El largo viaje del día hacia la noche está considerada la obra maestra de Eugene O'Neill, dramaturgo americano autor de obras como Deseo bajo los olmos, A Electra le sienta bien el luto o Anna Christie. Ganador del Premio Nobel y de cuatro Pulitzer. Muerto en 1953, se le considera el precursor del teatro realista americano y de autores como Tenessee Williams y Arthur Miller. Esta obra, que escribió en 1940 y no fue estrenada hasta después de su muerte, por su expreso deseo, está considerada autobiográfica, y en ella refleja el calvario que supuso su vida con su familia.
El largo viaje del día hacia la noche nos presenta una familia norteamericana quebrada por las frustraciones y los vicios. Mary, una mujer presa de una adicción a la morfina, imposible de desarraigar, está casada con James Tyrone, un actor que ha pasado su vida haciendo giras sin poder formar un verdadero hogar y llevando frecuentemente a su esposa, que de joven soñaba con ser monja o concertista de piano, como acompañante. Tienen dos hijos, Edmund y Jamie, quienes consideran que la tacañería de su padre es la causa de muchos de los males de la familia. Edmund muestra talento para la poesía pero está gravemente enfermo, mientras que Jamie, obligado por su padre a dedicarse al teatro, no logra centrarse y gasta todo el dinero que cae en sus manos en bebida.
La obra transcurre desde la mañana hasta la noche del mismo día y muestra las expectativas que tiene la familia de que Mary se recupere, expectativas que se van frustrando a medida que pasan las horas. Y mientras tanto, van saliendo a la luz tragedias del pasado, resentimientos, decepciones y demostraciones de afecto, a pesar de todo.
Recuerdo que hace años, ví la adaptación al cine de esta obra, con Katherine Hepburn, dirigida por Sidney Lumet. Y tampoco guardo un buen recuerdo de ella. Debe ser que no conecto con el mundo de O'Neill, porque, en cambio si tengo muy buen recuerdo de obras de Arthur Miller o, mas recientemente, de Agosto de Tracy Letts, cuyos personajes no tienen nada que envidiar en cuanto a frustraciones y adicciones a los de esta obra y sin embargo me resultaron mucho más cercanos. Probablemente porque existe un conflicto desarrollado.
En resumen, buenas interpretaciones y montaje sencillo y correcto dirigido por Juan José Afonso de quien he visto los montajes de El Crítico y El arte de la entrevista, ambas de Juan Mayorga, sin que ninguno me llegara a convencer del todo, pero que no consiguieron hacerme disfrutar.
Me gustaria saber vuestra opinión.
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