jueves, 10 de noviembre de 2016

Cine:HISTORIA DE UNA PASION





Hace unos meses comentaba Ángel con entusiasmo una película dirigida por Terence Davis, Sunset song. Era en mi opinión, una muy notable película que nos contaba la historia de una mujer fuerte,  asaltada por todo tipo de desgracias, desde los excesos etílicos y violentos del padre hasta la pérdida del marido en la primera guerra mundial. Una historia de ausencia y desamparo. Un ejemplo de clasicismo que la llevaba a ser demasiado contenida y fría.

En Historia de una pasión (una pasión callada o tranquila en su titulo original) nos presenta a otra mujer un tanto especial, la poetisa norteamericana Emily Dickinson (1830-1886). Una mujer excéntrica que pasó gran parte de su vida recluida voluntariamente en su casa, e incluso en los últimos años, en su habitación. Su desprecio por las reglas gramaticales y estructura de la oración se adelantó notablemente a su tiempo. Lineas cortas, rimas consonantes imperfectas, puntuación poco convencional. Muchos verbos o palabras conectoras se omitían.  Nunca he leído nada suyo y dudo que puedan apreciarse sus poemas traducidos.

 Aunque escribió cerca de 1800 poemas, en vida solo se publicaron una decena, que además fueron alterados por los editores para adaptarlos a las reglas y convenciones poéticas. La publicación de su obra se debe a su hermana Vinnie. En sus versos se puede percibir el resentimiento contra una cultura que no dejaba ningún espacio a mujeres independientes como ella y el sufrimiento desde el que se enfrentaba a una obra que fue construyendo poco a poco y sin ningún reconocimiento.





La película nos introduce en el universo de la poetisa desde su  encierro en la casa familiar de Amherst (Massachusetts), donde Dickinson vivió voluntariamente recluida. Su única comunicación con el mundo exterior se dio a través de su familia, con la que siempre convivió y a la que amaba con devoción, incluido su padre, con quien Emily vivía en permanente desafío. La historia desde su infancia hasta convertirse en la famosa escritora que conocemos.

Al igual que ocurría en la anteriormente mencionada Sunset song, Terence Davis nos ofrece una narración clásica, sosegada, pero a la vez carente de emoción, demasiado contenida y fría. Al menos a mi no consigue transmitirme  la personalidad de la Dickinson. Y el caso es que la película me gustó, pero curiosamente, también me aburrió. Formalmente no se le puede poner ningún reparo. Y consigue transmitirnos un retrato de la sociedad que la rodeó. Pero, a pesar del buen trabajo de Cynthia Nixon como protagonista, la película me deja frío. La historia avanza mediante la lectura en off de algunos de sus poemas, de una musicalidad enorme (por supuesto hay que oírla en inglés para poder apreciar esto), aunque difíciles de asimilar con la lectura de los subtítulos. Tengo la sensación de que una segunda visión me permitiría apreciar las virtudes narrativas por las que ha sido casi unánimemente elogiada.  Pero no creo que me anime. Al menos hasta que la pueda ver en TV.

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