Dinamarca ha seleccionado para presentar a los Oscar la primera película dirigida por Gustav Möller, quien es también co-autor del guion. Se trata de una película que se centra en un solo escenario de forma similar a otros dos títulos relativamente recientes, Buried (Enterrado, 2010) donde Rodrigo Cortés situaba a su personaje en un ataud sin otra compañía que un teléfono móvil desde el que solicitar ayuda y un encendedor y Locke (Steven Knight, 2013) que se desarrollaba en el interior de un coche en el que su conductor se desplaza a Londres para asistir al nacimiento de un hijo extraconyugal. Son películas de situación única, con un solo personaje en la acción, con las voces de otros personajes que nos llegan a través del teléfono, que se desarrollan en tiempo real y que, con pocos medios, logran mantener en tensión al espectador.
Asger es un oficial de policía que ha sido relegado a operador del servicio de emergencias. Durante su rutina nocturna recibe la llamada de una mujer aterrorizada. Al parecer ha sido secuestrada por su marido. Recluido en su mesa en la centralita de emergencias, Asger tendrá que localizar y ayudar a la mujer en peligro a la vez se enfrenta a sus propios demonios.
Un drama que podría perfectamente desarrollarse de forma radiofónica, ya que poco aporta la imagen al desarrollo de la intriga. Ahí es donde radica la habilidad del director que apoyado en la interpretación de Jacob Cedergren nos mantiene expectantes sin dejar de mirar la pantalla. A través de diferentes voces en el teléfono (la operadora de la policía regional, la hija, el marido, la mujer, un compañero...) va avanzando la acción con diferentes giros a la vez que vamos descubriendo el perfil del protagonista que le lleva a involucrarse en la investigación más allá de sus funciones.
Poco se puede reprochar a la película. Quizá que juega a ocultarnos algunos datos a los que el protagonista está en condiciones de acceder, que nos conducen a una interpretación equivocada de lo que sucede. Creo que esta historia podría desarrollarse perfectamente como un cortometraje en la línea de la excelente y premiada Madre de Rodrigo Sorogoyen en la que también accedemos a la información de lo que ocurre a través del teléfono, y con la que podrían establecerse algunos puntos de contacto.
En cualquier caso, una muy notable película.
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