Desde que en 1995 presentara sus primeros cortos, Javier Fesser ha desarrollado una serie de cortos y largometrajes, marcados habitualmente por un juego un tanto surrealista y absurdo, con un tratamiento derivado de los TBOs y comics. Títulos como El milagro de P.Tinto y los dos sobre Mortadelo y Filemón lo ponen de manifiesto. Incluso Camino, su premiada película de 2008, con una visión un tanto crítica sobre el Opus, creo recordar que discurría por esos caminos.
Algo de eso sigue habiendo en Campeones, una película que se centra en los valores humanos de un grupo de discapacitados, capaces de ganar el respeto, la admiración y el cariño de un descreído y problemático entrenador de baloncesto.
Marco, un entrenador profesional de baloncesto en medio de una crisis personal, se ve obligado, tras un accidente de automóvil, a entrenar a un equipo compuesto por personas con discapacidad intelectual. Lo que comienza como un problema se acaba convirtiendo en una lección ya que, cuanto más tiempo pasa con ellos, más se da cuenta de que son felices, más allá de sus limitaciones.
La película está bien, sin caer apenas en ternurismos. Pero tropieza con un problema, el trailer y las numerosas promociones en informativos y programas especializados de TVE hacen que muchos de los gags estén no solo vistos sino muy vistos, lo que les quita eficacia. Hay que destacar la presencia de auténticos discapacitados interpretando a los personajes, lo que les provoca una gran verosimilitud. La verdad es que consiguen despertar no solo nuestra simpatía sino nuestra admiración. Jesús Gutiérrez es Marco. Es muy buen actor pero, en mi opinión, está repitiéndose demasiado. Cuando veía a Marco, veía al personaje de la serie "Estoy vivo". Creo que está capacitado para hacer personajes e interpretaciones diferentes sin caer en el encasillamiento. No conocía a Athenea Mata que interpreta con eficacia a la mujer del entrenador. Y me llamó la atención ver a Luisa Gavasa en el pequeño papel de madre del protagonista, resuelto con su calidad habitual.
En conjunto se trata de una película notable, con un guión que, en ocasiones, va por caminos demasiado fáciles, manipulando nuestros sentimientos, pero que sabe salirse de ellos. Un canto a la humanidad de sus personajes, mucho más normales, nos viene a decir, que los que somos considerados normales.
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