
El olvido que seremos.
Héctor Abad Faciolince
Editorial Planeta.
Últimamente, y con más fuerza en lo que llevamos de siglo, la narrativa novelística parece abandonar la ficción y se dirige más hacia la llamada autoficción, los escritores tienden a ser ellos y su entorno más cercano los protagonistas ; dentro de esta tendencia abundan los que nos cuentan las relaciones entre ellos y sus progenitores, algunas veces con afán revanchista, otras para lavar su propia conciencia, otras con el objetivo freudiano de "matar al padre" y otros como Abad Faciolince ,en este libro, que nos revelan la profunda conexión y el profundo amor entre padre e hijo.
"Yo amaba a mí papá con un amor animal. Me gustaba su olor y también el recuerdo de su olor, sobre la cama , cando se iba de viaje y yo les rogaba a las muchachas y a mi mamá que no cambiaran las sábanas ni la funda de su almohada. Me gustaba su voz, me gustaban sus manos, la pulcritud de su ropa y la meticulosa limpieza de su cuerpo. Cuando me daba miedo, por la noche, me pasaba a su cama y siempre me abría un campo a su lado para que yo me acostara. Nunca dijo que no. Mi mamá protestaba, decía que me estaba malcriando, pero mi papá se corría hasta el borde del colchón y me dejaba quedar. Yo sentía por mi papá lo mismo que mis amigos decían que sentían por la mamá. Yo olía a mi papá, le ponía el brazo encima, me metía el dedo pulgar en la boca, y me dormía profundo hasta que el ruido de los cascos de los caballos y las campanadas del carro de la leche anunciaban el amanecer."
Héctor Abad Faciolince, escritor colombiano, ha necesitado veinte años, para superar la muerte por atentado de su padre Héctor Abad Gómez y poder escribir este libro, como él mismo nos recuerda
Kafka desde el temor y el desarraigo escribió "Carta al padre" y no fue capaz de remitirsela nunca, Abad Faciolince ha escrito un libro hermoso y entrañable para alguien a quien amaba y admiraba y que no pudo leerle "este libro no es otra cosa que la carta a una sombra".
El libro se mueve entre el retrato biográfico intimista de Hector Abad Gómez y su familia y por otro en su vida profesional, acádemica y política ejercida en una democracia tan imperfecta y convulsa como la colombiana, que pasó en estos años70 y 80 de un sistema bipartidista entre conservadores y liberales, a la aparición de guerrillas de extrema izquierda, paramilitares de extrema derecha y la fuerte implantación del crimen organizado vinculado al narcotráfico.
Héctor Abad Gómez era médico, ensayista y político ligado al partido liberal, profesionalmente la medicina la ejercía desde la docencia, donde defendía las tesis de invertir en prevención de la salud pública, obras de alcantarillado, potabilización y depuración de las aguas, normativas de higiene, vacunaciones...en definitiva luchar contra la pobreza endémica, y lo denunciaba desde su cátedra, sus escritos en prensa ysus programas de radio, todo esto le convirtió en un enemigo de todos; los conservadores le consideraban un izquierdista peligroso y librepensador en materia religiosa y los izquierdistas le veían como un burgués tibio porque nunca defendió la lucha armada.
Lo cierto es que Héctor Abad Gómez fue para su hijo, héroe y maestro, tolerante, para él la mejor educación partía de ser feliz,luchó contra la pobreza, el dolor y los fanatismos y toda su vida bregó con sus propias contradiciones: cristiano de formación pero enemigo de los fundamentalismos, marxista en economía per enemigo de los totalitarismos y profundamente liberal en política, contradiciones que trataba de corregir en su hijo ,en la escuela Santo Tomás,San Agustín y Balmes en casa los ilustrados, Darwin, Kant, Borges y Bertrand Rusell.
Héctor Abad Gómez murió en atentado terrorista el 25 de Agosto de 1987, cuando era candidato para la alcadía de Medellin, cuando asistia al velatorio de otro asesinado de su partido, en el bolsillo de su chaqueta junto a una lista de amenazados apareció un poema atribuido a Borges titulado "Epitafio"
Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán, y que es ahora
todos los hombres, y que no veremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y del término.La caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los triunfos de la muerte, y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre.
Pienso con esperanza en aquel hombre
que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del Cielo
esta meditación es un consuelo.
Esta sipnosis es una parte de este libro, pero es solo una parte que espero induzca a su lectura,hay mucho más, hacía tiempo que no quedaba tan satisfecho de una lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario