Dirigida por Denis Villeneuve, La llegada es, en mi opinión, una de las mejores y más interesantes películas que he visto este año. Está basada en un relato del escritor estadounidense de ciencia ficción Ted Chiang, Historia de tu vida, que forma parte de una colección de relatos publicados con ese título. A partir de ese relato, el guionista Eric Heisserer y el director, han desarrollado una historia que reúne a una mujer desolada por la muerte de su hija con la llegada de una serie de naves extraterrestres que estaban en el relato original para construir una hermosa, poética y esperanzadora película.
Sobre Denis Villeneuve he hablado en varias ocasiones en este blog en mis comentarios sobre Prisioneros, Enemy y Sicario, películas todas ellas, junto con Incendies, tan interesantes como algo faltas de redondear el resultado. Creo que en esta ocasión lo ha conseguido.
Cuando doce naves extraterrestres llegan a diferentes lugares de la Tierra, los gobiernos implicados tratan de averiguar cual es su objetivo para lo que en los diferentes paises se forman grupos de trabajo que, inicialmente, colaboran entre sí. En los USA, el ejército contrata a una experta lingüista (Amy Adams) y a un físico (Jeremy Renner) para formar parte del equipo. Conforme la mujer aprende a comunicarse con los extraterrestres, se nos irán descubriendo algunas claves y generando otras nuevas, en un interesante juego de tiempo y lenguaje.
La historia especula con la llegada a la Tierra de unas misteriosas naves espaciales y el contacto que se establece con dos de sus tripulantes por parte del equipo de la protagonista. En ese diálogo se juega con el lenguaje y la percepción del tiempo de forma que es posible conocer el futuro. Aunque sería más exacto decir que no se contempla el tiempo como algo lineal sino que pasado, presente y futuro se confunden en el mundo alienígena. Esto que así dicho es confuso, queda mucho más claro en la película y, sobre todo en el relato y da lugar a la aceptación por parte de la protagonista de un futuro poco complaciente. Todo esto está aderezado con una intriga, no existente en el relato original, en la que se crea una situación de tensión y drama dentro de ese proceso de comunicación, por la distinta actitud de los gobiernos implicados que lleva a una ruptura de la comunicación entre ellos y al peligro de una guerra.
Ese juego de lenguaje, percepción del tiempo y aceptación del futuro está muy bien narrado, con una inteligente utilización de los medios, y aunque la historia deja muchas incógnitas sin resolver, creo que encierra una serie de planteamientos que quedan flotando en la mente mucho tiempo después. Es cierto que se puede achacar a la película un cierto simplismo en sus soluciones, pero la verdad es que me gustó mucho.
A raíz de ver la película, he leído el breve relato en que se basa y me ha servido para constatar, una vez más, la gran diferencia entre los lenguajes literario y cinematográfico y lo bien que se complementan en esta ocasión, en una especie de cóctel entre 2001 (Kubrick), Contact (Robert Zemeckis), Encuentros en la tercera fase (Spielberg) y El árbol de la vida (Terrence Malick). Espléndido cóctel.
Una gran película, con una Amy Adams sobresaliente, que, estoy seguro, un segundo visionado tiene que enriquecer notablemente. Algo que, por cierto, es frecuente en las películas de Denis Villeneuve.
De un planteamiento conmovedor! Me encanta ella, el mensaje que propone del lenguaje (entre humanos, carente de verdad verdadera comunicación; con los alienígenas, toda una propuesta); los guiños filosóficos; la poesía en las imágenes y la solidez de la ciencia ficción. Y me gusta que sea una humana, y no los inteligentísimos extraterrestres (se supone), quien protagonice el descubrimiento de las vías de entendimiento!!!
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