Este blog está dirigido a los alumnos del Taller de literatura del Patronato de Cultura de Pozuelo de Alarcón
lunes, 8 de febrero de 2016
cine: EL RENACIDO
Dirigida por Alejandro González Iñárritu, El renacido, suma nada menos que 12 nominaciones para los Oscar de este año. Ha ganado, además, tres globos de oro (mejor drama, director y actor) y aspira a ocho BAFTA (premios de la academia británica). Curiosamente, González Iñarritu ya ganó los Oscar a mejor película y director en la pasada edición por Birdman, lo que en caso de ganar este año, le convertiría en el tercer director en conseguir el premio dos años consecutivos, algo que ya hicieron John Ford en 1940 y 1941, por Las uvas de la ira y Que verde era mi valle y Joseph L. Mankiewicz en 1949 y 1950 por Carta a tres esposas y Eva al desnudo.
trailer de El renacido
Inspirada en un personaje real, Hugh Glass (Leonardo di Caprio), El renacido es una historia de supervivencia que tiene lugar en el salvaje Oeste americano alrededor de 1820. Durante una expedición para conseguir pieles por esas inexploradas tierras casi vírgenes, el explorador resulta brutalmente herido por un oso, y después es abandonado por sus propios compañeros de cacería.
Moribundo y absolutamente solo, Glass se niega a perecer. Impulsado por su fuerza de voluntad y el deseo de venganza emprende un viaje de más de 300 kilómetros a través del vasto e indómito Oeste persiguiendo al hombre que le
traicionó: John Fitzgerald (Tom Hardy).
El renacido es un espectáculo cinematográfico impresionante por la utilización de la imagen y el sonido, con una serie de secuencias extraordinarias que nos hacen preguntarnos como habrá sido posible rodarlas. Y sobre todo la fotografía con luz natural de Emmanuel Lubezki, ganador del Oscar en este apartado los dos últimos años por Birdman y Gravity y que ha sido en los años anteriores responsable de títulos como El árbol de la vida y To the wonder dirigidas por Terrence Malick.
Lo que pasa es que el guión no es tan interesante como el aspecto formal. La historia de Hugh Glass está excesivamente alargada e Iñárritu parece no poder reprimir su concepto de autor, introduciendo una serie de imágenes oníricas que, si bien en algunos casos dan lugar a secuencias de una belleza extraordinaria en otros no parecen muy adecuadas al tratamiento realista de la odisea del protagonista. La historia está desarrollada en varios procesos paralelos. Sigue a una tribu india que persigue al grupo de tramperos, al propio grupo de tramperos que abandona a Glass y a los dos que se quedan con él para darle sepultura cuando muera y que le traicionan además de matar a su hijo mestizo. Pero el proceso fundamental es el seguimiento de la sucesión de penalidades que acosan a Glass y que han dado lugar a su leyenda. El ataque y huida de los indios, el ataque y poco menos que despedazamiento por un oso, la huida por el río, la alimentación con carne cruda y hierbas, sus escasos encuentros con seres humanos, todo ello en unos parajes nevados, un terreno embarrado con sus heridas infectadas y una pierna rota. ¿Realidad o leyenda? Probablemente contiene grandes dosis de leyenda, pero como se dice en El hombre que mató a Liberty Valance, "Cuando la leyenda se convierte en hecho, imprime la leyenda". ("When the legend becomes fact, print the legend"). Por cierto que en la version española se cambia el sentido de la frase, ya que dice. Cuando los hechos se convierten en leyenda, no es bueno imprimirlos. Cosas del doblaje.
Leonardo de Caprio interpreta al sufrido Hugh Glass. Y su interpretación es muy sufrida físicamente, arrastrándose continuamente por la nieve y el barro, introduciéndose en el esqueleto de un caballo muerto para resguardarse del frio, sumergiéndose en las heladas aguas de un rio... Con tanto sufrimiento, probablemente gane el Oscar que mereció más por El lobo de Wall Street. Le acompaña un actor que siempre me gusta, Tom Hardy, nominado como mejor secundario. Para mi gusto tiene el papel mas agradecido desde el punto de vista actoral y lo borda.
Señalar que las aventuras de Glass ya fueron objeto de otra película, El hombre de una tierra salvaje (1971, Richard C. Sarafian) con Richard Harris que también era especialista en personajes sufridos ( Un hombre llamado caballo, Elliot Silverstein, 1970) y que existe una película con Robert Redford, Jeremiah Johnson (1972, Sidney Pollack) a la que recuerda bastante.
En resumen, un gran espectáculo, extraordinario visualmente, que vale la pena ver, aunque no sea la gran película que prometen.
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