Como comentaba el crítico de El Pais al referirse a esta película, da la sensación de que el Reino Unido está necesitado de autoestima y está recurriendo al cine y a un momento histórico determinado para conseguirlo. Así en unos pocos meses hemos podido ver cuatro películas sobre su resistencia en la II Guerra mundial, una resistencia que propició, junto con otros muchos factores, la derrota de Alemania. Dunkerque, Su mejor historia, Churchill y la que ahora comento, y de ellas, tres directamente relacionadas con la denominada Operación Dinamo, para el salvamento de las tropas aisladas en Dunkerque.
El director Joe Wright (Expiación, Anna Karenina), con el guion de Anthony McCarten (La teoría del todo, guion por el que fue premiado por la academia británica) nos narra los primeros días como primer ministro de Winston Churchill, unos días en que tuvo que decidir entre dos posibilidades, meterse de lleno en el conflicto y preparar la defensa de la isla o negociar con Hitler con lo que esto hubiera supuesto para la soberanía inglesa. A pesar de la presión a la que estuvo sometido, ya que su propio partido llegó a estar en su contra y el rey Jorge VI era muy escéptico al respecto, la firme negativa de Churchill a aceptar la derrota, la rendición o un acuerdo de paz sirvieron como inspiración a la resistencia británica. La película ha obtenido 9 nominaciones en los premios de la Academia británica (BAFTA) y su protagonista, Gary Oldman ha ganado el Globo de oro y es favorito para los Oscar.
El instante más oscuro nos sitúa en mayo de 1940, cuando Winston Churchill, a los 65 años, es propuesto como primer ministro británico en un momento crucial de la Guerra mundial, con los nazis avanzando imparables por el continente europeo y amenazando con invadir Inglaterra. Durante los difíciles primeros años de la Guerra, cuando el Reino Unido se quedó solo en su firme oposición contra la Alemania nazi, Churchill tuvo que soportar su hora más oscura, reunir a una nación, luchar por los ideales y la libertad, y tratar de cambiar el curso de la historia mundial.
Apoyada en la interpretación de Gary Oldman y su caracterización, la película recorre 25 días decisivos, inspirada por tres de sus discursos de esos primeros días de su gobierno. Y con su decisión, Churchill se enfrentó a gran parte de la clase dirigente que era partidaria de la negociación y que le recordaba sus equivocaciones en la batalla de Galipoli en la I Guerra y la reciente operación en Noruega. Fue un manipulador que consiguió convencer al pueblo y a los dirigentes de la necesidad de resistir.
La historia es muy interesante pero, en mi opinión, Joe Wright y McCarten abusan de efectismos en la realización y el guion. Abuso de planos rebuscados, cenitales, una música excesiva en algunos momentos y un guion lleno de lugares comunes lastran una película que queda por debajo de la importancia histórica de los hechos narrados. Y aunque el guionista presume de fidelidad histórica al haber trabajado sobre las actas del gabinete de guerra, hay una escena, la presencia del Churchill en el metro conversando con la gente, que no solo dudo que se produjera, sino que desde un punto de vista narrativo y cinematográfico me parece efectista e inadecuado.
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