Ganadora de la Concha de plata a la mejor actriz del último festival de San Sebastian, Marian Alvarez era hasta entonces una perfecta desconocida para mi. He investigado un poco y he sabido que había interpretado en 2007 Lo mejor de mi, dirigida por Roser Aguilar, (película que no debió tener mucha difusión en su momento y que no he visto), siendo premiada en el Festival de Locarno. Tuvo además algún premio y nominación en revistas nacionales. Parece que es habitual en algunas series de televisión y ha aparecido en algunas películas más.
La herida es Marian Alvarez. A lo largo de toda la película la cámara la sigue, casi siempre en plano corto, para contarnos la historia de Ana, una mujer cerca de los 30 que se siente útil y satisfecha en su trabajo
rutinario como conductora de ambulancias, ayudando a otros que no pueden valerse por si mismos. Sin embargo, fuera de su jornada laboral, Ana es intratable, tiene
serios problemas para relacionarse, socialmente torpe, incluso
agresiva, con las personas más cercanas y queridas y no puede
controlar sus emociones. Su
conducta es además autodestructiva, llegando a autolesionarse y sentirse cada vez más culpable y aislada. A través de la sinopsis de la película puede saber el espectador que se trata de un caso de Trastorno límite de la personalidad, pero ni esto se menciona en la pantalla ni sabemos si está siendo sometida a algún tipo de tratamiento. Solamente la vemos tomar algún medicamento indeterminado, si bien intuyes que su carácter insoportable debe tener una causa.
El director es Fernando Franco, montador con muchos años de experiencia (es el responsable del montaje de Blancanieves, la tan galardonada película española del año pasado) con varios cortos en su haber, si bien este es su
primer largometraje, un duro documento sobre un personaje con un
trastorno psicológico cuyos cambios de
personalidad le impiden una relación «normal» con los demás. Mediante planos secuencia nos presenta a una mujer en tensión permanente, infeliz,
antipática, que tiene su propia carne llena de heridas y quemaduras de cigarro
que ella misma se hace, que mantiene conversaciones telefónicas con su pareja
llenas de reproches, amenazas y cambios de humor.
Sobre el personaje, ha comentado:La gente que padece este trastorno
necesita sentirse útil, eso les proporciona una dosis del afecto que reclaman
porque no lo tienen en casa ni en ningún otro sitio. Es una pauta de la gente
que tiene este tipo de trastorno, les gusta trabajar en ONG’s o en sitios de
cara a la sociedad.
Como he dicho la película está rodada en planos secuencia ya que según declara: Me interesa trabajar en tiempo real con los actores. La interpretación de un actor me parece más genuina cuando no hay que repetir la secuencia desde diferentes ángulos. Con los cambios de carácter que tiene el personaje, rodar en tiempo real, hace que ella pueda volar, que se pueda lanzar con toda la intensidad desde el primer momento. Por otro lado, como director, me interesa buscar la mejor manera de rodar una secuencia. Me estimula el riesgo para trabajar. Busco la manera de contar la historia en un solo plano sin posibilidad de luego poder hacer un arreglo en el montaje, teniendo así un compromiso total con la secuencia.
A pesar de que se trata de una película bien rodada e interpretada, tras su visión te preguntas hasta que punto es una película con una mínima carrera comercial. O como han dicho algunos críticos, ¿a quien le puedes recomendar que la vea?
No hay comentarios:
Publicar un comentario