Janos Szasz ha realizado una muy buena película no apta para pusilánimes, la crudeza de la guerra, aumenta la mezquindad y la crueldad de los protagonistas.
El director marca distancias con los protagonistas ni empatiza ni odia a los
distintos personajes, empleando muy bien el recurso de la voz en off y
de las imágenes que pintan en el cuaderno.
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Los gemelos piensan, actúan, leen y caminan al unísono y pronto comprenden que para sobrevivir deben endurecerse ,se pegan entre ellos para resistir los malos tratos de la abuela, se preparan en definitiva para resistir, el dolor, el frío y el hambre .
Claus y Lucas se convierten en àngeles exterminadores no dudan en matar si alguien merece el castigo y son capaces del asesinato por humanidad si así se lo piden.
El final con la aparición primero de la madre y luego del padre es tan cruel y terrible que prefiero no revelarlo.
Claus y Lucas pasan a formar parte de los gemelos más inquietantes del cine como los Inseparables de Cronemberg, los de la magnífica El otro de Robert Mulligan sin contar con Pili y Mili.
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