Siempre se ha dicho que detrás de un hombre de éxito hay una gran mujer. La historia que nos cuenta esta película no solo lo ratifica sino que demuestra que la grande del matrimonio es la mujer. Una historia totalmente previsible desde el trayler, que se sostiene por las buenas interpretaciones de Jonathan Pryce y, sobre todo, de Glenn Close que podría conseguir su séptima nominación al Oscar, premio que nunca ha conseguido.
Considero innecesarios los flashbacks dedicados a los primeros encuentros de la pareja, el divorcio de Joe y posteriores desencuentros en la tarea de escribir. El único que aporta algo es el encuentro de Joan, incipiente escritora, con una ya consagrada que le aconseja que guarde su talento para ella misma. Las posibles subtramas con su hijo o el escritor de biografías están desaprovechadas. La presencia de los dos protagonistas principales y la posibilidad de que se revele el auténtico papel de Joan en la escritura de Joe es lo único que nos hace seguir la narración con algo de interés. Lo narrado podría reducirse a un corto o mediometraje sin que la historia se resintiese.
Como he dicho, las interpretaciones de los protagonistas son lo que justifica su visionado.
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