Thomas, un joven neoyorkino (Callum Turner), un tanto desorientado, descubre que su padre (Pierce Brosnan) está teniendo una aventura con una atractiva joven (Kate Beckinsale). Tratando de acabar con esa relación para proteger a su madre, acabará involucrado sentimentalmente con ella, mientras su nuevo vecino, un curioso escritor (Jeff Bridges) trata de ser su mentor.
Una historia sobre amor y desamor, de educación sentimental de jóvenes desorientados y adultos tan desorientados como ellos. Con muchas raíces reconocibles, desde Woody Allen hasta El graduado a la que rinde homenaje con el apellido del protagonista, Webb, por Charles Webb, autor de la novela en la que se basó la película de Mike Nichols y que también es el apellido del director.
La película nos presenta las relaciones de Thomas con los diferentes personajes de la historia. Con Mimí, una amiga con la que le gustaría llegar a más, con su padre, un escritor frustrado convertido en editor de éxito, con su madre, que también arrastra su frustración, con la novia de su padre y con el vecino. De esta serie de relaciones vamos conociendo muchos detalles de la vida de Thomas y de su entorno, mientras le acompañamos en su desorientación y sus descubrimientos. Todo ello contado con cierto humor, lo que la convierte en una comedia agradable con un cierto regusto dramático.
En el reparto destaca Jeff Bridges aunque me da la sensación de que, quizá por ser productor de la película, se le ha dejado demasiado suelto y sobreactúa en algunos momentos. El resto cumple adecuadamente.
En conjunto me resultó agradable y agradecí que, en unos momentos en que en las películas parece que nadie se atreva a prescindir de metraje innecesario, su duración no llegara a los noventa minutos.
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