El capitán es una multicoproducción europea que se basa en un hecho real sucedido en la 2ª guerra mundial. Está dirigida por Robert Schwentke sobre su propio guion. Se trata de un director alemán, que ha desarrollado su carrera también en USA, con bastantes películas poco distinguidas en las que destacan algunas de la serie Divergente, que desconozco. El capitán, en blanco y negro, consiguió el premio a la mejor fotografía en el festival de San Sebastián en 2017
En los últimos momentos de la II Guerra Mundial, un joven soldado desertor, perseguido y hambriento, encuentra casualmente el uniforme de un capitán nazi. Haciéndose pasar por oficial, reúne a un grupo de desertores y comienza a matar y saquear a su paso, sembrando el horror entre la población, asumiendo la monstruosa identidad de aquellos de los que trata de escapar.
Una nueva aproximación al horror nazi, ahora a través de la transformación que experimenta un joven desertor cuando se puede hacer pasar por oficial. Lo que podría suponer la salvación se transforma en una actuación tanto o más cruel que la de aquellos de los que huye. Su llegada a un campo de prisioneros desencadena una sucesión de violentas ejecuciones de otros desertores como él. Su nueva personalidad le permite actuar con impunidad en un proceso de degradación moral que se dirige contra los inocentes, no contra los responsables de la barbarie.
Lo peor es que se trata de un caso real y que acabó con ciento setenta vidas. Y lo que vemos es como un psicópata puede en un momento determinado, si se dan las circunstancias favorables, manifestarse en toda su plenitud. Y lo sencillo que le resulta encontrar cómplices.
Una historia brutal e incómoda que resulta demasiado desagradable, pese a que el blanco y negro nos ahorra la visión de la orgía de sangre en que desembocan sus acciones. Pero que por otra parte nos muestra lo sencillo que resulta para el ser humano cometer los actos más terribles... y justificarlos.
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