Belle es una película inglesa dirigida por Amma Asante, actriz, guionista y directora de color, con solo una película anterior a esta, The way of life.
Belle cuenta la historia de una joven mestiza, Dido Elizebeth Belle (Gugu Mbatha-Raw), la hija ilegítima de un Capitán de Marina que es criada por su tío abuelo, presidente del tribunal supremo, Lord Mansfield (Tom Wilkinson) y su esposa (Emily Watson). Y mientras su linaje le permite ciertos privilegios, su presencia provoca también problemas sociales,ya que vive en una Inglaterra que aún permite la esclavitud (1781) y no acepta la presencia de una joven negra entre los miembros de la nobleza.
'Belle' está inspirada en la historia de Dido Elizabeth Belle que junto a su prima Lady Elizabeth Murray convivió con la aristocracia durante el siglo XVIII y que representadas en un cuadro, estuvieron presentes en los pasillos del palacio inglés de Kenwood durante más de un siglo.
En este aspecto la historia recuerda las novelas de Jane Austen, con los problemas de herencias y la dificultad de casar a las hijas que no contaban con una dote, así como la visión que la sociedad tenía de la mujer. Pero en este caso con el añadido de que una de las jóvenes, la más afortunada y mejor situada económicamente, sea negra. Por una vez, no asistimos a la típica historia de esclavitud, sino que Belle ha sido bien educada, es culta y dispone de una renta, lo que la sitúa en una posición favorable respecto a su prima blanca con la que convive en la mansión de Lord Mansfield.
Por otra parte, Lord Mansfield está obligado a dictar sentencia respecto a un pleito generado por la reclamación de los armadores de un barco esclavista al seguro por haber tenido que arrojar al agua a una gran cantidad de esclavos durante la travesía. La presencia de un aspirante a abogado interesado en el caso, da lugar a que Belle se interese por el mismo y tome conciencia de lo que la esclavitud supone para las personas de su raza, además de enamorarse de él.
Tanto los personajes como el pleito entre armadores y la compañia de seguros existieron en la realidad, aunque aquí han sido convenientemente convertidas en historia cinematográfica.
Lo cierto es que la película me sorprendió favorablemente. Está bien desarrollada, con unos buenos interpretes, un inglés perfecto. Aunque algunos personajes rozan la caricatura y la resolución del pleito queda muy novelesca, me gustó. Tiene ese aire de las producciones inglesas, con muy cuidada ambientación.
La historia, en lo que hace referencia a la esclavitud me hizo recordar la novela con que iniciamos el curso pasado, El gobernador (curiosamente el barco objeto del pleito, zarpó de la isla de Santo Tomé), y me ha parecido mucho mas interesante que la mencionada novela.
La historia del pleito es la siguiente:
El Zong zarpó de la isla de Santo Tomé, en la costa occidental de África, el 6 de septiembre de 1781 con 442 esclavos y una tripulación de 17 miembros con rumbo a Jamaica. Cargaba muchos más esclavos de lo normal para un barco de su tamaño.
El viaje se prolongó mas de lo habitual (unos 2 meses). El hacinamiento, la desnutrición y las enfermedades comenzaron a hacer mella entre los esclavos y la tripulación: 60 esclavos y 7 miembros de la tripulación murieron. Cuando el capitán se dio cuenta de que habían cometido un error de navegación y que todavía tardarían casi un mes más en llegar a su destino comenzó a hacer cuentas, si los esclavos seguían muriendo o enfermaban perderían unas 30 libras por cabeza. El seguro que habían suscrito los armadores aseguraba la pérdida, captura o muerte (naufragio, abordaje o revuelta, por ejemplo) de los esclavos, pero se exceptuaban los casos de muerte natural, por enfermedad o suicidio. Entonces propuso a la tripulación tirar por la borda a los esclavos enfermos. De esta forma, y utilizando el principio por el que un capitán podía desechar parte de la carga con el fin de salvar el resto, eliminaba los esclavos enfermos que no los habría cubierto el seguro. La justificación fue que no tenían suficiente agua para cubrir las necesidades de carga y tripulación. Durante varios días se fueron tirando esclavos por la borda; al principio, mujeres y niños y, más tarde, los hombres… 133 en total.
A finales de diciembre el Zong llegaba a Jamaica con 208 esclavos. Después de venderlos, los armadores reclamaron a la aseguradora 4.000 libras por los esclavos perdidos. La aseguradora se negó a pagar por considerarlo “un mal manejo de la carga” y el caso llegó a los tribunales… no por el asesinato de 133 personas, sino por si la aseguradora debía indemnizar al armador. En 1783 comenzó el juicio en Londres, sin el diario de a bordo, se perdió misteriosamente, y sólo con las declaraciones de la tripulación. En este primer juicio, el jurado dio la razón a los propietarios del Zong. Sin embargo, la compañía de seguros apeló y pidió que el caso fuese juzgado ante la Corte Suprema.
A finales de diciembre el Zong llegaba a Jamaica con 208 esclavos. Después de venderlos, los armadores reclamaron a la aseguradora 4.000 libras por los esclavos perdidos. La aseguradora se negó a pagar por considerarlo “un mal manejo de la carga” y el caso llegó a los tribunales… no por el asesinato de 133 personas, sino por si la aseguradora debía indemnizar al armador. En 1783 comenzó el juicio en Londres, sin el diario de a bordo, se perdió misteriosamente, y sólo con las declaraciones de la tripulación. En este primer juicio, el jurado dio la razón a los propietarios del Zong. Sin embargo, la compañía de seguros apeló y pidió que el caso fuese juzgado ante la Corte Suprema.
En este segundo juicio, en el que la aseguradora presentó pruebas de que en el barco había agua más que suficiente, se presentó el abolicionista inglés Granville Sharp solicitando que el caso a tratar era el asesinato de 133 personas. El presidente de la Corte Suprema,Lord Mansfield, ante las nuevas pruebas acusó a la tripulación de negligencia por tirar a los esclavos teniendo agua suficiente (“mal manejo de la carga”) y anuló la sentencia anterior dando la razón a la aseguradora… pero desestimó tratar el caso como asesinato (puso como ejemplo que sería lo mismo que si la carga hubiese sido de caballos).
No obstanta la masacre del Zong, se utilizó como ejemplo de la depravación humana, para concienciar a la opinión pública y presionar al gobierno. Por último, en 1807, Gran Bretaña abolió el comercio de esclavos. Lamentablemente, la trata de esclavos no terminó y la multa de 100 libras, que la Royal Navy imponía por cada esclavo encontrado a bordo de un barco, siguió justificando tirar los esclavos por la borda.
Este episodio inspiro un cuadro del pintor ingles William Turner, El denominado Barco de esclavos.
Este episodio inspiro un cuadro del pintor ingles William Turner, El denominado Barco de esclavos.
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