miércoles, 17 de enero de 2018

Cine: MUCHOS HIJOS, UN MONO Y UN CASTILLO


No sabría como definir a que género pertenece esta película. ¿Un documental, un docudrama?  Siguiendo, en cierta manera, el camino de El desencanto (Jaime Chávarri, 1976) o de Carmina o revienta y Carmina y amén (Paco León, 2012 y 2014), Gustavo Salmerón, actor y realizador de cortometrajes, ha confeccionado a partir de películas caseras y un rodaje a lo largo de 14 años, del orden de 400 horas de material, un retrato de su familia, centrado en la figura de Julita, su madre.

La película acaba de ganar el premio Forqué al mejor documental. También ganó ese premio en el Festival de Karlovy Vary y en Hamptons International Film Festival. Está nominada en esa categoría para los Goya y como mejor comedia en los Premios Feroz.



Tener muchos hijos, tener un mono y también un castillo. Estos eran los tres deseos con los que Julita Salmerón soñó desde niña. Los tres deseos se convirtieron en realidad. Julita tuvo seis hijos, un mono que le hizo muy feliz hasta que empezó a morder a la gente, y un castillo que pudo comprar gracias a una herencia. 

Toda la película gira alrededor de Julia, la madre del realizador, una mujer de una personalidad impresionante, rodeada de un marido paciente y conciliador y de unos hijos complacientes. Y para desarrollarse se centra en dos hechos. La pérdida de una vértebra de la abuela que fue asesinada en la guerra civil y que Julia decidió conservar como recuerdo cuando la pudieron enterrar y la necesidad de desprenderse del castillo que la familia había adquirido mediante una herencia. Estos dos hechos dan lugar a reflexiones sobre la Guerra civil y las tendencias políticas de un personaje que se manifiesta republicana y masona, por una parte, y sobre la crisis económica que les obliga a dejar el castillo y desprenderse de lo que en él han ido acumulando, por otra.  

¿Es esto suficiente para la construcción de un largometraje? A juzgar por la reacción entusiasta de la crítica y, parece, del público, si. En mi opinión, no. Fundamentalmente porque, como dice Julia en algún momento, ¿a quien puede interesar su historia? A mi, sinceramente, no.  Es cierto que su personalidad atrae y conmueve, en algunos momentos. Pero su desarrollo no me parece que dé para tanto. Asistir durante casi hora y media a las gracias, reflexiones y salidas de tono de esta señora y su familia, se me hizo excesivo. Creo que da para un corto, poco más. Por otra parte, si se quiere contar esa historia, se dejan demasiadas cosas sin explicación. ¿Cual fue el origen de la herencia, cuales las causas de verse obligados a abandonarlo, porqué acaba la familia reunida otra vez bajo el mismo techo...? Que la película no va de eso, se me puede responder.

Quizá sea por mi forma de ser por lo que no terminé de apreciar un documento en forma de comedia lleno de frescura y personalidad. No obstante me parece un producto bastante recomendable, sobre todo como experimento narrativo.




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