Hace un par de años, a finales de agosto, comentaba Angel una agradable película musical, Begin again. Su director era John Carney. Nos llega ahora su siguiente película, tambien musical, Sing Street, situada en Dublin a mediados de la década de los 80 del siglo pasado. Una historia que, al parecer, tiene algo de autobiográfica, ya que John Carney creció en la capital irlandesa y vivió la experiencia de pasar de una escuela privada y refinada a otra religiosa y popular, un mundo mucho más crudo, donde padeció una transformación similar a la del protagonista.
SING STREET nos cuenta la historia de Conor, un adolescente en el Dublín de 1980, miembro de una familia en la que la relación entre los padres no es satisfactoria, lo que crea una situación incomoda a los tres hijos. La recesión económica hace que abandone la comodidad de la escuela privada en la que estudia y tenga que sobrevivir en la escuela pública del centro de la ciudad, donde el clima es mucho más tenso.
Conor encontrará un rayo de esperanza en una extraña joven, Raphina, y con el objetivo de conquistarla, le invita a ser la estrella en los videoclips de la banda que quiere formar. Ella accede, y Conor se sumerge en la música rock de los años 80, forma su banda y se lanza a componer canciones y a grabar videoclips como una forma de lucha contra el ambiente que le rodea.
John Carney se nos vuelve a mostrar, como ya hiciera en Begin again como hábil para contar de forma agradable historias donde los sentimientos de los personajes son lo que importa, en busca de un final feliz pero abierto, y que es el que esperamos. La película es ágil y correcta, la música responde a la época, lo que quiere decir que a mi no gusta especialmente, los intérpretes son adecuados a sus personajes, un tanto tópicos eso sí, y todo, en general, funciona para hacer pasar un rato agradable, con una serie de apuntes críticos sobre la situación social y religiosa en Irlanda en aquellos años, comparable con la española en los setenta en bastantes aspectos.
Me ha gustado también, sobre todo el ejercicio paródico que hace de las fiestas de instituto americanas.Tienes razón ,los intérpretes son muy adecuados y dan la edad,no son treitaañeros disfrazados.
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