MONÓLOGO DE MOLLY BLOOM (16/17 de junio de 1904)
(ULISES) – JAMES JOYCE
Relación de Molly con Boylan (su amante)
En el momento en que tiene
lugar este monólogo , Molly es una mujer de 34 años, de temperamento fogoso,
vital. Está casada pero desde hace 10 años no mantiene relaciones sexuales con
su marido. La muerte de su hijo Rudy Bloom a los 11 días de nacer pudo ser el
motivo este alejamiento.
En las horas previas al
amanecer del día 17, la llegada de su marido la despierta. En la cama, tendida junto
a él,Molly, en un atropellado fluir de pensamientos da rienda suelta a su
imaginación y a su memoria.
(…) me gustan las flores
me gustaría tener toda la casa nadando en rosas Dios del cielo no hay nada como
la naturaleza las montañas salvajes después el mar y las olas precipitándose
luego el campo encantador con sembrados de avena y trigo y toda clase de
cosas…
Piensa y recuerda todas
las cosas que ha hecho en su vida y todo lo experimentado y sentido cada vez
que ha conocido a un hombre.
Este torrente de
pensamientos y sensaciones da lugar a un
texto sin inhibiciones, sin cortapisas, sin auto-censuras ante las relaciones
con los hombres, con su sexualidad y en general ante todos los recuerdos de su
vida.
Mantiene una relación
personal y profesional con Blazes Boylan. Molly es cantante lírica y Boylan es
su representante o manager, al mismo tiempo que amante.
(…)Sí me dijo que yo era
una flor de la montaña sí entonces somos flores todo el cuerpo de una mujer si
ésa fue la única verdad que me dijo en su vida y el sol brilla para tí hoy sí
por eso me gustaba porque vi que entendía o sentía lo que es una mujer…
Este fluir de la memoria
nos va conduciendo poco a poco hacia su marido para enterarnos, finalmente, que
lo prefiere por encima de Boylan.
Aunque ansia o fantasea
con otra nueva experiencia de excitación sexual que Boylan le ha provocado, su
marido sigue siendo para ella el único hombre que ha conocido realmente y el
único, también, que ella cree que la ha entendido.
Molly. En un momento determinado,
adivina o percibe que su marido ha tenido una eyaculación ese día y ello la
lleva a recordar todas sus infidelidades. Pasa entonces a considerar las
diferencias entre el dotado Boylan y Bloom en términos de atributos sexuales.
También vienen a su memoria los admiradores de antes y los de ahora.
Recuerda el tiempo en que
su marido le sugirió posar desnuda por dinero y su pensamiento vuelve a Boylan
y al orgasmo que tuvo con él horas antes.
“(…) no hay educación ni
modales ni nada de nada en su naturaleza dándome un cachete por atrás de esa
manera en el culo porque no lo llamé Hugh el ignaro que no distingue la poesía
de una berza eso es lo que consigues por no ponerlos en su sitio quitándose los
zapatos y los pantalones ahí mismo en la silla delante de mí con toda la
caradura sin ni siquiera pedir permiso campándole eso de una manera tan vulgar
en esa medio camisa que llevan para que se les admire como a un cura o a un
carnicero…
El silbido de un tren la
lleva a los años vividos en Gibraltar, cuando su aburrimiento y su soledad la
habían inducido a escribirse cartas a sí misma e imagina recibir una carta
amorosa de Boylan.
De repente, siente que ha
empezado con el periodo, lo que significa que sus encuentros con Boylan no han
provocado un embarazo.
Piensa en despertar a su
marido por la mañana y hablarle de sus relaciones con Boylan para hacerle
comprender su culpabilidad en ello. Sus celos la llevan a preguntarse con quién
y donde habrá estado esa noche. No se puede hablar de adulterio porque ambos
conocen sus infidelidades.
Molly, a mi juicio, es una
mujer que sacia sus instintos como puede, pero que, en realidad, es mentalmente
fiel a la figura de su marido.
Vuelve a Gibraltar y rememora
el tiempo en que ella era una flor de
montaña. Rememora su propuesta de
matrimonio y rememora o se repite a sí misma ese sí quiero sí, con el que
termina el monólogo.
Molly es un ser que
expresa toda la fuerza afirmativa de una mujer que desea y ama con una entrega
sin reservas, Ama y quiere ser amada. Es la fuerza de la naturaleza, unas veces
tierna y otras terriblemente desenfrenada. Es la naturaleza en su plenitud.
Me parece muy acertada y muy bien desarrollada tu entrada sobre Molly Bloom, Enhorabuena María José.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu comentario. Lástima que no todos se animen
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