domingo, 10 de diciembre de 2017

Cine: COCO


Con ocasión del estreno hace dos años de "Inside out" comenté brevemente la historia de la productora de animación Pixar, de la que ahora nos llega su última producción, Coco, una aproximación a la forma en que en México se contempla el día de difuntos y, en general el culto a los muertos. 

Declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, el Día de Muertos es una celebración prehispánica que ha perdurado con el paso de los años. Se trata de una celebración que festeja la muerte, pero también celebra la vida o el renacimiento. El altar, dar alimento a los que ya partieron y cenar con ellos en el pantéon es algo que llama la atención y que los extranjeros ven con asombro y cierta incredulidad. 

De tal importancia es dicha celebración que el cine ha buscado retratarla de diversas maneras. Decía Sergei Eisenstein que “no hay evento más maravilloso ni de mayor dignidad que pueda ser capturado por una cámara como lo es el Día de Muertos en México”. Entre las películas que han contemplado esta celebración se encuentran Spectre, uno de los últimos James Bond y Bajo el volcán.



En un pueblo mexicano vive Miguel, un niño de 12 años que pertenece a una familia de zapateros. Hace muchos años, su bisabuelo abandonó a su mujer para seguir su sueño de ser músico, y por eso la música se declaró muerta para todos ellos porque creen que hay una maldición en ellaA pesar de la maldición familiar, Miguel sueña con tocar la guitarra, inspirado por su cantante favorito de todos los tiempos, Ernesto de la Cruz. En la mañana del Día de Muertos, el joven se verá envuelto en una fantástica aventura junto a su perro Dante. Ambos lograrán entrar al Mundo de los Muertos, donde conocerán a sus antepasados, además de a un espíritu amigo llamado Héctor y el propio Ernesto de la Cruz.

Con la festividad del Día de Muertos como telón de fondo, Coco nos traslada a este mundo colorido y musical que es una celebración de la vida, de la familia, los recuerdos y la conexión a través de diversas generaciones. Una película con animación espectacular, un derroche de luz y color, optimista pese al entorno en que se desarrolla, agradable y simpática. Más adecuada para jóvenes que para niños a los que probablemente les costará entender muchas de las claves de la narración y también para adultos, pese a la simplicidad y sensiblería del mensaje. 

Va a ser difícil que otra película le arrebate a Coco el Oscar de animación este año. 

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