Coproducción hispano argentina dirigida por Lucas Figueroa, un director y guionista argentino que tuvo cierto éxito con un corto, Porque hay cosas que nunca se olvidan y con solo una película anterior, Viral, que no parece que fuera un éxito precisamente, pese a lo que ha conseguido financiación para esta comedia en la que lo más destacable es el reparto.
Una película que podía haber sido de acción, o de denuncia de las malas prácticas en las multinacionales o una comedia de infidelidades o... Y que se queda en nada por una tremenda falta de definición en sus situaciones y personajes. Lástima, porque cuenta con un buen reparto y un principio de historia que a falta de originalidad, resulta prometedor. Pero que después se va diluyendo en una trama empresarial mal desarrollada y dramas familiares y chistes un tanto previsibles. A destacar la presencia de Darío Grandinetti, el mejor de la película, Imanol Arias y Hugo Silva, lastrados por unos personajes mal definidos. Y unos secundarios exagerados y caricaturescos pero que muestran la calidad de los actores argentinos.
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