miércoles, 2 de diciembre de 2015

Cine: RAMS. EL VALLE DE LOS CARNEROS


Película islandesa, ganadora de la espiga de oro en el Festival de Valladolid y premiada también en una de las secciones del Festival de Cannes. Es también una de las favoritas a ser nominada al Oscar de lengua no inglesa. Pertenece a una filmografía un tanto infrecuente en nuestras pantallas. Yo no recuerdo haber visto nunca ninguna.


Rams (El valle de los carneros), cuenta una historia bastante sencilla. Gummi y Kiddi son hermanos y vecinos en un solitario valle de Islandia. Se dedican al cuidado de sus ovejas, premiadas en numerosas
ocasiones como las mejores de todo el país por su extraordinaria calidad. Aunque comparten tierras y estilo de vida, Gummi y Kiddi no se hablan desde hace décadas.

Tras un concurso ovino descubren que una enfermedad mortal infecta una de las ovejas de Kiddi, por lo que todo el valle se ve amenazado
y los ganaderos son obligados a sacrificar a todo el ganado de la zona para frenar la enfermedad. Pero Gummi trata de preservar algunos ejemplares. Cuando está a punto de ser descubierto buscará la colaboración de su hermano para evitarlo, dejando de lado sus diferencias.

Según nos cuenta su director, en el norte del país, como en muchas otras zonas rurales de la isla, la ganadería ovina era una parte muy importante
del sustento de vida de sus habitantes, de igual manera que formaba parte de su cultura hasta finales del pasado siglo. De esta forma, la oveja islandesa era, y sigue siendo para muchos, algo sagrado. Están orgullosos
de su raza y representa "los viejos tiempos", la forma en que la gente vivía antiguamente. Las ovejas han tenido un rol fundamental en la supervivencia rural de la zona a lo largo de los siglos, y están profundamente arraigadas
a esta tierra y conectadas muy de cerca con el espíritu islandés.El pais  se construyó basándose en la pesca y la ganadería y en Bardardalur, donde se rodó la película, el empleo principal de sus habitantes sigue siendo el cuidado de sus ganados.

Todo está contado de forma pausada, con secuencias y planos largos que nos transmiten un género de vida y un entorno muy diferentes a los que estamos acostumbrados. Personas que viven solas con sus ovejas, en plena naturaleza, y desarrollan una conexión emocional muy fuerte con sus animales. En este sentido, la película tiene un gran valor documental, por encima de la historia que me pareció un tanto desvaída y bastante forzada en busca del climax final, muy emotivo.

Una película bien contada, sin alardes. Poca acción y una fotografía que nos transmite un clima opresivo, donde no se ve el sol. Apreciable.


1 comentario:

  1. Procuraré verla, sí ví otra película islandesa De caballos y de hombres que me pareció soberbia y que parece que va en una línea similar.

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