Penélope y las doce criadas.
Editorial Salamandra,
Margaret Atwood es una prolífica escritora canadiense, nacida en 1939, defensora de los derechos humanos, profesora, activista política y una ecologista convencida y militante, muy galardonada durante su carrera recibió el premio Príncipe de Asturias de las letras en el año 2008 "
Por su espéndida obra literaria que ha explorado diferentes géneros con agudeza e ironía y porque ella asume inteligentemente la tradicción clásica, defiende la dignidad de las mujeres y denuncia denuncia situaciones de injusticia social.
Muchas novelas han podido leerse en castellano, en menor porcentaje sus libros de poesía, ensayo o literatura infantil, el premio Príncipe de Asturias y las recientes adaptaciones a series televisivas de la dístópica "El cuento de la criada" (1985) y de la documental "Alias Grace" (1996) están revitalizando su obra.
" Hijo mío, mi ánimo está atónito en mi pecho, y no soy capaz de pronunciar ninguna palabra ni preguntar ni mirarle de frente a la cara. Pero si de verdad es Odiseo y está de regreso en casa, sin duda nosotros nos reconoceremos mutuamente y del mejor modo.Tenemos, pues unas señas secretas que nosotros dos sabemos y nadie más". .Canto XXIII.
"Y las esclavas recogían los despojos y los echaron fuera. Después que hubieron puesto en orden toda la casa, sacaron a las esclavas de la confortable sala, y entre la rotonda y el recinto bien murado del patio las empujaron hasta un rincón estrecho del que no cabía escapatoria. Y a ellos les dijo el muy juicioso Telémaco : No quisiera privarles de la vida con una muerte limpia a estas que han vertido infamia sobre mi cabeza y la de mi madre, y se acostaban con los pretendientes.
Así dijo, y enlazando la soga de un navío de azulada proa a una elevada columna rodeó con ella la rotonda tensándola a una buena altura, de modo que ninguna llegara con los pies al suelo. Canto XXII. Odisea--Traducción Carlos Garcia Gual.
En Penélope y las doce criadas Atwood se acerca al mundo clásico y mítico de la Odisea, centrándose más en la figura de Penélope y más allá de la versión homérica, también cuenta para ella todos los antecedentes "orales " anteriores que dan versiones muy diversas, muchas de ellas recogidas en la
"Biblioteca mitólogica de Apolodoro" y otro material más comtemporáneo como
" Los mitos griegos" de
Robert Graves", con todo ello la autora pone del revés los mitos reinterpretándolos desde la mirada femenina y feminista de una Penélope que abandona su muy ponderada prudencia y sensatez y desde la libertad que le dá estar muerta decide ajustar cuentas con su pasado con agudeza e ironía virtudes que se reconocían en el acta del Premio Príncipe de Asturias.
La obra está compuesta de un prólogo ,de la propia autora, de ventiocho apartados y un epílogo; mejor que apartados deberíamos llamarlos "escenas" pues la arquitectura es completamente teatral más exactamente de teatro clásico griego entre la tragedia y las comedias de Aristófanes, en estas escenas se alternan los monólogos de Penélope con las del coro de sirvientas.
De las ventiocho escenas ,diez y el epílogo corresponden al coro de las doce criadas asesinadas ,que funcionan como réplicas a los monólogos de Penélope, en ellos va repasando desde su infancia a su reencuentro con Odiseo trás la guerra de Troya, pasando por su arreglada boda, el nacimiento de Telémaco, sus sueños ,su soledad en los veinte años de espera, sus no muy claras relaciones con los pretendientes ......todo ello tratado con una fina ironía : de su padre el rey Ícaro avaro que intentó ahogarla, de su madre una náyade hermosa pero insensible, de ellos aprendió que debía cuidarse por si misma, de Odiseo que era astuto,tramposo,mentiroso , rústico que se las daba de listo, falto de escrúpulos y fisicamente de piernas cortas ,Ítaca era un islote poblado de cabras, Helena coqueta, vanidosa, lujuriosa e insoportablemente hermosa, Télemaco hosco y desconsiderado , y las doce criadas sus fieles alcahuetas ¿cul pables o inocentes?...
Fragmento de la escena 10 - Coro- El nacimiento de Telémaco-
A él lo engrendaron ; nosotras simplemente aparecimos,
como los azafranes en primavera, las rosas, los gorriones engendrados
en el barro.
Nuestras vidas estaban entrelazadas con la suya; nosotras también
eramos niñas.
Cuando él era un niño
eramos sus mascotas y sus juguetes, sus hermanas de mentira sus
pequeñas compañeras.
crecíamos, igual que él, y corríamos igual que él´,
aunque más sucias, más bronceadas.
Él nos consideraba suyas, para lo que se le antojara;
para servirle y darle que comer, para lavarlo, para distraerlo
para mecerlo hasta que quedara dormido en peligrosos barcos que
éramos nosotras
mismas.
No sabíamos, mientras jugabamos con él en la playa
de nuestra rocosa isla, cerca del puerto, que apenas alcanzada la
adolescencia nos
iba a matar a sangre fría.
Penélope y las doce criadas quizás no esté a la altura de otras obras, la autora reconoce que fué una obra de encargo sin embargo resulta un "divertimento" eficaz y bien escrito, desmitificador , irónico, mordaz y cargado de cinismo, el mismo que demuestran sus protagonistas en su reencuento después de veinte años .
Entonces Odiseo me asguró que me había echado mucho de menos y que había sentido una gran añoranza, incluso mientras le rodeaban los níveos braos de las diosas ;y yo le conté como había llorado durante veinte años esperando su regreso, y lo perseverante y fiel que había sido, que jamás se me había ocurrido traicionar su gigantesca cama con su fabuloso poste, durmiendo en ella con otro hombre.
Ambos reconocíamos ser unos competentes y descarados mentirosos desde hacía tiempo. Es asombroso que nos creyéramos algo de lo que decía el otro.
Pero nos lo creímos.
O eso nos dijimos.