jueves, 22 de enero de 2015

Cine: BABADOOK


Babadook es una película australiana que puede catalogarse como de terror aunque yo me inclino más por el calificativo de cine fantástico. El guión y la dirección son de una actriz que se ha pasado a la dirección, Jennifer Kent. En 2005 había realizado un corto, Monster, con el mismo argumento que esta película. Parece, pues, que ahora ha desarrollado la idea inicial hasta convertirla en un largometraje.



Seis años después de la muerte de su marido cuando la conducía al hospital para dar a luz, Amelia (Essie Davis) se encuentra desorientada intentando educar a Samuel, su hijo de seis años, un niño conflictivo y difícil, bastante insoportable, aficionado a crear armas, que vive aterrorizado por un monstruo que se le aparece en sueños y amenaza con matarlos.
Cuando un inquietante libro de cuentos llamado "The Babadook" aparece en su casa, Samuel se muestra convencido de que el Babadook es la criatura sobre la que ha estado soñando. Cuando sus alucinaciones le hacen perder el control, se vuelve impredecible y violento. Amelia, muy asustada por el comportamiento de su hijo,  comienza a sentir una presencia siniestra a su alrededor y poco a poco se da cuenta de que aquello sobre lo que Samuel la ha estado advirtiendo puede ser real.

La historia nos presenta unos personajes, Amelia y Samuel, un tanto inestables. Amelia no ha conseguido asumir la muerte del marido y se siente insatisfecha mostrando un cierto rechazo hacia su hijo, mientras este se muestra  totalmente desorientado. El entorno, la casa donde viven, mantiene vivo el recuerdo del marido muerto. Su hermana no les soporta y no se recata de decirlo frente a su hija, lo que da lugar a que rechacen a Samuel. En el colegio tratan de normalizar la conducta del niño pero chocan con la postura de Amelia. En este entorno desasosegante se desarrolla la película, que consigue transmitir al espectador la inquietud de los personajes, su terror, sin recurrir a truculencias. Es una mezcla bien elaborada de recursos del cine de terror psicológico en la línea  de Repulsión (Polanski, 1965), El resplandor (Kubrick, 1980), o las novelas de Stephen King.

Lo que ocurre es que el monstruo no pasa de ser una alegoría de la represión de sus sentimientos por parte de Amelia. Esta descubre que no puede querer a su hijo porque aún no ha sido capaz de hacer frente al dolor de lo que le
sucedió. Este dolor reprimido acumula tal cantidad de energía que se escinde de ella, la acecha, para luego poseerla. Cuando Amelia se enfrenta al monstruo y lo vence está superando esa situación. ¿Pero tiene sentido entonces el final de la historia?

La interpretación de Essie Davis ( Amelia), y Noah Wiseman (Samuel), adecuada. Sorprende en el caso del niño, que haya sido capaz de interpretar el personaje, sin que se haya visto coartado por las normas de protección a la infancia, que en Australia creo que son muy estrictas. Es probable que la haya interpretado pero no pueda verla. Mérito de la directora.

Una película de género interesante que no recurre a efectos del cine "gore" para transmitirnos el terror de los personajes.

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