El autor vendió en 2003 su apartamento londinense y se trasladó con su familia a una casa en una localidad en el límite entre Inglaterra y Escocia, aprovechando unos precios más asequibles que los de Londres. El urbanita de clase media se topó con otro estilo de vida; en su calle, ha relatado, vivía mucha gente trabajadora y esa confrontación entre estratos social y culturamente distintos fue el caldo de cultivo de esta obra.
En este trailer está Natalia Verbeke que ha sido sustituida por Pilar Castro.
Una pareja con un estatus social y cultural de clase media alta (él un funcionario y ella una izquierdista de manual) se ve obligada, por la crisis económica, a trasladarse a un barrio más humilde de la periferia. Deciden entonces relacionarse con unos vecinos (un cartero y una recepcionista de clínica) para adaptarse a su nuevo entorno. Lo que en un principio parece una declaración de buenas intenciones acaba convirtiéndose en una pesadilla para las dos partes,
mostrando la crudeza de las relaciones entre personas de diferente estatus social y cultural, así como el daño que se pueden hacer entre ellas.
Con un principio que me recordó a Los vecinos de arriba y un desarrollo que, en algunos momentos se acerca a Un dios salvaje, Invencible nos muestra el enfrentamiento entre dos parejas con una concepción totalmente distinta de la vida. Emilia (Maribel Verdú) es una izquierdista de manual, tópica, llena de lugares comunes, mientras Julio, su marido (Jorge Bosch) le sigue la corriente sin el menor convencimiento. Estoy seguro de que existen parejas así, pero no consigo creerme su relación. Laura (Pilar Castro) y Pablo (Jorge Calvo) componen la otra pareja. Son personas bastante vulgares no solo desde el punto de vista de los anfitriones. Ella, ceñida y provocativa y él, un hincha futbolístico de barriga cervecera e imitador de Chiquito de la Calzada. ¿Por qué invitan a esta pareja, con la que no tienen nada en común? Porque en caso contrario, no habría obra.
El autor opone la condescendencia pedante de los primeros a la simplicidad hortera de sus invitados, dueños de un gato, el invencible del título, que juega un papel clave en el desarrollo de la obra. Esa oposición acabará mostrando las verdaderas personalidades de todos.
Todo esto está en la obra, pero tengo que decir que no me llegó. Los personajes son o tópicos (Emilia y Pablo) o falsos (Julio). Y el desarrollo de la acción con demasiados guiños en busca de la risa fácil. Está muy bien construida la escena del equívoco en la confesión de Julio, pero sin embargo el desenlace me pareció mal construido y desarrollado.
La dirección es de Daniel Veronese del cual he hablado en otras ocasiones. Tanto él como los intérpretes tienen que lidiar con un texto inferior a sus posibilidades. Y se han decantado en exceso por una línea de comedia que no me convence.
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