícipe. Mientras estaba en el proceso de edición de su primer largometraje Posthumous, no estrenada en España, se enteró de que a su  Nai Nai, (abuela en chino) se le había diagnosticado un estado terminal. Lo que sucedió después estaba tan lleno de desconcierto y hermosos giros, que Wang recogió la inspiración del que es su segundo largometraje. 

The farewell estuvo en el festival de Sundance, donde no consiguió ningún premio, a pesar de las buenas críticas.

Lulu Wang es pareja de Barry Jenkins, el director de la galardonada Moonlight.



Es la historia de Billi, nacida en China pero que ha crecido en EE.UU. Tras descubrir que toda la familia sabe que a su amada Nai-Nai le quedan semanas de vida, decide acompañarles en un viaje familiar a China con el pretexto de la boda de un primo. La realidad es que la abuela está gravemente enferma y todos quieren despedirse de ella sin tener que decirle lo que le ocurre, algo que Billi no entiende. 

Todo esto es un pretexto para hablar del desgarro de la emigración. La incomprensión de Billi radica en la diferencia de las dos sociedades, la china y la estadounidense. Billi no es, realmente, ni una cosa ni la otra. Como le dice un familiar en un momento de la película, "en occidente creéis en el individuo; en el este creemos en el conjunto, en la sociedad y en la familia”.

La historia está tratada por la directora con optimismo y ternura, mas cerca de la comedia que del drama. El personaje de la abuela y su relación con la nieta es entrañable. Billi, tiene que convivir a la vez con la noticia de la enfermedad y con la comedia de la mentira. Y su intérprete, Awkwafina, a la que no conocía aunque veo que participó en Ocean's 8 y en una reciente película con participación española, Paradise Hills, transmite muy bien esa situación. Y los personajes principales de la familia están bien diseñados.  

Una película muy correcta, llena de ternura y sentimientos.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Cine: MADRE


En 2017 un corto dirigido por Rodrigo Sorogoyen, Madre, destacó en el panorama internacional, consiguiendo numerosos premios y siendo nominado al Oscar, premio que le arrebató Skin, bastante inferior, en mi opinión. En el una madre recibe la llamada de su hijo pequeño, que está de vacaciones con su exmarido en el País Vasco francés. El chiquillo le dice a su madre que no encuentra a su padre y que lleva solo un buen rato en una playa, con un móvil sin apenas batería. 

Dice Sorogoyen que enseguida se plantearon la posibilidad de hacer un largometraje partiendo de esa situación. Y así nos llega Madre. La película, sin embargo, no narra lo que sucede justo después del corto, lo que todo el mundo nos imaginamos cuando conocimos el proyecto, sino algo que le ocurre a Elena bastantes años después.

Madre se presentó en el Festival de Venecia de este año, en la sección Orizzonti en la que Marta Nieto, su protagonista, fue premiada como mejor actriz. Posteriormente ha inaugurado el festival de Sevilla donde también ha sido premiada la actriz.





Elena recibe una llamada de Iván, su hijo de seis años, quien le dice que está perdido en una playa en Francia y que no encuentra a su padre. Esas palabras desesperadas de su hijo fueron lo último que supo de él. Diez años más tarde, Elena vive en esa misma playa, y ha rehecho su vida. Pero todo da un vuelco cuando conoce a Jean, un adolescente francés que le recuerda a su hijo o, quizá mejor, a como habría sido su hijo. Entre ellos surge una fuerte conexión. 

Sorogoyen junto a su habitual colaboradora Isabel Peña han construido un guion tan discutible como atractivo, interesante y sugerente. La película comienza con la escena íntegra del corto del que procede. No sé cual será la impresión que produce esta historia en los que no lo conocen. Para mí, que debo haberlo visto cerca de la decena de veces, el salto que se produce desde esa escena a su continuación me resultó chocante. Aunque ya conocía que se producía un salto temporal, esperaba una cierta continuidad, una aclaración de lo ocurrido, una solución a lo planteado. Pero no es así. En una decisión un tanto arriesgada, la película toma a Elena diez años después, instalada en una localidad de la zona donde desapareció el niño. Trabaja como encargada en un restaurante para turistas y mantiene una relación con Joseba, un vasco-francés, que viaja mucho debido al trabajo. Desaparece pues la intriga de la primera parte. Y tampoco desarrolla la posible intriga acerca de Jean, el adolescente que aparece en su vida.   

La película se va a centrar en ese encuentro, esa atracción entre una mujer cercana a los cuarenta y un muchacho menor de edad, una atracción en la que un cierto instinto maternal y un afán de protección conviven con otro sentimiento. Una relación que puede suponer, finalmente, que Elena consiga 
superar la devastación moral que supuso la pérdida del hijo. Todo narrado de una forma ambigua, donde nada queda nunca del todo claro. Habla Sorogoyen de un triángulo amoroso, Elena, Joseba y Jean, quizá algo extraño, pero amoroso al fin y al cabo. Algo misterioso que no responde a reglas ni a la razón creando una incertidumbre emocional que es el núcleo de la historia. "Ésa es la pregunta y el reto para nuestra pareja protagonista: ¿aceptarán que están sumidos en una historia de amor? Un amor especial. El amor de una madre a un hijo a través del tiempo. Una madre que no se pudo despedir de su hijo y que ahora está preparada para hacerlo. Preparada porque ha pasado el tiempo necesario, porque Joseba le ha sido de gran ayuda y porque ha aparecido en su vida Jean, un chico que podría ser su hijo"Una pregunta que la película deja al espectador y que no se resuelve es: ¿todo ocurre porque Jean se parece a Iván o porque Elena está preparada para asumir esa catarsis? 

Dos aspectos destacan especialmente en esta película: el tratamiento formal y visual y la interpretación de Marta Nieto. Sorogoyen nos ofrece una narración en planos largos, con panorámicas que en ocasiones buscan a los personajes y en otras los siguen. Movimientos pausados, utilización de grandes angulares, ritmo lento que contrasta con el de sus dos películas anteriores y el prólogo. Cabría decir que esta película emparenta con su primer largo en solitario, Stockholm, por su intimismo y desarrollo de la relación entre personajes. En cuanto a Marta Nieto, una actriz a la que no conocía hasta que vi el corto, está claro que asume perfectamente el personaje de Elena, tanto en el prólogo como en el resto de la película. Una clara aspirante al Goya de este año. Junto a ella, tanto Alex Brendemühl (Joseba) como Jules Porier (Jean) están convincentes en sus interpretaciones.

A pesar de su ambigüedad y su falta de respuestas, me gustó la película. Es de esas que pueden provocar discusión y, al menos a mi, ganas de volver a verla. 



miércoles, 13 de noviembre de 2019

Cine: SORRY, WE MISSED YOU


Nueva película dirigida por Ken Loach, uno de los cineastas británicos más importantes, destacado especialmente por su compromiso político y social, al que me he referido en otras ocasiones en este blog. La última con ocasión del estreno de Yo, Daniel Blake

Es a raíz de la realización de esta película que, según dice, cuando fue en compañía de su guionista habitual Paul Laverty a los bancos de alimentos para documentarse, descubrieron que muchos de los que iban a por comida tenían trabajo a tiempo parcial y con contratos que no especificaban un horario mínimo. Un nuevo tipo de explotación. Los autónomos o trabajadores para agencias, los marginados del mercado laboral siguieron ocupando un espacio importante en las conversaciones que mantenían y poco a poco surgió la idea de que quizá merecía la pena hacer otra película. 

Presentada en los Festivales de Cannes y San Sebastían, obtuvo en este último el Premio del público a la mejor película europea.



Ricky, Abby y sus dos hijos viven en Newcastle. Forman una familia muy unida. Ricky ha pasado de un empleo a otro; Abby se dedica a cuidar a personas ancianas y disfruta con su trabajo. Son conscientes de la dificultad para obtener la ansiada seguridad económica. Surge entonces una oportunidad para Ricky y deciden apostar el todo por el todo. Abby vende su coche para que Ricky se compre una furgoneta y se convierta en repartidor por cuenta propia: por fin será su propio jefe. Pero esto afectará a todos los componentes de la familia y sus relaciones.  Aunque los lazos de la familia son muy fuertes, pronto aparecerán las primeras fisuras...

Vuelve Ken Loach a incidir en su cine social, para denunciar una nueva forma de explotación. Ricky es autónomo; en teoría es su empresa, pero si pasa algo, toda la responsabilidad es suya. El vehículo puede averiarse, puede ocurrir cualquier cosa, y les sancionarán si no hacen la entrega a tiempo. Pueden perder mucho dinero muy deprisa. Y tendrán que hacer largas jornadas para obtener un sueldo decente. Y algo parecido le ocurre a Abby en su trabajo: estará fuera de casa unas 12 horas yendo de una casa a otra, pero solo le abonarán seis o siete horas al precio mínimo. 

Pero su denuncia pierde algo de valor por la acumulación de situaciones negativas. Un exceso de circunstancias que conducen a enfrentamientos familiares y laborales. Aunque también hay que decir que ninguna de las cosas que les pasan aparece de la nada sino que, mas bien, son fruto lógico del desarrollo de la historia. Si no lo creemos así, asomémosnos a las noticias.

Un sólido guion y unas interpretaciones totalmente creíbles pese a que tres de los cuatro principales debutan con esta película, hacen que la historia nos conmueva.

Una muestra de cine social, una denuncia a gritos, porque como decía Loach tras el estreno de Daniel Blake, "según el proyecto neoliberal, la mano de obra debe ser vulnerable, porque así aceptará salarios bajos, contratos basura y trabajos temporales. Y para que el trabajador siga siendo vulnerable hay que hacerle creer que tiene lo que merece. Ese es el secreto: recordar a los humillados que la culpa es suya. Porque si la culpa fuera del sistema habría que cambiarlo, y eso, de momento, no interesa". Un desarrollo lógico del mercado consecuencia de una competencia cada vez más dura que quiere recortar gastos y subir beneficios. El mercado quiere ganar dinero y las dos cosas no son compatibles. Pagan el precio los trabajadores como Ricky, Abby y sus familias.
 Recordemos esta película cuando un repartidor llame a nuestra puerta.


domingo, 10 de noviembre de 2019

Teatro: ¿QUIÉN ES EL SEÑOR SCHMITT?

Despues de una gira por bastantes ciudades española, llega al Teatro Español de Madrid esta obra original del actor y autor francés Sebastien Thiéry, con dirección de Sergio Peris-Mencheta y producida por Barco Pirata, la misma productora que nos ofreció Lehman Trilogy.

Se trata de una obra que conecta con el llamado "teatro del absurdo", del que son representantes Ionescu, Beckett, Harold Pinter y el español Fernando Arrabal entre otros. Sobre lo que es este teatro ya hablé en mis comentarios sobre La cantante calva y El rinoceronte, ambas de Ionescu, así que no me voy a repetir. Sí decir que el título de la obra parece remitir a la pareja principal de La cantante calva. 

Dice el autor, que cuando la escribió era como su personaje, no sabía nada de lo que iba a pasar en la siguiente escena. No sabía quien es verdaderamente el Sr. Schmitt, quien querría ser o quien piensa en el fondo que es y que no lo supo hasta el final. Como el espectador. Lo que le interesa es plantear preguntas y dejar al público que busque las respuestas y darle sentido a la obra. Bueno...




El señor y la señora Carnero cenan tranquilamente en su casa, cuando de pronto suena el teléfono. Pero los Carnero no tienen teléfono. El misterioso interlocutor insiste en hablar con un tal señor Schmitt… Y lo que es más extraño aún, los Carnero descubren que están encerrados en el interior de una casa que no parece la suya: los cuadros han cambiado, los libros no son sus libros, la ropa de sus armarios no les pertenece… Un policía y un psiquiatra intentan determinar su identidad. 

El autor explora la frontera entre lo real y lo fantástico encerrando a sus personajes en una situación que parece un rompecabezas. Todo es ambivalencia, sospechas, incertidumbres, contradicciones en lo que parece ser una vulgar pareja burguesa. ¿Pesadilla, trastorno de personalidad, agotamiento, descontento con la realidad? Imposible encontrar una razón. El autor hace tal mezcla, trastorna al personaje de tal forma que es necesario olvidar la lógica. Lo que pasa es que hay que olvidarla tanto, que la obra carece de sentido, no por absurda sino por, en mi opinión, mal hilvanada, de forma que tras un principio muy interesante se va desinflando según va avanzando la representación hasta llegar a una parte final muy dura en la que, quizá, pasa algo inadvertida la intervención del hijo por el choque final. Esto se debe, principalmente, al cambio de dirección de la obra que pasa de comedia a intriga psicológica sin un giro que lo justifique. 

Puede que, en parte, sea culpa de la puesta en escena, desde la elección de actores, dos protagonistas populares, que llevan al público a reirse desde practicamente la primera frase hasta que no se entiende (ya sé, es teatro del absurdo) el cambio de postura de la mujer (la analogía de los salmones parece un tanto forzada) y la aparición del hijo.  Al final todo parece reducirse a una pregunta, ¿somos aquello que realmente somos o lo que aparentamos ser?

Los dos protagonistas, Javier Gutierrez y Cristina Castaño, interpretan con total eficacia sus personajes, pero están encaminados demasiado a reforzar los diálogos, muy ingeniosos en bastantes momentos, en busca de la risa fácil. El resto del reparto cumple adecuadamente, aunque siempre con inclinación hacia la caricatura.

Mención a la escenografía de Curt Allen Willmer con algunos cambios muy afortunados y bien resueltos. y una puesta en escena de Peris-Mencheta que, como ya he dicho, se inclina demasiado hacia la eficacia cómica en detrimento del conflicto interno de los personajes.

Si lo reducimos a una comedia agradable, un tanto loca, destinada a pasar el rato con un puñado de actores eficaces con un cierto trasfondo más psicológico, la obra cumple con creces las expectativas.








martes, 5 de noviembre de 2019

Cine: LA TRINCHERA INFINITA


Durante la guerra civil española, muchas personas que habían apoyado al bando republicano se "echaron al monte", o se escondieron en casas, establos u otras dependencias para eludir la represión. La mayoría de estos últimos fueron descubiertos o finalmente se entregaron, pero hubo otros que permanecieron ocultos una vez terminada la guerra. Estos fueron los que los periodistas Manuel Leguineche y Jesús Torbado denominaron "topos" en su libro, publicado en 1977, en el que se narra la historia de algunas de estas personas. Muchos de ellos abandonaron su escondite en 1969, cuando la dictadura franquista promulgó un decreto por el que prescribían todos los presuntos delitos cometidos antes del fin de la Guerra Civil. Algo que ha sido tratado por el cine español en El hombre oculto (Alfonso Ungría, 1973), Mambrú se fue a la guerra (Fernando Fernán Gómez, 1986) y Los girasoles ciegos (José Luis Cuerda, 2008)

La trinchera infinita nos narra la historia de Higinio, personaje de ficción,  un hombre que por miedo a represalias se encierra en su casa, sin sospechar que no volverá a salir hasta 1969, 33 años más tarde.

El equipo compuesto por Jose Mari Goenaga, Jon Garaño y Aitor Arregui, se dio a conocer en 2014 con Loreak, una interesante película hablada en euskera que firmaban como directores los dos primeros sobre guión del tercero. Tres años más tarde, una nueva película suya, también en euskera,  firmada esta vez como directores por Garaño y Arregui, Handia, se hacia nada menos que con diez Goya sobre trece nominaciones. Los tres firman ahora como directores de La trinchera infinita, con guion de Goneaga y Luiso Bermejo. Y esta vez hablada en castellano con fuerte, y a veces difícil de entender, acento andaluz.

No es nada frecuente encontrar películas dirigidas conjuntamente por tres directores. Se ha dado el caso en películas de episodios aislados entre sí pero no recuerdo ninguna en que se haya dado esta circunstancia. Sí las ha habido con dos, como los Hermanos Taviani y los Cohen, aunque en este caso suele firmarla uno solo de ellos. Pero por las declaraciones que he leído de actores y equipo, en ningún caso se ha dejado sentir la tricefalia como obstáculo en el rodaje.




Higinio y Rosa llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil El es un concejal de izquierdas denunciado por un vecino. Tras escaparse  de ser fusilado termina refugiándose en un pequeño agujero en la casa que comparte con su mujer Rosa. El miedo a las posibles represalias así como el amor que sienten el uno por el otro les condena a un encierro que se prolongará durante más de 30 años.

A través de sus dos personajes principales la película nos cuenta la historia de la España posterior a la guerra civil a través de la experiencia de un hombre  encerrado en su casa, sin poder salir por miedo y de su mujer, sospechosa de ocultar su paradero, aunque libre para moverse por el pueblo.  Higinio y Rosa viven pendientes de cada ruido, de cada paso de que el vecino delator no se acerque y de que Rosa no se vea asediada por pretendientes que la ven como presa fácil. Una vida sin cortinas ni puertas cerradas, expuesta a los demás. Los cambios en el pueblo vistos a través de un visillo…   


La historia avanza a través de diferentes episodios precedidos por un titulo y su definición según la RAE. Esto y usar las canciones del momento para situar la historia en el tiempo son dos decisiones que no gustan a todos. Los primeros minutos que siguen la huida de Higinio tras estar a punto de ser fusilado están rodadas cámara en mano. La unión de imágenes y sonido transmite muy eficazmente el miedo, la carrera...

Dicen los directores que su interés era no solo hacer una historia de topos sino 
también hacer una alegoría sobre el miedo y cómo condiciona a las personas. Ese aspecto metafórico y psicológico les atraía más que hacer un testimonio de
la guerra civil. Contar la experiencia del encierro sin abandonar al encerrado y su punto de vista. Contar el encierro desde ese encierro: qué se va a filtrar del exterior en esa casa y cómo va a afectar eso a estos personajes durante años.  A través de un encierro físico se habla del encierro psicológico: sobre el miedo a ser descubierto, el miedo a dar el paso, el miedo a mostrarse tal y como uno es. Ese miedo a ser descubierto y perder la vida se traslada al espectador. 

Es importante como se resquebraja la relación de la pareja cuando empieza a aparecer la desconfianza a la vez que parece que el peligro va disminuyendo. Pasa de ser un peligro real a una amenaza inconcreta.  Y esto nos lo transmite la pareja protagonista. Belén Cuesta, en un personaje dramático, creo que por primera vez en su carrera, está francamente bien. Antonio de la Torre vuelve a demostrar su categoría, otra vez en un personaje un tanto atormentado. Y También la fotografía en un espacio tan reducido transmite la angustia del encierro.

En resumen, una buena película, a la que quizá le sobran un par de episodios, pero que parece que puede ser la gran rival de Dolor y Gloria para los Goya. 


lunes, 4 de noviembre de 2019

LAMPEDUSA- Una historia mediterránea---RAFAEL ARGULLOL







Rafael Argullol.
Lampedusa.
Una historia mediterránea.
Acantilado.
Pag.141


Hace ya un tiempo escribí una reseña, en este blog, de la novela de Rafael Argullol "La razón del mal", la editorial Acantilado viene publicando toda la obra de este autor que abarca poesía, novela y ensayo, últimamente también se ha atrevido con el libreto de una ópera "L,enigma de Lea"en colaboración con el músico Benet Castellanos, en ella están presentes los temas que definen casi toda su obra ,la belleza, la pasión, los mitos...
Lampedusa es una isla mediterránea situada entre Sicilia y Túnez ,que pertenece administrativamente a Italia, pero geográficamente más cerca de África, esta cercania con las costas libias, la ha convertido en puerto de arribada transitorio para los inmigrantes camino de Europa, su pasado,escenario de grandes batallas entre cristianos y sarracenos, su cruce de culturas fenicios, griegos, romanos, egipcios,árabes...ha quedado eclipsado por la controversia que rodea el tema de los flujos migratorios.
Lampedusa /Una historia mediterránea  es la primera novela de este autor, editada en 1981 ha sido reeditada en 2008, Argullol en una  entrevista de 2013 decía: << Yo mismo he reeditado varias veces Lampedusa, y lo que debería hacer es reescribirla por entero y ponerle un nuevo título : "La isla de los espíritus dolientes" >>-

En el año 1977 un viajero conoce en el ferri  que le conduce a la isla de Lampedusa a Leonardo Carracci, entablan conversación y Carracci, cogiendo el testigo de la narración le cuenta su historia ; remontándose al año 1937 ´cuando llegó a Siracusa concluida su licenciatura de filogía, griego de alma y corazón, se sintió embriagado por la belleza de la ciudad siciliana, allí conoce a Irene bailarina que representa en el Teatro Griego  "Las Bacantes" de Eurípides, enigmática mujer ,pasional ,embrujadora, eterna ,como salida de un sueño, ".. el primer día que te ví te recordé". Después de unos días de pasión desasogadora, posesiva y sacrílega Irene desaparace dejando una escueta nota ,"...me reuniré contigo en Lampedusa. Ya sabes que estás siempre en mí. Te amo más allá del amor, Irene". Caracci viaja a Lampedusa donde vivía su antigua nodriza, Irene ha desaparecido fisícamente pero no en su mente, siente su mirada y su presencia, se va adaptando a los rituales ancestrales de los lugareños, se casa con Claretta y es movilizado por el fascio para combatir en Addis Abeba y más tarde hecho prisionero por los ingleses, a la vuelta a Lampedusa solo muerte y desolación " las secuelas de la paz eran tan envilecedoras como las secuelas de la guerra".  Treinta años después Caracci vuelve a Lampedusa a su reencuentro definitivo con Irene.

Argullol es licenciado en filosofía, economía y ciencias de la información, es catedrático de Estética y Teoría de las artes todo esto unido a su faceta de humanista y gran viajero ,lo convierten en un hombre del Renacimiento, sin asomo de pedantería "Lampedusa"recrea esa mirada de esteta y su amor al mundo de los clásicos. La novela se desarrolla en dos escenarios principales, Sicilia y Lampedusa, y en dos épocas separadas cuarenta años, 1937 en un contexto prébelico con el ascenso del partido fascista y en 1979 donde un viajero solitario busca en el Mediterráneo algún rincón que conserve la pureza , pero el tema principal es la pasión de su protagonista Caracci por la belleza del mundo clásico y por Irene.
     
       " Estos treinta años han sido para mí, Grecia, los dioses, los héroes, el mito, el arte, han sido los lsdrillos con los que he construido mi muralla, mi mundo alejado, escéptico, distante...Las sensaciones antiguas, suavemente dolorosas, me han defendido del estrépito de las nuevas sensaciones, y las esperanzasque un día
se alojaron para siempre en mi pechome han librado de la obstinada búsqueda de esperanzas a las que los hombres son tan fútil, tan estérilmente dados ".

La novela tiene XVII capítulos y dos narradores ,el capítulo I está narrado por un personaje, presumiblemente el propio autor Argullol, que en primera persona cuenta el encuentro con el personaje principal Caracci es 1979 y el capítulo corresponde a la exposición, del capítulo II al XV corresponde al nudo ,es una larga analepsis que nos lleva a 1937 y que esta narrado en primera persona por Caracci ,en un largo soliloquio con muy escasas lineas de diálogo, por último el desenlace en los dos capítulos finales recupera al narrador inicial.
Además de los tres personajes principales hay algunos secundarios menos trascendentales en la trama, la nodriza Marcella, la solícita Claretta que luego sería su esposa, los esquivos lugareños con los que rotas las barreras consigue congeniar, Gianni el pescador pretendiente de Claretta que reta a Caracci al arcaico reto de lanzarse por el acantilado de Punta Parisi , y sobre todo se erige como protagonista omnipresente el mar de mares, el Mare Nostrum, nuestro Mediterráneo,mar amigo y enemigo, proveedor  y hostil, testigo de grandezas y de miserias, el mar de poetas y escritores , desde Homero a Cavafis ,de Durell a Maalof y Camus, el mar de los héroes y los Dioses ,el mar de Ulises. Pietro ,uno de los pescadores de Lampedusa a punto de desaparecer dice con lógica fatalista:
            "Prefiero acabar en el mar que en la tierra. Para nosotros los pescadores es nuestro derecho y es nuestro deber. Además, el mar no mata, combate. No te aniquila sin más, sino que te ofrece oprtunidades, algunas veces muchas, otrs pocas, pero siempre algo. Es como un guerrero: tiene sus brazos, su armadura, su lanza. Nosotros también los tenemos, aunque sean más débiles. Sí, el mar mata pero no deshonra".     
Toda la trama viene influenciada por la figura de Irene, ella representa el misterio , la belleza ,la fuerza de un destino inexorable,la mirada de la Medusa,la esencia de lo femenino de Helena, posesiva como la ninfa Calipso,seductora como Circe,...

       "A veces la Medusa se hacia visible a aquellas atemorizadas tripulaciones en forma de una mujer muy hermosa, cuya mágica luminosidad contrastaba con lo sombrío de la tempestad. Se decçia que cuando esto ocurría una extraña felicidad se apoderaba de los marineros griegos, un extásis vertiginoso y paralizante que les habría la purta del paraíso, cuando esto ocurría ya no podian escapar a la muerte".
Estupenda novela que nos lleva al mundo clásico y al espíritu romántico y fatalista un viaje al pasado desde una perspectiva atemporal.


domingo, 3 de noviembre de 2019

Cine: PARÁSITOS


El cine de Corea del Sur ha dado, a lo largo de los últimos años, películas que han traspasado fronteras y logrado un gran reconocimiento internacional cosechando buena valoración entre público y crítica, llegando a ser premiadas en prestigiosos galardones. Algunos nombres se han hecho, a pesar de su dificultad, populares entre los críticos y ha habido oportunidad de ver algunas de sus películas en las pantallas españolas. Incluso se celebran semanas y cursos dedicados al cine de esta nacionalidad. 

Así, por ejemplo, Oldboy de Park Chan Wook ganó en 2004 el premio del jurado en Cannes. Su última película fue La Doncella, estrenada en 2016. Hierro 3 de Kim Ki-Duk se llevó premios ese mismo año como el León de Plata a Mejor Director en el Festival de Venecia o la Espiga de Oro a Mejor Película en el Festival de Valladolid. Y Tren a Busan de Yeon Sang-ho  atravesó fronteras y fue presentada en España doblada al castellano. 


Tengo que reconocer, sin embargo, que apenas he visto películas de esa nacionalidad. Recuerdo Ahora sí, antes no, de Hong Sang-Soo, muy elogiada pero que me aburrió y Burning de Lee Chang-Dong, una de las mejores películas del año pasado.


Bong Joon-ho es autor de cintas reconocidas como Mother, Okja (que fue producida por Netflix y contó con figuras como Jake Gyllenhaal), o The Host, que llegó a ser la cinta más taquillera de su país. Pero su obra más aclamada es Crónica de un asesino en serie que ganó la Concha de Plata en San Sebastián en 2003. Parásitos viene de ganar la Palma de oro en Cannes 





Los Kim, padre, madre y dos hijos, malviven en un semisótano infestado de cucarachas. Un día, el hijo logra que le contraten para dar clases particulares de inglés a la joven hija de una familia rica, los Park. Inmediatamente se da cuenta de las posibilidades que la nueva situación ofrece para ir infiltrando de incógnito al resto de su familia en la vida de los Park. Es el comienzo de un engranaje que resultará incontrolable

Dividida en tres partes y un epílogo, Parásitos nos cuenta como una familia de cuatro miembros se infiltra, a base de mentiras, como empleados domésticos de otra, los Park, que podría ser su simétrica. Una familia de clase baja que vive en un sórdido semisótano, y que no tiene expectativa alguna; solo espera una vida ordinaria, nada especial, pero incluso eso es difícil de conseguir. Los Park tienen de todo y les sobra, el modelo de familia ideal, de cuatro miembros, entre la moderna élite urbana. En el mundo real, es poco probable que se crucen los caminos de familias como estas, salvo como empleo entre clases, como cuando se contrata a alguien como tutor o trabajador doméstico. En tales casos, hay momentos en que las dos clases se acercan lo suficiente como para sentir la respiración del otro. Y el olor. Para los Park lo único molesto, hasta insoportable de ellos, es su olor, el olor a metro, a multitudes, a pobres. 

La primera parte nos cuenta con tratamiento de comedia, ese acercamiento. Pero una vez conseguido, ¿como mantener la situación? Los pobres parasitando a los ricos. ¿Pero es asi? No serán los ricos los parásitos en una sociedad claramente dividida en clases. Esta y otras cuestiones están detrás de esta brillante película, cuya primera parte es extraordinaria. A partir del primer giro de guion, con la aparición de un nuevo parásito, la película pierde algo de pulso a la vez que introduce una sensación de intriga o suspense para desembocar en una tercera parte donde la situación estalla.

Dice su director que, a primera vista, Parásitos podría leerse como una sátira social en la que una familia pobre se aprovecha de un clan adinerado, pero esa lectura es peligrosa. "En realidad, los pobres de mi película son personas con talento y dignidad. Es la falta de empleo la que les empuja a aprovecharse de los ricos. Además, la familia burguesa también puede verse como un grupo de parásitos: son incapaces de realizar las tareas más elementales y requieren de sus sirvientes para hacer cualquier cosa. Los protagonistas de esta película son miembros de una familia que viven en el mundo real.  Lo considero una tragicomedia que representa el humor, el horror y la tristeza que surgen cuando quieren vivir una vida próspera juntos, pero luego se ven enfrentados a la realidad de lo difícil que puede ser dicho anhelo. Es un drama bastante realista, pero tampoco me opondría si lo llamáramos un drama criminal, una comedia, un drama  o un thriller horrible". Comparto sus opiniones.  

  Una mezcla de comedia negra, crítica social e intriga. Una sátira social donde enfrenta a los de arriba y los de abajo, los poderosos y los desafortunados, los señores y los sirvientes, de una manera que recuerda inicialmente en su planteamiento a películas como El sirviente (Joseph Losey, 1963), que pudimos ver como obra teatral recientemente, o La ceremonia (Claude Chabrol, 1995), e incluso a Las criadas, obra teatral de Jean Genet. Pero aquí hay humor, mucho humor y sorpresas, aunque también mucha ferocidad en su resolución.

Volviendo a las palabras del director, "en la sociedad capitalista de hoy hay rangos y castas invisibles, pero la realidad es que existen barreras de clase insalvables. Creo que esta película representa las grietas que aparecen cuando dos clases se enfrentan entre sí" 

Valdría la pena analizar la película, el desarrollo de sus diferentes partes, los giros, no siempre sorprendentes, sus analogías e influencias, como nos presenta y diferencia visualmente los dos mundos, el de arriba y el de abajo, luminoso el de arriba, oscuro el de abajo, pero ni este es el lugar ni sería posible hacerlo sin destriparla. Dejémoslo en que recomiendo su visión.