Hace unos años leímos en clase La neblina del ayer, una novela de Leonardo Padura en la que el protagonista era Mario Conde, un ex-policía desordenado, frecuentemente borracho, descontento y desencantado, que hubiera querido ser escritor y que siente solidaridad por los escritores, locos y borrachos. Veíamos entonces que este personaje se encontraba en otras novelas del autor y el año pasado se conocía que se iba a realizar una película y una miniserie de televisión. Lo cierto es que, aunque me gustó la forma de narrar de Padura, la lectura no consiguió interesarme en otras novelas de la serie Mario Conde.
Vientos de La Habana es el título que se ha dado aquí a la película basada en Vientos de cuaresma, la segunda novela de la serie y ha contado con Padura entre los guionistas. El director es el español Félix Viscarret del que recuerdo Bajo las estrellas (2007), creo que su único largometraje, con Emma Suarez y Alberto San Juan.
El teniente Mario Conde de la policía de la Habana, conoce a Karina, una enigmática mujer por la cual se siente profundamente atraído, al mismo tiempo que le asignan la investigación de la violación y asesinato de una profesora del instituto preuniversitario donde estudió el propio Conde. La investigación permitirá adentrarse en el mundo de la droga e intuir la corrupción dentro de la policía, pero Conde no podrá ir más allá, como tampoco en su relación con Karina.
Mario Conde está interpretado por Jorge Perugorría, probablemente el actor cubano más conocido, por lo menos en España. Y tengo que decir que no da la imagen que yo me había formado del personaje.
La película es una más de acción e intriga. Como está situada en La Habana da lugar a diferentes recorridos por sus bajos fondos, su arquitectura de edificios casi en ruinas, coches antiguos y ambiente que reconocemos de documentales y reportajes. También aparece el círculo de amigos de Conde. Y una historia de amor imposible que, a pesar del esfuerzo de los protagonistas, me pareció un pegote innecesario. Y el tema de la corrupción dentro de la policía que no queda más que planteado. Quizá con la idea de desarrollarlo en sucesivas entregas.
Como he leído por ahí, falta el aliento de la buena literatura de Padura lo que da como resultado una película poco atractiva.
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