sábado, 17 de enero de 2015

Cine: LA TEORIA DEL TODO



Cine inglés, con lo que eso suele significar. Película sólida, bien interpretada, sin genialidades ni originalidades. Más o menos, lo mismo que The imitation game o descifrando enigma que comenté hace un par de semanas. Lo que pasa es que mientras esta última se permitía novelar sobre un hecho real, estableciendo una ficción, en este caso se trata de la adaptación del libro de memorias, escrito por su primera mujer, Jane Wilde, donde narra su vida con Stephen Hawking.




Stephen Hawking es un popular cosmólogo dedicado a encontrar una explicación del origen del universo. Sus teorías han alcanzado una gran difusión, lo que sin duda se ha visto favorecido por la popularidad alcanzada por el hecho desgraciado de que padece una terrible enfermedad degenerativa, el ELA, un trastorno de la neurona motora que limita su capacidad de hablar y moverse. Su imagen real, en una silla de ruedas adaptada, y comunicándose mediante un aparato generador de voz, es conocida en todo el mundo y no solo en el ambiente científico.

La teoría del todo nos le presenta con 21 años, cuando en la Universidad de Cambridge, conoce a Jane, una estudiante de filología de la que se enamora. No obstante al poco tiempo le es diagnosticada su enfermedad y se le anuncia que le quedan dos años de vida. Pero la pareja decide seguir adelante y se casan. Con el apoyo de Jane, dispuesta a luchar a su lado, Stephen se lanza a estudiar el tiempo, algo con lo que él no puede contar.

La película nos muestra la gran capacidad y ganas de vivir de Hawking, pero sobre todo la determinación, la abnegación de Jane, en un recorrido un tanto superficial, plano y falto de conflicto por su vida en común. Vemos como, a pesar de las dificultades, Stephen triunfa en el campo científico, mientras Jane le cuida y apoya, renunciando, al menos parcialmente, a su propio desarrollo intelectual y a una pudorosa relación con el que finalmente sería su segundo marido. Todo ello a lo largo de más de 20 años en los que tuvieron tres hijos. En 1985 tras una neumonía es sometido a una traqueotomía que le impide hablar. Es necesario contratar enfermeras para cuidarle y rehabilitarle. Una de ellas, Elaine Manson, será quien, finalmente, liberará a Jane de su situación y acabará convirtiéndose en la segunda esposa de Stephen.

Lo mas destacado de la película es la interpretación de Eddie Redmayne como Stephen y Felicity Jones como Jane. La caracterización de Redmayne es extraordinaria y como a los académicos de Hollywood siempre les han gustado este tipo de interpretaciones, es un muy probable ganador del Oscar. Le vimos como un Marius bastante soso en Los Miserables, hace un par de años y, un poco antes como el ayudante de producción que compartía Una semana con Marilyn (Simon Curtis, 2011).

A Felicity Jones la hemos visto el año pasado en The invisible woman, donde destacaba como la amante de Dickens. Ya señalé en mi comentario que me había gustado. Me recuerda, físicamente, a la Ana Belen de los 70, cuando hacía cosas como Españolas en Paris o Jo papá. También está nominada al Oscar pero no creo que lo gane.

El director es James Marsh, mas conocido como documentalista. Gano un Oscar en 2008 por Man on wire, la historia de un funambulista francés que hizo el recorrido entre las Torres gemelas de Nueva York, en la que fue considerada la mejor película británica del año. También realizó Proyecto Nim, otro documental sobre el experimento, en los años 70, de intentar educar a un chimpancé como un niño en una familia. ¿Estaría allí el germen de El origen del planeta de los simios, que es del mismo año, (2011)?

En resumen un muy correcto biopic (biografía novelada o cinematográfica),  pero falto de emoción, donde todos los personajes son demasiado correctos.


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