martes, 1 de mayo de 2018

Cine: ISLA DE PERROS


Wes Anderson es un más que interesante director que ha creado un mundo visual perfectamente reconocible. Su pelicula anterior, Gran Hotel Budapest fue, probablemente la más imaginativa del año de su producción (2014). Ganadora de cuatro Oscar, nominada a mejor película, director y guion, en mi opinión, pudo haber sido perfectamente la película ganadora. (Lo fue Birdman).

Isla de perros es una película de animación, rodada en stop motion, una técnica que consiste en una sucesión de imágenes fijas que, una detrás de otra, crean ilusión de movimiento. Es decir, unos fotogramas que al juntarse convierten a los objetos estáticos retratados en animados. En esa técnica está rodada,por ejemplo, Anomalisa, Pesadilla antes de Navidad o Wallace & GromitPuede ser realizado con marionetas, con plastilina, con objetos rígidos en movimiento, con tantas formas como imaginación se tenga. 

La película gano el Oso de plata a la mejor dirección en el pasado Festival de Berlin y debería ser firme candidata al Oscar de animación.


 La película cuenta la historia de Atari Kobayashi, un niño de doce años. Este es el pupilo del corrupto alcalde Kobayashi, quien dicta la orden de desterrar a todas las mascotas caninas de la ciudad de Megasaki a la Isla Basura. El pequeño Atari cruzará el río que los separa a bordo de su aeronave turbo hélice junior, emprendiendo la búsqueda en solitario de su perro, Spots. Una vez allí, con la ayuda de sus nuevos amigos caninos, comenzará una odisea  que decidirá el futuro y el destino de la mismísima Prefectura.

“Queríamos hacer algo medio futurista, y se nos ocurrió la idea de una película en torno a los perros. Siempre me han llamado la atención los perros que viven entre los vertederos, la construcción de un mundo a partir de perros abandonados como telón de fondo. El contexto japonés se debe a que queríamos hacer algo realmente inspirado por las películas japonesas, por lo que acabamos mezclando la peli de perros con el elemento japonés”, ha declarado el director.

Tiene además una lectura política, un gobierno corrupto y salvaje que echa fuera de sus fronteras a los "otros" y les condena a morir en una isla donde solo hay basura y de la que no podrán salir jamás, es el enemigo de los protagonistas de esta historia, dispuestos a pelear para reconquistar su libertad.

Todo esto está bien narrado, con el estilo visual de Anderson y acompañado por la música de Alexander Desplat, reciente ganador del Oscar, lo que da lugar a una película entretenida, muy rica visualmente. Perfecta para pasar un rato agradable y susceptible de ser disfrutada por todos los públicos.

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