jueves, 1 de septiembre de 2016

Cine: CAFE SOCIETY


Nos llega la cita anual con Woody Allen. Creo que desde que en 1977 dirigió Annie Hall, no ha dejado ningún año de estrenar película dirigida por él. Esta es la número 47 de su carrera, si hemos de hacer caso a la información que se ha facilitado sobre ella-

A mi me pasa con sus películas algo parecido a las cenas de amigos a los que vemos muy de vez en cuando. Sabemos las bromas que vamos a hacer, las anécdotas que vamos a contar, todas parecen una repetición de las anteriores y, sin embargo, las celebramos con agrado. No es que las películas de Allen sean todas iguales. Más bien todo lo contrario. Pero sí que hay una serie de lugares comunes reconocibles entre ellas y que, en bastantes casos, sobre todo en los últimos años, se echa en falta en sus historias algo de contenido.






Hollywood, años 30. Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg) es un joven de una familia judía del Bronx de Nueva York que decide abandonar su mundo para buscar sus sueños en Los Ángeles. Allí espera la ayuda de su tío Phil (Steve Carell), uno de los agentes más poderosos de Hollywood. Será allí donde conozca a Vonnie (Kristen Stewart), la secretaria y amante de su tío, de la que se enamorará. Se establecerá un triángulo amoroso con rupturas, mentiras y el desengaño final que le hará volver a Nueva York donde empieza a trabajar para su hermano mayor, un gangster que ha abierto un club nocturno. Bobby consigue  convertirlo en el sitio de moda de la ciudad. Un tiempo después, ya casado y padre, volverá a encontrarse con su tio y Vonnie. Todo ello aderezado por el  contexto del Hollywood y el Nueva York de los años 30, los locales de jazz, y también por la presencia de algunos personajes fuera de la ley. 

El término Café society se refiere a los miembros de la alta sociedad, aristócratas, artistas y famosos, que se reunían en cafés y restaurantes de moda en Nueva York, París y Londres a finales del siglo XIX y principios del XX. El término se hizo popular en el Nueva York de los años 30, tras el fin de la Ley Seca y la aparición de la prensa amarilla, que cubría con avidez a los integrantes de esa Café society. Por aquel entonces, había docenas de clubes deslumbrantes en Nueva York. Cada noche, los famosos lucían sus mejores galas y hacían el circuito desde los clubes de jazz de Greenwich Village a locales legendarios de los alrededores del centro, y en Harlem, el Cotton Club. Actividades nocturnas con políticos, debutantes, playboys y la gente que engaña a sus respectivas parejas. desde estrellas de cine, millonarios y playboys a profesores, chicas de la calle y mafiosos. "Esa época siempre me ha fascinado", dice Allen. "Fue uno de los momentos más apasionantes de la historia de la ciudad, con una tremenda vida teatral, vida en los cafés y restaurantes". 
En ese entorno situa Allen ese triángulo sentimental, además de un retrato familiar que nos remite a otras películas suyas como Dias de radio

El problema de la película es, en mi opinión, que existe un notable desequilibrio entre sus partes. Me gustó el tratamiento de las relaciones sentimentales entre Bobby y Vonnie,  y la evolución de esta, pero me parece que el personaje del tío daba para más. Y me pareció penoso el personaje del hermano gangster y los gags un tanto desafortunados y previsibles sobre su actividad. Tampoco me pareció bien integrado el entorno familiar de los padres y hermanos. Ni el personaje de la esposa de Bobby. Y me encantó la secuencia final y la fotografía de Vittorio Storaro. Un maestro que ha trabajado con Coppola, Bertolucci y Carlos Saura. Y el excelente plano final.

Jesse Eisenberg es, en la primera parte, un "alter ego" del director en un papel que hubiera sido suyo hace unos años. Correcto en general. Le recuerdo de La red social. Steve Carell no me había gustado nunca hasta Foxcatcher y La gran apuesta. Ahora repite con Allen, con quien ya había trabajado en Melinda y Melinda, y empieza a resultarme soportable. Kristen Stewart me había gustado en Siempre Alice y aquí me parece lo mejor de la película. Además es muy guapa. 

En resumen, que Café society me decepcionó un poco en su conjunto, pero tiene bastantes momentos que valen la pena. Además, es de un amigo.

Os dejo aquí un enlace con la columna de David Trueba en El País que expresa mucho mejor que yo el sentimiento que le (y me) despiertan las películas de Woody Allen.   Un amigo por David Trueba

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