Violette es la escritora francesa Violette Leduc. Nacida en 1907, hija ilegítima (su madre trabajaba como criada y quedó embarazada del hijo de la familia, burguesa y protestante), fue una escritora insegura, solitaria, en lucha constante consigo misma que se expuso en sus novelas tal como era, bisexual, insatisfecha, resentida hacia la sociedad.
La película nos cuenta su vida a través de sus relaciones con las diferentes personas que la marcaron, especialmente su madre y Simone de Beauvoir, pero también Maurice Sachs, escritor homosexual del que estuvo enamorada o Jean Genet, hasta alcanzar el éxito con su novela "La bastarda" que ganó el Premio Goncourt.
Está dirigida por Martin Provost, francés también, del que no he visto ninguna de sus películas anteriores, aunque he leído que la anterior a esta, Séraphine es también el retrato de una mujer singular, Seraphine de Senlis, nacida en 1864 que fue pastora, luego ama de casa y, finalmente, pintora naif antes de hundirse en la locura. Al parecer, los materiales que utilizaba en sus pinturas los preparaba ella misma y eran un tanto especiales, utilizando sangre de animales y hierbas. Parece que se ha especializado en personajes de este tipo. Ganó numerosos premios César (los Goya franceses).
La protagonista es Emmanuelle Devos que da vida a esta extraña mujer que fue Violette Leduc. Está considerada una excelente actriz, que ganó en 2002 el César francés por delante de Audrey Tatou, favorita por Amèlie. Y aquí hace una excelente interpretación.
La película está bien y es interesante, aunque me pareció excesivamente larga. Además de la vida un tanto singular de la escritora y su relación con otros escritores, nos presenta una especie de catálogo de lo que representa ser escritor, los obstáculos que tiene que superar hasta conseguir el éxito, los complejos, las inseguridades, las obsesiones, el ridículo, los nervios, la neurosis, la sensación de fracaso... Y el triunfo. Todo está aquí.
Todo esto me hizo recordar, por una parte, la conferencia de Angel Llamas en el fin de curso y, por otra, la figura de Leonora, la pintora objeto del último libro leído, no tanto por sus circunstancias, muy distintas, sino por su personalidad, su marginalidad y su lucha con la sociedad así como sus conexiones con numerosos intelectuales.
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