lunes, 8 de febrero de 2016

Teatro: LLUVIA CONSTANTE


Se me había escapado a finales de 2014 esta represetación, presentada en los Teatros del Canal de Madrid con gran éxito de público. Tanto que cuando decidí ir a verla, no quedaban localidades. Se trata de una obra del dramaturgo y guionista estadounidense  Keith Huff, nombre relacionado con series de TV de tanto éxito como Mad men, House of cards o American crime. Fue presentada en Broadway con Hugh Jackman y Daniel Craig como actores mientras que Spielberg se ha interesado por una posible adaptación al cine.



La historia, mas allá de la trama, se centra en el vínculo de extrema lealtad que une a dos policías compañeros que son amigos desde la infancia y el progresivo deterioro de su amistad. 

Dani (Roberto Álamo) es un padre de familia violento que haría cualquier cosa para proteger a los suyos y Rodo (Sergio Peris-Mencheta) un hombre  con tendencias depresivas que acaba de superar una fase de alcoholismo. Llevan juntos casi toda la vida.
 Una infidelidad de Dani a su esposa con una prostituta y el posterior enfrentamiento con su chulo en uno de los barrios más inseguros de la ciudad, provoca que dias después  alguien dispare contra su ventana. Uno de sus hijos es herido en el cuello y acaba en el hospital. Este hecho ciega al policía, cuya obsesión a partir de ese momento es vengar y proteger a su familia, cueste lo que cueste. En su búsqueda tropiezan con un chico chino que pide auxilio. Un elemento discordante que les viene a distraer de su propósito. Un joven, de aspecto normal, se acerca, cuenta una historia creíble sobre el oriental y asegura que se encargará de él. Ese momento simboliza la ceguera obsesiva e irracional del personaje por encima del deber y dará lugar al desenlace de la historia.

La trama es interesante, aunque los dos personajes rozan un tanto los tópicos y los acontecimientos no sean muy originales, si bien en su desarrollo ganan en complejidad. Lo que pasa es que, aunque bien estructurada dramáticamente, los personajes nos cuentan lo que ha pasado, apenas asistimos a los hechos que desembocan en el conflicto.  Pero lo más destacado de la obra es la puesta en escena. La escenografía es muy clara, sencilla solo en apariencia,  y crea, con ayuda de las luces los múltiples espacios: domicilios, callejones, una sala de interrogatorios e incluso un viaducto. El responsable es David Serrano, director y guionista que últimamente se ha pasado al teatro. De sus adaptaciones recuerdo Buena gente y Bajo terapia. Creo que en esta ocasión ha acertado plenamente.

Y los dos intérpretes están fantásticos. Nunca me habían gustado tanto. Sergio Peris-Mencheta, al que conocí en la serie Isabel y al que luego ví en Julio Cesar y Enrique VIII, está muy bien en su personaje. Y Roberto Álamo está enorme. Le he visto varias veces. En TV fue Urtain, en cine en La gran familia española, en teatro en De ratones y hombres. Pero aquí está desbordante, extraordinario. Vale la pena ver una obra interesante, correcta, pero discutible en su desarrollo, por ver a los dos actores. El dia que la vi, el teatro estaba lleno y el público les aplaudió puesto en pié. Un gran éxito personal de los dos.

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