Perdida es una película de intriga (y de unas cuantas cosas más) dirigida por David Fincher, uno de los directores norteamericanos mejor considerados.
Es el director de películas de intriga atractivas como Seven (1995) y Zodiac (2007), el análisis del fenómeno de Facebook en La red social (2010) y la adaptación del relato de Scott Fitzgerald sobre Benjamin Button (2008), entre otras varias. Tambien ha sido productor ejecutivo y responsable de una serie de TV, House of cards, una transposición del Macbeth de Shakespeare a la Casa Blanca, con una primera temporada excelente y una segunda muy inferior.
Se trata de una adaptación de una novela de Gillian Flynn, un best seller ganador de premios de novela negra, editada en España en 2012. He tenido ocasión de leer el primer capítulo. Tiene un aspecto literariamente penoso.
La primera parte de la película nos presenta la desaparición de Amy. Su marido, Nick descubre que el dia de su quinto aniversario, Amy ha desaparecido. En la casa hay algunas cosas que pueden hacer pensar en una lucha, pero todo poco convincente. Enseguida, Nick se convierte en el principal sospechoso de haber hecho desaparecer a su mujer. ¿La ha matado?.
La historia da un giro a continuación para contarnos lo que en realidad ocurrió. A partir de allí, alternan dos narraciones paralelas, pero con un desfase temporal, hasta que en una tercera parte, los dos relatos se unen para llegar al desenlace de la historia. Todo ello plagado de Flashbacks sobre los cinco años de matrimonio.
Evidentemente el juego de los puntos de vista y la utilización del tiempo en las narraciones paralelas pretende dar lugar a las diferentes sorpresas de la trama, y aunque sea un juego un tanto tramposo, hay que reconocer que Fincher lo utiliza muy hábilmente. Lo malo es que la tensión que se crea en la primera parte, va cayendo cuando conocemos lo realmente ocurrido y que los distintos giros de la acción van perdiendo verosimilitud, hasta recordarnos en algunos momentos a Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987) e Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992), cuando el referente más ilustre de la historia podría ser Vértigo (Hitchcock, 1958)
Detrás de todo está el lado más oscuro del matrimonio, una historia de desavenencias conyugales, los engaños, las decepciones, la infidelidad y, sobre todo, de manipulación. Manipulación de las personas en el matrimonio y manipulación de los medios de comunicación, protagonistas interesados de la trama, en la sociedad por su capacidad para modelar la opinión pública.
Nick y Amy son Ben Affleck y Rosamund Pike. Los dos están creíbles en sus personajes, especialmente complicado el de ella. Pero los que mas me gustaron fueron algunos secundarios: Carrie Coon como Margo, la hermana de Nick, Kim Dickens como la policia que investiga la desaparición y Tyler Perry, el abogado de Nick. Son los mejores personajes de la historia.
La película está bien, es interesante, sorprendente en algunos momentos, con una trama y ambiente bien llevados por Fincher, pero no terminó de convencerme. Para explicar porqué tendría que destripar el argumento y no lo creo conveniente, pero si decir que una reducción de su duración no le vendría mal.
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