lunes, 21 de marzo de 2016

Cine: CALLE CLOVERFIELD 10


Película de intriga dirigida por el desconocido Dan Trachtenberg, autor de dos breves cortos como toda experiencia anterior. Pero quien realmente parece ser el responsable de la película es J.J.Abrams, su productor. J.J.Abrams ha dirigido dos películas de la nueva saga de Star Trek (2009 y 2013), la última entrega de Star Wars, Super 8 (2011), tras debutar en la dirección con la tercera entrega de Misión imposible (2006). Fue el creador de la serie Perdidos que entre 2004 y 2010 ocupó con notable éxito las pantallas de los televisores en todo el mundo.


Michelle sufre un aparatoso accidente de automóvil cuando parece huir de su pareja tras una discusión. En la radio del coche se oyen noticias sobre unas misteriosos anomalías eléctricas que están provocando cortes de energía en todo el país. Cuando despierta, se encuentra encerrada en un sótano. Alguien ha curado sus lesiones, le ha puesto suero y la ha esposado. Su secuestrador, Howard (John Goodman), le informa de que un ataque ha dejado el planeta inhabitable y que tan solo en la seguridad del refugio se encuentran a salvo. 
En el refugio también está un joven vecino de Howard, Emmett, que le ayudó a construirlo y que cuenta que, después del ataque, consiguió ser admitido en el, lo que parece confirmar la versión de Howard sobre un ataque químico que ha matado a todos los habitantes y ha hecho el aire irrespirable. Pero Howard es un personaje un tanto extraño, y en su historia existen una serie de puntos oscuros que hacen desconfiar a Michelle de sus verdaderas intenciones y se plantea salir del encierro como sea.

La película está bien narrada y transmite el desasosiego que genera el personaje de Howard, del que no sabemos si es un paranoico bienintencionado, benefactor de los dos jóvenes o un pervertido secuestrador con aviesas intenciones. Un personaje que podía ser una continuación del de Michael Shannon en Take shelter (Jeff Nichols 2011), un alucinado soñador que no sabe si sus pesadillas son fruto de una enfermedad mental o verdaderas premoniciones, y se esconde en su seguro refugio antitornados para afrontar una eventual tormenta apocalíptica.

Pero lo que podía haber sido una película de intriga claustrofóbica, evoluciona hacia una historia de extraterrestres agresivos, lo que parece muy del gusto de Abrams,  con un final muy poco consistente, heredero, al parecer, de otra sus producciónes,  Cloverfield (2008) estrenada en España como Monstruoso, de la que no tenía noticia de su existencia.

En resumen, una película que no termina de definirse entre la intriga inicial, muy eficazmente desarrollada, una situación posterior de desconfianza normalizada entre el secuestrador y los secuestrados, que va perdiendo interés, y una parte final que desemboca en una historia de extraterrestes muy poco atractiva y bastante mal resuelta. Y John Goodman está muy bien, como siempre.

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