"Le silence de la mer" está basada en la novela del mismo título de Vercors ,nombre que esconde al autor Jean Bruller ,que la escribió y editó clandestinamente en plena ocupación alemana.
La primera secuencia de la película es un homenaje al autor y un guiño a la resistencia, aunque la trama no trata de ello : un hombre espera de espaldas ,otro se acerca y deja una maleta a sus pies, el primero abre la maleta , dentro bajo unas ropas aparece la novela de Vercors, junto a ella ejemplares de "Combat" revista clandestina de la resistencia, sobreimpresionado aparece una dedicatoria "A Saint-Paul Roux poeta asesinado".
Melville escribió el guión, dirigió y fue también el productor, en una época que aún no se hablaba de cine de autor, término que utilizaron por primera vez los miembros de la Nouvelle Vague, que renegaron del cine francés academicista pero que respetaron mucho a Melville.
No es una película bélica , aunque se desarrolle en guerra, es sin lugar a dudas antibelicista, pesimista porque la barbarie prevalece sobre el humanismo, el totalitarismo intentando arrasar la cultura.
La acción transcurre en un pueblo francés donde viven un anciano y su sobrina que se ven obligados a acoger en su casa a un oficial alemán Wernerd Von Ebrennac, labor que aceptan con estoicismo y fría colaboración .El oficial cada noche irrumpe en la sala intentando dialogar pero tío y sobrina imperterritos,ni cruzan una mirada, el oficial que habla un perfecto francés nunca se muestra ofendido y con extremada
educación se despide deseando buenas noches, una noche aparece sin uniforme sus monólogos nos van mostrando a una persona educada, inteligente, de profesión músico y un verdadero humanista admirador de la cultura francesa, y que confía en que de la ocupación saldrán buenas cosas aunque entiende que con la fuerza nada se conseguirá:"Ahora necesito a Francia, pero pido mucho, pido que me reciba. No viviré en ella como un extraño, un viajero o un conquistador. En ese caso no dá nada, no se le puede quitar nada
Durante cien velada este hombre desnuda su alma sin esperar, resignado, una palabra,en un viaje a París descubre la matanza de judíos que no conocía y las verdaderas intenciones del Reich para Francia de boca del que fue su mejor amigo:
"Podemos destruir Francia y vamos a hacerlo. Destruiremos su fuerza y su alma. Ahí está el peligro, esa es nuestra tarea. No te hagas ilusiones.Prodigaremos la sonrisa, seremos suaves , pero haremos que Francia sea un perro obediente."
Con la decisión de volver al frente arranca la única palabra que pronuncia la sobrina "Adieu", el anciano le deja una cita marcada en un libro de Anatole France "Viva el soldado que desobedece una orden criminal".
Película imprescindible, excepcional densísima pese a su corta duración y tecnicamente sorprendente, rodada en un pequeño espacio consigue unos planos fantásticos subrayando los monólogos con planos generales de los tres protagonistas con insertos de las manos del oficial , el rostro de la sobrina ( ni de ella ni del anciano sabemos sus nombres) , las manos a veces tranquilas a veces nerviosas en la costura , las manos del anciano en su pipa.... una maravillosa fotografía de Henry Decaë que años después haría con Truffaut "Los cuatrocientos golpes".
Howard Vernon hace una magnífica interpretación sin duda su mejor película, su duro físico condicionó su larga carrera alternando peliculas interesantes como "Delicatessen" con subproductos de Jesús Franco.
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