jueves, 17 de octubre de 2019

Teatro: RICARDO III


En el Teatro Pavón Kamikaze se presenta esta obra de Shakespeare con  dirección de Miguel del Arco, sobre la adaptación suya y de Antonio Rojano, con Israel Elejalde como protagonista absoluto. A finales de 2014 pudimos ver otro montaje de esta obra. También era una adaptación, en este caso de José Sanchís Sinisterra con Juan Diego como protagonista, pero bastante mas fiel al original.
La obra fue escrita hacia 1592 y cierra la tetralogía que se completa con las tres partes de Enrique VI que narra la historia de la monarquía inglesa desde 1471 (muerte de Enrique VI) hasta 1485 (muerte de Ricardo III). El protagonista es dibujado como un asesino vil, deforme, ambicioso y corrupto, aunque parece que la realidad fue bastante distinta.





Ricardo, Duque de Gloucester, carece de principios. O más bien, tiene solo uno, tan deforme como su alma y su cuerpo: alcanzar y mantener el poder a cualquier costa. Víctimas de esta fijación mórbida, sin ningún tipo de arrepentimiento o piedad por su parte, serán sus dos hermanos mayores -rey y heredero natural al trono-, sus sobrinos, apenas unos niños, su esposa, su mejor aliado y cualquiera en la corte que no apoye su ambición.

El Ricardo que nos presenta Miguel del Arco en la figura de Israel Elejalde es una caricatura del poder. Un personaje que podría ser ridículo si no fuera que sus atrocidades no tienen ninguna gracia. Y carga las tintas en ese aspecto incorporando a la trama muchas referencias muy explicitas a la actualidad política, no solo pero si especialmente, la española. Lo malo es que en algunos casos esta incorporación deja atrás el humor ingenioso para caer en el brochazo y parece más propio de un teatro de variedades. Muchas de las referencias actuales están hechas con gracia e ingenio, otras no tanto. Por el escenario pasan desde Franco y su exhumación a las cacerias del Rey emérito, de Villarejo a las tesis plagiadas, los programas basura de Tv , los partidos políticos y sus principales representantes, algunos dirigentes internacionales empezando por Donald Trump... Se podría decir que no deja títere con cabeza.

En esa linea se realizan aquí varios cambios sobre la estructura original de la obra. Se encierra a un personaje por difundir rumores a la prensa,  se imaginan programas de telebasura que aúpan al poder al intrigante Ricardo con mentiras sobre su linaje y algún diálogo se transforma en entrevista para la prensa  cercana al poder.

Miguel del Arco y Antonio Rojano han adaptado la obra en una versión libre que potencia a los personajes secundarios y pone de manifiesto algo muy presente en el original: la comedia negra. Así Ricardo III se nos presenta plagado de envidias y manipulación, corrupción, luchas de poder, codicia, injusticia, fake news, engaños políticos, intereses partidistas… Lo que algunos consideran  un día normal en la vida pública de cualquier país en el siglo XXI.

Como recoge la nota de prensa del teatro, este Ricardo III lleva más lejos las convenciones teatrales que plantea el original, diseccionando su esencia con los ojos del presente para que los ecos de la tragedia resuenen hoy en día. Es un viaje a las cloacas del Estado que le toma al pulso al controvertido panorama actual, dominado por las fake news y Trump, los movimientos sociales, el Brexit, la memoria histórica, y la crispación y el populismo preelectorales, entre otros asuntos, para interpelar al espectador del presente. 

Miguel del Arco escribe en el dossier de la obra, “Ricardo intenta seducirnos con una mueca ensayada que parece la máscara de la comedia. Nos cuenta que la paz le aburre, que necesita vivir permanentemente en guerra, que quiere maquinar para acceder al poder, aunque no sepa qué hacer con él. Cada día en los informativos vemos ejemplos de tipos que harían pasar a Ricardo por un simple aficionado. Tipos que no son seductores, ni divertidos, pero que con toda seguridad desterraron la conciencia de sus países, ciudades, ayuntamientos. Que harían cualquier cosa por conseguir el poder tal y como hacen también todos los que rodean a Ricardo”.  

Estoy convencido de que la mayor parte de obras clásicas pueden tener una lectura que las relaciona con la actualidad. Y está bien que, en bastantes casos se adapten los textos para acercarlos y hacerlos mas asequibles al espectador de nuestros dias. Pero me parecen innecesarias las adaptaciones que ponen esto de manifiesto de manera tan clara como este Ricardo III. Incluso diría que es como tratar de tontos a los espectadores como si no pudieran darse cuenta por si mismo de los paralelismos. En cualquier caso me pareció mejor en la segunda mitad, cuando parece respetar más el original shakesperiano.

El montaje es sencillo, apenas un sillón de cuero en medio del escenario, y unos cortinajes que sirven de pantalla para las abundantes proyecciones. Y la utilización de un micrófono para diferenciar cuando se dirigen al público, lo que se llama romper la cuarta pared.




En la interpretación destaca Israel Elejalde, muy bien acompañado por los cuatro actores y dos actrices que componen el reparto desdoblando personajes en un alarde de ritmo y esfuerzo, aunque quizá excesivamente gritones en algunos momentos. Se trata de una nueva exhibición por parte de Elejalde de su capacidad como actor y de Del Arco como director de actores.



Merecen ser citados. Son Alvaro Báguena, Chema del Barco,Alejandro Jato, Verónica Ronda, Cristobal Suarez y Manuela Velasco. Recuerdo especialmente a Verónica Ronda que me sorprendió muy agradablemente en Ilusiones el año pasado en este mismo teatro. 



A pesar de las pegas expuestas, creo que es un espectáculo notable e interesante. En la representación a la que asistí el público aplaudió con ganas. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario