Recuerdo que a finales de los ochenta mis amigos de Dias de cine, el programa de TVE, me hablaron por primera vez de Zhang Yimou. Había ganado el Oso de oro en Berlín con Sorgo Rojo y era el director mas destacado de un cine chino que estaba empezando a tener repercusión internacional. Son los años de Ju Dou: Semilla de crisantemo, La linterna roja, La historia de Qiu Ju, Vivir y La joya de Shangai, siempre con su mujer Gong Li a la que también vimos en Adios a mi concubina, dirigida po Chen Caige. Tras su separación pareció decantarse por el cine de artes marciales y dirigió la ceremonia de apertura de los JJOO de Pekín en 2008, mientras su cine perdió algo de su prestigio internacional.
Lu Yanshi es detenido como preso político en pleno apogeo de la Revolución Cultural China. Su mujer, la profesora Feng Wanyu, y su hija deben enfrentarse a esta realidad. Cuando tras años sin ver a su familia, Lu Yanshi logra escaparse de un campo de trabajo e intenta acercarse a ellas, su hija -por miedo a que el reencuentro afecte a su carrera como bailarina- lo impide. y es de nuevo detenido.
Cuando tres años después es liberado, Wanyu padece problemas de memoria, no puede reconocer a su esposo, y sigue yendo a buscarle los días 5 de cada mes a la estación. Lu Yanshi consigue acercarse a su esposa poco a poco, gracias a cartas, música y amistad. Así descubrirá la relación que une a su hija y a su mujer, quien no perdona que la joven delatara a su padre y otros momentos dramáticos ocurridos en su ausencia.
La película me pareció una preciosa historia de amor y abnegación muy bien narrada. Un retrato pausado, emotivo e intimista de las relaciones entre los tres personajes. La madre, eternamente obsesionada con el inminente regreso del que fuera su marido, interpretada por una excelente Gong Li, ya en los cincuenta. La hija que creyó fervorosamente en los valores del sistema, y que llegó a denunciar a su padre para no perder el papel protagonista en su escuela de danza por lo que arrastra un profundo sentimiento de culpa. Y el padre, víctima de ese sistema durante toda su vida, que no duda en buscar por todos los medios la recuperación del amor de su mujer.
Un melodrama, bien interpretado, lleno de emociones contenidas, narradas con sensibilidad y quizá un exceso de sentimentalismo. Me gustó.
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