martes, 24 de abril de 2018

Teatro: CONSENTIMIENTO


En el teatro Valle Inclán de Madrid, el Centro dramático nacional presenta la obra Consentimiento, original de Nina Raine en versión y dirección de Magüi Mira. 

Nina Raine es una dramaturga y directora inglesa. Desciende de una familia dedicada a las letras y es nieta del novelista ruso Boris Pasternak, el autor de Doctor Zhivago. Desde que debutó en 2006 ha estrenado varias obras, que suelen tener contenido social y tratar problemas de la vida cotidiana. No me consta que se hayan estrenado en España. Consentimiento se estrenó en el National Theatre de Londres en marzo de 2017, con buenas críticas y éxito de público.

La adaptadora y directora Magüi Mira, destacó como intérprete en 1980 con La noche de Molly Bloom, una adaptación del monólogo de este personaje del Ulises de Joyce. Desde 2012 se ha pasado a la dirección, aunque la recuerdo interpretando La anarquista, de David Mamet con Ana Wagener en el Español en 2013. Dirigió Kathie y el hipopótamo de Vargas Llosa en el Matadero, con Ana Belén, ese mismo año. 



Siete personajes, un matrimonio de abogados, otro de una editora y un abogado, un amigo fiscal y una amiga actriz que se emparejan y una mujer que busca la condena de su violador. Dos de los hombres actúan como fiscal y defensa en el caso de la mujer violada. A lo largo de 15 escenas, vemos la evolución del caso y, sobre todo, de las relaciones entre las diferentes parejas. Matrimonios que se rompen, nuevas parejas que surgen... 

Aunque la obra se ha presentado, sobre todo, como el tratamiento legal del delito de violación, la violación dentro del matrimonio, el consentimiento en las relaciones sexuales, y la diferente visión entre ley y justicia en estos casos, en mi opinión el tema fundamental son las relaciones de pareja, la infidelidad y la reflexión sobre la empatía en las relaciones humanas, en todos los ámbitos. No trata de la violencia hacia las mujeres, aunque esta idea puede que se haya utilizado para potenciar el interés sobre la obra, sino sobre emociones, errores, arrepentimiento, ¿reconciliación?... Relaciones de pareja y amor, en definitiva.

La obra trascurre en el tiempo presente, en un ambiente urbano sin especificar,  la acción se desarrolla a lo largo de varios meses y, aunque situada originalmente en Inglaterra, las consideraciones y la terminología legal son aplicables a España, según dice la directora, que ha contado con una asesora legal.

La obra es interesante, aunque en su desarrollo pesa demasiado su larga duración (2h y 40m.) Los personajes están bien construidos, mejor los femeninos, con muchos vaivenes emocionales y buenos diálogos, pero creo que se podía haber podado un poco el texto. 

La escenografía es de Curt Allen Wilmer. Se desarrolla en un espacio central rodeado por las gradas de los espectadores. Creo que se podía haber mantenido la estructura normal del escenario. Aunque las acotaciones de la autora ubican las diferentes escenas en espacios realistas, tres casas diferentes, un juzgado, un café, etc, el escenógrafo ha optado por centrarse en un elemento para convertirlo en la clave de la propuesta: la caja de cartón que se utiliza en las mudanzas, ya que la pareja formada por Kitty y Eduardo acaban de mudarse. Por lo tanto se puede hablar de dos zonas espaciales. La zona trasera, un gran muro de cajas en el que esperan su turno de actuación e incluso se cambian de vestuario los actores. Y el espacio vacío donde se desarrolla la acción. Interesante su planteamiento.




La puesta en escena de Magüi Mira ha introducido una coreografías como transición entre las diferentes escenas. Pequeñas danzas que, supongo, tratan de expresar la locura del mundo (nuestro mundo) en que la acción se desarrolla  pero que, en mi opinión, no aportan nada y que contribuyen a alargar la representación.


En general me gustó la interpretación, especialmente las actrices, Nieves de Medina como la mujer violada, Candela Peña, María Morales (es la tercera vez que la veo esta temporada y siempre destacable) y Clara Sanchís, aunque el personaje de esta última es el menos interesante, sobre todo en la primera parte y creo que su interpretación se resiente de eso. A los actores, David Lorente, Jesús Noguero y Pere Ponce les vi a inferior nivel, también porque sus personajes son peores.

En conjunto, una función apreciable, un texto con interés pero excesivamente larga.

  

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